Partida Rol por web

Juego de intereses

III. En las ruinas de Olonitalipele

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10/03/2022, 11:21
Jimeno

Mientras se sucedía el terrible chirrido, no ocurrió sino otra proeza digna de ser contada, pero nunca imaginada. El suelo del templo comenzó a vibrar unos instantes.

¡No, señora! -Aldonza había quedado atrás ya a Jimeno, quien seguía postrado e inmóvil en el suelo de cintura para abajo, arrodillado-. ¡Vuelva! ¡Ese espíritu la poseerá a vos! ¡Vuelvaaa!

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10/03/2022, 11:21
Tlatoani

Pero de nada sirvió.

Tras las advertencias nuevas y petición de Jimeno, así como los soldados también inmóviles, el vibrante suelo comenzó a resquebrajarse por diversos lugares, provocando agujeros en el suelo; y de ellos comenzaron a salir varios tentáculos gigantes hacia arriba... Tales tentáculos eran oscuros y espinosos, como raíces moribundas y llenas de vida que sobresalían procedentes del subsuelo y cimientos del templo...

Había una gran masa de ellos, diez o doce, a lo sumo, y Pero, Fray y Xurio se quedaron boquiabiertos desde la entrada de la estancia observando cómo salían del suelo y, rápidamente aprisionaban y retorcían a los cuatro soldados y a Jimeno, como una enredadera de grandes dimensiones y éstos gritaban aterrados desconsoladamente...

Las agujas de estas raíces vivas se clavaban en sus cuerpos, éstos gritaron de dolor. Por supuesto, aquellos tentáculos también "crecieron" al lado de Hurtado y los dos soldados que estaban bajo aquella extraña influencia, aprisionando sus cuerpos de igual manera, aunque permanecían en pie, como poseídos... Era sin duda un hecho que tales brazos arbóreos tenían vida propia, o tal vez eran de un ente con vida propia, pues su movimiento errático no respondía al azar, sino que bien sabían a qué agarrarse y tratar de destrozar...

Y finalmente, Aldonza, quien daba pasos con la espada en alto, se topó de repente, de igual manera, con dos de estos tentáculos*, que se interpusieron entre ella y su objetivo... ¡Aquel templo era el mal personificado!

Notas de juego

*Aldonza: has de librarte de aquellos dos tentáculos. Haz con tu siguiente intervención una tirada de Agilidad/Escurridizo o Reflejos instintivos (elige la mejor destreza y con los bonus añadidos de siempre debidamente razonados):
- Si las superas, te libras de ellos y puedes narrar tu intención de ataque (cortar la mano de Hurtado, matarle, etc, lo que elijas, será conseguido automáticamente)
- Si no las superas (o superas sólo una) lanza 2d10 desglosado por cada fallo y eso será el daño de los tentáculos. El daño es el dado más alto de dicha tirada.
- Si no superas uno o ninguna, lanzas los daños, y aun así sigues con vida, puedes narrar automáticamente (como antes) tus intenciones.

Pero, Xurio y Fray Gonzalo: a vosotros no os atacan, estáis en el mismo acceso de aquella sala (y sólo los tentáculos están en aquella sala, a priori). Con vuestro siguiente post tenéis que decirme si trataís de marchar del templo (huida, vaya, dejando atrás a Aldonza), o si bien tratáis de ayudar a Aldonza (y tendríais que superar el mismo mecanismo que le he descrito a ella).

Finalmente, si alguien quiere hacer otra cosa distinta que lo plantee, por supuesto. :)

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10/03/2022, 20:12
Pero Acosta

La aparición de aquellos enormes tentáculos, era lo único que faltaba para aterrar por completo a Pero. Seriamente herido, si caía en la presa de aquellas cosas infernales, moriría de horrible manera. No podía entender que es lo que había llevado a Aldonza, a lanzarse contra Hurtado. La única salida, si es que la había, era salir de allí antes de que el templo se les viniera encima, o de que aquellas cosas les aplastasen.

-¡Aldonza, vuelve! Tenemos que irnos cuanto antes, o todos pereceremos aquí. ¡Vámonos antes de que estas ruinas se conviertan en nuestra tumba!-Y con dolor de corazón, por su valiente compañera, espero un poco a ver si esta se decidía a salir, y echo a correr alejándose de allí lo más rápido posible. Como alma que persigue el diablo, pensó, algo que era muy apropiado para aquella aciaga situación en la que se encontraban. 

Notas de juego

Lo visto es superior a las fuerzas de Pero, el valor del ladrón, se esfuma, y tratará de salvar su vida. Se ha activado su instinto de supervivencia, y trata de sacarlo de lo que piensa es una muerte segura. 

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11/03/2022, 12:09
Fray Gonzalo Díaz

Miró alrededor, desesperado; esos tentáculos del pulpo del averno habían surgido del suelo, y nada se le ocurría con lo que había alrededor; es más... torpe como se reconocía, sabía que ir a luchar contra esa criatura no haría sino que le arrastrase al infierno del que provenía, pero... aun así, veía opciones

-¡Valor! ¡La fuerza de la Fé es mayor que lo que el Demonio nos envíe! ¡Si alguien tiene con qué disparar o arrojar, que lo haga contra quien ha convocado a este ser! ¡Y fuego, necesitamos fuego! ¡Fuego purificador para que la criatura vuelva a su seno!!

Se metió la ropa entre las vestiduras, buscando con brío a ver si tenía con qué prender un fuego, mientras buscaba hojarasca o ramas medianamente secas con que improvidar una tea.

