Partida Rol por web

Tras el trabajo de campo, la siguiente parte de la formación se iba a producir dentro de las instalaciones de la Academia. Si bien ya habían estado unos días dentro de la misma, los reclutas pudieron visitar ahora nuevas salas de las vastas instalaciones imperiales. El oficial Pinaza fue a buscarlos a sus habitáculos…

A ver, reclutas… Parece ser que no sois capaces de visitar una base y dejarla intacta… Así que lo próximo que haréis será estrategia y simulación… Sois el peor grupo de la promoción y seguro que en los próximos días lo vais a confirmar. Por cierto… ¿alguno de sus señorías quiere abandonar? Siempre estáis a tiempo... Seguidme.

Los reclutas son conducidos hasta una cómoda sala. En el centro de la misma se encuentraba una enorme mesa ovalada con capacidad para un buen número de imperiales, lo cual indicaba que se trataba de una sala de conferencias.

A pesar de la gran capacidad de la habitación, tan sólo los reclutas y Pinaza estaban presentes en ese momento. El oficial utilizó un control remoto para activar un holoproyector situado sobre la mesa. De repente, pudieron observar un pequeño plano de una calle.

Este es un ejercicio práctico. Muchas de nuestras misiones consisten en la defensa de altos mandos del Imperio en planetas recién incorporados al mismo. En ellos, hay que extremar la precaución ya que nunca se sabe dónde puede haber rebeldes. Este es el plano de la zona, con el itinerario de la marcha del oficial. Debéis escoger un sitio de los marcados y un arma adecuada para el mismo para defender al oficial de un ataque en A, y otro en B.
Una vez que lo tengáis, evaluaremos el resultado con ayuda del programa de estrategia que contiene este terminal.

Otra nueva disciplina se desplegaba ante ellos. Tras los ejercicios tácticos en ambientes dispares y hostiles, el grupo debía enfrentarse a los simuladores estratégicos. Como siempre, el instructor Pinaza no resultaba nada alentador en sus comentarios, pero por ahora podían decir que habían superado todas y cada una de las pruebas impuestas hasta el momento, y el Imperio no los rechazaría... No rechazaría a un grupo que no había fallado en ninguno de los ejercicios.

Tin escuchó con atención las explicaciones de Pinaza, observando el holograma formado ante ellos. Luego se decidió a responder. El joven recluta tenía clara su respuesta, y así lo hizo saber.

- Yo eligiría el rifle de larga distancia en el punto B. Se trata de una calle ancha, y desde allí, la panorámica toma un valor fundamental. Intentaría custodiar la comitiva desde un punto alto que me diera perspectiva frente a cualquier contingencia, ya fuera dentro del recorrido, como a la posibilidad de tiradores francos, señor.- Eso era lo que él haría, mientras señalaba con un dedo la posición elevada de 6.

- Sin embargo, si el ataque fuera  producirse en A, preferiría un bláster pues en las distancias cortas es más ágil y manejable. Además, ocuparía la posición 2, pues es equidistante del trayecto seguido por la comitiva, y me permite controlar el giro del oficial.- concluyó en su exposición.

Vestido con el mono oficial de trabajo, y ya alejado de los rigores del trabajo de campo, Talram pudo dar rienda suelta a su capacidad de raciocinio y tratar de demostrar que podia llegar a ser un buen estratega. A la vista de los hechos, quedaba patente que su utilidad en el combate era escasa, y aunque le molestaba no ser capaz de realizar cualquier cosa debidamente, bien sabia que su destino no era corretear de planeta en planeta junto a miles de soldados vulgares. Su destino era comandar. Y si podia ser, gobernar uno de aquellos destructores tan impresionantes.

Se sacudió aquellos pensamientos y se concentró en la imagen holoproyectada. Rumió un poco la situación, y trató de recordar cuando el mismo era el dignatario a proteger, y como se situaban sus hombres. Al rato, comenzó a teclear en la consola que tenia enfrente su respuesta:

"En el caso del ataque del punto A, sugiero que la posicion idonea es el punto 3, pues el asaltante estara concentrado en el oficial, y si acaso, en los puntos 1 y 2 que quedan enfrente suyo, con lo cual, y suponiendo que los puntos a elegir son todos elevados, el punto 3 es el mas encubierto. El arma sera un rifle de largo alcance. Un tiro limpio en la base del craneo.

