Partida Rol por web

Invasión a Gea.

Capítulo 12. Una Terrible Noticia.

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17/11/2017, 17:18
Director

La conexión astral se rompió de forma violenta dando una fuerte sacudida a Shiata. Aquella anomalía en el conjuro podía provocar daños irreparables en las dos entidades que se habían conectado a través del plano Astral. La fuerte sacudido nubló la mente del sacerdote provocando que sus sentidos le negaran la percepción de su entorno, hasta el momento en que perdió por complete el sentido.

Yssil, Lessil y Cucuil se percataron al momento de que algo no había ido bien, interrumpiendo sus cánticos de forma súbita. No es que hubieran participado en muchos conjuros de aquel estilo, pero sabían bien que la finalización del trance en el que Shiata se había visto involucrado no había sido para nada algo normal.

Los tres Altos Sacerdotes de bajo rango se miraron extrañados y con cierta preocupación. Shiata no se movía, permanecía inerte y estirado sobre el suelo. Ninguno de los tres se atrevía a acercase a él o a establecer conversación con el que mudó tres veces, por miedo a empeorar la situación. De pronto y cuando ya se temían lo peor, el Alto Sacerdote tensó sus músculos e inspiró profundamente llenando sus pulmones y aliviando la asfixia a la que su cuerpo había estado sometido.

El Antiguo se incorporó, colocándose a cuatro patas, pues sus fuerzas estaban muy mermadas y unas fuertes arcadas le sobrevinieron obligándole a vomitar de forma brusca y desmesurada. Tardó varios minutos en recomponerse y con la ayuda de sus tres asistentes pudo finalmente ponerse en pie y poner rumbo hacia la civilización, dejando atrás el lugar elegido para el ritual.

Un fuerte dolor de cabeza afectaba a Shiata, casi desde su regreso desde el plano de Tránsito, pero ese no era el mayor de sus problemas, pues el contacto que había establecido con el constructo no había sido para nada como hubiera esperado y en vez de hallar un aliado, ahora contaba con un nuevo y peligroso enemigo que odiaba a su raza y había jurado devastarla hasta sus cimientos.

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19/11/2017, 10:25
Siatha

El sacerdote volvió a su cuerpo precipitadamente, con un fuerte choque espiritual que reverberó por toda su esencia. La toma de consciencia de su nueva forma, ahora material, le provocó una gran fatiga y desorientación. Siatha trató posar su mano sobre la fresca hierba a su lado, pero sus fuerzas aun no eran suficientes, y el Antiguo cayó al suelo, dejando que la lluvia cayese sobre su piel brillante, ajeno a cualquier otra cosa a su alrededor mientras sus pensamientos y emociones volvían a tomar consciencia de donde se encontraba. 

Los tres Altos Sacerdotes de bajo rango se miraron extrañados y con cierta preocupación. El ritual había concluido, las velas se habían apagado, y ahora ya no eran necesarios sus cánticos, y podían moverse libremente. Yssil, Lessil y Cucuil abandonaron sus posiciones, y corrieron hacia él.  Los tres se volvieron a mirar extrañados. Uno de ellos, que luego Siatha comprendería que era Lessil, había posado su mano sobre el pecho de Siatha, buscando un pulso, y respiró aliviado cuando el propio Antiguo se estremeció ante el el Alto Sacerdote tensó sus músculos e inspiró profundamente llenando sus pulmones ante el contacto del otro sacerdote; abrió ligeramente los ojos, observando como la triple imagen borrosa de Lessil se concentraba en una sola. 

Siatha trató de alzarse, pero aun se encontraba débil. A cuatro patas agitó su cabeza y pidió al que se encontraba más cerca que le auxiliase. Había una gran preocupación dibujada en su cara, pero no era debida a la situación de su cuerpo, sino a lo que había descubierto del constructo. El Sumo no estaría contento, pero al menos sabían de la existencia de un enemigo allá fuera. 

Tenemos que ir a ver al Sumo Sacerdote cuanto antes. Sentenció sin dejar opción de descanso antes de ir, ni opción a réplica alguna. Llevadme ante él.

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20/11/2017, 19:21
Director

Los cuatro antiguos desandaron sus pasos de forma veloz camino del templo. La necesidad de entrevistarse con el sumo sacerdote Shatis se había tornado imperiosa. Aquel descubrimiento debía ser puesto en su conocimiento cuanto antes, pues debían adoptar las medidas oportunas en el menor lapso de tiempo.

