Partida Rol por web

(Entre sueños)

- Quiero galletas mami.

El destructor imperial de clase Victoria ha aterrizado en mitad de la academia de Carida. A lo lejos se pueden ver las tropas imperiales perfectamente alineadas para pasar revista. Las tropas de asalto se entremezclan con muchos soldados de la armada Imperial que suelen ser utilizados como personal de comunicaciones en los planetas bajo dominio imperial.

Echando un vistazo sobre vuestras cabezas, podéis observar cómo la plataforma de desembarco comienza aretraerse, pues el destructor pronto deberá tomar rumbo a otro planeta.

- Y... llegamos al suelo. - Comenté alegre mientras observaba todo el revuelto a mi alrededor.

¡La Academia de Carida! Llena de soldados leales y operarios, todos sirviendo fervientemente al Imperio. En verdad se diferenciaba a su vida en la calle, con el Jefe y los demás.

Que pena que no pueda contarselo ya. - Pensé esbozando una sonrisa quizás algo siniestra que volvió a convertirse en una normal.

- Meterme a recluta fue la mejor decisión que tomé en mi vida. - Aunque no la eligió del todo él sino que se vió forzado a actuar conforme a la situación en que se encontró. Tampoco es que se arrepienta, la vida en las Academias Imperiales está bien, y molaba mucho aprender a usar granadas. El sonido de las explosiones era como música para sus oídos.

Permanecio contemplando el alrededor, con entusiasmo.

Durante unos segundos me siento abrumado. Tanta gente, disciplina por todas partes, un frenesí de actividad...¡esto va a ser chungo! Me echo el petate al hombro y camino unos pasos detrás de ese muchacho tan animado.

— Meterme a recluta fue la mejor decisión que tomé en mi vida — dice Kaín.

— Pues yo no se si no habrá sido mi peor equivocación. No veo ni una sola tía buena por los alrededores, y me da que pocas oportunidades de juerga.

Miro a mis compañeros inmediatos con cara de circunstancias. Trato de disimular mi nerviosismo, no vayan a pensar que soy una nena en vez de un tipo duro. De esos que se alistan con el Imperio...

— Espero que al menos nos den pronto un blaster para dar caña, y un casco flipante de esos que salen en las imágenes de propaganda.

Término de guardar mis cartas con un leve suspiro "Que mal, nadie a querido dejarme su dinero... En otra ocasión será"

Bajo detrás de mis compañeros observando el mar de actividad que teníamos en frente, entre mi gente había visto muchos grupos grandes de soldados pero nunca tantos y tan disciplinados.

-Sus armaduras me recuerdan a las de mi gente, sobretodo esos "cascos flipantes" como tu les dices Terion, lástima que son todos iguales... Sin personalidad... Es como si no tuvieran mente propia, un grupo de corderos siguiendo al pastor, pero ya veremos, por lo pronto ya tengo decidido que modificare la mía.- Camino hacia donde se dirigen todos los demás reclutas nuevos como nosotros. Pronto me graduaría y empezaría a subir de rangos, quien sabe donde terminaría, quizás un general con su propio destructor.

Mire a mis compañeros, mientras oí sus comentarios-los humanos parece que estéis continuamente en vuestro ciclo reproductivo...no es de extrañar que seais la especie mas extendida de la galaxia-me giro hacia el único alien aparte de mi-los uniformes del imperio no son tan "iguales" como dices, existen muchos tipos de uniformes marina, naval, de campo, de jungla, normales y de asalto, por lo que se de las "modificaciones" solo se las conceden a aquellos soldados que destacan con diferencia del resto o por su rango

Despertándome de mi maravilloso sueño, vuelvo a la realidad que me rodea. Veo como mis nuevos compañeros recogen sus bártulos y empiezan a desfilar.
Escucho sus comentarios, todos están expectantes e ilusionados. Me parece curioso que haya dos alienígenas, me choca teniendo en cuenta el racismo que hay dentro del Imperio, normalmente cualquier raza es esclavizada y usada como trabajadores, pero supongo que estas deben tener algun talento especial.

En silencio sigo la fila, con ganas espero que pronto empecemos la instrucción.

Esto tíos parecen que vienen a un campamento de verano, me han tocado lidiar con ellos como compañeros asi que será mejor que sean algo más que palabraría barata.

- Conformaros con sobrevivir a la primera semana y luego ya podreís hablar de conquistar la galaxia, si acaso...

mire a aquel humano con Alopecia, una patologia algo bastante común en humanos con tendencias maniáticas o a estresarse

-podéis dormir tranquilos sabiendo que tendréis a Armando Antilles cubriendo vuestras espaldas y curando vuestras heridas

-Peladito...- Digo con un tono algo molesto por lo que dijo Jaral -Preocúpate por tu pellejo antes de comenzar a hablar sobre los demás, ya veremos quién sobrevive la primera semana...-  Me aleje dándole la espalda e ignorándolo, no quería comenzar una pelea antes de inscribirme.

