Partida Rol por web

     Parece que estaba ocurriendo algo afuera, pues la voz de Ino parecía un poco mas elevada de lo normal, aunque recordando el choque de opiniones que se había generado el otro día con el viejo, tal vez solo fuera que su discusión volvió a surgir ... gente vieja... pleitos de viejos... pero intentando abrir un poco los ojos parar ver como estaba afuera, se notaba bastante que no había pasado mucho desde que me había metido a la tienda a dormir, por lo que sin darle mucha importancia, vuelvo a mi cobija e intento seguir durmiendo para estar con todas mis fuerzas a la hora de cambiar de guardia.

El grito de Inomagata os despertó a todos. En una noche tan silenciosa como aquella no fue difícil despertar al grupo de aventureros.

La figura, en cuanto se dio cuenta de que había sido descubierta, puso pies en polvorosa. Fue en ese momento cuando Tolomeo vio a la borrosa figura salir de entre los matorrales y huir corriendo en dirección al bosque. Inomagata, quien disfrutaba de una envidiable vista en la oscuridad, pudo diferenciar que se trataba de un hombre vestido con ropajes de cuero, aunque no fue capaz de distinguir a primera vista si iba o no armado.

Al ver que no le hacia caso, Tolomeo le lanzó la red que siempre llevaba consigo cuando hacía guardia.  La usaba para todo, techo, hamaca para descansar los pies, canasta de sus bártulos astronómicos, etc., y ahora, para atrapar intrusos y cuestionarlos.

Vuela vuela. -dijo al tirarla. 

   Por mas que lo intente, el ruido afuera de mi tienda seguía siendo bastante como para poder seguir durmiendo hasta que fuera el cambio de guardia , así que, sacando una parte de mi cuerpo de la tienda mientras seguía cubierto de la manta.

   ¿ Po~*Ya~a~a~a~wn*~drían ser un poco mas silenciosos... ?, aquí ay gente que intenta seguir durmiendo - mientras abria de apoco los ojos para no dañarme la vista con los colores de la hoguera a lo que puedo ver solo a la figura del viejo que le estaba terminando de hacer algo mientras este miraba hacia la oscuridad - HUmmm... ¿ que esta pasando aquí ?.

El lanzamiento de la red de Tolomeo pilló por sorpresa al hombre que trataba de fugarse. La red se le trabó en las piernas, parando la huida en seco y dándose el hombre un buen golpe en los dientes al golpear el suelo. Los de dentro de las tiendas escucharon también este ruido, quedando claro que algo estaba ocurriendo en el exterior.

El hombre, pese a encontrarse en el suelo, no estaba del todo aprisionado y trataba de soltarse la red cuanto antes para volver a lanzarse a la huida. Tolomeo e Inomagata, que están observando la escena, no creen que la red vaya a aguantar demasiado tiempo entorpeciendo al maleante. 

Inomagata pensó que tendría que haber sido más paciente, y haberse acercado más, pero también consideraba prioritario el despertar al resto, y se lanzó a la carrera tras el "tipejo cotilla" aquel.

Aprovechando la oportunidad brindada por Tolomeo Inomagata se lanza a la carrera y se para frente al mirón. Con espada y escudo en mano lo le hace un claro gesto de que será mejor no levantarse hasta que aclare quién es y qué hace aquí.

Gruñí al escuchar el ruido que había, pero pronto pasé a levantarme, cogiendo mi espadón para estar listo si había problema... Bueno, había un fisgón como mínimo. Respiré hondo, pasando a acercarme y flexioné los músculos, indicando claramente que debía hablar de qué demonios estaba haciendo aquí... Algunas veces, ni siquiera hablar decía mucho más, sobre todo cuando estaba cabreado porque no había podido dormir todo el tiempo que quería.

Más valía que empezara a hablar... O bueno, pasaría a probar que la fuerza de mis músculos era real.

