Partida Rol por web

Isekai: Horizon Zero

Introducción Ling Lu

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22/03/2020, 23:34
Master

Sientes que tu cuerpo flota por el vació, por unos instantes tu mente no es capaz de comprender en lo mas mínimo que es lo que acababa de suceder, tratas de juntar todos los trozos y entonces lo recuerdas, un intenso dolor que se esparce rápidamente por todo tu cuerpo, el dolor de tus huesos ser triturados y tus órganos reventar por el inmenso choque de fuerza, no duro mucho por supuesto, pero en ese instante te sentiste tan vulnerable, pudiste apreciar en todo su esplendor como tu existencia llego a su fin nada mas por un simple descuido. ¿Pero venga, al menos sacaste un SSR en el juego? ¿Valió la pena? Definitivamente no, menos ahora que nunca lo podrás usar, y pese a que es un asunto tan trivial insignificante, es lo que ocupa tu mente en este momento. Tus sueños y metas que nunca podrás cumplir invadieron tu mente y tu vida pasa por tus ojos luego, vaya que manera de tener el orden alterado. 

Pero la mejor pregunta es ¿Por que puedes pensar en esto? ¿No debería haber todo terminado? 

 

 

Intentas moverte pero no puedes, es como si no tuvieras cuerpo, un alma vagando en el limbo y es porque precisamente eso eras, nada mas que energía flotando a través del vació lentamente. Si es que hay un cielo o un paraíso al parecer no has cumplido con lo suficiente para llegar allí, y tampoco has hecho méritos como para terminar en un pozo ardiente. Sientes desesperación ¿Como es posible no sentirlo? Era como estar vagando con todo el cuerpo atado dejando que la corriente te arrastre hacia lo desconocido. 

Entonces escuchas una voz... pero no puedes entender todo lo que ella dice. 

- ...tima...e...tu he...na... no mue...diviérteme.- Escuchas una carcajada, definitivamente era algo maligno que te hablaba - Espero que tengas una vida interesante. *

¿Que diablos? ¿Una voz desconocida te acaba de maldecir? Entonces, antes de que puedas pensar mas en ello sientes una sensación de vértigo extrema, estabas cayendo, cayendo a una velocidad extrema, te precipitabas a una velocidad increíble aunque no podías ver nada, pero podías sentir el viento en tu cara, como sacudía tu pelo y tu ropa, entonces, logras abrir los ojos. Vez una gran ciudad en el suelo, rodeada por tres enormes montañas, cada vez se acerca mas y mas... estabas cayendo hacia el este de la ciudad... mas y mas cerca a cada segundo, ¡Hasta que! Tu velocidad de caída disminuye a cero a centímetros del suelo, quedas flotando en el aire por unos tres segundos y caes como un saco de papas entre unos arbustos en lo que parece ser un gran patio de una enorme casa. 

Notas de juego

*Te desean que tengas una vida llena de conflictos y problemas, es decir, todo lo contrario a vivir en una época de paz. Una antigua maldición china. 

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23/03/2020, 00:48
Ling Lu

No tenía idea de lo que ocurría en ese preciso momento. ¿Dónde demonios estaba? Una oscuridad que la aterraba en demasía, sin lugar a dudas, pero... ¿dónde? Sin embargo, lo que más deseaba saber, era cómo había terminado en aquella situación. Fue así como pudo recordar, de manera fragmentada, lo que había ocurrido. Estaba muerta. No había duda de ello. Había muerto por un maldito SSR, en un maldito juego de móvil. Genial. Realmente genial. Toda su vida a la basura, tan sólo por una tontería, por algo carente de valor, al menos ahora que no podría hacer uso de dicho SSR. Era incluso gracioso. La vida le había concedido esa alegría tan pequeña, tan sólo para arrebatársela con un dolor extremo... por más que hubiera durado tan sólo un instante. Todavía podía recordar cómo se le habían triturado los huesos con el impacto, cómo se había convertido en nada más que un montón de carne y huesos en medio del pavimento. Maravilloso. ¿Podía insultar a alguien por semejante destino? Eso era lo que habría deseado hacer, por supuesto. Insultar a quien sea que estuviera a cargo de ese fiasco. Sin embargo, nada de eso tenía algo de valor en ese instante, no cuando, sin importar lo que hiciera, estaba muerta. Simplemente, no sabía si reír o llorar, o si podría hacer cualquiera de esas dos cosas, en aquel estado en el que se encontraba. ¿Cómo podría? Ni siquiera sentía su propio cuerpo, ni siquiera sabía si podía sentir algo.

Tan sólo existía en el vacío, carente de materia, sólo alma, o como fuera que aquello se llamara. Su vida pasó frente a sus ojos con rapidez, su intenso deseo de ser una cantante de importancia, de cumplir su sueño y sacar a su madre de la pobreza. Nada de aquello sería posible, no ahora que estaba muerta. La vida le había negado la posibilidad de estudiar música en la universidad, y ahora también le negaba la posibilidad de intentarlo de la forma más dura. No obstante, todo aquello quedó en el fondo de su conciencia, tan sólo preguntándose qué sucedería con su madre. ¿Lloraría por ella? Sí, estaba segura que lo haría. Su madre siempre la había querido, al punto de trabajar hasta el cansancio para poder cumplir su sueño de ir a la universidad. Lamentablemente, aquello no había sido suficiente, ni siquiera cuando ella también había obtenido un trabajo como camarera. La universidad era un lujo que sólo los adinerados podían permitirse. Sin embargo, ahora sabía que, como consuelo, su madre no tendría que preocuparse por ella. Podría continuar con su vida, sin tener que preocuparse por los sueños inalcanzables de su hija. Sí, eso era lo mejor. Aún así, debía de reconocer que le preocupaba mucho el hecho de que no estuviera en el cielo, o en el infierno. No había nada allí, tan sólo vacío. ¿Tan vacía había sido su existencia que no había nada esperándola? Ta ma de. Vaya fortuna la suya. Lo mejor de lo mejor. De haber podido, habría deseado reírse en ese preciso momento.

No obstante, mientras lamentaba su destino, pudo escuchar una voz femenina que llamó su atención. ¿Qué? ¿Quién diablos era esa? ¿La cabrona le había echado una maldición? Biao zi. ¿Qué mierda le había hecho? No recordaba tener ninguna enemiga. Sea lo que fuera, habría deseado insultarla de pies a cabeza por aquella maldición que le había echado, si bien estaba claro que no podía hacer nada en el estado en el que se encontraba. Lo que le faltaba... no sólo estaba muerta, sino que también maldita. Cao ni ma. Sí, ojalá que se fornicaran bien a la que le había dedicado aquellas palabras. Para peor, no tardó en sentir cómo algo tiraba de ella, o más bien una extraña sensación de vértigo, para luego caer con rapidez, a pesar de no saber muy bien hacia dónde estaba cayendo. Sólo caía, nada más, en medio de aquella oscuridad en la cual no podía distinguir nada. Al menos hasta que sí pudo ver... y también sentir. Caía del cielo, a la vez que sentía el viento contra su ropa, su cabello y su piel. Estaba cayendo hacia una ciudad, algo curioso, teniendo en cuenta que se suponía que estaba muerta, y su cuerpo hecho un desastre. Y entonces... se detuvo, apenas nada de distancia entre ella y el suelo. Por un momento, había pensado que moriría una segunda vez, si es que era posible algo así. - ¡Aaaah, noooo! - Exclamó al final, en el preciso instante en el que cayó sobre aquel arbusto. ¿Qué mierda? No tardó mucho en intentar levantarse. - Hundan... - Murmuró, cabreada, a medida que intentaba recomponerse de la caída, sin comprender muy bien por qué aún podía sentir, y por qué sentía su cuerpo. Sin pensarlo demasiado, intentó observar lo que había a su alrededor.

Notas de juego

Ta ma de = Mierda, Joder.

Biao zi = Perra, puta.

