Partida Rol por web

Into Darkness

2-B. Beast

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23/05/2014, 14:05
S.T.A.R.K.

La danza macabra del traje a propulsión seguía haciendo a S.T.A.R.K. ascender rápidamente y en espiral por aquellas pequeñas escaleras, arrastrando a Saphiro consigo por el aire. Aún así, de vez en cuando podían verse nuevamente, por el fondo, estallidos de fuego que, como lanzas, se cernían sobre el soldado y su traje. Una suerte que la escalera supusiese un tremendo escudo en un lugar tan reducido, por lo que absorbía casi todos los golpes y los demás se esquivaban. Seguía sin saberse nada de qué entidad — seguramente un Demonio — era la responsable de descargarlos.

Háblame del chico del escudo azul— pidió el playboy. Se refería, por supuesto, al Demonio de Luz amigo de Arual—. Me imagino un mundo sin nosotros— apuntó en referencia a los S.T.A.R.S.—. Muy enfermizo, ¿no crees?

Naturalmente, aquel hombre pensaba que era un libertador, no un subyugador. A sus ojos, todo lo que hacía era una purga en son de la pureza natural, eliminando vestigios de aquello que las leyes del hombre no podían explicar.

¿Sabes? Creo que, tras tu discurso, te has ganado oírlo antes de morir— concedió el hombre con una sonrisa—. Sí, hemos capturado al Luz Negra y, con él, los secretos para viajar a la otra dimensión— sonrió ampliamente—. Gracias por tardar tanto. Así que saludaré a tus amigos de tu parte cuando los vea allí. ¿Prefieres las balas de fuego demoníaco o las de veneno de luz negra?— preguntó, ofreciendo su "tarjeta de presentación".

No obstante, su cara cambió cuando mentaste al viejo miembro de su unidad. Dejó de sonreír, y sabías lo que eso significaba. Que consideraba a Aaron, aún tras tantos años, alguien sumamente peligroso que no le hacía ninguna gracia. Si hubiese conocido mejor a Saphiro, también habría pensado lo mismo de él.

Dime todo lo que sepas de Aaron Wake y te dejaré vivir— ofreció friamente, apoyando la aguja con veneno de Luz Negra sobre la yugular de Saphiro—. Miénteme y te echo moribundo a los infiernos— señaló con la cabeza hacia abajo, donde las lanzas de fuego seguían intentando cumplir su función en pleno ascenso.

Y la espiral se terminaría tarde o temprano...

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23/05/2014, 14:07
- Narrador K -

Sheryl permaneció entre los escombros, buscando un lugar en el que refugiarse de la inminente lluvia de metralla que llovería sobre ella, y sobre todos, en cuestión de segundos. Encontró más o menos un lugar sobre el que esconder sus pies en polvorosa, al abrigo entre un montón de pedruscos. Cuando algún que otro soldado se recuperó y apuntó contra ella, aún con las manos temblorosas consiguió apuntarle a tientas y disparar una bala de revólver. Una, dos, y tres veces contra tres objetivos distintos. Dos contra un cuarto. Disparó contra uno que apuntaba a Aaron y comenzó a recargar. Sólo tenía seis balas por tambor. Pero consiguió salir indemne de la lluvia de muerte.

Por su parte, Dani no tuvo tanta suerte. La estambótica Warlock chasqueó los dedos, pero nada pasó. El caos no vino a ella tan rápido esta vez. Entre tanto, dos de las balas escupidas por el armamento de los guardias consiguió alcanzarla. Uno la rozó un muslo, pero el otro la atinó en pleno hombro, cerca del chaleco. El mismo absorbió el resto de las balas, tumbándola en el suelo sobre un puñado de piedras pero sin que sufriese mayores daños.

Aaron, por su parte, esquivó las balas como un hijo de puta entrenado para ello. Aunque lo cierto es que ese era más el efecto que provocaba que otra cosa, porque los soldados que dispararon contra él fallaron más que si llevasen escopetas de feria. No podía ni creerse la suerte que había tenido... hasta que todos escucharon la explosión.

Los huskies siberianos salieron despedidos uno en cada dirección al ver la mochila volar hacia ellos, como movidos por instinto. Pero el mastodonte blindado que se alzaba impertérrito, no. Él simplemente se dedicó a avanzar a pesadas y sonoras zancadas, con sus puños enfundados en gruesas placas de metal chocándose en el aire para lanzar chirridos. Cuando la última bala golpeó la mochila en el aire, una deflagración simplemente engulló al hombre y su armadura entre lenguas de humo y fuego.