El asalto en el punto B, lo resolvería apostando al tirador, de nuevo con rifle de larga distancia, en el punto 5, y asi coger al agresor desde una posicion de sorpresa. Descarto las granadas en ambos casos por obvias razones de posibles daños involuntarios al objetivo a proteger."

Los reclutas pensaron durante un instante qué estrategia deberían seguir para la resolución. Hubo algunos que expresaron su opinión en voz alta y otros introdujeron la información mediante los teclados que había insertos en la mesa frente a cada puesto….

El oficial Pinaza soltó la solución fríamente:

Sitio y arma para Defender un ataque en A: Se puede emplear el Blaster desde el punto 1 o el rifle disruptor DRX-6 desde el punto 6.

Sitio y arma para Defender un ataque en B: Se puede emplear el Blaster desde el punto 5 o el DRX-6 desde el punto 3.

En cuanto al resto de posibilidades, si empleásemos las posiciones 2 y 4 estaríamos mal colocados por la cornisa para A, y demasiado encima para B. Sería un buen lugar para atacar la zona B con granadas, pero pondríamos en peligro a nuestro protegido.

Pasemos a otra cosa

Sin dar opción a réplica salió de la sala y condujo a los reclutas a una galería de tiro. Ante los tiradores se encontraban tres remotos…. Uno permanecía inmóvil, el del medio se movía moderadamente y otro se movía frenéticamente.

Prueba de tiro… cogéis un rifle Blaster y tratáis de darle a los remotos… creo que hasta el más tonto de vosotros, que aún no he distinguido quién es, lo entenderá…

Kadlo pasó el primero, ante la pose dubitativa del resto. No era un tirador experimentado, pero tampoco se le daba mal. Asió el respectivo rifle Bláster y se dispuso a disparar al primer remoto. El remoto sufrió el impacto de pleno (la verdad es que era un objetivo fácil al estar inmóvil).

Para el segundo lo observó durante unos instantes hasta que descubrió su patrón de movimiento y efectuó su disparo en el preciso instante. Un nuevo impacto.

Pero en el tercero, invirtió más tiempo. La verdad, es que parecía del todo errático con lo que intentó seguirlo durante más tiempo para ver si en su caótico movimiento había algún patrón para este. Creyó ver una repetición en este, y aguardó pacientemente el movimiento de abajo a arriba que parecía ser la antesala de girar bruscamente a la derecha. El movimiento llegó y Kadlo accionó su rifle. Sin embargo, en vez de realizar el movimiento a la derecha, subió inesperadamente en diagonal hacia la derecha, y su disparo impactó en la pared del fondo, pasando justo por debajo del remoto.

Con un chasquido de la lengua, se lamentó de lo cerca que había estado. Pero fue la única muestra emocional que mostró. Y volvió sin más a la fila de reclutas, para que el resto de compañeros llevasen a cabo su ejercicio.

No estaba de acuerdo con algunas respuestas de Pinaza, pero calló. Era un soldado y debía callar. Aquel mando no había explicado nada bien el ejercicio, y además había sido parco en palabras como siempre. Debía haber añadido, que se podía usar la misma posición para ambos ataques y el mismo arma, pues si algo había tenido claro desde un inicio Tin, era que el puesto 6 era el más fuerte estratégicamente, pero bueno... aquello le hizo hervir la sangre.

La siguiente prueba era de tiro. Debían coger el bláster y acertarle a una serie de remotos. El primero en probarse, fue Kadlo. El durosiano, era un tirador excepcional, pero aun así, falló por poco el último disparo, pues debían hacer blanco sobre un remoto que se movía sin patrón y a varios metros de distancia. 

Abstinius se acercó hasta el punto de disparo. El primero fue exitoso. No era difícil. El segundo era más complicado, pero tras tomarse su tiempo, también logró alcanzarlo. Pero el tercero era muy complejo. Mantuvo el pulso firme y realizó el disparo, pero éste pasó desviado.