Cao ni ma = Que te jodan

Hundan = Hija/o de perra

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23/03/2020, 01:06
Master

Estabas cubierta por hojas tras caer en el arbusto, afortunadamente la planta era bastante blanda y no quedaste con cortes por las ramas, ni lesiones por la caída. Poco a poco te incorporas para revisar tu entorno, aunque aún sientes ese incomodo hormigueo en el estomago por la caída. Estas cerca del centro de un enorme patio interno rodeado por alas murallas, afortunadamente no estaban custodiadas por guardias, pero entonces caes en cuenta en dos detalles. Por ni un lado parecía haber instalaciones de alumbrado eléctrico, y por otro, todo parecía tener un estilo... muy antiguo... como a los lugares que los llevaban en los museos cuando estabas en el instituto.

El jardín tiene forma de ovalo, en su centro hay un estanque de agua rodeado por delicadas flores, flores de muchos colores, azules, lilas, rojas, amarillas, anaranjadas, y no solo eso, mantienen el ambiente con un grato perfume, relajante incluso. Sea donde sea que estás, es un lugar a la antigua, muy bien preservado y elegante. Toda la decoración parece ser de muy buena calidad, lo puedes apreciar en unas esculturas de dragones muy bien trabajadas que rodean el estanque. 

- N...N... ¡No te muevas! - Exclama la voz de un niño cerca de ti, no le puedes ver, parece asustado y permanece muy bien oculto. 

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23/03/2020, 02:03
Ling Lu

- Tuve suerte... - Dijo para sí misma, en el momento en el que se incorporaba, sacudiéndose las hojas de su vestimenta. ¿Eh? Sus ropajes no eran como los recordaba. Para nada en similitud. ¿Qué estaba sucediendo? Sea lo que fuera, se sentía extraña, no sólo por aquella desagradable sensación en su estómago, sino también porque había algo raro con su cuerpo. Sentía algunas cosas totalmente diferentes a lo habitual. Sin embargo, optó por dejar aquellos pensamientos a un lado, mientras observaba a su alrededor, tratando de comprender dónde se encontraba... y si podía hallar una explicación al hecho de que no estuviera muerta. Por fortuna, la caída no había causado daño alguno en ella, exceptuando lo mal que se sentía del estómago. Sus ojos no tardaron en concentrarse en las curiosidad murallas que rodeaban el enorme patio en el que se encontraba. ¿Qué demonios? Se suponía que la habían atropellado. ¿Dónde estaba el camión? ¿Por qué no estaba en la calle? No podía el motivo del cambio de escenario. Aquello era muy raro para ella. Ni hablar de la arquitectura de las murallas. Parecían antiguas, algo propio del pasado, no de la ciudad en la que vivía. - Qué... ¿Y el SSR? - Se preguntó a sí misma, a medida que buscaba su móvil, esperando que no se hubiera dañado con el choque.

No obstante, a pesar de que lo buscó con la mirada, no pudo encontrar rastro alguno del móvil en cuestión, lo que ciertamente no hizo más que amargarla, ya que se suponía que había muerto por su culpa. Genial. Estaba en un lugar desconocido, sin posibilidad de comunicarse con su madre, y encima parecía que se encontraba en una especie de sitio histórico, a pesar de que había muerto en la calle, rodeada por edificios. - No entiendo nada... - Se expresó por lo bajo, al mismo tiempo que apreciaba, con sus ojos azules, la belleza de las flores de variados colores frente a ella, además del hermoso estanque, el cual decoraba aquel escenario de una manera increíble. - Uah... ya me gustaría tener un patio así. - Dijo para sí misma, para luego permanecer con la boca abierta, pensando que, quien sea que viviera allí, debía de tener mucho dinero. Por un momento, deseó que se tratara de una bella mujer. Si tenía suerte, tal vez podría hacerle "ojitos" y enamorarla lo suficiente como para que se casara con ella. ¡Ja! Claro. ¿En China? Ya bastante rara la vería la sociedad si la vieran comportándose de manera romántica con otra chica. Ni hablar si quisiera casarse con dicha chica. De por sí, siempre se había sentido muy rara por tener aquel... "gusto". Si bien estaba claro que no había mucho que pudiera hacer al respecto. Era lo que era.

Aún así, mientras pensaba en ello, no tardó en escuchar la voz de un niño, a pesar del hecho de que no podía ver a nadie a su alrededor. - ¿Eh? - Movió la cabeza de un lado a otro, intentando descubrir dónde se hallaba el niño. ¿Por qué estaba tan asustado? Bueno, era verdad que había caído del cielo. Cualquiera se habría asustado por algo así. - Lo siento, didi. No quise asustarte. - Le aseguró al niño en un tono dulce, esperando que no continuara asustado por ella. Si bien, en cierto momento, volvió a sentir algo raro, principalmente detrás de ella... y en su cabeza. No perdió mucho tiempo en guiar su mano derecha a una parte, y luego a la otra, percibiendo algo que hizo que abriera los ojos de par en par. - Ta ma de... - Se expresó por lo bajo, a medida que sentía la suavidad de un hermoso pelaje. ¿Orejas? Miró hacia atrás para comprobar lo segundo. Colas. Tenías colas. Y no sólo una. - Pero qué... - No se demoró en tirar de una de las colas, sintiendo un fuerte dolor que hizo que soltara la misma con rapidez. - N-no... - Negó con la cabeza, no pudiendo creer lo que estaba viendo con sus propios ojos. Ese no era su cuerpo. Ella jamás había tenido orejas peludas, ni múltiples colas de animal. Algo había ocurrido cuando había muerto. Estaba segura que había muerto, lo había sentido en todo su ser. Nadie podía sobrevivir algo así. - Didi... ¿sabes dónde estoy? No te preocupes, no te haré daño. Sólo estoy un poco perdida. - Le aseguró al niño, esperando que este le ofreciera las respuestas que necesitaba.

Notas de juego

Didi = hermano pequeño. En este caso, es más una expresión cariñosa, para no poner nervioso al niño.

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23/03/2020, 15:48
Master

Se produce un momento incómodo, un prolongado silencio, pero el niño te vuelve a responder.

- Jiejie - Exclama el niño tomando aire, como armándose de valor - No te conozco, pero estás rodeada por un aura de maldad, pero no presiento mentiras en tus palabras. 

Sientes como se mueven unas plantas cerca de ti y de ellas sale un niño, pero un niño que no esperabas ver en realidad. Era bajo, con suerte te llegaría a la cintura, pero sus ojos brillaban con inteligencia que sobrepasabas sus años, no se acerca a ti, mantiene su distancia. 

Tiene alargadas orejas de animal y cola, detalles que te sorprenden bastante, pero recuerdas que tu también las tienes, sin embargo hay detalles que no puedes pasar por alto, sientes un dolor de cabeza intenso pero soportable, algo dentro de ti, ¿recuerdos quizás? recuerdos que no son tuyos, te dicen que el niño no está bien, parece bastante débil, muchos mas frágil de lo que un niño de su edad debería ser... y sus piernas... sus piernas sufren una especie de deformidad, incluso sus pies asemejan mas a las de un animal que las de una persona, y estas segura que al menos tus piernas en este cuerpo no son así. 

- ¿Y bien? ¿Que haces en mi jardín? 

Pregunta el chico joven de no mas de 11 años desde una distancia prudente, antes de que la puerta del jardín se abra y por ella entren muchos soldados, soldados con armaduras como las de la antigüedad, portando toda clase de armas que son apuntadas en tu dirección.

- ¡Joven maestro! - Exclama un hombre anciano desde atrás de los soldados, quien, en su mayoría parecían humanos normales - ¿¡Esta bien joven maestro!? 

El chico te mira, quizás siente tu confusión por lo que levanta una mano, ante esté signo las armas apuntadas hacia ti son retiradas. 

- Esperen, jiejie es mi... invitada, respondió a la solicitud de guardaespaldas que he hecho ¿No es así, jiejie? - Dice el niño mirándote a los ojos directamente, ¿es que acaso te estaba salvando? 

