Partida Rol por web

Al final habían superado las dificultades y habían vencido a los enemigos, pero no sin pagar un precio. -Dejad al lagarto.- Insistió. -Es solo un animal. Escapará.- Esperaba que no intentara comerse a Brunhilda ya que le partiría la columna de un cabezazo o una coz. -He salido escaldado... ¿Curación?- Se llevó las manos a sus heridas, podía aguantar, pero estaba dolorido.

 Luego registró los malolientes cuerpo y sugirió registrar las cuevas. -Habrá más. O no era una tribu muy numerosa...-

Los héroes pudieron recuperar la respiración tras la lucha, enturbiada por el arcano que había opuesto una considerable resistencia. No sólo habían varios trogloditas, sino que el ambiente era opresivo.

Tras observar con más detenimiento las salas que habían dejado, la actual venía a ser un dormitorio tribal, en el que habían dejado algunas posesiones. Al parecer dormían todos allí, sobre paja, la misma que ahora cubría al lagarto temeroso de salir.

La sala anterior mostraba los restos de algo. Allí habían incinerado a alguien, pues en una especie de fogata se podían ver restos óseos. Un examen mejor hacía notar que eran lo de un elfo, lo que debía de explicar porqué entre la paja habían guardadas unas botas mágicas élficas.

La primera de las salas (K3) mostraba varias gemas en las paredes y una ametista de gran tamaño en el centro. Colocada de un modo que parecía ritual. Además, recordaron que al llegar ellos, los trogloditas estaban alrededor suya por lo que debía de tener una utilidad o significado especial para ellos.

Solo tenia un conjuro de curacion, y mientras no hubiera peligro real preferia usar la varita.
Rapido, la varita, antes de que vengan mas

- Vaya, vaya. Me temo que este elfo no tuvo mucha suerte. Se ve que vino a explorar al sitio equivocado... Por cierto, no os importará que me quedé con esto, estoy seguro. Yo les daré buen uso. - Dijo Xander agarrando los vítores y los virotes de mejor manufactura.

Mientras los demás saqueaban, Ender cogió la varita que tenía Ghion y empezó a curar a los guerreros, devolviendosela al acabar. No acabó de curarles completamente, pero la curación magica era un bien precioso.

Agradeció la curación a sus compañeros y clasificaron el botín. Quedándose Pitu con la bonitas botas élficas. 

-Volvamos a avisar al grupo, por el camino podremos explorar más zona de bosque.- 

Ghion deja su varita a Ender, al verle acercarse tiene la intuición de que es lo que quiere y se la prepara para que el mago vaya a curar a sus compañeros. Mientras, en un vistazo rápido junto a los demás hacen inventario de los pertrechos de los monstruos caídos, y al encontrar un anillo mágico convienen que lo use el oráculo.

No quiero que se repita lo de antes, voy yo primero. Seguidme.

Iniciando la marcha, el combatiente, mayal en mano, camina resuelto hacia uno de los túneles por explorar, seguido de alguno de los focos de luz del grupo.

Una vez recogidos los objetos y sanado casi por completo, el grupo continuó la marcha. En la nueva sala que encontraron el aire es húmedo y húmedo, con una niebla fresca. Un áspero globo de cristal cuelga del techo, con velas encendidas en su interior. La luz del globo refracta la niebla en la habitación y el cristal crece en las paredes, llenando la habitación con arco iris. Una fuente burbujeante en el centro crea un chorro de agua clara que continuamente se drena hacia el suelo.

Al aproximaros, un troglodita extrañamante armado hace unos gestos a tres grandes ranas, poniéndolas en alerta. Los anfibios croaron agresivamente, interrumpidos mientras bebían.

Aquellos habitantes de las cuevas estaba demostrando tener gran afinidad con las bestias salvajes. Primer lagartos, ahora ranas, ¿qué sería lo siguiente?.

El aspecto rudo de aquel bicho armado no le gustó al valeroso Halfling, por lo que volvió a invocar su poder. La fuerza del Dragón, con un grito desgarrador. -Fush Ro Dah!!-

Siguiendo los pasos del cabrero, Xander sonrió asqueado al ver a aquellas ranas que poco o nada tenían de amigables po la forma de croar. El alquimista sacó un vial con un líquido rosa, lo destapó y se lo echó al gaznate.

