Partida Rol por web

Sientes que tu cuerpo flota por el vació, por unos instantes tu mente no es capaz de comprender en lo mas mínimo que es lo que acababa de suceder, tratas de juntar todos los trozos y entonces lo recuerdas, un intenso dolor que se esparce rápidamente por todo tu cuerpo, el dolor de tus huesos ser triturados y tus órganos reventar por el inmenso choque de fuerza, no duro mucho por supuesto, pero en ese instante te sentiste tan vulnerable, pudiste apreciar en todo su esplendor como tu existencia llego a su fin nada mas por un simple descuido. ¿Pero venga, al menos sacaste un SSR en el juego? ¿Valió la pena? Definitivamente no, menos ahora que nunca lo podrás usar, y pese a que es un asunto tan trivial insignificante, es lo que ocupa tu mente en este momento. Tus sueños y metas que nunca podrás cumplir invadieron tu mente y tu vida pasa por tus ojos luego, vaya que manera de tener el orden alterado. 

Pero la mejor pregunta es ¿Por que puedes pensar en esto? ¿No debería haber todo terminado? 

Intentas moverte pero no puedes, es como si no tuvieras cuerpo, un alma vagando en el limbo y es porque precisamente eso eras, nada mas que energía flotando a través del vació lentamente. Si es que hay un cielo o un paraíso al parecer no has cumplido con lo suficiente para llegar allí, y tampoco has hecho méritos como para terminar en un pozo ardiente. Sientes desesperación ¿Como es posible no sentirlo? Era como estar vagando con todo el cuerpo atado dejando que la corriente te arrastre hacia lo desconocido. 

Entonces sientes que alguien te zarandea, alguien te sacude con fuerza y te golpea la cara, un golpe, dos golpes, tres, alguien estaba intentando llamar tu atención de forma urgente. El dolor se extiende por tu mejilla en donde te habían abofeteado, pero tu cuerpo parecía estar anestesiado. 

- ¡Oiiii! ¡Oiiii despierta! - Exclama la voz de una chica sacudiéndote. 

Entonces abres los ojos y vez a una chica mirándote de forma preocupada, muy preocupada, al notar que estás vivo la chica saca una calabaza usada como cantimplora y vierte un líquido agridulce en tus labios, parece muy preocupada. Aquel liquido alivia tu cuerpo que comenzabas a sentir como si estuviera hirviendo. 

No sabía que pensar en aquel instante... ¿Había sido tan inútil para el mundo que ni siquiera tenía a un lugar a donde ir en la otra vida? Eso golpearía a cualquiera, mucho más que el golpe que acababa de recibir del camión...

Fuese lo que fuese, una frustración me invadía al pensar que, cuando finalmente la vida me sonreía, todo me fue arrebatado, y no fui capaz ni siquiera de mirar al personaje que me había ganado limpiamente en la ruleta... Todo se había acabado, y solo me quedaba perderme en el vacío de mi consciencia... O eso pensaba.

-Hmph... -sentía de alguien me llamaba, que alguien me agitaba, que alguien me golpeaba... -. ¿Qué...?

Poco a poco fui abriendo los ojos, encontrándome con un par de ojos rojos y una larga melena blanca, además de un enorme cuerno que se llevaría casi toda mi atención.

-¿Pero qué...? Glup... -inesperadamente, sentí como un liquido era vertido en mis labios y caía al interior de mi boca, un sabor que no me desagradaba al menos, pero entonces al empezar a sentir como mi cuerpo despertaba... -. A-A-Ah.. -me quejé intentando levantarme y sujetarme a mi mismo, sintiendo como mi cuerpo ardía como nunca antes. -. ¿Q-Que me diste...? -le pregunté a quién me había despertado: Luego tendría tiempo para preguntar quién era, donde estaba, COMO estaba allí, y porqué tenía un cuerno en la cabeza... Pero ahora, me preocupaba mucho lo que sea que me hubiese dado.