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23/03/2020, 16:46
Ling Lu

La respuesta del niño había sorprendido en demasía a la joven. ¿Había dicho que podía sentir un aura de maldad en ella? ¿Cómo era posible algo así? No recordaba que fuera malvada, bueno, no más que cualquier otra persona si la provocaban lo suficiente. Sin embargo, no era como si disfrutara de ir pateando niños por la calle, o robarle el dinero a las ancianas. Por otro lado... ¿cómo demonios podía sentir algo así? Esas cosas no eran más que propias de películas o series. Nadie era capaz de algo así. Como mucho, podías ver que una persona tramaba algo, o que no parecía ser alguien de actitud serena, en base a la mirada, entre otros gestos corporales. ¿Dónde demonios estaba? Lo peor era la extraña apariencia de su propio cuerpo. ¿Por qué tenía tantas colas? ¿Y las orejas? Espera... Sus manos no tardaron en tocar sus propios pechos, notando la carga extra. Estaba más que segura que sus pechos no habían sido tan grandes como lo eran en ese momento. No había duda alguna. Aquel no era su cuerpo. Lo que sea que había sucedido, luego de ser arrollada por ese camión... estaba claro que no se encontraba en su propio cuerpo. - No, yo no soy malvada. Bueno, eso creo. - Se expresó con cierta inseguridad en sus palabras, no sabiendo muy bien qué pensar en ese momento.  ¿Acaso estaba loca? ¿Había poseído el cuerpo de otra persona al morir? ¿O estaba en su propio infierno personal?

Sea lo que fuera, su boca se abrió por la sorpresa, al ver al niño en cuestión. Tenía orejas y una cola de animal, una sola, no nueve como ella, pero aún así... Aquella visión era ciertamente peculiar para ella. No era normal. Algo así no debía de ser posible en la realidad que estaba acostumbrada a vivir. Sin embargo, no podía negar lo que estaba viendo, así como tampoco podía negar el cuerpo en el que ella misma se encontraba en ese momento. - Estoy delirando... - Susurró, intentando aplicar algo de razón a lo que veía. ¿Qué otra cosa podía pensar? Tenía que ser un sueño, o un delirio, o algo similar. Lamentablemente, el mareo que sentía, luego de la caída, y el ligero dolor por la caída, dejaba en claro que no era un sueño, y tampoco sentía que careciera de la claridad mental como para delirar de esa forma. ¿Estaba en el cielo o en el infierno? Era la única conclusión lógica... y no tan lógica al mismo tiempo. No obstante, al observar al niño con cierta atención, no tardó en sentir un ligero dolor de cabeza, recordando algunas cosas que no se suponía que debía de recordar, como si fuera información agregada a su cabeza, a pesar de haber estado siempre allí. El niño estaba enfermo. Padecía de alguna enfermedad, y su apariencia animal era ciertamente diferente a la suya. - No lo sé... - Respondió con rapidez a la pregunta que el muchacho le había realizado. - No se supone que debería estar aquí. Tendría que estar muerta. - Le explicó como pudo, antes de ser interrumpida por la aparición de un grupo numeroso de personas.

Eran humanos. Como ella lo había sido en su momento. Si bien, la forma en la que estaban vestidos era, sin lugar a dudas, peculiar. Vestían armaduras antiguas, algo que no debería de haber visto jamás, excepto tal vez en alguna convención de fanáticos de la historia, o de alguna serie histórica de anime. No había duda de que, donde sea que se encontraba, no estaba en el tiempo apropiado, y posiblemente tampoco en su propio mundo. Todo aquello era una gran locura, y algo difícil de aceptar. - Ta ma de... - Murmuró, ciertamente desconcertada. ¿Joven maestro? Genial. Había asustado a alguien adinerado... y que contaba con la protección de un buen número de guardias armados. Sin embargo, al escuchar al niño, los ojos de la joven no tardaron en abrirse de par en par, antes de asentir con rapidez, no deseando echar a perder el intento de ayuda del niño en cuestión. - Así es. Quiero ser... eso. Su guardaespaldas, didi... em, quiero decir, joven maestro. - Se corrigió en su forma de hablarle al muchacho, sabiendo muy bien que no sería bueno que le tratara con tanta familiaridad, si es que iba a ser su subordinada. ¿Qué otra opción tenía? No sabía en qué situación se encontraba. Era bueno el hecho de que hubiera practicado artes marciales antes de morir. Incluso aquel cuerpo, que ahora poseía, parecía mucho más capacitado para pelear que el suyo propio. Se sentía más fuerte, así como ágil. - ¡También puedo cantar! Eh... Puedo hacer muchas cosas. - Aseguró con total confianza en su conocimiento musical, esperando que aquello fuera de utilidad para convencer a los sirvientes del niño. Tan sólo esperaba que no tuviera muchos enemigos.

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23/03/2020, 19:19
Master

- ¿Guardaespaldas? ¿Por que nunca lo menciono antes joven maestro? ¿Alguien amenaza su vida? - Pregunta aquella persona anciana sorprendido y asustado, te fulmina con la mirada, definitivamente no confía en ti, pero no te dice nada, probablemente por temor a contradecir al niño. 

- ¿Desde cuando tengo que preguntar todo lo que haga? ¿No es suficiente con mantenerme encerrado aquí? - Las palabras del joven cayeron como balde de agua fría al anciano, el cual apretó los puños e hizo una reverencia, aparentemente molesto - Acompáñame, jiejie. 

Pasas entremedio de los guardias de la mansión quienes no oponen resistencia, hasta llegar al lado de el niño, el cual cierra la puerta tras de si dejando a toda esa gente en el patio, en ese momento había permanecido con una actitud orgullosa y firme, sin embargo tras cerrar la puerta casi se desploma contra la pared, su respiración se agita un poco, no te mira pero sigue avanzando por el pasillo de ese hogar estilo tradicional chino. 

- Si quieres irte eres libre de hacerlo, no solo vi la maldad en tu aura, sino que vi también que has cultivado, ni aunque todos los guardias de está casa lo intenten podrían detenerte, o puedes quedarte, la decisión es tuya.

Al voltear puedes ver la salida del hogar, o al menos una puerta mucho mas grande que las otras, por lo que asumes que es la salida de la casa. Sin embargo, lo que también te llama la atención, un espejo, el cual una chica te mira de vuelta, hermosa, con buenas curvas y rasgos animales... tu reflejo. 

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23/03/2020, 20:15
Ling Lu

La joven cantante permaneció en silencio, mientras el anciano realizaba aquellas preguntas al niño. ¿Qué podía decir? Nada. No tenía idea de dónde se encontraba, por lo que menos podía decir algo en defensa del muchacho en cuestión. No obstante... ¿era verdad que la vida del niño estaba en peligro? ¿Qué podía hacer ella al respecto? Sabía defenderse pero... la idea de pelear contra alguien, en una pelea de vida o muerte, no era algo que le agradara demasiado. Nunca había matado a nadie, por lo que pelear con un posible asesino... era desconcertante para ella. Ni siquiera sabía si podría juntar la fuerza de voluntad necesaria para matar a alguien, incluso si podía merecérselo. No... si era ella o el asesino, no había duda de cuál sería su elección. Si bien no era una desalmada, tampoco significaba que le agradara asesinar personas, y algo le decía que tendría que hacerlo, si es que debería de proteger al niño de rasgos animales. Sea lo que fuera, tan sólo se encogió de hombros ante la pregunta del anciano, ignorando la mirada que el mismo le dedicó. No había hecho nada y ya estaban desconfiando de ella. Vaya cabrones. Si no fuera porque estaba intentando ser educada, y el hecho de que estuviera rodeada por varios guardias armados, no habría dudado en dedicarle un par de palabras al viejo ese.

