El combate estaba difícil, eso lo podía advertir Ian. Se levantó y gritó con todas sus fuerzas tratando de superar el escándalo del público para animar a su hermano - ADELANTE JAMES, QUE EL HONOR DE NUESTRA FAMILIA ESTÁ CON VOS, LA FUERZA DE NUESTRO CORAZÓN OS ACOMPAÑA Y EL PODER DEL TODOPODEROSO ES VUESTRO TESTIGO DE LA VICTORIA!!!
Mi intención era atacar primero, pero James se me adelantó, y con un rápido movimiento de su brazo, traspasó mi guardia, y me dio con la espade en plena cara, lo último que siento es la sangre callendo por mi nariz, a mi boca, extrañaba ese sabor...
Tirada: 1d6
Motivo: Armadura
Resultado: 3
PV=4-5(8-3) = -1
Al salpicar la sangre de Humberland Ian aplaude, no por ofender al noble caballero sino para animar a su hermano que ha conseguido esa tremenda victoria. Al levantarse, impulsa a toda la gente a aplaudir y rugir en el estrepitoso grito de ánimo a James - MUY BIEN HERMANO MÍO, SOÍS UN GRAN CABALLERO
Humberland recibe un tremendo golpe en la cara, golpe que hace saltar la sangre fuera de su yelmo, y lo hace caer, la multitud enloquece, gritan tu nombre James James! y sabes que sos victorioso..
Excelente! dice Yvennus Que pase el siguiente!
Arrojó la espada y el escudo al suelo con suavidad y buscó ayudar a Humbreland a ponerse de pie. Susurró entonces, sin tener en cuenta si le escuchaba o no.
-Creo que ahora estamos a mano, señor.
Bueno, el primer paso hacia mi hacha.
Humberland evidentemente está desmayado, por lo que no responde ni escucha tu comentario, enseguida vienen dos criados, quienes lo levantan para llevarlo a enfermería.
Ian se apresuró a abrazar a su hermano por el cuello, y revolver lígeramente su cabello - Te habeís pasado James, dejar inconsciente al noble y anciano Humberland no es muestra de mucha caballerosidad - cerraba esto con una estrepitosa carcajada - Bueno, mucho me temo que ahora deberé estar atento de vos, pues si me llegara a cruzar en mi camino durante este torneo con vos se que no la tendré para nada fácil eh? - esto último lo decía con un pequeño puño en el brazo derecho de James
Erkebrand saltó y celebró como propia la victoria de su hermano. ¡Bravo, hermano, bravo! Gritó.
Rápidamente desató su cinto, que contenía la vaina y la espada y bajó a la arena dispuesto a ser el próximo en medirse en singular combate. Entregó su espada y su escudo a su ayudante y abajo en la arena dijo: Sir Rufio de Winderast aún no hemos tenido oportunidad de medir nuestras fuerzas. Aceptad este reto y despejemos cualquier duda.
Tras lo cual el caballero se enfunda el casco y coge la espada y escudo que le tienden, preparado para el combate.
Tirada: 2d8
Motivo: Iniciativa
Resultados: 8, 4
Estilo de combate mixto, vamos a probarlo. Escojo 2 para ataque y 1 para defensa, que implica?
Encantado de probarme contra tí caballero- Digo inclinando la cabeza, acto seguido me dirijo a la arena.
ya con mi oponente en frente, comenzamos a observarnos, la gente clama por Erkebrand, aunque no tanto como lo hacían con James.
Tras observarnos un momento, Erkebrand parece decidido a atacar
Tirada: 1d8
Motivo: Iniciativa
Resultado: 7
Tirada: 1d6
Motivo: Armadura
Resultado: 3
Tirada: 1d8
Motivo: Combate C. a C.
Resultado: 5
Hago estilo ofensivo
Como definiste tu estilo, tirás 2d10 para atacar, y uno para defender
Al atacar tenés dificultad +5 y tirá un d10 para saber si yo golpeo o no.
También 3d8 para el daño
Tené en cuenta que mi ataque, va después que el tuyo, y de ser un crítico, deberás decidir si sumar la menor y la mayor de las tiradas de daño (por lo que me podrías noquear), o sumar +1 a la tirada defensiva (siempre en la tirada misma para no decidir luego de ver el resultado)
El nobel caballero realiza una leve inclinación, agradeciendo a su adversario poder medir las fuerzas con él. Seguidamente comienzan a mirarse y a andar en círculos, buscando un punto débil y guardando no ser golpeados.
Tras unos breves momentos, Erkebrand esboza una leve sonrisa, oculta por su casco y lanza un ataque a la vez que se mueve agilmente intentando evitar el golpe de su adversario.
Cuando los cuerpos de ambos caballeros se encuentran juntos, Erkebrand comenta: sostenéis el escudo en posición demasiado elevada. Es vuestro punto débil, mi señor. Dice esperando que Rufio no lo tome con malas intenciones, puesto que no quiere enfadar a un digno adversario.
Tirada: 2d10(+5)
Motivo: combate cuerpo a cuerpo
Resultados: 6(+5)=11, 10(+5)=15
Tirada: 1d10
Motivo: defensa
Dificultad: 5+
Resultado: 6 (Exito)
Tirada: 3d8
Motivo: daño
Dificultad: 3+
Resultados: 8, 3, 4
Exitos: 3
Tirada: 3d6
Motivo: armadura
Resultados: 6, 6, 5
ME confundí y puse 5 como bonificador, no como dificultad.
Nos observamos, y al final, Erkebrand ataca primero, con un rápido paso hacia delante, ataca con la espada en dirección a mi pecho, pero a último momento cambia la dirección, y me da en la cara, haciendo volar mi yelmo hacia arriba, asi como produciendo gran dolor, caigo de espaldas, y Sir Erkebrand dice algo, que no llego a escuchar.
