Partida Rol por web

Eddie ya se metió en casa y su madre cerró la puerta sin deciros nada más, entonces Ben fue cuando se dio cuenta de que te escondías detrás de él.

Como llevaba un rato notándote un poco rara digo a los demás – Bueno chicos, nos vemos mañana…

los chicos se despidieron y Ben se giró hacía ti – Vamos Beb, te acompaño un trozo, hasta dos manzanas antes de llegar… - Caminó un ratito en silencio mientras os alejabais de los demás – Yo también lo pasé bien… y si en algún momento quieres contarme algo, cuenta conmigo ¿Vale? – Se ofreció el chico

- Hasta... hasta mañana dije tratando de sonreír y al levantar la mano para despedirme me di cuenta que todavía estaba cogida a Ben. Me alteré un poco pero Ben tiró de mí para alejarnos un poco y me habló.

Sabía que tenía que soltarme pero sentir su mano me hacía estar agusto, y traté de mantenerla unida, pero entonces me acordé de mi padre: ¡Ya sabía yo que ibas a salir como tu madre!  y la solté de golpe.

No dije nada, solo susurré lo mismo que dijo mi padre.

Al rato Ben se ofreció para escucharme, me sentía mal por haber quitado la mano así de brusca, y llevaba rato sin mirarle. Lo siento... me va a matar si se entera. Por cierto, gracias por la nota. ¿Era tuya verdad? no me sentía con fuerzas para mirarle, tenía miedo, volvía a temblar... ya no sabía si por mi padre o por la amenaza de aquella voz en el baño...

Más que importarle que le soltaras, notó el modo en el que lo hiciste, pero claro, no sabía que era lo que te pasaba por la cabeza, hasta que le explicaste un poco con tu primera frase, fue suficiente pues era consciente del problema que tenías en casa.

- No, tranquila – Dijo tratando de restarle importancia y con esto ya llegasteis al lugar donde os solíais despedir, a un par de manzanas de tu casa.

Se sorprendió al principio pues ya hacía varios días y luego enrojeció, bastente, se mordió el labio y miró al suelo – Yo… - Suspiró, estaba bastante cortado – Si, y lamento mucho lo que pasó, no quería… yo… lo último que deseaba era causarte problemas

- Tranquilo. No pasa nada. Yo... quería decir que me había gustado, que no pensé que fuera él, lo que me vino bien, pues así no mentí al decirle que no tenía ni idea de quién la había escrito... quería decirle que me di cuenta cuando lo dije y se puso nervioso... pero no salían palabras de mi boca... solo sentía un extraño mareo en la cabeza.

Miré atrás hacia donde tenía que irme... No quiero ir a casa dije sin más... hice una mueca con la boca. Pero se enfadará mucho si llego tarde. Pero no me moví del sitio...

Poco a poco fue recuperando la compostura, aunque sus mejillas seguían un poco rojas, consiguió alzar la cabeza lo suficiente como para mirarte a los ojos, un poco de soslayo.

- Si, claro, es mejor que te marches, no quiero causarte problemas de nuevo, pero solo dime una cosa… ¿Te gustó? 

Estaba cerca, pero ahora no había contacto entre ambos, aunque por el tono de vuestra conversación se notaba que ambos estabais a gusto.

- Cla... bajé la mirada al suelo. Claro. Me... comenzaba a sentirme muy extraña, estaba muy agusto con él, pero me sentía muy culpable y como si estuviera cometiendo un pecado mortal. Mi rostro comenzó a ponerse a hacer extrañas muecas. Yo... quería decirle muchas cosas, pero sentía que si lo decía mi padre me mataría... y por ahora eso era demasiado para mí. Gracias. Me gustó mucho. dije sin mirarle. Aunque mi semblante era de tristeza ahora. Tengo que irme... supongo...

Ben te dejó tiempo y espacio para que te explicaras, pero en realidad estaba muy interesado en tu respuesta y no quería interferir, como si pensara que si decía algo tu respuesta podía ser distinta.