Sin embargo, al escuchar al niño, no pudo evitar mostrarse sorprendida. ¿Le tenían encerrado? ¿Acaso tenía una enfermedad contagiosa o algo parecido? Después de todo, había sentido que el chico era débil, más débil de lo normal, como si algo hubiera afectado la fortaleza de su cuerpo. Sea lo que fuera, no había duda de que aquellas palabras no le habían caído en gracia al anciano. Ahora bien, no sabía si estaba molesto por el hecho de que el niño hubiera puesto sus buenas intenciones en duda, o porque en realidad... había algo más, debajo de su actitud servicial. Ante aquel pensamiento, la joven frunció el ceño, ciertamente no muy convencida. - Por supuesto, joven maestro. - Respondió de manera neutral, a medida que se disponía a seguir al muchacho, sabiendo que no tenía mucha opción, a menos que deseara meterse en problemas innecesarios. Así, tras pasar entremedio de los guardias, no dudó mucho en posicionarse al lado del niño, dispuesta a escuchar lo que este tenía para decir... notando con rapidez el cambio de actitud del mismo, en el momento en el que cerró la puerta. Estaba enfermo. No había duda de ello. Algo le aquejaba, y, aún así, había optado por mantener una actitud fuerte frente al resto. Algo así, sólo podía significar una cosa: tenía miedo de que le vieran débil, o tal vez sentía vergüenza. De cualquier modo, los ojos de la muchacha se concentraron por completo en el hermoso espejo, notando el reflejo que la observaba desde el mismo.

Aquel era su reflejo, o al menos el reflejo del cuerpo que ocupaba en ese instante. No era el cuerpo que había poseído en el pasado. Sin embargo, era un cuerpo muy bello, un cuerpo que habría envidiado en demasía si lo hubiera visto cuando estaba viva. - Uah... - Se quedó sin aliento mientras observaba el reflejo, si bien no tardó mucho en volver a concentrarse en el niño, y lo que este había dicho en ese preciso momento. - ¿Cultivado? - Preguntó un poco confundida, antes de comprender a qué se refería. Hablaba como en una de esas historias que había visto en algunas películas o novelas. Sin duda, podía sentir un poder increíble en aquel cuerpo, una fuerza interior que jamás había sentido en su propio cuerpo. ¿Era verdad que ninguno de los guardias podría detenerla si se lo proponía? No, no importa. Estaba perdida. - No, está bien. No sé dónde estoy. Se supone que debería haber muerto pero... estoy viva. - Se explicó frente al niño, sin saber si era buena idea explicar cada detalle de lo que había sucedido, o el hecho de que aquel cuerpo no era suyo. - Si no te molesta, prefiero quedarme. ¿Es verdad que necesitas un guardaespaldas? Supongo que puedo protegerte. Sé cómo defenderme. - Le aseguró al niño, a medida que desviaba su mirada a sus propias manos. - Aunque bueno, se me da mejor cantar, la verdad. - Afirmó de manera sincera. - Prefiero quedarme aquí hasta que comprenda lo que sucedió. ¿Tu nombre? Yo soy Jiang Li, aunque creo que aquí tengo otro nombre. - No tardó mucho en rebuscar en la memoria de aquel cuerpo, sintiendo cómo algo parecía desear reemplazar la conciencia de su propio nombre por el propio de ese cuerpo. - Ah... Ling Lu. - Dijo al final, como si se tratara de una revelación.

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23/03/2020, 20:25
Master

- No reconozco el nombre de tu familia - Exclama el chico - Mi nombre es Tue Wing, soy el último miembro de está familia que no durará mucho mas - Se presenta mientras te mira y sonríe - Tengo muchas preguntas, pero creo que tu también las tienes. 

Por unos momentos vuelve a producirse un silencio incomodo entre los dos, y entonces te hace un gesto para que le sigas. Puedes notar a simple vista que le cuesta caminar, pues va apoyado en la pared para mantener el equilibrio. Es complicado saber si sería buena idea o no ofrecerle ayuda, pues le podrías ofender después de todo a nadie le gusta que lo traten como a un lisiado. Una vez estuvieron lo suficientemente lejos del jardín escuchas que los otros vuelven a entrar a la casa. 

- No puedes protegerme de las palabras de los demás ¿cierto? Fuera de eso nadie quiere hacerme daño, solo lo dije porque no quiero una masacre en el patio, esos guardias tienen familias a las que quieren volver.

Llegan a una puerta ornamentada que corre hacia la derecha y te deja entrar, es una habitación grande, matrimonial quizás. Tiene pocos muebles pero está completamente tapizada, una vez ambos ingresan al interior de la habitación, Tue cierra la puerta y camina con esfuerzo hasta la cama, en donde se recuesta con dificultad. 

- Hagamos las cosas justas, haré una pregunta y tu podrás hacer una, si está bien así, ¿A que te refieres con que deberías estar muerta? 

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23/03/2020, 21:10
Ling Lu

Jiang Li, o mejor dicho... ¿Ling Lu? tuvo que reprimir una risa al escuchar al niño decir que no reconocía el nombre de su familia. Ella tampoco. Sin embargo, tan sólo se encogió de hombros en respuesta, como si no fuera necesario darle mucha importancia. - Es bueno conocerte, Tue Wing. - Afirmó en un tono gentil, antes de callarse por completo, al escuchar lo que Wing tenía para decir respecto a su familia... y el ser el último miembro de la misma. ¿Cómo era posible algo así? Estaba claro que debía de tratarse de una enfermedad o algo similar. - Mm... sí, tengo muchas preguntas. - Afirmó con cierto nerviosismo, no sabiendo muy bien qué pregunta sería la más apropiada en aquella situación, o si alguna pregunta podría meterla en problemas. Por un instante, no dudó mucho en guiar su mano derecha a una de sus colas, con la intención de calmar sus nervios al sentir la hermosa sensación que aquel pelaje podía ofrecerle. Tenía que admitirlo... era un poco extraña la idea de confortarse con la suavidad de lo que era su cola. ¿Acaso sería mal visto que lo hiciera? ¿Como si fuera una pervertida o algo similar? Genial... Aunque no podía evitarlo, era lo único que la ayudaba a calmarse, teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba. Se sentía bien acariciar, con cierta delicadeza, su pelaje con sus dedos.

Aún así, al notar que el niño le hacía un gesto para que le siguiera, no dudó en hacerlo, sabiendo que era mejor caminar que continuar allí parada, víctima de un silencio incómodo. Sin embargo, al escuchar la pregunta que Wing le hizo, habría deseado que permaneciera callado. ¿Acaso se burlaban de él? Sea lo que fuera, no se demoró en negar con la cabeza. - Bueno, depende. Puedo golpear a los que digan cosas malas de ti, si piensas que eso es lo mejor. - Aseguró de manera neutral, sabiendo que tendría que hacer valer su estadía allí, de alguna forma. - También puedo intentar imponerme para que no hablen mal de ti. O cantar algo para distraerles... - No había duda de que lo último lo había dicho en broma. Dudaba mucho que su voz fuera de utilidad para lavar la mente de las personas. Por otro lado, habría deseado ayudarle a caminar pero... algo le decía que el niño se habría enojado con ella por tan sólo sugerirlo, por lo que optó por no decir nada. Por lo que había visto antes, no había duda de que Wing deseaba retener algo de orgullo en él, si es que aquella enfermedad le estaba arrebatando la vida, poco a poco. Lu desvió la mirada, mirando hacia atrás, notando que los sirvientes habían ingresado de nuevo en la residencia. Parecía que preferían mantener la distancia.

Mientras el niño se recostaba sobre la cama, Lu tan sólo se dedicó a observar la gran habitación en silencio. No había duda de que Wing tenía mucho dinero, para poseer un hogar así, o al menos era su familia la que había tenido el dinero. Sin embargo, no había duda de que la familia estaba en decadencia, por lo que había dicho el joven maestro, un pensamiento que ciertamente despertó una sonrisa amarga en la joven. No obstante, no perdió tiempo en asentir al escuchar la proposición del niño. - Está bien. Me parece justo. - Afirmó con tranquilidad, a medida que buscaba un sitio donde sentarse, aunque evitando la cama por una cuestión de educación. - Pues... - Se interrumpió por un instante al escuchar la pregunta, no sabiendo muy bien qué decir al respecto. ¿Sería algo creíble? ¿O la vería como una loca? - Quiero decir que debería de ser un montón de carne y huesos triturados, luego de que algo realmente pesado chocara contra mi cuerpo a una velocidad considerable. - Se explicó con cierta neutralidad en su voz, evitando mencionar que había sido un camión, en especial cuando dudaba que Wing supiera lo que era. - Debería estar muerta pero... no lo estoy. En cambio... - Volvió a interrumpirse, mirando, por un instante, sus propias manos, y luego sus numerosas colas... o el tamaño de su pecho. - ¿Por qué dices que eres el último de tu familia? ¿Estás enfermo? - Preguntó, curiosa por la situación de aquella familia, tras volver a mirar al niño a los ojos.