Los cánidos, entre tanto, saltaron entre las piedras y se abalanzaron, cada uno por un lado, contra Aaron. Uno de ellos mordió una de sus piernas, haciéndole sangrar mientras le apresaba entre gruñidos, y el otro consiguió asirse a una de las mangas de sus brazos... brevemente sin mayores imprevistos. Si seguían ahí mucho tiempo, lo destrozarían.

A espaldas, no obstante, se escuchó el sonido de disparos. La mujer que habían venido a buscar, el contacto de Aaron, había desaparecido de su puesto. Su silla giraba, dando vueltas, sola en el sitio. Ella se había parapetado, entre tanto, y estaba disparando contra los soldados sin decir nada. Fría y certera, aunque con una mísera pistola.

Y entonces... se escuchó el sonido de algo pesado moverse en el otro lado. Entre la nube de humo asomaron nuevamente las titánicas pisadas del puercoespín humano aquel. Encorvado hacia adelante, con el blindaje magullado por todos lados o incluso envuelto en pequeñas llamas, pero entero. Con las juntas algo separadas entre si, dejando ver el traje ajustado que había debajo, pero entero. Así que el hombre, sin más armas que sus puños, siguió andando, paso a paso, hacia Aaron. Más despacio que antes, sí, pero siguió andando mientras, poco a poco, se erguía.

Aunque Dani volvió a chasquear los dedos... y Sheryl había recargado.

Aaron: Normal. Dani: Lastimada (-1 Reserva Dados)Sheryl: Normal. Global: Magullada.
Capitán Antártida: Desconocido (Blindado). Huskies: Normal. Soldados: Lesionados.

- Tiradas (9)
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25/05/2014, 16:09
Kate Evans

Kate escuchó en silencio la explicación de Jack. Extremadamente seria y serena, absorvía como una esponja todas y cada una de sus palabras, poniendo a trabajar sus neuronas en nuevas conexiones, reflexiones y resultados. Estaba claro que, fuese como fuese, debían cambiar de dimensión. Y ella sabía cómo hacerlo. O, al menos, cómo intentarlo. Sin más dilación, empezó a contarle la historia, desde el principio. Podía notar la tensión y concentración en su mirada. Si no fuese imposible, hubiese apostado porque su mirada traspasaba su piel.

- Creo que puedo encontrar a Arual. - Dijo al fin. No pudo evitar sentir un cosquilleo extraño en el estómago, demasiado cercano al desagrado. Aunque el sentimiento variaba cuando estaba presente, no tenerla cerca hacía que pudiese comprobar lo poco que se fiaba de ella. Por desgracia, estaba claro que la necesitaba.

Algo desorientada, buscó los ojos de Jack. Estaba demasiado acostumbrada a perderse en sus pensamientos. - El resto del Coven también está trabajando en ello. Si no es por un lado, llegaremos por el otro.

Terminado el discurso, le dedicó una sonrisa a su mentor. Era de esas tan raras de ver en Kate, que transmitían la seguridad, tranquilidad y confianza que tanto carecía en todos los aspectos de su vida. - Sácame de aquí y llévame al Chinatown. No hay tiempo que perder.

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03/06/2014, 14:53
Tona

Jack envolvió con sus brazos a Kate, guardándola dentro de su abrigo, y comenzó a desvanecerse fundido en un abrazo. Segundos más tarde apareció en una esquina, en el barrio chino, junto a un contenedor de basura. Con un simple "ten cuidado, estaré vigilando", simplemente volvió a desintegrarse lentamente, dejando a la Bruja sola, soltera y sin compromiso. Probablemente su Coven seguiría en la estatua, jugándose la vida... quizás para nada. Estúpidos.

Así pues, Kate hizo inventario y buscó el restaurante asiático que le había indicado aquella enjuta bomba de relojería sobrenatural con poderes provenientes de ambos mandos. Bien y mal. Arriba y abajo. No le costó demasiado tiempo toparse con Jo Deng, un local de entrada modesta, con el letrero en lo alto y un puñado de grafías desconocidas a los lados. No obstante, era bastante más modesto por fuera que por dentro.

