Partida Rol por web

Llegáis a Buenafortuna, un poco cansados por el viaje, pero con ganas de más aventuras, todos habréis oído sobre la Taberna AguaHelada y os ponéis en marcha a hacia esa taberna, cruzáis la puerta sur y seguis todo recto por la Calle Mayor, llegais a la Plaza de La Moneda se llamó así por los negocios que hay actualmente y las caravanas de mercaderes, giráis la fuente por la derecha y al noroeste cruzáis un callejón, lo seguís hacia el fondo y por lo visto estába una taberna echa allí mismo, os quedáis un poco sorprendidos pero por lo menos la conocéis la famosa taberna.

La puerta es de madera vieja pero bien cuidada y en el marco hay un letrero y dibujado una cerveza espumosa y el nombre de AguaHelada.

Abris la puerta...

Observando los negocios en la Plaza de la Moneda os dáis cuenta de que llega un mensajero real, ( la vestimenta es tipo mosqueteros de Dartacan),

Se baja del caballo y abre un pequeño papiro y a pleno pulmón, dice:

El General Lair del Ejercito de la Flor de Plata da una recompensa de 10 Platinos de Mithril y Oro a los aventureros y mercenarios que se pongan en contacto con el Comadante Veler en Yvern para luego ir a la Corte del Rey Dragón en las Tierras del Rey ( 2 continente) para recuperar un objeto de Los 5 Dioses, el Ojo del Dragón del Dios Guerrero Evurn se ha encontrado en territorio Enano, los Orcos de Umshor intentan tener el Ojo para sus propositos, Los Clanes de Ruork lo están defendiendolo a muerte, La Alianza Eterna una alianza antigua de hombres y elfos se volverán a reunir bajo el Estandarte del Emperador Sefreido.

Saludos de Lair.
Cerrando el papiro se marchó el mensajero...

Apenas estaban un grupo de mercenarios humanos ( antiguos soldados del imperio del leon dorado), dos Nobles Elfos y un enano Rompe Armaduras...

El siniestro personaje empuja la puerta con su mano izquierda y entra decidido. Tras un instante para acostumbrarse a la posible luz, barre con los ojos el interior del local. Exactamente, no se sabe lo que busca, pero encamina sus pasos hacia la barra.

Luce una cota de escamas tintada de oscuro y su capa de un color azul profundo mantiene sus rasgos ocultos. Sus pasos suenan metálicos debido a su armadura. De su hombro cuelga un carcaj cuyas flechas llevan un penacho negro como la noche. En su cinturón, la funda de lo que parece una espada.

Una vez junto a la barra, se limita a esperar al tabernero...

Miro con aire de desconfianza al personaje extraño que se acerca a mi querida barra de madera ciudada, sus atuendos no son comunes en BuenaFortuna asique con una de mis mejores sonrisas ( aunque solo tenga 4 dientes) salgo de la cocina y me acerco a mi barra y le pregunto al extraño personaje:

-¿Que queréis?, ¿ cerveza o vino de Yvern tal vez?; ¿ información? lo último por dos monedas de plata viajero.- me quedo en silencio observando al extraño personaje, la taberna esta casi vacia...

- Con un desayuno caliente y alojamiento bastará por el momento.

La voz del encapuchado sonaba áspera y su acento era rudo. Se podría deducir que el común no era su idioma natal.

- Me sentaré aquí mismo -dice señalando una butaca cercana.

Dejo de sonrier y digo:

-De acuerdo señor.

Xhanty levantó la vista de su jarra de cerveza debido al crujido de los goznes de la puerta de la taberna. Fijó su vista en el extraño tipo que acababa de entrar, Jamás había visto un drow... ¿Me pregunto que hará aquí? Bueno, eso no es asunto mío.
La chica desvió la vista al techo, a la espera de nuevos clientes y, lo que era más importante para ella, alguien con quien poder hacer negocios.

Podréis observar que entran en Agua Helada un par de caballeros, parecen compañeros de armas, uno es bajo 1'50, delgado, el pelo rapado estilo militar y el otro en cambio es alto 1'70, lleva pelo largo de color negro y fuerte.

Saludaron a Berni y este contento le sirvieron dos copas de cerveza, los dos caballeros se sentaron en la mesa al lado de la chiminea y estaban alegres, riendo sin parar y charlando de la vida.

También aparece la hija de Berni que vaja de la segunda planta, suele ir con ropa campesina, un vestio que le llegaba asta los pies de color marrón/blanco, unas botas de punta de color negro y su pelo rubio ondulado que parecía que no tenía fin y sus ojos azules, estaba limpiando las mesas...