La inquietante charla entre Shiata y Chcath había revelado un futuro nada alentador para toda su raza, una venganza fraguada durante eones en la mente de aquel constructo que fue creado con la idea de proteger al pueblo que ahora quería destruir. El guardián que sus antepasados diseñaron para defender a la raza más antigua de la creación y que había optado por hacer todo lo contrario, persistiendo en la idea de devastar a la raza que le dio vida.

Llegaron pronto a la aldea. Un pueblo en el que predominaban las casas hechas con madera y las hechas con adobe sobre las que habían sido construidas con piedra. Tan sólo el templo había sido erigido completamente en roca y en forma piramidal. Había sido provisto de relieves que representaban escenas de la naturaleza que les envolvía y de ciertos pasajes de la historia relacionados con la diosa patrona de aquella raza.

En el centro de la aldea destacaba aquella inmensa construcción de varias plantas, que para nada era comparable con el resto de edificios de la aldea. Construida eones atrás por la ancestral raza a la que pertenecían, aquella estructura permanecía todavía en pie como el primer día como imbuida por la magia. Nadie se explicaba como el paso del tiempo no había deteriorado más aquella gigantesca pirámide y las labores que el pueblo de Shiata realizaba para mantener en buen estado el templo, para nada explicaban su excelente estado de conservación.

La puerta principal de aquel templo se encontraba en la zona norte de la pirámide. Daba a un amplio distribuidor desde el que se accedía entre otras estancias de menor importancia, a la capilla principal, el auditorio y la sala en la que los sacerdotes se reunían para debatir los asuntos referentes a la fe de su iglesia. Pero Shiata y los tres altos sacerdotes que se habían convertido en una suerte de discípulos suyos, no utilizarían esa puerta para acceder al templo.

No deseaban encontrarse con ninguno de sus hermanos de fe salvo con uno de ellos. Entrar a través del recibidor suscitaría muchas preguntas de los que se encontrasen orando en su interior. Demasiadas preguntas que muy pronto se harían eco en los oídos de los sumos sacerdotes. Lo cierto era que podía ser que Yssas entendiera la importancia del descubrimiento, pero podía ser que Thihiss no fuera tan comprensivo. Antes debían hablar con Shatis, él era el único que podía dar algo de luz a aquel asunto.

Para ello accedieron al templo desde la cara sur, dando un rodeo. En esa zona del complejo se encontraba una entrada menor, la cual estaba custodiada por una cuadrilla de guerreros al igual que la entrada principal. Al reconocer a los sacerdotes los soldados abrieron paso de inmediato y con Shiata a la cabeza se internaron en los intrincados y laberínticos pasadizos interiores hasta llegar a la cámara donde Shatis solía reposar cuando no estaba orando.

Una vez allí sintieron el olor procedente del incensario. Aquel dulce olor a madera era buena señal, señal de que el Sumo Sacerdote se encontraba en su cámara y así fue. Al mirar a través del marco de piedra de su estancia, el cual carecía de puerta alguna, observaron como en su interior se hallaba aquel a quien buscaban. En el centro de la sala y sentado con las piernas cruzadas sobre una alfombra de múltiples colores se encontraba el Sumo Sacerdote con los ojos cerrados. Sin duda estaba meditando o pidiendo consejo a los ancestrales poderes del universo.

Los tres Altos Sacerdotes esperaron a que su superior captara su presencia y les invitara a acceder a sus aposentos. Sacar del trance en el que estaba inmerso no sería del agrado de Shatis y además podía resultar peligroso. Tras algunos minutos los reptilianos ojos del que Shiata consideraba su maestro se abrieron y con un mero gesto les invitó a pasar al interior de su cámara.

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23/11/2017, 10:30
Siatha

Esperando frente al umbral de la puerta, el cuerpo de Siatha pudo descansar suficiente para poder alzarse sobre sus propios pies sin tambalearse. Los tres sumos sacerdotes que habían guiado al 3 veces mudado, dudaron al principio, pero finalmente consintieron al verle alzarse por encima del agarre de éstos. Le habían ayudado a llegar hasta allí, pero tal vez la información que Siatha contenía no podría ser revelada a ellos aun, podría ser divulgada como rumores, así que Siatha les pidió que le dejaran a solas con el Sumo Sacerdote. A regañadientes, con la curiosidad bullendo por ellos, dejaron el pasillo a tiempo de que Shatis solo lo viera a él.

Siatha se adentró en la estancia guiado por su maestro. Siempre le había gustado aquél lugar, le daba la sensación de paz y tranquilidad. Su lengua viperina podía oler el aire con tal detalle que podía distinguir cada uno de los ingredientes del incienso del aire. 