El aire era denso en el interior, ligeramente recargado de incienso y aroma. Pero olía embriagadoramente bien, aunque era patente lo turbio que resultaba para los sentidos. Por un instante, hasta Kate pareció sentir un ligero vahído, hasta que se acostumbró. Luces de neón, halógenos, y leds como fuentes de iluminación. Mesas con distribución de restaurante americano, pero cuadros de estética asiática. Suelo liso y pulido, techo con apariencia de juncos bien atados. Era raro.

En la barra, con los codos sobre la misma, había una mujer haciendo garabatos en una hoja, invisible tras el muro que la separaba de los clientes. Aunque allí la única clientela era Kate.

Kate— saludó la mujer como si ya la conociese—. Jane me dijo tu nombre. ¿Ha pasado algo?— carraspeó—. Aparte de la que está liándose en la estatua, quiero decir.

Vestía como una mujer de clase bastante baja. Su ropa estaba muy desgastada por el uso, y quizás hasta le venía algo grande. Llevaba el pelo rubio pajizo, lacio, sin brillo, recogido en una coleta, y su piel estaba claramente desvitalizada y áspera. Aún así, seguía siendo guapa. Si se hubiese cuidado, hubiese sido preciosa.

Sin preocuparse por estar en un restaurante, sacó un pitillo, le prendió lumbre, y se puso a fumar. Tenía las uñas bien cortadas, pero ligeramente amarillentas por el tabaco. Además, parecía tener viejas heridas curadas en los dedos.

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03/06/2014, 23:14
Michael Saphiro

- Se me da bien saber cuando un hombre miente. - respondió Saphiro. - No parece usted de esos. Demasiado ego para ser sincero y dar las respuestas que le vienen en gana. -

Tragó algo de saliva antes de continuar. - Confío en que me deje vivir... indemne, y no me la juegue. - aclaró el abogado. Después de todo por fin tenía algo con lo que negociar de verdad con el millonario.

- Bien, Aaron Wake trabajaba para usted como bien sabe. Era uno de sus hombres hasta que hace ya unos cuantos años les abandonó. Les traicionó. - matizó intentando captar las reacciones faciales de S.T.A.R.K. Quizá tenía en su día mucho aprecio por Aaron o quizá no, pero tras el interés y la pregunta, el abogado podía deducir que S.T.A.R.K. tenía como mínimo cierta predilección por Aaron.

- Y fue por mí. - quizá esa revelación impactara a S.T.A.R.K. o quizá le hiciera odiar más a Saphiro y negarse a cumplir con lo prometido. - Me ayudó. Me salvó del resto de tus hombres... - estuvo tentado de utilizar la palabra perros en su lugar pero se contuvo y se mordió la lengua. - Estuvimos huyendo juntos mucho tiempo. Gracias a él no fuisteis capaces de encontrarme. Sabía cómo actuabais. Dábamos dos pasos antes de que dierais vosotros el siguiente. Y al final nos reunimos con los que hoy forman nuestro Coven. Aaron casi nunca habla de sí mismo o de su pasado. - continuó con la explicación. - Nos ha entrenado, ninguno habíamos usado armas en el pasado. -

Esperó un par de segundos mientras volaban en zig zag, tenía que dar tiempo a su estómago para que se acostumbrara también. - Conozco a Aaron desde hace 7 años. En todo este tiempo no había hablado de vosotros hasta hoy. - explicó. No era cierto del todo. Sí había comentado algunos detalles de su pasado tomando unas cervezas con el abogado, pero nunca habían entrado en detalles.

- Mencionó a la unidad Estigia, a Light - ahora sí que se fijó de nuevo en las facciones del playboy. Estaba tocando puntos delicados tanto en la vida como en el equipo de S.T.A.R.K. - y a la Viuda negra. Dijo que Light era muy inteligente y que la otra chica era la criatura más peligrosa después de ti en todo el edificio. -

En cierto modo Saphiro se sintió orgulloso. Puede que el hombre enlatado le matara pero había ganado tiempo. Mucho tiempo. Si los miembros de su Coven no se habían entretenido ya debían estar listos para salir de ahí. Sólo deseaba poder avisarles de lo que había averiguado, pero dudaba que fuera a salir de ésa.

Pero necesitaba más. Necesitaba más verdades que no hicieran peligrar la seguridad de Aaron. Necesitaba más verdades que le hicieran ganar tiempo con S.T.A.R.K. e incluso verdades que compraran su libertad si el tipo decidía cumplir con su palabra. Y entonces cayó en la cuenta de que no había dicho lo más importante.