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23/03/2020, 21:18
Master

- ¿Será cosa de un demonio? - Pregunto el chico al aíre ante la narración de como debería ser el estado de tu cuerpo, miro en dirección al techo, al parecer estar acostado le aliviaba bastante ¿Será que siente dolor? - Pero estás viva y estás aquí, eso es lo importante al fin y al cabo - Niega con la cabeza - Nunca te había visto en la superficie... si no eres de por aquí simplemente dí que vienes de los suburbios ni no preguntaran mas de tu procedencia, no le digas a nadie mas que deberías estar muerta o realmente lo estarás, mucha gente es muy supersticiosa. 

Ante tu pregunta el chico señala a la pared frente a su cama, en donde puedes ver un retrato, dos personas adultas con un niño pequeño en sus brazos. Tienen un gran parecido con Tue Wing. 

- Digo eso porque todo es culpa de mis padres, mi enfermedad también... la sangre se ha vuelto demasiado densa... - Puedes ver que se ruboriza y mira en otra dirección - Soy hijo de una unión incestuosa, mis padres fueron condenados a muerte por ello, y cuando mis tíos intentaron conspirar contra mi fueron descubiertos por el señor de la ciudad, lo que causo que todos ellos murieran también, así que si, soy lo que queda de la familia y pronto no quedara nadie. 

Hace un ademan a sus piernas. 

- Estoy en regresión como puedes ver, las piernas de los de nuestra raza no deberían ser así, en ocasiones soy mas animal que persona. ¿Tienes alguna idea de quien eres ahora,Jiang Ji o Ling Lu? 

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23/03/2020, 22:03
Ling Lu

No tardó mucho en volver a encogerse de hombros al escuchar la pregunta de Wing, sin saber a qué se refería cuando hablaba de un demonio. ¿Había demonios en ese lugar? ¿En serio? Maravilloso. - ¿Un demonio? No lo sé... sólo recuerdo una voz, alguien deseándome una vida... interesante. - Se explicó con rapidez, no sabiendo si aquello podría ser de utilidad para aclarar su confusión. - Lo raro es que no recuerdo haber tenido enemigos antes de morir. Nunca fui alguien importante, la verdad. - Afirmó con cierta pena, no por el hecho de no tener enemigos, sino por no ser importante, por no haber triunfado en la industria de la música, cumpliendo con aquel sueño que tanto deseaba alcanzar. De cualquier modo, pudo notar que el niño parecía sufrir de alguna clase de dolor que le aquejaba, producto de su enfermedad. Tenía que reconocer que sentía algo de pena por él, si bien no mostró expresión alguna al respecto, no deseando ofenderle con lo que no sería otra cosa más que lástima. A nadie le gustaba que le miraran de esa forma. Sin embargo, a pesar de que no pensaba mirarle de esa forma, eso no quería sentir que no lo sintiera en su interior. No parecía ser alguien que mereciera sufrir de esa forma. Parecía un buen chico, por lo que era injusto que tuviera que sufrir así. - Sí, supongo que lo importante es que estoy viva. - Y que estaba en un cuerpo hermoso. No era como si no hubiera sido atractiva en el pasado pero... no había duda de que había una gran diferencia entre un cuerpo y el otro.

- ¿En la superficie? - Preguntó con cierta incredulidad, para luego continuar escuchando lo que el joven maestro tenía para decir. Los que vivían en los suburbios... ¿vivían bajo tierra o algo parecido? No había otra forma de interpretar semejantes palabras, si bien era algo realmente curioso para la joven, teniendo en cuenta que no debía de ser muy sano vivir de esa manera. De cualquier manera, asintió con rapidez al escuchar la explicación sobre la superstición de las personas. Era bueno que el niño no la juzgara por ello... tal vez porque no le importaba, debido al estado en el que se encontraba. - Está bien. Gracias por la advertencia. No me gustaría sufrir por mi ignorancia. - Aseguró de manera sincera, suponiendo que había sido afortunada al encontrarse con aquel niño. No obstante, no se demoró en mirar en la dirección en la que Tue Wing le había señalado, notando el retrato en el que se encontraba la representación de una pareja y un bebé. Semejante explicación, hizo que Ling Lu abriera los ojos de par en par, no pudiendo creer que hubieran ejecutado a alguien por cometer incesto. Sí, era verdad que era algo... desconcertante pero... en su mundo no ejecutaban a alguien por algo así, incluso si era ilegal, y tenía sus repercusiones. - ¿Les ejecutaron sólo por eso? - Preguntó, aún sorprendida, estando más que segura que aquel no era su mundo. Tampoco estaba en el pasado, ya que dudaba que hubiera seres como Tue Wing en el pasado.

Era triste pensar que el niño había sido condenado a ese estado de debilidad, tan sólo por algo que sus padres habían hecho. Era inocente. Y ahora estaba esperando su posible muerte, o una vida en la cama, tan sólo por el deseo de sus progenitores. No obstante, lo más extraño, era lo que el joven maestro había dicho sobre estar en "regresión". ¿A qué se refería con eso? ¿Se estaba convirtiendo en un animal? Ni siquiera sabía lo que eran los de su "raza", ¿o sí lo sabía? No estaba segura. - Lamento oír eso. No parece que merezcas algo así, la verdad. - Le dijo en un tono gentil, aunque intentando no revelar lástima alguna en su rostro. No quería avergonzarle. La pregunta la tomó por sorpresa, no sabiendo muy bien qué pensar al respecto. - Pues... supongo que soy más Jiang Li que otra cosa. O al menos lo era antes de morir. - Respondió de manera simple, para luego encogerse de hombros, como si no hubiera mucho que pudiera hacer ante algo así. - Aunque creo que será mejor que use el otro nombre. Alguien podría sospechar. Prefiero evitarlo. - No sabía qué sucedería si se encontraba con alguien que conociera aquel cuerpo, y que descubriera que se hacía llamar con un nombre completamente diferente. - ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? Tú me has ayudado, por lo que no sería bueno que no pudiera devolverte el favor. - Se expresó con cierto interés en el bienestar del niño. Por un lado, no sería bueno que muriera, cuando parecía una buena persona, y, por otra parte, había sido lo suficientemente afortunada como para encontrarse con alguien que estaba dispuesto a ayudarla.

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25/03/2020, 21:39
Master

 - ¿Quizás has hecho enojar a alguien con bastante poder pero no puedes recordarlo? Después de todo, esa es una fea maldición, quizás deberías ir en algún momento al templo solo por si las dudas - Tras escuchar tu comentario sobre la muerte de sus padres el niño sonríe amargamente - ¿Solo por eso? Aquí es un gran crimen, uno imperdonable - Exclama el niño desde su cama, su mirada se posa en el cuadro y su expresión es indescifrable - No se el trasfondo exacto, pero tengo entendido que es una de las leyes desde el origen de la ciudad, después de que el mundo fuera destruido casi por completo, los pocos supervivientes tenían que tener hijos, ya sabes... pero cuando se juntan dos de la misma sangre cosas como está pasan y con tan poca gente eso no podía ser tolerado. 

Cuando mencionas que no crees que él merece dicha aflicción el niño sonríe. 

- Solo el buddha tiene la respuesta a eso... pero me hubiese gustado ser normal, jugar en el prado y volverme poderoso junto a hermanos de armas - Niega con la cabeza - Tampoco me gusta ser el jefe de está familia muerta, pero la vida no es siempre como uno quisiera. Entonces jiejie, te diré Ling Lu para que no tengas problemas. 

Cuando preguntas por si puedes hacer algo por el, Tue Wing te mira con amabilidad. 

- ¿Has dicho que puedes cantar? Me gustaría en algún momento escuchar como lo haces, yo ya he aceptado mi destino, solo quiero disfrutar el tiempo que me queda fuera de mis responsabilidades. 

Es duro escuchar a un niño decir algo así, aunque parece ser bastante maduro su voz infantil hace que sea aún mas difícil de escuchar, pero parece bastante cansado, quizás es algo que desea que ya todo acabe. 