El acero apuntando al cuello del norteño y el enorme hombre con cuernos que acababa de aparecer fueron razones más que suficientes para que cejara en el empeño de soltarse de la red y levantara las manos en señal de rendición. Ahora, ya más cerca y calmados, podéis ver claramente que se trata de un norteño barbudo y un tanto fornido, ataviado con ropas de piel, una espada corta y un hacha al cinto.

- Kendu zazue deabru adartsu hori nere aurretik!! Eztet ihes eingo, egitan!! Eziozue utzi miñik eitten -dijo, cosa que ninguno de los presentes pareció entender, aunque parecía bastante inquietado por la presencia de aquel enorme hombre con cuernos- Thuriz-engatik hitzematen dut!

- Habla casi igual de raro que nuestro guía. Hizo un gesto, con la palma de la mano del escudo hacia el tipo, que realmente no esperaba que entendiera, y gritó: - LLAMAR A GUÍA A VER SI ESTE LO ENTIENDE.

Seguro, o Calista, que creo entienden el idioma. 

Al parecer algo nos entiendes. -le dijo, con señas.  ¿Puedes dibujarnos que buscabas, o hacer gestos?  Le pidió. 

Hizo los gestos básicos de ¿qué quieres?  ¿porqué nos veías?  Y cosas así, útiles para los monjes que tenían largos periodos de silencio, y con los cuales había podido perfectamente entablar un diálogo con el musculoso y musical Karstein allá en la taberna.

Calista salió perezosamente de la tienda. Se lo había tomado con calma desde que había escuchadoque los gritos iban desapareciendo y parecía que todo estaba controlado.

Por supuesto, así pudo comprobarlo al salir.

-¿Qué pasa? -preguntó con expresión somnolienta y arrastrando las palabras ligeramente.

Calista, ¿podrías venir tantito? ¿Conoces el idioma local?  O despierta a nuestro guía.  Tenemos un visitante, un local que tuvo pena de sólo venir a saludar abiertamente.  Gracias. -contestó amablemente el abuelo Tolomeo.

El joven norteño seguía con las palmas hacia arriba en el suelo mirando fijamente a Karsein.

- Baino esaiozue deabru honi aurretik kentzeko! -dice aun gritando desde el suelo- Nahi dezuena kontakoet, baino mesedez ez utzi adardun honi minik eitten -casi empezando a gimotear

- ¡Decidle a este demonio que se quite de delante! -dice aun gritando desde el suelo- ¡Os cuento lo que queráis, pero no dejéis que el cornudo este me haga daño! -casi empezando a gimotear

Karsein, ¿te le puedes quitar tantito de encima?  Me parece que le preocupa tu presencia. 

Un poquito de distancia y tomará aire para contarnos, ¿verdad? -le dijo al norteño espía.  Era cambio y cambio, y que te quiten un demonio de encima mira que ayuda y tiene su peso. 

Medio dormido y rascándose la cabeza y la barba Viggo se acercó hasta vosotros:

- Que pasa... ¿¿No gustar dormir?? -dice antes de percatarse de que había un hombre retenido bajo la espada de la doncella guerrera- hi zein kristo haiz? -dice en dirección al hombre con la espalda pegada al piso.

- Haizak!! Hemengo hauek izan dia! sare bat bota diate ta oain ezpata batekin naukate mehatsatuta!! -dice a su vez el hombre aun con las manos mostrando las palmas- Esaiezu deabru hau paretik kentzeko mesedez!!

Bien bien, le dijo Tolomeo a la paladina y a Karsein.  Retírense tantito, vamos, denle espacio para que nos platique qué hace aquí.   

Se acercó a quitarle la red de encima, con calma, atento a sus movimientos, y previamente desarmándolo de cualquier cosa filuda que trajera encima, por más discreta que se viera.  

¿Sabes hablar la lengua de los puertos?  -le dijo, suponiendo que no, porque si no ya lo hubiera hecho.