- Aaron es como nosotros. - dijo finalmente. - Lo descubrió tarde pero la magia arde con fuerza en su interior. Por eso os traicionó. - seguramente aquello calmaría la conciencia de S.T.A.R.K. si es que la tenía. Le llenaría de orgullo y satisfacción comprobar que no había sido por un fallo en su organización sino que sencillamente Aaron estaba corrupto. Tocado por la magia. Una manzana podrida más.

Pero aun con esas, Saphiro albergaba sus dudas respecto a la reacción del millonario. Echó un último vistazo hacia atrás, hacia las lanzas de fuego que seguían persiguiéndoles. - Si me dejaras en un lugar menos transitado lo agradecería. - pidió con cierto gesto inocente. - O acaba lo que tienes tantas ganas de hacer, pero te resultaría más beneficioso lo primero. -

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04/06/2014, 10:10
Sheryl Anderson

Sheryl estaba entre los escombros, recuperando el aliento. No era lo mismo hacer unas prácticas de tiro inocuas, contra blancos inmóviles, que dispararle a gente. Mucho menos que dispararle a gente para salvar tu propia vida. No estaba haciendo mal papel dadas las circunstancias.

Y mientras la ex-animadora disparaba, Dani recibía disparos. Se había quedado de pie en medio del caos e inevitablemente había recibido. Había caído, aunque todavía se movía. Nuestra gran baza mágica estaba por los suelos. Lo único bueno es que seguramente no estaba de buen humor, así que seguro que en breve comenzaban a pasar cosas desagradables para los soldaditos. Esperaba. Tanto por ella como por la situación...

Y Aaron danzaba en medio de aquella pequeña guerra como si fuera una simple película de acción, esquivando balas, provocando explosiones... si hubiera tenido tiempo, Sheryl hubiera babeado. Mejor que cualquier actorucho de tres al cuarto.

Pero los perros le saltaron encima, amenazando con despedazarle. ¿Qué demonios hacían perros ahí? Aunque se pudiera pedir lo mismo de ellas, claro, la pregunta no dejaba de tener sentido. Sheryl se hubiera lanzado a ayudar a su Aaron, SU Aaron, pero entonces reapareció la mole blindada del soldado enlatado. Eso era malo. Los perros eran peligrosos, aquella mole era mortífera.

En cualquier caso, se acabó el esperar a ser rescatada. Sheryl respiró hondo como justo antes de comenzar una de sus actuaciones de animadora e hizo lo que mejor sabía: avanzar acrobáticamente a toda velocidad, acabando su recorrido con un espectacular salto...

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04/06/2014, 16:11
Dani Jenkins

Caí al suelo, los oídos me zumbaban como si alguien me hubiera metido los amplificadores del ultimo Berlin Festival en las orejas y el hombro me ardía como si, bueno, como si me acabaran de pegar un tiro claro. Lo que son las cosas, visto así, la verdad es que la situación no era muy diferente a como terminó el dichoso festival, con la salvedad de los perros claro... ¿o también había perros?. Sacudí la cabeza embotada tras el impacto, dejemoslo con que esta vez no había sido culpa mía, al menos la mayor parte...

Como buenamente pude, me arrastré hasta cubrirme entre entre la pila de escombros. -¿¡no te enseñó tu madre que no se dispara las chicas?! - 

Y el techo (o lo que quedaba de el), comenzó a resquebrajarse...

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07/06/2014, 14:36
Aaron Wake

La guerra siempre era dura y muy peligrosa. Pero en ocasiones ciertas decisiones, por muy locas que pudiesen parecer, podrían salvarle el pellejo a más de uno. Y en eso el ex-SOLDADO era todo un experto. Ante una misión suicida como aquella, crear una explosión de tal calibre les otorgaba al grupo extender el ataque sorpresa. Las balas volaban por la sala, los casquetes caían al suelo, Aaron esquivaba sin demasiada dificultad los disparaos de los reclutas- "Vaya con los nuevos. ¿Estos son los que me debían suplir?" debía pensar Wake- y finalmente la mochila desató un infierno de llamas.