Erasmus empezaba a pensar sí había sido buena idea su alistamiento en aquel cuartel imperial. Hasta ese día solo habían tenido ir de un lado para otro, como chicos de los recados, sólo que ellos se habían tenido que jugar el tipo en diferentes ocasiones por nimiedades, que realmente empezaba a pensar, que al imperio hablando en plata, se las sudaban. 

Y ahora para rematar, más amagos de Pinaza para sus oídos. No sólo había respondido mal a todo lo he había planteado, sino que encima los había tratado como poco más que pienso de Bantha. Y empezaba a estar un poco quemado. 

Mal nueba prueba por lo menos, no trataba de lugares informales a los que desplazarse para comprobar que unos robots se habían vuelto locos (cosa que después de la última misión le parecía improbable, ya que el imperio parecía tener las mejor peores instalaciones militares de la galaxia), ni que un gusano hambriento había devorado a todo un contingente. 

Por suerte esta vez solo se trataba de disparar. Nada más. Disparar y punto. 

Quizá fuese por la situación, quizá por la confianza que emanaba de él, en cuanto Kadlo y Tin acabaron su ronda, se puso en marcha hacia el campo d tiro y comenzó a disparar. 

Como los otros dos reclutas, el primer disparo dio en el blanco, sin apenas pestañear. Pero el segundo y el tercero ya fueron harina de otro costal. Creyendo que aquello era un cuento de niños, apenas sin apuntar, disparó al segundo remoto, pensando ya en el tercer disparo. Cual fue su sorpresa cuando vio que había errado el tiro, no por mucho, pero errado al fin y al cabo. Para su desgracia, cuando se percató de aquello, ya era demasiado tarde. Estaba ya disparando el tercero. 

La soberbia había podido con el. Y lo había pagado caro......

El programa que concebía las tacticas lo sorprendio, ciertamente. Obviamente se abstuvo de decir nada, pero opinaba que sus opciones eran las mejores y mas decuadas, pero tal vez, y solo tal vez, quizas pecase de presuntuoso. Mientras se dirigian a la galeria de tiro, fue pensando en sus respuestas y en las soluciones que el programa había dado. Bajo su punto de vista, ningun ordenador podía sustituir la mente humana (o alinienigena), pero una vez mas, no dijo nada.

Los disparos de sus amigos, como cabía esperar fueron impecables hasta el ultimo remoto, que danzaba endiablado por la galería. Erasmus se había confiado y habia bierto fuego a lo loco, pagando su ímpetu con dos errores. Y llegó su turno.

El primer disparo fue meditado y a conciencia, pese a la relativa sencillez del blanco. Y aun asi, estuvo a un tris de errar. El segundo fue un desastre, pues ni se acercó al blanco. Aquello lo puso nervioso y furioso a la vez. Y disparó el tercero casi sin pensar, harto ya de su propia incompetencia como soldado. Y quizas fuese la suerte, o tal vez descubrió el patron oculto del remoto, pero su rayo rojizo impactó de lleno en la pequeña esfera, y al menos, en aquel momento, se sintió contento consigo mismo. Quizas no fuese tan inutil como pensaba... y el recuerdo del lider weequay acribillado con su pistola alomos de un dewback asustado podían dar fe de ello...

Los reclutas pasaron uno a uno por la posición de tiro y realizaron sus disparos con parecida suerte, con alguna honrosa excepción que más parecía fruto de la suerte que de la habilidad. El oficial Pinaza los miraba con desdén y sin cambiar el rictus en momento alguno…

Tsé, para ser unos paletos no está mal…. Pero tendréis que esforzaros más para poder entrar en el Ejercito Imperial. A ver que tal se os da el pilotaje, como comprenderéis antes de tocar una nave real tendréis que chuparos muchas horas allí donde os llevo…

Los reclutas llegaron a un punto crucial en su entrenamiento. El vuelo era una de las más difíciles tareas que debía afrontar un recluta. Se adentraron en una sala tras el oficial Pinaza, el cual les emplazó a sentarse en el simulador de vuelo, que tenía más de diez plazas que imitaban la cabina de un TIE/Ln.