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25/03/2020, 22:35
Ling Lu

Ling Lu tan sólo se encogió de hombros al escuchar al niño decir que ella podría haber molestado a alguien. No recordaba haberlo hecho. Si bien no había sido una santa, antes de morir, estaba segura que nunca había provocado a alguien en demasía, ni mucho menos despertar tanto odio como para que le dedicaran semejante maldición. - No lo creo. Tendría que recordarlo si provoqué a alguien de esa forma. - Dijo con cierta tranquilidad, segura de sus propias palabras. Había estado demasiado concentrada en su propio futuro como para meterse en los asuntos de otros, o siquiera pensar en la posibilidad de herir a alguien, ya fuera física o sentimental. De cualquier manera, no tardó mucho en negar con la cabeza, respecto a la idea de visitar un templo. No sabía cómo eran los templos en ese extraño lugar pero... no sabía lo que podrían hacer si sentían el aura de maldad que el joven maestro había sentido en ella. No sería nada bueno. - Antes dijiste que podías sentir maldad en mí... no creo que sea buena idea. Podría meterme en más problemas de los que quiero. Además, dudo mucho que puedan ayudarme en eso. - Ni siquiera sabía si estaba realmente maldita. Después de todo, a pesar de que ahora se encontraba en otro cuerpo, no había duda de que estaba viva, por lo que estaba claro que era mejor que estar muerta. ¿Realmente estaba maldita? Ella estaba segura de que era una afortunada por tener otra oportunidad de poder vivir, e incluso cumplir con su sueño.

Aún así, la joven permaneció en silencio, reflexionando sobre lo que Tue Wing había dicho sobre sus padres, y el castigo que estos habían recibido. ¿El mundo fue casi destruido? No había duda de que no se encontraba en su propio mundo, ya que nada de eso había sucedido en el suyo. Espera... aquella ambientación le era muy familiar, demasiado. ¿De qué? No tardó en abrir los ojos de par en par, considerando el juego que había jugado antes de morir. No, no podía ser eso. ¿O sí? Todo aquello era muy alocado para ella. - De donde vengo, el incesto no merece pena de muerte aunque... sí es ilegal y mal visto. No te ejecutaran por eso pero... es posible que te encierren en prisión o intervengan las autoridades. No lo sé muy bien. Nunca vi que sucediera. Sólo sé que no merece pena de muerte. - Le explicó al muchacho, en un tono que dejaba en claro que sentía pena por él, por lo que había sido obligado a aceptar, y aún más por tener que vivir sin sus padres, sin aquellos que deberían de haberlo amado durante su infancia, en vez de verse forzado a madurar con tanta rapidez. - La verdad es que no sabía eso. Tampoco sé nada de un fin del mundo. - Aclaró con cierto nerviosismo, aún sin desear aceptar la posibilidad de que aquel mundo fuera el juego que había estado jugando en su móvil hasta su muerte. Era ridículo, además de preocupante. ¿Qué haría en un mundo así? Era divertido jugarlo pero... ¿vivirlo? Muy peligroso. Si era así, tendría que tener mucho cuidado.

De cualquier manera, al escuchar el deseo del niño, le dedicó una sonrisa dulce, ciertamente contenta por saber que podría ayudarle en cierta forma, incluso si habría preferido serle de ayuda de otra forma, tal vez encontrando la forma de sanar su condición. - Bueno... hablaba de buscar una cura para tu condición pero... sí, puedo cantar algo para ti. Mm... - Se detuvo a pensar lo que cantaría, no estando segura de que cantar algo de rock sería apropiado para el joven maestro, no cuando este merecía descansar y conservar las poca energía que debía de tener. Ahora que lo pensaba, había una canción que podría gustarle al niño en cuestión, por lo que no se demoró en chocar la parte inferior de su mano derecha sobre la palma de izquierda, en un claro gesto de tener la idea perfecta. Sin perder mucho tiempo, tomó por la boca, levemente, antes de abrirla y comenzar a cantar una canción dulce, algo que pudiera despertar la alegría que el joven maestro necesitaba en ese momento, algo que le permitiera olvidar la tristeza, al menos por un instante. A pesar de la falta de acompañamiento instrumental, Ling Lu cantó la canción en su totalidad, para luego abrir los ojos y esbozar una amplia sonrisa de satisfacción, antes de suspirar, aliviada. - Espero que te haya gustado. Estoy acostumbrada a cantar otro estilo, la verdad pero... no está mal cantar algo diferente, de vez en cuando. - En especial cuando dudaba que los habitantes de aquel mundo pudieran apreciar la música a la que estaba acostumbrada. - ¿Quieres que te deje descansar? Aunque se supone que soy tu guardaespaldas. - Bromeó, recordando que, en realidad, el niño no requería de protección.

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30/03/2020, 22:16
Master

- Jiejie, parece que fueras menor que yo, realmente desconoces muchas cosas... - Exclama el niño mirándote con incredulidad del mundo - A veces yo también quisiera no saber nada de esté mundo... 

Una vez comienzas a cantar el chico cierra los ojos y se deja llevar por tu voz, parece que realmente lo estaba disfrutando como un niño de su edad, olvidándose de sus preocupaciones aunque sea por unos instantes, dejando de ser el señor de una casa, parecía estar en paz navegando por las notas de tu voz. Por si te quedaban dudas sobre tu habilidad, al menos a el le gusta como cantas. 

- Tienes la voz de un ángel Jiejie - Exclama tras unos segundos de terminar tu canto - Bueno, dicen que la gente de diferentes partes de la sociedad gustan de música diferente, aunque agradezco que tengas consideración hacia mi, no tienes que ocultar quien eres en esté lugar. 

El chico toma asiento en su cama y se mueve hasta un pequeño mueble que hacia función de velador, de el tomo un cuenco con agua y de un cajón saco una pastilla. 

- Es hora de tomar mi medicina, ha sido agradable conversar contigo... no te preocupes, nadie te echara de está casa, puedes tener el resto de la tarde para ti, tras tomar la medicina dormiré hasta la noche. 

Con esto el niño se mete la píldora en la boca y da un gran sorbo al cuenco con agua, te dedica una mirada, pero a los pocos segundos notas como sus ojos se desenfocan y poco a poco pierde la noción hasta caer derrumbado en la cama como si a una marioneta le cortaran los hilos. 

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30/03/2020, 23:08
Ling Lu

Al escuchar las palabras del joven maestro, esbozó una amplia sonrisa, complacida al saber que había disfrutado de la canción. Incluso si era un estilo diferente al cual estaba acostumbrada a cantar, no había duda de que, la ahora Ling Lu, tenía mucha confianza en su propia voz, lo suficiente como para saber que era difícil que a alguien no le gustara, incluso si, tal vez, habría otros que cantaran mejor que ella. - Gracias. Es bueno saber que has disfrutado de mi voz. Por más mínima que sea mi ayuda, puedo estar contenta de haberte ayudado en algo. - Se expresó en un tono dulce, sintiendo pena por el estado de salud del niño. Dudaba mucho que pudiera hacer algo por él, por lo que había deseado dejarle alguna especie de obsequio que le ayudara a descansar cuando más lo necesitaba. De cualquier manera, no tardó mucho en encogerse de hombros ante las siguientes palabras del muchacho, para luego negar con la cabeza con rapidez. - No te preocupes. No pretendo ocultar lo que soy pero... prefiero tocar algo que sea agradable para ti. La música puede sanar mentes y traer paz a los corazones. O incluso inspirar o motivar a aquellos que lo necesitan. - Aseguró en un tono firme, que dejaba en claro su visión sobre aquel tema en cuestión. La música la había ayudado en los peores momentos, por lo que esperaba hacer lo mismo por aquellos que pudieran necesitarlo.