- Aaaahhhh... Esto parece un trabajo para Xander... - Dijo sonriendo, mientras su cuerpo empezaba a agitarse y sus brazos a crecer de una forma desmesurada y otras cosas más.

Los dioses me dan la oportunidad de resarcirme, piensa Ghion al verse de cara con el grupo de extraños enemigos, el resto de sus compañeros protegidos detrás de oráculo. Invocando sus poderes divinos, bendice a todo el grupo.

Yo iré a por una de esas ranas. A por ellos, amigos. Venceremos.

Tras esas palabras, Ghion avanza, entablando combate cuerpo a cuerpo con uno de los anfibios.

Viendo que sus compañeros comenzaban a prepararse para un combate, el paladín decidió avanzar para ver de qué se trataba. Quería estar en primera línea cuando llegara el momento de combatir. Las bendiciones de Ghion comenzaron a fluir mientras la sed de sangre de Pitu luchaba por dominarle. Normalmente la habría dejado apoderarse de el, disfrutaba con ella, sin embargo la combatió por el momento, hasta saber a que se enfrentaban.

Cuando llegó al frente se encontró con varias ranas cargando hacia el, y solo le dió tiempo a prepararse para el impacto

Ender entró tras los demás y se preparó para ayudar, conjuró y mantuvo la ultima silaba del conjuro en espera.

Pronto los exploradores iniciaron el nuevo combate, enfrentándose a las pequeñas ranas y el troglodita que parecía guiarles. Pitu lanzó uno de sus inspiradores gritos, llenando de ímpetu a los luchadores. Alexander decidió tomar uno de sus viales vaciando su contenido con rapidez, su cuerpo entonces cambió, estirándose levemente sin cambiar la anchura, como si hubiese sufrido una rápida transformación.

Valk se preparó por si era atacado, Ghion recurrió a su magia divina para potenciarles a todos además del conjuro de protección que ya usaba. Mientras, la rana con la que se había enfrentado buscaba sus piernas, momento en el que la magia grasienta hizo de nuevo acto de aparición, esta vez por parte de Ender. La rana resbaló ante la sustancia, entonces como un acto reflejo se levantó, propiciando que el oráculo pudiera aprovechar el error del animal.

Las otras ranas también saltaron y quisieron mordisquear, no pudiendo lograr nada contra ellos, mas el troglodita hizo algo diferente, rodeó a todos ellos y lanzó una bola carnosa que no era sino una vejiga de alguna criatura en dirección a Valk. El extraño proyectil golpeó contra la pared liberando un gas de horrendo olor pero a esa distancia no supuso inconveniente, tan sólo se podía definir como un nuevo olor desagradable.

Magnífico ese conjuro, dice Ghion complacido por el trabajo en equipo en el que, esta vez sí, es parte activa. Aprovechándose de la superioridad causada por la grasa en el suelo, machaca la cabeza de la rana con repetidos golpetazos de su mayal.

Moviéndose ligeramente hacia el sur, el enorme guerrero se acercó hacia el primitivo que había azuzado a esos animales contra ellos, pues suponía que era quien más problemas podría darles. La espada hizo un movimiento extraño en el último momento y la hoja se desvió más de lo debido... no entendía como podía estar dándole tantos problemas ese arma... tendría que intentar que la reforjaran la próxima vez que visitara un armero...

-Argt!!!- Pitu siguió gritando mientras avanzaba otro paso al tiempo que levantaba sus cuchillas.

Decidió ignorar a las pequeñas ranas. Su objetivo era el guerrero troglodita. Primero asestó un tajo de abajo arriba con su izquierda para luego buscar el costado con su derecha en rápida sucesión de furiosos tajos. 

- Tu quédate aquí vigilando, pulgoso... - Dijo Xander a Rex, tras frotarle la cabeza al asustadizo perro.

Lo cierto es que se asustó al ver como cambiaba el físico del semiorco, pero eso el alquimista no lo sabía.

El mestizo siguió a sus camaradas y en cuanto vió a la primera rana, apuntó y le lanzó una de sus bombas, sin miramientos. Aquello iba a doler y lo sabía...