Pero no todo iba a ser un camino de rosas. Los dos cariñosos huskies del Capitán Antartida le dieron a Wake una cálida bienvenida a base de mordiscos y gruñidos. Muy agradable era volver a sentir el peso de los dos "cachorros"- así los llamaba el Mastodonte con patas. ¿Cuántos años tendrían esos dos perros? Porque cachorros no parecían y estaban igual que hacía siete años-, y sus afiladas agujas. Muy contentos debían estar los dos perros, porque Aaron apenas sintió nada. Era como aquellas veces en un tiempo pasado en las que los dos caninos se divertían jugando con Wake.

Yo también me alegro de veros.

Tuvo una breve disputa, pero siempre desde el cariño, con los perros hasta que consiguió zafarse de ellos. Y al girarse el corazón se le paró. Hasta ahora no se había dado cuenta. Y durante un breve instante Aaron se olvidó de que se encontraba en un campo de batalla, con el Mastodonte y sus cachorros. Dani había caído al suelo, herida por una bala. Todo quedó en silencio, mientras Aaron se temía lo peor. Pero por fortuna, Dani volvía a incorporarse, buscando la cobertura de los escombros. Gritó con rabia la joven. Ahora los que lo iban a pasar mal eran los soldados que disparaban a ciegas.

Aún así, Aaron se maldijo a si mismo por no haber tenido más cuidado. Quería proteger al grupo y no lo estaba consiguiendo. Michael había sido capturado, Kate había desaparecido y Dani había sido herida. Miró al mastodonte y susurró para sus adentros- La has cagado, Ghost.- Aaron volvió a esquivar con un salto a uno de los huskies que volvía a la carga. Iba a por Dani- Viuda, cúbrenos. Hay que llegar hasta la mujer.- Al mismo tiempo, Aaron recargaba su arma con la munición especial rellena de Esencia de Luz negra. Shadow entraba en juego. Volvió a disparar en dirección al mastodonte con sus nuevas balas. Esa armadura no aguantaría siempre. Con rápidas zancadas llegó a Dani y le tendió la mano- Vamos, hay que llegar hasta ella- refiriéndose a la mujer-. Quiero que desates tu poder y no te olvides del gran cristal, nuestro billete de salida.

Por otro lado, Aaron no dejaba de disparar al Capitán Antartida. Tenían que aprovechar el momento actual para salirse con la suya.

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08/06/2014, 16:38
Kate Evans

Aunque no se había hecho una idea preconcebida de aquello con lo que iba a encontrarse, la estampa del local no le sorprendió. Ni la soledad del lugar, ni el aire condensado ni las pintas de la mujer refugiada tras la barra.

- Nada especialmente grave, por el momento - Conforme se acercaba a la altura de su interlocutora, Kate no perdió detalle de todo lo que le rodeaba. Por algún motivo, esperaba encontrar sentada y semi-escondida a la desequilibrada de Arual. - Pero necesitamos vuestra ayuda.

Permaneció unos segundos en silencio observando, aparentemente, los invisibles garabatos. En realidad, su cerebro registraba cada rasgo, expresión y movimiento de la mujer. Ni siquiera sabía su nombre y ella le había reconocido al instante. Estaba en demasiada desventaja.

- Tenemos que pasar a la otra dimensión y para ello tenemos que abrir un portal. Es lo que están intentando hacer el resto de mi Coven... a su manera. - Su mirada se desvió unas milésimas de segundo mientras intetaba controlar cualquier expresión relativa a sus compañeros. No tardó en posarse en el pitillo que acababa de encenderse la todavía sin-nombre. Las ganas de fumar le quemaban por dentro. También la demanda de otro tipo de sustancias. - Es de vida o muerte. ¿Puedes ayudarnos?

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10/06/2014, 02:33
Tona

Analizando con un ojo más agudo el local, la "oveja negra" del Coven se dio cuenta de algo. Detalles sutiles, bien escondidos, pero que no eran sino símbolos de protección. Ocultos en cuadros, vasijas, o incluso hechos con polvo de incienso. Todo cosas que, llegado el momento, pudiesen limpiarse o esconderse fácilmente de los S.T.A.R.S.. Nada grabado sobre la pared o el mobiliario directamente. Probablemente al apuesto Jack no le sería tan pan comido Orbitar ahí dentro, pero todo parecía inofensivo.

Si había algo de Arual ahí, la Bruja no lo vio. Nada parecía asociado a la pequeña tarada, salvo quizá los conjuros de la sala.