No obstante, al ver que Tue Wing buscaba algo en un pequeño mueble, la joven optó por permanecer en silencio, para luego descubrir lo que el niño intentaba hacer. No había duda de que estaba cansado. Tras escucharle decir que tomaría su medicina, la Jiuweihu asintió en silencio, para luego dedicarle una sonrisa amable. Debía de ser muy triste, el tener que vivir de esa forma, esperando la muerte en la soledad de aquellos que no toleraban verle, al representar aquella unión incestuosa de sus padres. - Entiendo. - Dijo de manera simple, mientras continuaba observándole, notando el cansancio que aquella medicina parecía generar en él. Debía de ser una especie de calmante para el dolor, más que un medicamento que realmente pudiera sanar su condición, o darle fuerzas. - Ha sido un placer conversar contigo, Didi. - Se expresó de buena manera, siendo verdad que había sido agradable conocerle, en especial cuando había sido tan bueno con ella. Sin embargo, si realmente había podido sentir un aura maligna en ella... sería mejor que mantuviera ese papel en el futuro, a menos que deseara meterse en problemas. - Está bien... veré lo que hago mientras duermes. Tú descansa, Didi. - Le dijo en un tono suave, a medida que se preparaba para abandonar la habitación, notando cómo el joven maestro caía en un profundo sueño.

Tras asegurarse de que estaba completamente dormido, optó por dejar la habitación del niño atrás. No tenía ni la más mínima idea de lo que haría en aquel mundo, en especial cuando dudaba que pudiera regresar al suyo. Estaba segura que estaba muerta, por lo que no había sentido en que intentara engañarse con lo contrario. No obstante, aún no comprendía el porqué se encontraba en aquella situación tan extraña, en vez de simplemente... estar muerta. ¿O era ese del destino de todos? ¿Terminar en el mundo de un juego de móvil? No, no tenía sentido. De cualquier manera, una vez abandonó la habitación en cuestión, consideró lo que haría durante la tarde. ¿Tal vez podría recorrer la residencia? ¿Había algo de interés en aquel sitio? ¿O sería mejor explorar la ciudad en la cual se encontraba? Si lo hacía... algo le decía que sería mejor que obtuviera un arma, si es que era la clase de mundo que imaginaba, luego de lo que Tue Wing le había dicho. - Sí... será mejor que no me arriesgue demasiado. Ta ma de. - Se expresó en un tono bajo, al mismo tiempo en el que comenzaba a caminar por la residencia, deseando saber dónde se encontraba la salida de la misma. ¿Tenían algún guan dao que pudiera usar? Estaba acostumbrada a usar esa clase de arma, debido a sus clases de kung fu Wudang, por lo que prefería usar un arma así, si debía de defenderse. Aún así, incluso si no obtenía un arma, su intención de explorar la residencia, al igual que la ciudad, era algo que deseaba en demasía... posiblemente porque no podía negar que fuera algo interesante.

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03/04/2020, 00:59
Master

Una vez sales de la habitación del niño, te encuentras con el anciano que viste en el patio que te mira de mala manera, pero se da vuelta y entra en otra habitación, al parecer no le caes bien, es fácil ver en sus ojos que no se fía en ti, y tampoco es que esté dispuesto a darse el tiempo para conocerte. No parecen haber guardias en el camino, por lo que avanzas por la casa, con la idea en mente de salir, pero también de encontrar un arma apropiada para ti, por lo que recorres la mansión que gracias al cielo no es exageradamente grande. Encuentras la cocina, salas de estar, muchas habitaciones vacías, un altar familiar con mucho incienso, unas cuantas bodegas con insumos alimenticios y finalmente, una sala resguardada con guardias, al verte toman las armas, pero un individuo mejor armado los detiene con un gesto de mano. 

- ¿Que hacen? Ella es la nueva guardaespaldas del joven maestro - Exclama el individuo, un hombre de casi cuarenta años con un gran bigote, con sus palabras los guardias se relajan y hacen una reverencia en tu dirección - ¿En que podemos ayudar a la señorita? Mi nombres es Rong Bai Bai, jefe de la seguridad de está casa, si has llegado hasta la armería buscas algo ¿no?

El hombre te mira directo a los ojos sin hostilidad, pero de manera firme, de manera inexplicable, puedes ver a través de sus ojos algo resplandeciente... tu mente por si sola te revela "practicante de bronce III", una información que flota por tu mente, un aura muy tenue rodea a Rong, a diferencia de los otros guardias que no puedes divisar nada proviniendo de ellos. 

- Humm... puedo ver que tu cultivo es mayor al mio y siendo tan joven, ya veo por que estás capacitada para ser la guardaespaldas de el amo, aunque no entiendo que necesidad tiene el de que alguien le proteja de ese modo, creía que las otras familias ya no nos prestaban atención ¿Hay algo que debería saber? - Pese a que admite que su poder es inferior al tuyo no da ni un paso atrás... ¿lealtad? Podría ser, de el puedes sentir a una persona capaz de dar la vida por su trabajo. 

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03/04/2020, 03:40
Ling Lu

Ling Lu había notado, al salir de la habitación del joven maestro, la intensa mirada que el anciano le dedicó. No había duda de que desconfiaba de ella, aunque la joven no recordaba haber hecho nada en particular como para provocar semejante desconfianza. ¿Acaso podía sentir el aura que el niño había sentido en ella? Era posible, aunque, si era así, le extrañaba el hecho de que no se lo hubiera mencionado a Tue Wing. De cualquier manera, por su parte, la jiuweihu no expresó gesto alguno frente a la falta de educación del anciano, principalmente porque no consideraba que hubiera necesidad alguna en buscar pelea, además de que tampoco sentía necesidad alguna de intentar convencer al sujeto de lo contrario. Si deseaba desconfiar de ella, bien podía hacerlo, por lo que a ella le importaba. No era como si tuviera planeado quedarse allí por mucho tiempo. Le había dicho al joven maestro que se quedaría hasta que comprendiera lo que necesitaba comprender de aquel mundo en el que ahora se encontraba. Además, no había duda de que el niño no necesitaba su protección. - Viejo amargo... - Murmuró por lo bajo, luego de que el anciano le diera la espalda y se adentrara en otra habitación. Si no quería entablar conversación con ella, era su problema. Ling Lu no iba a molestarse en hablar con alguien que no deseaba hacerlo, ni mucho menos alguien que se apresuraba en juzgarla en base a la paranoia.

De cualquier modo, no tardó mucho en continuar su camino, optando por recorrer la mansión, con la intención de encontrar algo de interés... o un arma de su gusto, para así poder protegerse en el caso de ser necesario. Sin embargo, al principio, no hizo más que encontrarse con salas de poca importancia para ella, desde otras habitaciones vacías, así como la propia cocina de la mansión. No había duda de que habría sido inteligente, de su parte, preguntarle a un guardia que hiciera de guía para ella. Lamentablemente, no había encontrado a nadie que estuviera interesado en hacer algo así, mucho menos para una desconocida como ella... una desconocida que despertaba la desconfianza de los residentes de aquella mansión. Aún así, tras explorar lo suficiente, se encontró con la entrada de una sala, la cual se encontraba fuertemente asegurada por la presencia de varios guardias. Basta decir que, cuando dichos individuos la amenazaron con sus armas, la joven abrió los ojos, sorprendida ante aquella reacción, al no estar acostumbrada a esa clase de actitud. - No hay necesidad de recurrir a la violencia. - Aseguró en un tono suave, aunque ciertamente cabreada por el hecho de que intentaran intimidarla. No dudó en concentrar su atención en el aparente líder de los guardias, luego de negar con la cabeza. Parecía que aquel sujeto tenía algo más de materia gris que el resto de los hombres allí presentes. Algo bueno, teniendo en cuenta que no habría deseado iniciar alguna clase de conflicto con quienes se suponían que eran los subordinados de Tue Wing.