Este ejercicio es importantísimo. Los rebeldes emplean las naves de ala X como parte de sus ataques a los centros imperiales. En este simulador lucharéis contra una de esas naves en una reproducción de un combate. En el programa de entrenamiento están cargados todos los datos que son necesarios para manejar un TIE/LN, así como datos de otros modelos. De día, podréis venir aquí cuando queráis a estudiarlos, pero sólo con un panel de datos de un oficial se pueden sacar de aquí, así que no os podemos dar copia de él…

Y ahí estaba... La prueba que llevaba tiempo esperando...

Abstinius había nacido para pilotar. Todavía podía recordar cuando su padre lo subía a su Tie-bomber, y él jugueteaba con los controles de la nave. Tin soñaba con llegar a ser el mejor piloto de la flota imperial, y ahora tenía la oportunidad de demostrarlo. Se subió al simulador, y cuando el programa fue lanzado, el muchacho se sorprendió ante la realidad del sistema... Estaba pilotando, lo podía sentir...

Pasó unos segundos adaptándose a los controles y entonces fue cuando se decidió. Había llegado el momento de enfrentarse al ejercicio.

Frente a él estaba la nave rebelde. Tin sabía que eran ágiles y letales. Los Bombers eran menos maniobrables pero a su vez eran mucho más rápidos. Sabiendo eso, se dispuso a extrujar los propulsores de su nave. Apretó a fondo la palanca de aceleración en pos de la nave rebelde, mientras presionaba el gatillo que accionaba el fuego de sus blásters...
 

Kadlo fue directo por el Ala X. Era una nave, en principio, un poco mejor que el TIE/LN que tenían, pero en sobreponerse de las adversidades se basaba la prueba. Empezó a perseguir al rebelde virtual hasta que se puso en su cola, aunque a cierta distancia. Y empezó a accionar el armamento de la nave, ..., intuía que el combate iba a ser un poco dificil .....

La cabina del simulador era un galimatías de luces, botones, palancas y pantallas parpadeantes que a Talram le parecian el mayor pandemonium de la galaxia. El no estaba hecho para aquello, pero era obligado aquel ejercicio y trataría de hacerlo lo mejor que pudiese. El Ala-X apareció delante suyo, a distancia media del alcance de sus cañones. El ex-senador aceleró su TIE mientras se elevaba para tratar de atacar desde una posicion elevada mientras intentaba picar y destrozar el casco superior y la cabina del Rebelde. El movimiento que consiguió fue bastante fluido, y el ronco gruñido de los motores sub-luminicos que tan bien copiaba el simulador le sonó a musica. La nave Rebelde se fue haciendo mas grande y los sensores de fuego comenzaron a centrar su lanco. Talram se envalentonó y pulsó antes de tiempo los botones del mando de pilotaje que activaban los blasters del TIE. El agudo zumbido de estos se coló a través de su casco cerrado y vio como los haces de energía se perdian en la negrura del espacio. Imbecil!, se recriminó a si mismo, pues el Ala-X ya comenzaba a virar con su mayor elegancia para tratar de hacerlo puré. Talram empezó a virar en sentido contrario para tratar de evadir el fuego inminente...

Erasmus se metió en la carlinga virtual del Tie. Aquello era extremadamente pequeño en comparación a los cargueros ligeros que estaba acostumbrado a pilotar, pero no le dio mayor importancia. 

Se puso a los mandos y con su acostumbrada seguridad, comenzó la prueba de pilotaje. Alguna vez había visto en acción aquellas Alas-X, y eran endiabladamente escurridizas, así que se planteó que no tendría ninguna posibilidad frente a ella, si no se arriesgaba. Así qué se propuso no darle cuartel. Había estado empapándome de las características de ambas naves, y sabía que por velocidad no podía escaparse. Así qué, tal y como se puso a su vista, aceleró al máximo hasta tenerla dentro de su ángulo de tiro, esperando que aquella maniobra no le costase la práctica. 