Mientras espera por la comida, Vraek tuvo esa extraña sensación que se tiene cuando alguien es observado. Encuentra su objetivo tras unos ojos verdes que se desvía hacia el techo.

"Mmm... Vaya. Al parecer los habitantes de la superficie tienen algo por lo que merezca la pena subir..."

Ingorando a los dos tipos que acaban de entrar, los ojos del drow recorren el cuerpo de la mujer desde el fondo de su capucha.

Estos hombres parecen caballeros, quizá tengan algo interesante para mí. Tantearé el terreno.
Xhanty se pone en pie con decisión y camina hasta la chimenea, colocándose frente al fuego, dándole la espalda a los recién llegados, y hace gesto de calentarse las manos. Tras unos segundos, en los que cree haber captado la atención de los compañeros de armas, se vuelve hacia ellos.
-Hace una mañana fría, ¿no les parece?- les dice con una media sonrisa.

-Si señorita, aunque es normal para algunos que tienen una vida militar.- hablo el caballero rapado.

Militares... más me vale andarme con cuidado si no quiero acabar en algún calabozo.
-Y sería mucho preguntar... ¿puedo sentarme?- les preguntó con cautela y la mejor de sus sonrisas, mientras retiraba una silla y se en ella sin esperar la respuesta- Bueno, decía que si sería muy osado preguntarles que trae a un lugar como este a dos caballeros tan... distinguidos. Perdonad la indiscrepción de esta ciudadana curiosa- al terminar inclinó la cabeza hacia un lado y comenzó a jugar despreocupadamente con su cabello.

Los ojos del drow continuan posados en la mujer, siguiendo el movimiento de sus caderas en su andar hasta el fuego.

Una sonrisa asoma a los labios del elfo oscuro al pasar ella a su lado.

"Interesante... Muy interesante... Aunque la cachorilla del tabernero tampoco anda nada mal..."

Mientras se deleita posando sus ojos violetas en ambas mujeres alternativamente, presta atención a la conversación que pueda desenvolverse junto a la chimenea...

Como no tenia ni idea de quien era el Comadante Veler, me dirigi hacia los elfos que tambien estaban en la plaza a preguntarle.
-Perdonen, ¿ustedes saben quién es el comandante Veler?-pregunte con tono intrigado

Los dos elfos gemelos altos, rubios y elegantes te responden:

-No la verdad yo ni lo sé tampoco pregunta en Agua Helada, es una taberna que da por el Callejón Olvidado rodeas la fuente y ves hacia el noreste y encontraras dicho callejón, sigues todo recto y encontraras una puerta.

-Decirme señorita ¿sois de BuenaFortuna o venis acompañada?.- Te pregunta el caballero de pelo largo y el otro de te dice:

-¿Habéis oido hablar de Lanster Duriem?.

Confie en los elfos y segui sus instrucciones, efectivamente en el sitio donde me habian dicho habia una taberna.
-Aqui devera saver alguien quien es, el comandante Veler. -pense.
Sin pensarlo dos veces entre en la taberna en busca de una respuesta.

"Lanster Duriem. Vaya, no llevo ni un día aquí y ya saco información de las conversaciones ajenas."

- Posadero, ¿qué hay de mi desayuno? -la áspera voz del encapuchado vuelve a sonar en el ambiente.

Todos os quedáis en silencio y se habre la puerta...

La puerta se abre de golpe, dejando ver la fría mañana que se abre fuera... cualquiera creería que el viento está soplando con gran fuerza, o que hay espíritus asolando Buenafortuna, pero no es así, al mirar hacia abajo se ve lo que parece la miniatura de un aventurero... una pequeña entidad, con un enorme sombrero que oculta su rostro y una capa marrón, que oculta su vestimenta.
El extraño entra, con paso decidido y se acerca a la barra, al banco más cercano al cantinero, y, para diversión de algunos y asombro de otros, la pequeña silueta llega hasta el asiento de un salto y se quita el sombrero, mirando a los presente con sus ojos casi amarillos, pasando los dedos por su pequeña barba. Luego de esto, hace una reverencia a los presentes, moviendo el sombrero y alza su voz... una voz grave que no concuerda con su estatura...

Mi estimado tabernero... ¿que tienes para calentar el cuerpo? se me hielan los huesos... y quizás lo podría acompañar con... ¿tienes cerveza negra?

Luego de decir esto se sienta en el banco tranquilamente, dejando su sombrero sobre la barra...