No me desmayé, pero caí, el combate está perdido...
La gente emite un grito de asombro, nadie pensaba que terminaría tan pronto...
Al sacar 10 en la tirada de ataque, hiciste un crítico, al no decidir nada, el efecto es de sumar la menor con la mayor de las tiradas de daño (8+3) por lo que lo volteaste de una :)
Un rápido movimiento hacia adelante, un cambio en la dirección de la espada en el último momento y de nuevo hacia atrás. Parece que el golpe ha sido certero. Pero demasiado certero para el gusto del caballero. No sabe como ha pasado. El simplemente quería golpear y retirarse hacia atrás para evitar el ataque de su contrincante. Sin embargo el mismo no vuelve a contraatacar. Cae al suelo y no se levanta.
Asustado, Erkebrand exclama: ¿Os encontráis bien, mi señor? No sabe qué hacer, presa de la estupefacción. Finalmente se acerca hacia su oponente yaciente en la arena. Se agacha y se le retira el casco a su adversario mientras grita, al ver la cara sangrante de Rufio: Un médico. ¡Rápido por favor!
Erkebrand acompaña a su rival hacia el puesto de enfermería para asegurarse del estado del mismo, mientras se alejan va pidiéndole dispculpas.
Vaya, va a ser que se me fue la mano. Perdón. ;)
Cuando te agachas y ves mi cara ensangrentada, te sonrío, el yelmo había caído con tu golpe, asi como todo mi ser había sido derribado:
Buen golpe pequeño Caballero, sabía que toda generación nnueva es más fuerte que la vieja... pero no pensé que era para tanto.. Sonrío humildemente, sin rencor, y me llevan a enfermería, evidentemente no me molestaba haber sido derrotado.
Solo se podía observar una mirada fija y certera en el rostro de Sir Íleo, las manos juntas cerca al mentón, la cabeza un poco agachada como para completar la imagen.
Mis disculpas, noble Rufio. Creedme si os digo que mi intencion no fue heriros. Ahora descansad mientras el medico os ayuda a recuperaros. El caballero se disculpa de camino hacia la enfermeria con el veterano guerrero. Le acompaña y entra en la instancia, quedandose unos momentos con el herido hasta asegurarse que quedaba bien atendido y no corria peligro.
Finalmente tras unos largos minutos con Rufio se aproxima al medico y dandole un par de monedas le comenta: Por favor atended a este noble caballero como mejor podais. Os estare muy agradecido. Con una leve reverencia se aproxima a la entrada de la instancia. Que os recupereis, sir Rufio. He de continuar en el torneo. Tras mi eliminacion vendre a verlo de nuevo. Que El Señor os guarde. Tras lo cual, el caballero sale del lugar y se dirige de nuevohacia el torneo, aliviado de conocer que el caballero esta en buenas manos y se recuperara.
Marco solo director pues imagino que estoy solo con el caballero en la enfermeria.
¡Siempre tan honorable! ¿¡ir a la iglesia en este momento!? ¿estás de broma querido caballero?, ¿¡si es tu turno de pelear?! ¿o quieres retirarte del torneo?- Pregunto, inquisitivo
Debes enfrentarte a Nivenno de Blackeville, vamos, vé a la arena ahora, luego podrás rezar-
En el momento en el que sales de la enfermería, ves a Yevnnus hablando con Íleo, parece sorprendido por las palabras de tu hermano.
Ian había escuchado lo que el buen Íleo le había dicho a su padre, después de que Yvennus le hablara se levantó y habló para que sólo su padre y sus hermanos lo oyeran - Vamos Íleo, se que os preocupa este torneo pero puedo rezar por vos para que ganeís, no hace falta que lo hagaís vos jajajajaja - esto último lo dijo golpeando amistosa y cariñosamente el hombro de su hermano - Vamos vamos hombre, que debeís participar, los tres hemos ganado nuestra disputa es hora que vos honreís el torneo con una nueva victoria
Disculpame padre, no habia notado que ya fuese mi turno de combatir, espero que no dudes de mi valia solo fue un despiste... hermano no te preocupes no es el torneo o los rivales que hayan en el lo que me preocupa, son otros asuntos los que debere de solucionar luego.
Vaya, como a pasado el tiempo. No me imaginaba que ya fuese la gran hora...
Padre, no solo fui bien instruido como jinete, creo que si Dios me acompaña en esta situacion, te demostrare de que esta hecho un buen caballero.
Las justas son los combates de la realeza, pero raramente en un esenario real se dan las condiciones de este, el verdadero combate esta en la lucha a pie, no solo se mide la fuerza, sino la tecnica de un buen guerrero, la desicion que tenga este de sobreponerse a su adversario, la agilidad de sus movimientos que medira lo rapido que sea capaz de golpear sin ser golpeado y por ultimo el aguante de un cuerpo templado que soporte los rigores de la lucha.
Me levanto de mi asiento y miro rapidamente a los dos, mostrando lo serio y decidido que estava en aquel momento, poco a poco voy desendiendo de las gradas abriendome paso entre la gente con leves toques.
Decidme noble siervo donde esta el afortunado caballero que se medira ante mi en esta ocasion, dotadme de lo necesario pues deseo qe sea lo mas breve posible, una mirada rigida y decida que trata de ocultar el distanciamiento y lo distraido que hubiese estado durante el desarrollo de los anteriores combates.
Bien entonces, Íleo, presentate en la arena con espada y escudo de torneo, que Nivenno ya está listo y esperando-
Luego de estas palabras, Íleo se dirige a la arena, donde le otorgan espada y escudo, y se presenta ante Nivenno y ante la gente.
Un presentador hace tocar trompetas, y lo nombra como "vencedor de las Justas", y luego dan inicio al combate.