Al oír el nombre del jefe de la seguridad, la joven asintió en silencio antes de responder a su pregunta. - Hen Gao Xing Ren Shi Ni, Rong Bai Bai. - Saludó la jiuweihu, a la vez que levantaba las manos a la altura del pecho, para luego cubrir el puño izquierdo con su mano derecha en un saludo de respeto, como era propio de una mujer, a diferencia de los hombres que era al revés. No obstante, al notar la mirada que el jefe le dedicaba, no pudo evitar silenciarse a sí misma, comprendiendo algo de dicha persona, algo que no había comprendido con anterioridad. ¿Bronce III? Tue Wing había tenido razón cuando había dicho que eran más débiles que ella. De cualquier modo, no se demoró mucho en negar con la cabeza, para así despejar su mente de aquel pensamiento. No había duda de que, Rong Bai Bai, era alguien honorable, ya que parecía transmitir la sensación de ser una persona que le daba mucha importancia a la lealtad. - Tranquilo. No es nada por lo que debas preocuparte. Sólo necesito un arma. Un guan dao. No tiene que ser nada... especial. - Le explicó al hombre en cuestión, a medida que observaba al resto de los guardias, prefiriendo ignorar el hecho de que el sujeto no parecía desear dar un paso atrás, a pesar de la superioridad en poderío de Ling Lu. - ¿Puedo? - Preguntó en un tono neutral, a pesar del hecho de que podría haber forzado su entrada en dicho sitio, si lo hubiera deseado... o al menos eso era lo que el joven maestro había asegurado. - Tengo pensado caminar un poco por la ciudad, mientras el joven maestro descansa. No quiero molestarlo pero... preferiría tener un arma, además de mis propias manos. - En especial ahora que sabía en la clase de mundo al cual había ido a parar, luego de su muerte.

Notas de juego

Hen Gao Xing Ren Shi Ni = Un placer conocerte.

Y el saludo de las manos es el saludo educado normal, no el saludo de artistas marciales antes de pelear. Lo aclaro por las dudas, que los dos son parecidos pero un poco diferentes xD

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24/04/2020, 00:19
Master

Ante tu saludo respetuoso los hombres se sorprenden y hacen exactamente lo mismo, saludando de manera acorde y haciendo una leve reverencia, al parecer una buena primera impresión puede abrir muchas puertas, al menos eso te ha abierto la puerta de esté salón para ti, ya que con un gesto de cabeza los guardias abren la puerta. 

- Ruego que perdone la falta de educación de mis subordinados, veo que es una maestra y educada, no les guarde rencor en su corazón, son jóvenes y estúpidos - Exclama el hombre indicándote que le sigas - ¿Un Gun Dao entonces? Por aquí. 

Ambos ingresan a la armería de la mansión, aunque en su interior puedes ver muchos objetos nada destaca en especial. En una pared hay varios set de armaduras ligeras, mientras en armarios abiertos puedes ver lanzas y espadas. Al centro de la habitación hay una mesa de trabajo para hacerle el mantenimiento a las diversas armas que parecían ser de calidad regular, el hombre te guía hasta una esquina en donde reposan tres Gun Dao, los tres exactamente iguales sin nada que destaque de ellos. A su costado hay muchas flechas y sobre ellas arcos. 

 - Son de buena elaboración, pero no destacan en nada especial me temo - Te dice el hombre, tus ojos están de acuerdo con ello - Son herramientas para un trabajo, pueden llevarlo a cabo al menos, eso lo puedo garantizar ya que han sido todas mantenidas de manera regular. 

Algo llama tu atención... percibes... un aura... si, por raro que parezca pues nunca habías sentido ni visto algo similar en tu vida anterior, vez algo parecido a una niebla, aunque es tenue y de color purpura venir de una parte del suelo de la armería, ante una rápida impresión te das cuenta que es una trampilla que da a un nivel inferior. 

- Ah, la maestra se ha percatado de la tesorería, me temo que solo el maestro de la casa tiene acceso a ese lugar, esta resguardada por un sello de sangre que solo el puede abrir. 

Notas de juego

Continuamos n_n

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24/04/2020, 13:15
Ling Lu

La jiuweihu sonrió complacida, al ver cómo se abrían las puertas de la armería. No había duda de que había hecho bien al tratarles con educación, o de lo contrario no habrían dudado en oponerse a su entrada, algo que ciertamente no habría sido del agrado de la joven, principalmente porque no le gustaba que la gente fuera maleducada con ella, o que incluso se mostraran faltos en respeto.  Por fortuna, no fue así, y los guardias se mostraron educados hacia su persona, devolviéndole el saludo educado, algo que supo apreciar. Después de todo, también debían de tener en cuenta el hecho de que ella era más poderosa que ellos, incluso si Ling Lu no tenía intención de pelear, a menos que realmente la provocaran a una situación de conflicto. No era buena idea hacerse enemigos por aquel mundo, sin ni siquiera tener aliados o personas de las cuales depender, y que pudieran cuidar su espalda, en el caso de que fuera necesario.

- No es problema. Están cumpliendo con su deber. Es normal que reaccionen así frente a una extraña, y una que podría ser una amenaza peligrosa. - Aseguró en un tono gentil, dejando en claro que no les culpaba por reaccionar de esa forma. Ella habría hecho lo mismo, si hubiera estado en la misma situación, incluso si habría intentando mantener la calma, a menos que la otra persona mostrara malas intenciones en su forma de actuar. - No soy una maestra, y no está mal ser educado cuando se debe. No es bueno crear enemigos cuando no hay necesidad de algo así. - Se explicó con tranquilidad, dejando aquel tema de conversación a un lado. Dudaba mucho que fuera tan poderosa en comparación a otros habitantes de ese mundo, por lo que no pretendía hacerse llamar "maestra" cuando no lo era. Incluso si tenía algunos años de experiencia, entrenando con un Guan Dao, por sus prácticas de Wudang, aún tenía un largo camino por recorrer como para considerarse a sí misma como una maestra. Además, algo así... parecía un poco creído de su parte.

Sea lo que fuera, no tardó mucho en acompañar al jefe de los guardias, esperando encontrar algo que pudiera utilizar para poder defenderse a sí misma. Teniendo en cuenta la clase de mundo en el que se encontraba, sería mejor que tomara ciertas precauciones. Por esa razón, al notar la calidad de las armas, tan sólo asintió en silencio, reconociendo las palabras del jefe de los guardias. No había duda de que no eran la gran cosa, al menos para alguien como Ling Lu, no así para Jiang Li. - No están mal. Como dije, no necesito mucho. Sólo algo para poder defenderme. Xie Xie. - Le agradeció con aquellas palabras de agradecimiento, deseando ser educada con la persona que había optado por guiarla en su búsqueda de un arma. Oh, espera... tenía que recordar que debía de actuar con algo más de frialdad, teniendo en cuenta lo que había dicho el joven maestro. Su... aura, era una propia de alguien maligno, por lo que no sería apropiado que actuara de manera amable con todos. Aunque bueno, no debería de haber mucho problema en ese lugar en particular. Sin embargo, cuando comenzara a explorar la ciudad... sería mejor que actuara de una manera más fría y menos amable. No tenía que ser una maldita pero...  sí un poco indiferente.

No obstante, mientras pensaba sobre aquel tema en particular, su atención no tardó en ser atraída por un extraño aura que provenía de lo que parecía encontrarse debajo de una trampilla. Ante las palabras del jefe de los guardias, la jiuweihu asintió de manera contemplativa. - Ya veo. Bueno, no me corresponde a mí saber lo que hay allí. - Afirmó de manera seria, en el momento en el que optaba por tomar uno de los Guan Dao disponibles. Sin pensárselo demasiado, afirmó sus manos sobre la empuñadura del arma, realizando una pequeña demostración de prueba con la misma, para así recordar algunas cosas de sus prácticas de Wudang. - Con esto bastará. Xie Xie. Ahora puedo caminar por la ciudad. - Se expresó de buen humor, antes de realizar una leve reverencia de agradecimiento. No había nada malo en explorar un poco aquel mundo, y conocer algunos detalles más sobre lo que, a partir de ese momento, se había convertido en su nuevo hogar. También sería buena idea hacerse más poderosa con el tiempo, en el caso de que fuera necesario. Aquel no era un mundo gentil para los débiles. - Al menos mientras el joven maestro descansa. - Se justificó, antes de comenzar a caminar hacia la salida de la armería. - Regresaré más tarde. Zai Jian. - Expresó aquellas palabras de despedida, con la clara intención de abandonar la residencia de momento.

Notas de juego

Xie Xie = Gracias

Zai Jian = Hasta luego.

Bienvenida de nuevo, dire! me alegro de que estés mejor x3