- Silencio - Exclama la chica - No hables, aún estas muy mal, te he dado un remedio, casi mueres ¿Es que no lo entiendes? ¿Que diablos has hecho? ¿De donde sacaste esa técnica tan rara? - Niega con la cabeza - Ya me lo explicaras, ahora tienes que descansar. 

Sientes que el ardor se desvanece rápidamente, tu cuerpo que al inicio se sentía pesado como una piedra ahora se sentía mas y mas liviano. No sabes si es el efecto de la medicina u otra cosa, pero parece que todo volvía a estar en su lugar, y la chica también se percata de esto, lo que la sorprende. 

- ¿Pero como? - Exclama. 

Al cabo de unos minutos estas lo suficientemente fuerte como para incorporarte. Tus alrededores... tus alrededores están completamente destrozados, la tierra había sido revolcada por todos lados, alrededor de unos 100 metros y alrededor... cuatro horribles bestias destrozadas mas allá de cualquier posible reconocimiento, restos de arboles derribados por todas partes. Parece que estás en medio de un bosque, o mas precisamente, en un bosque en la ladera de una montaña, pues puedes ver a la distancia, ladera abajo, una majestuosa ciudad oculta entre otros dos montes. 

- Esto es un milagro - Exclama la chica incrédula - ¿Como has logrado recuperarte de estar casi muerto? Habías reventado tu contenedor de alma tras usar esa técnica extraña. 

-¿Técnica...? ¿Qué técnica...? -a pesar de que tenía curiosidad por entender que estaba pasando, me quedaría callado al menos hasta recuperarme... Lo cual no tardó mucho, siendo que empecé a hacer pequeños estiramientos antes de poder levantarme. -. Ay, ay, ay... -me quejaba mientras me estiraba, intentando relajar lo más posible el cuerpo, pero todo quedo en segundo plano al observar mejor donde me encontraba. Un lugar completamente destruido, azolado por la destrucción y la muerte, y yo estaba en medio de todo aquello con aquella chica... -. ¿Como? ¿Contenedor de Alma?

Aquello ya me parecía un sueño, tal vez había caído en coma luego de ser atropellado y mi mente había fabricado una ilusión para mantener mi cerebro activo, o algo así... Pero era como si estuviese despierto.

-Disculpa, ¿podrías decirme que fue lo que paso exactamente antes de quedar noqueado, eh...? -no sabía su nombre, y mi vista seguía dirigiéndose de manera un poco descarada al cuerno de su cabeza. -. ¿Esa cosa es real...?

- Ling Zi - Me presento llevando una mano a mi pecho - No te preocupes, yo a ti si te conozco, Shin Xiao Long, expulsado de tu familia y dojo por ser tan... temerario con tus ataques, había escuchado rumores sobre ti, pero pensaba que estaban exagerando. 

Me cruzo de brazos y miro alrededor, estaba todo destruido, esto no debería ser causado por alguien con su nivel de cultivo, el chico era realmente peligroso, si liberaba una técnica así en un dojo o en la academia muchos morirían, se los llevaría consigo, de hecho ahora mismo yo estoy confundida de como es posible que siga con vida. 

- Soy una de las guardabosques de la ciudad Dou Xiu, no te preocupes, no has hecho nada ilegal solo has luchado por tu vida ¿no? - Exclamo tendiéndole la mano para que se levante - Los detalles exactos los desconozco, yo estaba lejos, pero al parecer fuiste atacado por cinco bestias Toutou de rango plata I, es increíble que hayas podido deshacerte de ellas... pero me sorprende que sigas con vida, incluso a esa distancia pude sentir como el mar de tu alma estallaba - Levanto el dedo indice como si regañara a un niño - ¡Deberías tener mas cuidado o arruinaras tu cultivo! 

-Shin Xiao... Espera, ¿qué? -con los ojos abiertos como platos, miraría por primera vez desde que desperté mis manos, mirando también la manera en la que iba vestido, pasando por último mis manos por mi cara y cabello, notando una obvia diferencia... -. ¿¡Qué rayos!?

La seguiría escuchando mientras intentaba comprender que había pasado y como ESO había pasado. ¡Se supone que este tipo de cosas solo pasaban en las series japonesas, y siempre con un protagonista Japones, no chino!

