Partida Rol por web

Frederick sostenía el diario pero su atención estaba puesta en la conversación que tenían con el hombre, indudablemente había valido la pena detenerse a hablar con él, ahora tenían más de un dato de sumo interés para la investigación que estaban llevando a cabo. No le llevó mucho tiempo comprender que el hombre estaba cansado, incluso hambriento, sin embargo había un detalle que había omitido y el escritor tenía intenciones de hacer una última pregunta.

- Si no es molestia, caballero, sus comentarios son muy interesantes y me gustaría preguntarle algo mas- dijo desde dónde estaba parado, en respuesta al comentario de aquél hombre y tras haber cruzado miradas con Eduardo - Usted mencionó que la mala suerte cayó sobre la familia que vivía aquí y ese fue el motivo de su desgracia. Que es lo que les ocurrió? Se refería a que los encerraron o se estaba refiriendo a algo más que sucedió en este lugar?-.

Gillian se mantenía al borde de la conversación, dejando que sus compañeros pregunten mientras el trataba de razonar.

Decidió quedarse callado hasta que las preguntas terminen.

El viejo hombre se encogió de hombros -Ni idea, lo único que se es que se volvieron locos y ahora están en un asilo... Siendo sincero, no me sorprendería que esa casa fuese la responsable- Dice mientras señala a la vieja casa con el pulgar.

 En ese momento, un viejo Ford Modelo T estaba estacionando en frente de la casa "encantada" y pueden ver a un hombre alto y calvo salir de su interior.

Después de unos 10 minutos manejando por las calles de Boston, finalmente llegas a la dirección indicada.

El vecindario, que se encuentra cerca del centro de la ciudad, parece estar repleto de edificios de oficinas y comercios varios, siendo la casa "encantada" la única residencia privada de toda la manzana. Puedes ver a un grupo de gente hablando con nu viejo vendedor callejero de periodicos y puros. Estacionas en frente de un auto elegante y nuevo (Mucho más hermoso que tu viejo Ford Modelo T) al cual reconoces como el auto en el que tus "compañeros" viajaron hasta la casa.

(imagen de referencia)

En cuanto a la casa en cuestión... El chalé de ladrillo queda ensombrecido por los nuevos y más altos edificios de oficinas que tiene a ambos lados. La casa da directamente a la calle, y la parte de atrás está cubierta de malas hierbas y árboles medio caídos. A ambos lados de la residencia hay entradas que dan a la parte de atrás.
Es impresionante la manera en la que la casa parece esconderse tras las sombras que proyectan los edificios que la flanquean...

John da por terminada la conversación, le agradece al vendedor y le pregunta su nombre, el cual anota en su pequeña libreta: Mr. Dooley. Todos en el lugar se dan cuenta de la llegada del hombre calvo, John les hace señas sutiles para observar al individuo y ver que es lo que hace, quedamente pregunta al vendedor -Conoce al hombre que acaba de llegar? - obviamente tiene asuntos con la casa también, por un momento le recordó al sujeto calvo de la pistola... aunque ya habia olvidado su nombre, no importaba de todas formas, esperó la respuesta del vendedor.
 

Mr. Dooley se encoge de hombros y empieza a leer una revista.

Witz bajó de su auto y cerró la puerta con fuerza, era el único modo de cerrarla bien. Observó la casa desde la calle, le parecía raro... -por que no demolería y ya?? Podría construir oficinas, ganaría mas dinero- pensaba. Para Witz, una persona que no entendía de economía, lo mas lógico era que mientras mas grande era el edificio, mas ingresos le daba a su propietario. Claro, no tenía en cuenta que también nle proporcionaba más gastos... Vio al grupo a un lado de la casa, charlando con un vagabundo que tenía un puesto de diarios. Los saludó a su modo, con un leve y discreto movimiento con la cabeza y fue hasta ellos. 

-deme uno- dijo señalando los cigarros. -que descubrieron??- preguntó de forma generalizada, pues, estaba ocupado comprando y no podía hablar ahora, pero si escuchaba. Aunque era poco educado, era una costumbre que no se podía quitar, ni tenía planeado hacerlo.

-Te pondré al corriente- le contesta John divertido, y le enseña su libreta:

- Hasta ahora encontramos la casa - señala la casa - y hablamos con este caballero -señala al vendedor-  que nos ha dicho que la casa está relacionada con un extraño culto, de una capilla de aquí a dos cuadras, y nos ha confirmado tambien que los dueños de la casa se volvieron locos.