"Maestro, he entrado en contacto con el constructo." Su semblante estaba entristecido, algo complicado de representar en las facciones de un antiguo, apenas una reacción que era más perceptible por los aromas en el aire que el cuerpo de Siatha liberaba, y que en aquél lugar quedaban obviados. "Aquél ser no es más que una blasfemia a Ella. Se cree un dios, un ser incontrolable e invulnerable, capaz de dominar todo lo que esta delante de sí. Tristemente fue construido por nuestros ancestros en esto, prácticamente, y aun siente remordimiento por su intento de destruirlo. Traté de convencerle de que nuestras maneras eran diferentes a las de nuestros antepasados, pero aun busca una venganza que siente que le hará sentirse redimido. Este ser es un enemigo para nuestra raza, y deberíamos prepararnos para enfrentarnos a él." El Antiguo se postró hacia el suelo, deslizando, ondulando, su cuerpo lentamente hacia el suelo, comenzando por la cabeza, y luego hasta el vientre. "Te pido permiso para indagar en la naturaleza de este ser y encontrar la forma en que fue creada. Con suerte podrá también otorgarnos el conocimiento de como detenerlo, o en último caso destruirlo."

Notas de juego

Como nunca he visto una serpiente triste, y puesto que la visión de las serpientes no es tan desarrollada como su olfato, he supuesto que las emociones son traspasadas entre Antiguos a través de aromas más que por cosas visibles. 

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23/11/2017, 18:12
Shatis

Shatis mantuvo su expresión durante unos instantes permaneciendo en completo silencio. Aquello que le había sido desvelado era sin duda motivo de preocupación. Más teniendo en cuenta que al haber contactado con el gólem, ahora sabía de su existencia, lo cual hacía peligrar más si cabe su forma de vida.

Debemos alertar a los sumos sacerdotes. – Dijo Shatis. – Temo la reacción de Thihiss. Él era el más reacio a la comunicación. Cuando sea participe de lo que has descubierto, debemos enfocárselo como un bien, pues tarde o temprano Chcath se personará en Nabudum y querrá cumplir su venganza. Ahora sabemos de sus planes y debemos prepararnos para su llegada.

Shatis se puso en pie y se acercó hasta un mueble de madera sobre el que reposaba una abrigada túnica de piel. El Sumo Sacerdote se la puso sobre su capa negra decorada con infinidad de ojos y se aproximó a la salida de su estancia. Antes de cruzar el umbral de la misma se volvió a girar hacia Shiata.

Dices que requieres de mi permiso para indagar en la naturaleza del constructo. – Shatis hizo una pausa en la que examinó de arriba abajo al que mudó tres veces. – Sabes que sólo hallarás respuestas en un sitio. Un sitio peligroso del que nadie ha retornado. Un sitio prohibido al que no conviene ir en solitario, pero que la compañía no garantiza para nada el éxito. Si los tres Altos Sacerdotes que te ayudaron con el ritual consienten, podrás ir con ellos. – Agarró la mano de Shiata y la interpuso entre la suyas. - ¿Sabes dónde debes ir verdad? ¿Estás completamente seguro? ¿Qué esperas encontrar?

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03/12/2017, 10:36
Siatha

Siatha se levantó de su postura postrada acelerado por la urgencia en la voz del Sumo Sacerdote. -Soy consciente de que he avisado al constructo de nuestra presencia, aunque tengo claro que este ser ya sabía de nuestra existencia. No parecía tener noción de la destrucción de nuestros antepasados, ni de nuestras maneras humildes y devotas. Este ser de violencia y muerte solo desea nuestra destrucción por los errores de quienes fueron castigados por los dioses, se cree un dios, pues así fue construido.-El antiguo ayudó a su superior a ataviarse antes de salir por la puerta, ayudando a entrar en su túnica y finalmente cediéndole su cayado cuando estuvo preparado para salir. El símbolo de Ella destacaba en el cayado de madera pálida. Era negro, un ojo de intensa mirada tallado en oscuro alabastro. 

-Si hemos de enfrentarnos a este ser, solo hay una forma.- Sentenció el trimudado, con la voz algo apagada e incluso de temor, algo que nunca antes había sentido el sumo de su pupilo. -Incluso aun a pesar de mi vida, si entrar en la montaña puede traer una ventaja para los nuestros, no puedo hacer otra cosa, debo entregarme a la posibilidad de morir. Quiera Ella recogerme en su regazo si eso sucediera. Pero no podría exigir a otros que corrieran el mismo peligro que yo mismo enfrentaré, y si viajo solo, seré menos fácil de detectar.- Siatha no podía internarse en el lugar sabiendo que la vida de otros estaban en sus manos, no podía pedirles que se sacrificaran como él. -Usaré algunos de nuestros animales para evaluar cuales son los posibles peligros de la montaña antes de acercarme, y luego intentaré evadirlos de la manera posible. Necesitaré varios chislaks para ello.- Aquellas diminutas criaturas, roedores que eran la base de alimentación de los Antiguo por su alta supervivencia, resistencia, valor nutritivo, y rápido crecimiento poblacional. Además de cocinarse, podían ser digeridos vivos, cosa que solían hacer los exploradores Antiguos al viajar, evitando perder el tiempo cocinando. -Es nuestro deber enviar un mensaje a nuestros lejanos parientes del desierto, avisarles de un posible visitante externo al planeta en busca de conquista y dominación, además de la destrucción de todo ser reptiliano. 