En cuanto a la mujer, parecía sencilla e increíblemente serena. Esa era la palabra. Serena. Ni agresiva, ni distante, ni preocupada, ni siquiera pasiva. Simplemente serena y paciente. Su rostro estaba relajado, y sus ojos irradiaban serenidad. Fumaba, eso sí, disfrutando de cada calada, fruto del vicio y, quizá, la adicción. Y el cigarro se consumía lentamente, como la vida misma de cualquier mortal. No obstante, comenzabas a ver algo más en esa mujer...

— "Versión Musical Hardcore"

Así pues, la mujer escuchó. Astuta y sagaz, separó el cigarro de sus labios y lo inclinó hacia la bruja, haciendo una señal con las cejas. De algún modo, había algo dulce y húmedo en sus labios. Aunque eso eran ideas que quizá la cabeza de Kate quisiese apartar rápidamente. Bastante tenía con Dani y Christian como para preocuparse por una mujer tan... humilde en cuanto a condición social. Pese a su porte de dignidad y decencia. Revestía cierta femineidad en su conducta y estética.

¿Quieres?— preguntó en relación al cigarro—. Soy Tona, a todo esto—. Todo pasaba muy despacio en la cabeza de Kate—. Tona "a secas"—. Demasiado. Los grandes aros dorados que llevaba colgando de las orejas bailaron con su cabeceo—. Yo no puedo ayudarte. Sólo Adams, Arual o Lucius pueden. Que yo sepa. Entre nosotras...— apoyó los codos en la barra y te sonrió con complicidad. Algo emocional golpeó violentamente tu cerebro, aturdiéndote—, yo soy sólo una humana. Con una pequeña chispa de sangre de ninfa, indetectable a los sensores de los "estrellados"— y menos mal. Si llega a ser detectable para sus sensores revienta los de Kate—, pero humana. Aún así, no quieres que ninguno de esos tres te ayude.

Se rió por lo bajo. Por momentos, la risa pareció agradable, atractiva e hipnótica respectivamente, evolucionando conforme se sucedían los segundos. O la bruja salía de ahí pronto o no salía en un buen rato. Empezaba a ver borroso, y se le estaba metiendo el olor a incienso hasta en el cerebro.

Adams te cobraría en carnes— recomenzó Tona, aunque no lo decía como si fuese algo desagradable. Claro, que en aquel momento no podías ser muy objetiva—. Arual es un encanto, pero impredecible. Cuando sale Laura, la mataría o me echaría a llorar, según qué haga— suspiró negando con la cabeza. La exhalación de sus labios llegó hasta los de Kate como frambuesa, o eso le pareció—. Y Lucius... está siempre dando la matraca con "la neutralidad", "el equilibrio" y "la justicia".

Se apostaría a que Lucius era el Avatar que mencionó Arual. Sonaba muy a Avatar, al menos.

La cabeza no estaba muy en su sitio precisamente...

¿Kate?— preguntó, preocupada, al ver la cara que adquiría la bruja, embelesada—. ¡Mierda!— exclamó abriendo los ojos.

Giró sobre sus pies, haciendo bailar la cadera de forma sencilla pero efectiva — a la protegida de Jack le faltaba ver cascabeles meciéndose ruidosamente a su alrededor —, y encendió la campana extractora de la cocina al máximo. El sonido comenzó a inundarlo todo de forma intensa mientras Tona y las pecas de sus mejillas se encendían como el fuego.

Lo siento, lo siento— dijo cogiendo a Kate una mano entre las suyas—. Se me olvidó apagar el incienso. Estuvo aquí antes William y...sexo. Oh, Dios. De verdad, lo siento.

Sabía que Kate estaba cachonda como una quinceañera leyendo un fan-fiction de Crepúsculo. Era obvio que el incienso era algún tipo de afrodisíaco sobrenatural o, en su defecto, algún amplificador de los diminutos rasgos feéricos de Tona. Pero un amplificador tremendo, como para que lo hubiese fabricado uno de los tres que mencionó la... ¿camarera?

En cualquier caso, por aquel entonces la cabeza de la bruja sólo podía pensar en dos cosas. En que quería meterle la lengua a Tona hasta la campanilla, y en que quería entrar en el portal dimensional hasta el fondo.

- Tiradas (2)
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10/06/2014, 03:23
Director
Sólo para el director
Cargando editor
09/07/2014, 11:04
Sheryl Anderson
Sólo para el director
- Tiradas (1)