Luego de darle un tiempo para asimilar toda la información agrega -Que has descubierto tú?, - asume que ha descubierto algo, incluso asume que hay algo que descubrir, por su actitud- te apetece que entremos ya a la casa? - mientras le enseña las llaves.

Agradeció con pocas palabras la colaboración del vendedor para luego voltearse hacia le hombre que acababa de bajar del automóvil. Tuvo que ajustarse los lentes para reconocer a la persona que se acercaba, o Witz tenía un hermano o su estadía en la editorial del diario había sido mucho mas breve de lo esperado. Cuando el hombre habló supo claramente que se trataba de lo segundo. - Esperábamos verlo mas tarde - dijo con ironía, mientras repasaba mentalmente lo que habían averiguado. Observó al Witz unos segundos sin decir palabra mientras lo ponían al corriente Es la persona ideal para entrar solo a la casa, no creo que ningún demonio pueda sobrevivir por mucho tiempo a su presencia, se dijo.

-¡Gracias, buen señor!- le digo enérgicamente al vendedor de diarios. -Esperamos verlo pronto.- Acto seguido, me giro hacia el recién llegado Witz, y lo saludo frotando su calva y con una sonrisa -Eres rápido, Witz-. Saco mi mano de su cabeza, y me alejo con un corto saltito, para evitar cualquier movimiento brusco que pueda tener el matón, que temperamento no le falta.

-Creo que, ya podemos ir entrando... a la casa- cambio el tema y el tono, con una voz seria, como de preocupación o circunstancia. -¿Trueno ahora? ¿No? Rayos, nunca sucede.- Algún día se cumplirá mi sueño de que la naturaleza. -Claro, sí, primero cuéntanos que tal en el periódico.-

Cuando Eduardo tocó su cabeza reaccionó a correr su brazo con brusquedad -tch!- salio de sus labios. Ya era tarde, el actor había dado un saltito para evitarle. Witz se limitó a mirarlo solamente, no sería ni el primero ni el último que le tocara la pelada, y aunque le molestaba, estaba en cierta forma acostumbrado.

Tomó las llaves que John le entregaba, dispuesto a entrar a la casa "embrujada"

-pues sí- respondió con respecto a su llegada -me quede hablando con Rockeford hasta que se fueron, me fui al Boston Globe y una "cara de orto" me dijo que no podían darme la información sin el permiso del editor... Cuanto es??- preguntó al vagabundo sacando algo de dinero para pagarle

-traje el número- dice arrancando la hoja de su libreta para entregársela al escritor -fíjate si te da bola- dijo con un tono imperativo, aunque no intentaba ordenar, simplemente le salía así.

Observó a todo el grupo y continuó -bueno, entremos a esa mierda a ver que pasa, a la iglesia no te entro ni borracho- dijo a modo de broma. Luego miro al vendedor -vos seguro sabés de lo que hablo, no??- le dijo soltando una carcajada con cara de complicidad. Lo cierto es, que aunque existía la prohibición, hay ciertos lugares donde se puede tomar, los "speak easy" -ahhhh, que bien me vendría un traguito ahora...- pensó soltando un suspiro mientras se dirigía a la casa

- Ah, muy útil su aporte - respondió con ironía al tono imperativo con que Witz le habló. Guardó el número en un bolsillo de su traje, mas tarde contactaría a esa persona. Caminó hacia su auto y sacó una pequeña valija con su cámara de fotos. Tomó una fotografía de la casa en perspectiva y luego se acercó al grupo con la cámara en la mano - Una imagen vale mas que mil palabras- dijo el escritor, en lo intentó ser una broma de su parte, quería despejar la creciente tensión que sentía por dentro a medida que se acercaba a la entrada del edificio.

 Abres la primera cerradura e intentas abrir la puerta... Solo para darte cuenta de que hay otros cuatro cerrojos que la atrancan desde el interior. Parece que la llave es inútil en esta situación... Podrían intentar romper la puerta, pero se ve bastante resistente, también podrían intentar por las ventanas.

Witz logró abrir la puerta, pero también estaba cerrada por dentro. No se paró a pensar en los por qué, era extraño, pero ahora una sola cosa pasaba por su mente: la puerta le estaba ganando

-puta llave de mierda!- decía haciendo fuerza para sacarla. Dio un par de manotones al picaporte pero no se abría. Sin pensarlo mucho, le pegó una patada y la derribó -YA! MIERDA! Me tenía las bolas llenas- dijo mirando a sus compañeros -bue, ya está abierto- dijo entrando a la casa mientras pisaba la puerta con cuidado de no caerse. Por muy duras que sean las puertas, sus bisagras son otro tema.