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08/12/2017, 15:29
Shatis

- Me encargaré de avisar a los Antiguos de más allá de las selvas ancestrales. - Dijo Shatis. - Quizás debamos ver siempre el lado bueno de las cosas. Más allá de las dificultades y la destrucción que el regreso de Chacth puede ocasionar en nuestro mundo, tenemos una oportunidad de cambiar. Una oportunidad de reconciliarnos con los nuestros del desierto y los seres tecnológicos que se esconden bajo la roca de la montaña sagrada. - Shatis posó sus reptilianas manos sobre los hombros de Shiata. - Estamos ante una gran oportunidad. Si sabemos jugar nuestras cartas podemos devolver el esplendor perdido a nuestra civilización.

Shatis abrió la boca y sacó su lengua percibiendo en ese preciso instante que el incienso con olor a madera empezaba a apagarse. Se acercó hacia el metálico incensario que colgaba del techo desprendiendo el característico olor con el que se había inundado la estancia y abrió una pequeña puentecilla y soplando hacia su interior y avivando la brasa.

- Dispondrás de lo que necesites. - Dijo el sumo Sacerdote devolviendo su mirada al que empezaba a considerar como el más probable heredero de su máscara. - Todos los chislaks que necesites serán tuyos, más creo que deberías hacer una lista con el resto de equipo que necesites para tu misión. Discrepo contigo en una sola cosa. No creo que debas marchar en solitario. Puede que sea más fácil pasar desapercibido de esa forma, pero por otra parte necesitaras a tus asistentes en más de una ocasión y si debes realizar algún ritual, no podrás hacerlo solo. La fuerza de nuestra raza reside en la unidad. Viaja con los tres sacerdotes que te ayudaron a comunicarte con el ser de roca y fuego.

Notas de juego

Haz una lista de equipo y habla con los sacerdotes si al final aceptas que viajen contigo.

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10/12/2017, 10:34
Siatha

Siatha se postró frente a su sabio líder espiritual. Él trataba de ahorrarse la posible muerte de sus hermanos, pero era cierto que la fuerza de los antiguo les venía de sus números, de la hermandad que había entre ellos desde el nacimiento, cuidados como eran por toda la comunidad. La ausencia de figura paterna y materna ayudaba a formar una comunidad mayor. No existía preferencia hacia un antiguo sobre otro, sino sobre la raza por encima de todo. El antiguo esperó a ser despedido para poder salir y comenzar con su tarea.

En su pequeña alcoba, Siatha se postró a rezar a Ella, pues necesitaría de su guía para poder encontrar sabiduría para poder elegir aquello y aquellos que necesitaría. Shatis tenía razón, no podría a solas, y no solo con sacerdotes podría conseguir entrar en la montaña.

Guía mis pasos, oh tu que todo lo vez, guárdame de los peligros que hay delante de mi, así como los que vienen por detrás. Acepta mi misión y refuerza a tus hijos, madre de todo.

Tras su rezo, el Antiguo comenzó su lista de necesidades. Por supuesto necesitaría a los monjes que lo habían ayudado en el ritual, pero también requería de guerreros en caso de necesitar defenderse, con 2 bastaría, y un vidha-hechicero por si existían zonas que requiriesen conocimiento arcano. En total serían 7, un buen número, un número sagrado de Ella, pues 7 son los dones: Sabiduría, Inteligencia, Fortaleza, Consejo, Piedad, Respeto y el don del Miedo a ser olvidado por Ella.

Además del equipo de personas necesitarían de varios Chislaks para usar contra las trampas, así como para alimentarse, antorchas y madera para los fuegos, velas e incensarios para los rituales, tiendas y cantimploras para agua, palancas en caso de encontrarse con puertas atrancadas, cuerdas por si era necesario escalar, mantas pues los antiguos eran sensibles a las temperaturas, además de papeles firmados por Shatis en nombre del Consejo para avisar de que van en son de paz.