-¿Dou... Xiu...? -allí fue cuando me di de cuenta de que, fuese un sueño o no, aquello iba enserio, y había terminado dentro de... -. Espera, ¿cinco? -no había prestado demasiada atención a los alrededores, pero estaba seguro de haber contado solo cuatro restos de bestias... Digo, no es que supiese como se veían enteras para saber cuales partes son de una y cuales de otra. -. C-Claro, tendré cuidado...

En ese momento no podía terminar de creerlo, ¡acababa de reencarnar en otro mundo, el mundo de un videojuego de teléfonos! Y como jugador dedicado que era solo tuve que echar memoria unos segundos para recordar quién era el tal Shin Xiao Long...

-Oh, rayos... Algo me dice que será una vida dolorosa... -pensé, conociendo en la terrible mecánica que hacía a Shin un personaje especial, uno que le hacía tan peligroso para los enemigos como para él mismo... Viendo el lado positivo, al menos no era un 1 estrella, el mundo me tuvo lastima y me ha regalado algo aceptable...

-Entonces, ehm... -tosí levemente para ganarme unos segundos para recuperar la compostura y empezar a actuar menos confundido. Al ser un personaje dos estrellas no le había estudiado demasiado, pero habían algunas cosas que desconocía del mismo, y prefería no liarla en mi primer día... -. Ling, eres una guardabosque de Dou Xiu, ¿no? ¿Podrías llevarme hacia allá? -esperaba internamente que no preguntase el porque; al ser la ciudad de inicio del juego, suponía que mi personaje se encontraba camino hacia allá antes de ser atacado por las bestias... Viendo el lado positivo de todo, al menos una parte de mi ya había aceptado todo aquello: supongo que la idea de empezar de nuevo no sonaba para nada mal...

La chica te dedica una mirada extraña cuando repites tu nombre, pero no hace ni un comentario grosero como podría haber sido el caso, de hecho te mira con un poco de lastima, al parecer cree que estás muy confundido tras haber sobrevivido de forma milagrosa. 

- Efectivamente, cinco - Exclama la chica usando una mano completa para señalarte - Cuatro yacen muertos, has matado a cuatro y la quinta huyo pero bastante malherida, se puede asumir de que debe estar muerta un poco mas adelante. 

Cuando mencionas su ocupación la chica suspira y mira al cielo por unos instantes, luego vuelve su atención a ti. 

- Hoy no puedo llevarte, hoy es mi último día en la montaña antes de mi descanso, ya sabes, no puedo abandonar mi puesto, pero supongo que puedes venir conmigo mañana, de hecho, insisto en que me acompañes mañana, no estas en condiciones para luchar nuevamente si es que te atacan.

Ling Zi suelta un suspiro. 

- ¿Me acompañaras a mi campamento? Claro, no puedo detenerte si insistes en bajar la montaña por tu cuenta. 

-Oh, lo supuse... -en realidad, había llegado a pensar que del quinto monstruo no había quedado más que polvo.

Tras escucharla, pensé un poco antes de responder, considerando que con el poder destructivo del personaje no tendría muchos problemas para llegar a ninguna parte, más el problema más grave era que seguramente en el primer encuentro difícil terminaría acabado, y tal vez no corriese la suerte de ser rescatado...

-Estaría mal rechazar tu oferta luego de las molestias que te has tomado para salvarme -confesé con una leve sonrisa. -. Te seguiré al campamento, y ya mañana podrás llevarme a la ciudad.

- En marcha entonces - Exclamo Ling Zi. 

Con algo de dificultad y un poco de ayuda en un comienzo por parte de Ling Zi, pudiste ponerte en pie y emprender la marcha al puesto de avanzada de la chica, esta camino en casi todo momento por delante de ti. No lleva ni un arma con ella, y se mueve como si fuera una criatura del bosque entre los matorrales, sin romper ni una rama, sus pisadas no hacen ruido, es como si fuera una con la naturaleza que la rodea. 