La puerta, que ahora yace destrozada en el piso, da a un largo pasillo con unas escaleras en el fondo. A los lados hay varias puertas dando a distintas habitaciones, tres en el lado izquierdo y dos en el derecho.

-pff la puerta esta cerrada por dentro- y con 4 cerrojos más!, piensa john... y se dibuja una idea en su cara y en su mente, y entonces llama a la puerta, esperando que alguien conteste del otro lado. -Está cerrado por dentro, debe haber alguien ahí, no? -dice en voz muy baja. 

-Saludos! Necesitamos entrar, venimos a ver la casa!- Es lo único que se le ocurre decir.

Todo eso paso en la mente de John,  pues cuando regresó a la realidad el Calvito ya se había hecho cargo, lo cual recibió con sorpresa y agrado, pues era su segunda opción. Entro detrás de Witz y le dijo - Te tengo que invitar un buen vino después de algo así- volteó hacia sus compañeros y añadió -asumo que lo necesitaremos después de hoy- y se adentró en la casa, ávido de encontrar cualquier cosa.

Estaba al tope de adrenalina, "Vaya que es fuerte!" pensaba de Witz, y entró en la casa sin pararse a pensar (o quizá en algún nivel subconsciente) que estaban haciendo una que otra cosa ilegal, no importaba tanto, según las historias de su padre, a veces se tenía que hacer ese tipo de cosas por un buen, común, ah! qué refrescante se sentía hacer este tipo de cosas y no seguir la aburrida monotonia que llevaba como médico.

-shhhh! Hable bajo, hombre!!- dijo Witz alarmado por la invitación a tomar vino -pero claaaaro que acepto!!- dijo luego pasando un brazo sobre los hombros del médico en un gesto de brusca amistad.

Luego miró la casa. Habían 5 puertas y unas escaleras... Miró al grupo... Eran 5

-Bueno, voy a la puerta del fondo a la derecha, debe ser el baño y me estoy RE cagando!- dijo sin tapujos el calvo. -vayan viendo las otras puertas, sepárense para abarcar mas terreno y toda esa mierda- terminó diciendo mientras caminaba hasta lo que pensaba que podía ser el baño.

Anonadado. Ese fue el estado en el que quedó el escritor tras ver como Witz destruía la puerta, con una violencia carente de toda razón pero indudablemente efectiva. Dudaba que el señor Rockeford estuviese de acuerdo con la destrucción de su propiedad, será un tema por el que la bestia tendría que dar cuentas. 

Entró tras ellos en silencio, observando. El lugar distaba de ser acogedor y la idea de dividirse no le agradaba, en gran medida porque él mismo quería ver todo el lugar, nadie los corría y la casa estaba deshabitada. Por otro lado, no dudaba en que si alguien modificaba en demasía la escena, luego se dificultaría la investigación. Aún así la idea de acompañar al matón al baño era por demás desagradable. - No siempre la solución es dividirse, y menos aún correr si no hace falta. A las pruebas me remito - y señaló su bolsillo con el número de teléfono del Editor - Mientras esperamos al ... caballero, podemos recorrer las habitaciones en un orden, yo prefiero comenzar por las de la derecha - tenía su cámara en la mano y lista para fotografiar lo que allí encontrara, y el cuaderno de notas en el bolsillo para anotar las impresiones que el lugar le causaba, todo ello iba a inspirar su próximo libro y los detalles serían importantes.

-Lo acompañaré Sr Muller- Dijo el médico, ignorando la incongruencia de guardar silencio despues de tumbar la puerta de la entrada principal "Si algo o alguien estuviera dormido, ya sería consciente de nuestra llegada" pensó.  Acto seguido abrió la primera puerta de la derecha. El Sr. Bell, asiente en silencio y nos acompaña* 

Contrario a lo que tu intuición te ha hecho creer, la habitación al fondo a la derecha no parecía ser un baño.

Entras a los que parece ser una cocina normal y corriente, con una heladera (o nevera), una estufa de madera y un horno. También hay una despensa, pero esta cerrada y no puedes ver si aún hay comida dentro.

La cocina da a otra habitación por una puerta a tu derecha.