Finalmente todo pareció aclarado y el chico sonrió, feliz, pero entendió que tenías que marcharte – Bueno pues… nos vamos mañana, cuídate, ah, mi habitación está arriba en el primer piso, si necesitas algo y no quieres llamar para que no te vea mi tía tírame piedrecitas a la ventana…

Se movió inquieto – Vamos Beb, no quiero que se enfade tu padre

- Sí... ya me voy... dije denotando que no era lo que me apetecía hacer. Yo también tengo mi cuarto arriba, pero mi ventana da atrás, tienes que rodear la casa para poder ver mi ventana. Sonreí ante la idea de que pudiera ir un día y tirar piedrecitas en su ventana.

Era una chica inteligente, sabía que no podía hacer mucho más. Pero por alguna razón estaba algo bloqueada desde que recordé lo del baño. Trataba de encontrar una forma de quedarme con Ben, no quería volver a casa, quería divertirme como cualquier niño y olvidar aquella voz y a mi padre... supongo que quería cambiar de vida y deseaba que Ben me ayudara. Pero no éramos más que unos niños, no podíamos hacer mucho tampoco.

Me di la vuelta para marcharme, aunque antes le volví a mirar a la cara y sonreía a medias, más bien era como una despedida extraña. No era que no quisiera sonreírle, sino que no quería irme.

Cuando ya había dado unos pasos, me di la vuelta. Quiero contarte algo que me pasó, pero ahora es tarde... ¿Quedamos mañana... ummm... solos...? dije mientras me tocaba el pelo, pero conseguía mirar hacia adelante y no al suelo.

Ben sonrió cuando le dijiste lo de la ventana, seguramente si que probaría a hacer eso de tirar piedrecitas en tu ventana – Está bien… ciao – Levantó un poco la mano para despedirse, era obvio que ninguno de los dos lo quería hacer.

Y ya se dio media vuelta cuando le seguiste hablando y se giró para atenderte, se acercó un par de pasos - ¿Quedamos una hora antes en la cabaña? Donde vendrán los chicos después, no creo que nos digan nada, pero si lo hacen les decimos que vinimos para vigilar que no nos robaran los petardos… - Te propuso, se quedó mirando tu cara, pese a tu estado de ánimo al chico le parecía que estabas guapísima.

- No puedo ir una hora antes... ya sabes... no lo dijo pero se refería a su padre, no podía salir antes de que se fuera, sino el desayuno estaría frío y eso le fastidiaba tanto que pasaba ya todo el día insoportable. Vayamos a otra parte aunque después vayamos a la cabaña... ¿no quieres? quizás la pregunta adecuada era si le apetecía estar con ella a solas, pero no sea atrevió a decirlo así.

Mientras esperaba que le contestara miró el suelo e hizo circulitos con el pie en la tierra.

- Oh… claro, no lo había pensado… - Se quedó pensativo en las opciones y cuando le preguntaste te lo confirmó sin dudar – Claro que quiero…

Se llevó un dedo a la barbilla con gesto pensativo - ¿Te esperas en el portal que hay enfrente de mi casa? Iría a la tuya, pero lo digo para que no me vean por allí.

Miró lo de los circulitos que hacías en el suelo y te sonrió - ¿Te parece mejor así?

Seguí mirando el suelo y pensé en lo que Ben proponía, finalmente me pareció bien y asentí con la cabeza mientras decía: Vale. Me parece bien. Hasta mañana.

Me di la vuelta y me marché del lugar, así evitaba mirarle de nuevo, quería contarle lo de la pesadilla, pero tenía miedo que me llamara loca o  mentirosa.

Aunque comencé corriendo, cuando ya veía mi casa aminoré la marcha, no tenía ganas de entrar. Pero no tenía otro remedio.

- Hasta mañana – Se despidió Ben.

Por suerte tuviste una noche tranquila, sin que tu padre te fastidiara, hiciste tus labores y te marchaste a dormir pensando en lo sucedido en el día y en como afrontar lo de contárselo a Ben, el chico te inspiraba la suficiente confianza y habías descubierto que te resultaba agradable estar con él.