Intentaba por todos los medios tapar desde la distancia toda posible brecha de fuga de su presa, así que en cuanto creyó estar en inmejorable posición frente a su enemigo, descargó su ira a través de los mandos del Tie

Los reclutas ocuparon sus posiciones en los simuladores de vuelo y empezaron la práctica.... Los Ala-X buscaron poner distancia entre ellos y los TIE, con escaso éxito por cierto.

Tin hizo una maniobra de aproximación correcta y redujo la distancia con el Ala-X. Cuando estuvo preparado realizó un certero disparo que impactó en el enemigo, pero no fue suficiente para derribarlo, aunque unas chispas azuladas envolvieron el caza.

Kadlo también se aproximó al caza que perseguía y con un pelo de suerte el disparo que emitieron sus armas acertaron en el Ala-X inutilizando un par de cañones láser de los que empezó a surgir un humo revelador.

Talram hizo lo propio en su simulador y le dio de lleno al enemigo tras un acercamiento táctico, a pesar de no tener señales visibles sabía que su disparo había causado un daño importante.

Erasmus saltó al asiento de TIE y empezó ha realizar unas vistosas maniobras que le acercaron al Ala-X de manera magistral. Incluso más perfecto fue el disparo que hizo pero tuvo la sensación de que no había causado apenas daño... Tanta floritura le había hecho perder eficiencia....

Todos se removieron ansiosos en los asientos, el primer asalto se había resuelto a su favor y aunque no habían conseguido derribar ningún caza Ala-X en el próximo acabarían con ellos seguro... Y mientras se preparaban para el triunfo las pantallas de los simuladores se fundieron a negro y cuando se volvieron a encender la situación inicial se repetía.... Los enemigos intactos se encontraban a distancia media. Se trataba de un nuevo ejercicio, o el mismo ejercicio de nuevo.

Kadlo estaba satisfecho: se había aproximado al Ala-X y lo había dañado gravemente. Parecía que esto iba a durar poco. Pero cuando estaba regocijándose en las mieles del triunfo, la pantalla del simulador se fundió en negro, y volvieron al punto de partida. ¿¡¿¡CÓMO!?!?, se preguntó mentalmente. Parecía que esto era otro juego del oficial Pinaza. ¿Iban a jugar con ellos hasta que se cansaran, y cometiesen algún fallo para poderlos criticar a gusto?, ..., pues no se lo iba a poner fácil, ..., una sensación similar al orgullo invadió al alienígena. Iba a volver a demostrar que lo podía hacer igual o mejor.

Esta vez, se dispuso a acercarse al Ala-X por el lado contrario que había utilizado la vez anterior. Desvió potencia de los láseres al motor, y propinó una aceleración mayor para cazar más rápido al adversario, ..., y cuando estaba cerca volvió a disparar. Había hecho una maniobra diferente pero con aparente similitud, ..., ¿volvería a tener la suerte de antes, o se le giraría esta vez?

En el ejercicio anterior, aunque bastante discreto y conservador en sus maniobras, Tin había conseguido acertar en el fuselaje del Ala-X. A buen seguro que en un combate verdadero, esa nave hubiera quedado incapacitada para las maniobras, pero aquello era un simulacro, y en unos segundos volvieron a la situación inicial. A pesar de su éxito parcial, debía reconocer que junto a él, tenía a un par de reclutas con buen manejo de los bombarderos, y eso  le picaba en el orgullo. Su padre había sido un piloto afamado, un héroe imperial derribado por ese maldito Skywalker... ¡¡Cómo lo odiaba!! 

Obcecado por la rabia y la competencia, el joven Abstinius inició una nueva maniobra de aproximación. En esta ocasión, zigzagueó en un ángulo de treinta grados bajo la nave rebelde. Había oído que ese era el ángulo muerto de los cazas de cuatro alas, y se dispuso a comprobar si los rumores eran ciertos. Cuando creyó encontrarse a una distancia adecuada, disparó sus cañones bláster, pero algo no acababa de gustarle...

Algo era diferente con respecto al ejercicio anterior.