Por otro lado, mientras la sigas, te das cuenta de lo diferente que es esté lugar de las comodidades que la ciudad en la que residías en el otro mundo. El lugar es una especie de bosque muy denso, con una gran variedad de sonidos de aves que nunca habías podido escuchar, entre arboles que eran enormes surgían de la nada también secciones de bosque de bambú. Ciertamente para alguien que no tenga la costumbré, sería muy complicado poder orientarse y sumamente agotador, pues el camino va en subida y de forma abrupta de bajada... en cierto punto tu pie se hunde en el lodo tras unos cuarenta minutos de recorrido. 

- Ya casi llegamos - Te dice la chica - Tras el arroyo llegaremos al campamento. 

Avanzan abriéndose paso entre enormes cañas de bambú y el barro que les llega a la rodilla aproximadamente hasta llegar a un estero con bastante agua y mucha corriente, su agua bastante helada, pero Ling Zi lo cruza sin hacer ni un gesto o comentario, al parecer estaba acostumbrada a toda clase de penurias. Finalmente tras cruzar el riachuelo llegan a la base de un enorme árbol, en su copa puedes ver unas tablas de madera instaladas. 

- Espera aquí. 

Ling Zi comenzó a trepar el árbol como si de un gato se tratara, sin ni un problema en absoluto, en menos de un minuto trepo los casi veinte metros del árbol y se perdió sobre las tablas, para arrojarte una escalera de cuerdas. Una vez subas te encontrarías con el campamento de avanzada, unas tablas instaladas en un árbol. Solo habían unos sacos con provisiones, el techo era proporcionado por el mismo árbol con su abundante follaje. 

A pesar de sentirme bastante mejor que antes, era claro que aún tenía que recuperarme del todo. Aún así, hice mi mayor esfuerzo por seguir el paso a la chica a través de aquel espeso y atrapador bosque, un ambiente al que no estaba acostumbrado en lo absoluto, a diferencia de ella que andaba como cualquiera por su casa...

Cada vez que avanzabamos me sentía más incomodo en todo aquel lugar. El suelo desnivelado, los grandes charcos, el agua helada que tendríamos que atravesar...Pero no me detendría por nada: conocía bien los conceptos que regían ese mundo, y no podía dejar que algo como eso me afectase si quería ser respetado, aunque no sabía exactamente hasta que punto mi personaje lo era...

-¿Hmph...? -me quede a la espera, tal como lo pidió, mientras la veía escalar con suma destreza aquel enorme árbol, esperando pacientemente antes de ver caer aquella escalera de cuerdas, por la cual empezaría a subir: en mi mundo no era muy atlético, pero al menos allí era capaz de subir por una de esas cosas y caminar buenas distancias sin cansarme. Era agradable pensar en lo que pude haber hecho si las cosas hubiesen sido diferentes... -. Es... bastante espacioso -concluí, por no decir vacío. -. ¿Pasas aquí todas las noches durante tu trabajo?

- ¿Eh? No - Respondo a la pregunta de mi invitado - Claro que no, no suelo tener tanta suerte, varias veces tengo que cavar algún agujero y esconderme allí, o meterme entre los arbustos, por lo que no tengo suficiente suerte como para llegar hasta este lugar todos los días, pero un poco mas lejos de las puertas de la ciudad difícil encontraras lugares mas seguros que los puestos de vigilancia, si te aventuras un poco mas allá, pues digamos que no muchos regresan para contarlo. 

Por unos momentos me relajo y remuevo mi casco, supuse que el chico no intentaría nada raro así que no tenía nada que temer, además bastaría con darle un par de golpes y ya. El casco que utilizo es una reliquia heredada entre los miembros de los guardabosques, permite que las bestias no se sientan amenazadas con mi presencia*, y aunque no fuera una herramienta infalible si que ayuda a mantener el sigilo. 

- Por cierto, nada mal para alguien de la ciudad, has podido llegar hasta aquí sin problemas, muchos otros reclamarían todo el camino o pedirían ayuda adicional, te respeto un poco mas ahora, Shin Xiao Long, puede que las cosas malas que se rumorean sobre ti hayan sido meras exageraciones. 