Llegó la mañana y tras prepararlo todo fuiste al lugar acordado, Ben ya estaba allí esperándote, no te quiso hacer esperar – Hola Beberly… - Levantó la mano contento de verte - ¿Cómo ha ido todo?

- ¡Hola!, por la mañana siempre veía todo de otra manera, así que saludé sonriente. Mi padre no se enteró dije con pícara mirada, y ahora tampoco me ha molestado para salir pronto. Así que... demos un paseo... Quiero contarte algo... la última frase no me salió tan alegre, pero no quería tampoco fastidiarlo todo, así que simplemente le indiqué el camino para ir a la cabaña pero dando un largo rodeo por el bosque.

- Me alegro mucho que no hayas tenido problema – Te dijo Ben que se acercó a ti.

Hoy el cielo estaba muy nublado, había menos luz de lo habitual y hacía una mañana fresca, algo que se agradecía en estos días de verano.

- Si, claro – Comenzasteis a caminar en dirección al camino, podríais dar el rodeo por el colegio que ahora estaba cerrado y por un sendero que había por detrás, que descendía a la zona arbolada, pasear por ahí en un día como hoy sería todo un gustazo.

El chico estaba bastante intrigado con lo que le querías contar, pero esperó a que buscaras la forma de hacerlo.

Cuando nos hubimos alejado ya bastante comencé a hablar, hasta entonces fuimos los dos en silencio.

- Emmm... No me tomes por loca después de esto pero... el otro día escuché una extraña voz que me amenazaba y vi el baño lleno de sangre, pero mi padre no podía verla... Yo... salían las palabras rápido, pero si lo pensabas bien, era una locura... Jajaja... suena a loca total lo mires por donde lo mires... Jajajjajjajaa aunque me reía, no era una risa calmada y relajada, era más bien algo tensa y nerviosa.

Te notó un poco rara por lo que te prestó toda su atención mientras seguíais paseando.

- ¿Una extraña voz? – Por un momento trató de encontrar una solución lógica, pero luego pensó que si lo decía así era por algo.

Notando que tu risa no era normal pasó un brazo por tus hombros como queriendo consolarte – Es muy raro Beb, pero gracias por contarme algo tan personal.

En ese momento comenzaron a caer pequeñas gotitas de agua, ya estabais más cerca de la cabaña que de la ciudad, cuando eso pasó Ben te tomó de la mano y te sonrió.

Me sentí muy extraña al notar su brazo, me puse tensa, pero se puso a llover y quitó el brazo para cogerme de la mano. Me sentía agusto, pero era raro... sabía un poco lo que aquello significaba pero no lo había pensado nunca...

Sentía el calor de su mano contrastando con el fresquito que comenzaba y con las frías gotas que nos caían encima.

Por mucho que lo intentaba no sabía qué hacer o qué decir... seguramente estaba como un pasmarote allí plantada.

La verdad es que no habíais hablado mucho de lo del contado, ni de cuando lo cogiste tu ayer ni de ahora, quizás os daba más corte hablar de ello que hacerlo, pero hasta el momento ninguno de los dos dio un paso atrás, simplemente tratabais de disfrutar de la sensación.

- ¡Vamos corre! – Te dijo Ben esperando que lo siguieras, por su parte no te soltó hasta estar cerca de la cabaña, quizás para que no os vieran así los otros chicos.

Estaban todos dentro del techo para no mojarse, sentados haciendo un círculo y parecía que Bill estaba contando algo interesante al resto.

Cuando Ben tiró de mí ya me hizo reaccionar y corrimos juntos, cogidos de la mano hasta la cabaña. Era una sensación agradable, pero aunque era extraña, parecía como si cada vez fuera a menos...

Apenas habíamos podido hablar, pero habérselo contado me había descargado de una gran carga, así que saludé a todos con una gran sonrisa mientras sacudía la cabeza para quitarme el pelo mojado de la cara. No estabamos muy empapados, pero algo mojados sí.

- ¡Hola! ¡Vaya lluvia cae! ¿De qué habláis? dije sentándome en un sitio que me acababan de hacer juntándose los demás en el círculo. Miré a Ben cómplice, sin decir nada del rodeo o de haber quedado a otra hora y en otro lugar.