Ya tendríamos entrenamientos de combate y supervivencia donde podría pagarme se menosprecio y altanería.

Echando un vistazo sobre vuestras cabezas, podéis observar cómo la plataforma de desembarco comienza a retraerse, pues el destructor pronto deberá tomar rumbo a otro planeta. Cuando vosotros, y a decir verdad todos los jóvenes que acaban de desembarcar del destructor, echan la vista al frente comprueban que hay un buen número de oficiales que se aproximan con semblante serio. De entre ellos destaca un oficial imperial de cierto rango, y del que se rumorea que puede llegar a Almirante.

Se trata de Kendal Ozzel según descubriréis más tarde...

Antilles observó aquella concentración de oficiales, su forma de actuar cambio de forma radical, cuando estuvo en delante se cuadro y fijo la vista al frente, con la mirada aprovecho para observar sus caras, a ver si alguna le resultaba familiar, con su padre había aprendido la forma mas rápida de ascender y colocarse en un destino deseado moviendo las cartas necesarias.

el recuerdo de su padre fallecido le ensombrecío el rostro, tras recordar su motivo de alistamiento ahora tenía mayor resolución en su empresa.

Bien parece que llega la hora de empezar, tocaba ser duro, con los oficiales y con cualquiera que intentara ningunearle, no se me da mal preparar sorpresas explosivas y es posible que alguno de estos gallitos tuviera que probarlas.

De momento Jaral se limitó a erguirse y esperar a los oficiales con la actitud más seria posible.

Kaín adoptó inmediatamente una posición erguida y seria (abandonando su anterior júbilo) frente a los oficiales que se acercaban y bajó la mirada ligeramente como respeto.

Como el resto de mis compañeros, trato de quedarme con el semblante serio y mi cuerpo lo más cuadrado posible ante el desfile de oficiales que se avecina.

Tengo que causar buena impresión, pienso para mi. Mirada firme, al frente y demuestra de lo que eres capaz.

Toda a mi alrededor se ponen tensos y serios con la llegada de esos uniformados. 

"Serán nuestros instructores, deben de haber tenido mil y un batallas arriesgando sus vidas para que les demuestren tanto respeto, seguro que son grandes guerreros" Pienso para mi mismo.

Espero a que se acerquen para hablar dirigiéndome al hombre que parecía su líder -Señor, mi nombre es Jahn, espero poder volverme un gran soldado del Imperio y servir en lograr la paz de la galaxia...- Hablo con un tono de gran respeto hacia él, pero sólo dura unos segundos antes de volver a hablar -¿Deberemos usar esos trajes todos iguales tan aburridos o puedo modificar el mío para mejorarlo?-

Me pongo tenso a medida que los oficiales se van aproximando. Todos tienen miradas glaciales y las maneras de alguien a quien es mejor no contrariar. Quizá sea mejor dejar las chanzas para más adelante, así que imito a algunos de mis futuros colegas y me quedo tieso como un poste. A ver si doy buena imagen...sobre todo a ese jefazo que camina con las manos a la espalda: no me gusta su cara, tiene pinta de dar por saco a la mínima.

«Bueno Terion, aquí estás por fin. No la fastidies ahora» pienso, tratando de paso de recordar alguno de los consejos de mi padre. De esos que me entraban por un oído y me salían por el otro.

Estoy en plena postura de aprendiz de soldado, cuando escucho al guapetón zeltron de piel rosada hablarle a los oficiales con un desparpajo queee...¡buf! Me siento incómodo, parece buen chaval, espero que no le caiga un paquete ya de buenas a primeras. Estos estirados parecen muy serios, fríos como témpanos.

El oficial que se gira y mira con asco al recluta

- ¡CÓMO OSAS ABRIR LA BOCA BASURA! ¡ERES MÁS TONTO QUE UNA ABUELA GUNGAN! - dice gritándole a la cara al Mandaloriano. Luego gira sobre sí mismo da varios pasos hacia atrás y vuelve a girarse para hablar a la fila de reclutas

- ¿Creéis que habéis entrado en el Ejército Imperial? ¡ Pues nada de eso! Mi amado Ejército sólo acepta a lo mejor de lo mejor... - se dirige hacia los tres oficiales que hay a su izquierda

-Formen grupos de diez reclutas y llévenles a pasar La Prueba.

Da media vuelta y se aleja de allí a paso ligero. Los tres oficiales empiezan a hacer grupetes de diez.

-Ufff... Que carácter- Digo entre dientes -Pues nada, veamos de que trata esa prueba-

Antilles escucho la reprimenda con la vista fija al frente, pensó en el discurso del oficial y no le pareció nada en especial...demasiado soso, con poca imaginación pero claro....el había crecido con un almirante como ejemplo

-en que consistirá la prueba....psicotecnico, psicológico, supervivencia, ejercicio rutinario.......

sin causar inconvenientes se coloco en una de las filas, perfectamente alineado con los demas