Incluso en mis días en la academia solía escuchar rumores sobre el, pero viéndole en persona no me resulta tan malo. Por el contrario, no parece para nada una mala persona, aunque se que es un hecho que le hayan expulsado del dojo, desconozco el motivo real de ello, mejor no meterme en su vida privada. 

Una gota de sudor recorrió mi frente mientras escuchaba sus descripciones de las situaciones en las que había tenido que pasar la noche a causa de los peligros que rondaban las afueras de la ciudad... ¿Y se suponía que yo me había cargado solo a cinco de esas cosas...?

-Bueno... Tal vez no todo sean exageraciones... -confesé, conociendo en parte la historia del personaje que ahora encarnaba. -. No expulsan a alguien de un dojo por nada, ¿sabes? He tomado un camino que no es bien visto, pero... Es mejor que nada. Como alguien que fallo en todo lo que le ofrecieron, debo triunfar en lo único donde todos los demás han fallado... Y si sigo vivo al día de hoy, supongo que lo hago muy bien -añadí soltando una pequeña carcajada. -. Por cierto, muchas gracias por todo lo que has hecho por mi hasta ahora. No se que habría hecho si no me hubieras ido a rescatar.

La joven asiente complacida por tus palabras, al parecer valora mucho la honestidad. 

 - Todos cometemos errores ¿sabes? No todos son grandes prodigios en lo que hacen, eso por supuesto aplica en la vida del artista marcial - Busca en su bolso y de el saca dos frutas con un fuerte olor aromático aunque nunca las habías visto, estas eran de color purpura y eran bastante blandas, parecían tener un algo contenido en agua... quizás te recuerda un poco a una uva, sin mas tardanza te ofrece una y tras dar un mordisco a la suya continua hablando - Pero quien persiste en su camino obtiene resultados, si bien no pueden reconocer las artes que estas aprendiendo y son mal vistas por la mayoría, yo puedo reconocer el esfuerzo que pones en ellas y quien sabe... ¿quizás algún día todos se queden callados con tus resultados? Aunque no creo que alguien quisiera seguir tus pasos, dicen que lo que haces es muy dolorosos - Suelta una carcajada - Solo puedo decir esto ahora que no estamos en la ciudad, pero creo que deberías esforzarte por seguir tu propio camino. 

Vuelve a comer su fruta y te dedica una agradable sonrisa. El viento comienza a soplar con mucha fuerza de la nada, el árbol en donde están se estremece con fuerza e incluso otros arboles mas bajos se doblan un tanto por la fuerza del viento, aunque Ling Zi no se altera al respecto, al parecer era algo común. 

Asentí de igual manera a su punto de vista, siendo que tenía bastante razón en sus palabras. Luego de que me salvase y me diese un techo para pasar la noche, negar un alimento estaría fuera de lugar, por lo que tomé aquella extraña fruta y le di un bocado mientras le escuchaba...

-Honestamente, no creo estar entrenando para callar a nadie... Es más para complacerme a mi mismo, convencerme de que llegará el día donde podré proteger a muchos sin ponerlos en peligro... Dicen que la mejor defensa es la ofensiva: Algo de razón tendrá ese dicho -añadí con una leve risa, sin saber que comentar respecto a los efectos que tenían aquellas técnicas que usaba... No lo había experimentado como tal, pero hasta hace poco me consideraba muerto, y ahora estaba aquí... Me hacía la idea de que los contras de las técnicas que usaba debían significar un dolor igual o superor a ser atropellado... -. Muchas gracias por tu apoyo.

Antes de decir algo más, di otro mordisco a la fruta antes de sentir aquella corriente de aire que por poco me hace pensar que aquella base se vendría abajo... Pero dada la tranquilidad de Ling Zi, intenté mostrarme igual de relajado al respecto.

-¿Y que me dices de ti? ¿Cual es el camino que quieres recorrer? -pregunté algo curioso, pensando en que, hasta lo que había visto, su labor era bastante peligrosa y solitaria...