Notas de juego

Como soy un paquete tanto en lucha como en agilidad, podéis ir esperando a que me meta entre los tentáculos.

Pero doy ideas: una pedrada en la cabeza al tío del medallón (Hurtado)

intento ver si tengo para hacer fuego, que requerirá, supongo, tirada de Habilidad

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12/03/2022, 00:50
Aldonza de Mendoza

Superé con destreza los dos tentáculos que salieron a mi paso y me acerqué a Hurtado rápidamente. Los demás habían retrocedido, pero escuchaba tras de mí gritos de dolor y de miedo. Se olía en el ambiente la sangre y el terror de las víctimas. Aunque estaba aterrada, sabía controlar mis miedos de cara al exterior. Si no hubiera sido así, no hubiera podido hacerme con el mando y el respeto de los marineros de la compañía de mi padre. Era una mujer, y en esta vida tenía que echarle muchos cojones si quería que me trataran en serio. Sino, estaría cosiendo gayumbos junto a mi madre. Llegué hasta Hurtado y de un tajo le rebané la mano que sostenía el amuleto endemoniado. No quería matarle, ya que creía que el poder maligno provenía de ese artefacto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto mi último punto de esperanza para cambiar el 63 por un 36 y superar la tirada.

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13/03/2022, 17:12
Xurio de Narro

.

   Si ya lo decía mi padre, que las mujeres estaban locas, mira que meterse entre esa maraña de tentáculos...

   Por los clavos de cristo, que no me meto ahí sí puedo evitarlo, pienso para mí. Pero mal hidalgo sería largarme cuando los nubarrones se aparecen. Y no sólo sabía pelear con la ropera, que bien que había entrenado el arte de la lucha con espada y daga. Y la daga no es sólo para llevarla al cinto y cortar el queso. En fin, menos mal que traje una daga de repuesto, porque podía ir despidiéndome de esta.

   La saco y apunto con cuidado, cuando veo a un tentáculo que se aproxima demasiado a Aldonza arrojo la daga atravesándolo y al menos alejándolo si no lo dejo "a las buenas noches".

   Luego ya miraré que arrojar o que hacer.

.

- Tiradas (1)
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14/03/2022, 22:48
Tlatoani

El bolsillo más cercano a la cadera de Fray Gonzalo estaba siendo dado de sí por su propia mano, en su sotana. Enseguida echó mano de su yesca y pedernal, pues en hartos extraños lugares y recovecos podía uno guardar tales pequeñas cosas, y entonces lo sacó, comprendiendo que podría tratar de prender en ese momento los mismos tentáculos (que a buen seguro prenderían, a no ser que estuvieran muy húmedos...). Sin embargo, al quedarse allí, sufrió al no darse cuenta de los zarpazos de dos de los tentáculos, quienes le golpearon de extrema gravedad...:

Daño: 10 (-1 por protección): 9 puntos de daño.

Antes de hacer nada, Pero sintió en su interior la llamada de la superviviencia, y salió corriendo fuera del templo, atravesando las pocas salas antes atravesadas, desandando los pasos, y así quedó a las puertas de éste, entre nervioso y expectante.

Acto seguido, Xurio lanzó una daga mientras veía a Aldonza avanzar entre los tentáculos. Con suma fineza y puntería, logró clavar el pequeño filo en una de ellas, la cual reculó hacia abajo (escuchándose como un pequeño gruñido bajo el templo...); pero por otro lado, mientras la mujer llegaba hasta Hurtado, Xurio sufrió la respuesta de otro tentáculo: se retorció sobre su cuerpo vilmente hasta hacerle un tremendísimo daño (el cual no pudo evitar*)

Daño: 8 (-1 por coleto): 7 puntos de daño.

Del mismo modo Ximeno y los cuatro soldados quedaban allí, retorciéndose, pues estos últimos estaban paralizados, y sus cuerpos se torcieron grotescamente hasta morir asfixiado o por quebranamiento de huesos... De todos ellos, parecía que Jimeno lograba aguantar un poco...

Finalmente, Aldonza avanzó entre los tentáculos que cobraban com ovida propia, llegó hasta Hurtado y sus dos acompañantes (quien tenían sus prendas manchadas por la espuma de sus bocas) y de un tajazo le seccionó la mano, dejando caer el rudimentario medallón que sostenía.

- Tiradas (4)

Notas de juego

*Fray, Xurio: los que se quedaban con Aldonza tenían que pasar su mismo mecanismo (la tirada, que por cierto, expliqué como si fueran varias, cosa que no era así). El caso es que me iba a poner a actualizar la narración cuando he visto que faltaban tales tiradas (pues ambos quedásteis con ella), por lo cual he realizado yo las mismas.

Por ello a Xurio le ha logrado atacar un tentáculo, retorciéndote hasta hacerte perder siete puntos (el coleto absorbió uno). Quedas así:

Normal: X X X X X 
Herido: X X X O O (quedas en "Herido" con dos puntitos).

Y a Fray Gonzalo, quien ya estaba herida, queda así:

Normal: X X X X X
Herido: X X X X X
Malherido: X X X O O (quedas en "Malherid" con dos puntos)

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14/03/2022, 23:00
Hurtado Fernández de Roa

La mano rodó, sujetando el cordel, y entonces Aldonza y Xurio (una vez le hubieron desaprisionado notando ahora su cuerpo muy magullado) observaron cómo los ojos de Hurtado Fernández volvían en sí, al igual que sus acompañantes, y el tan fervientemente buscado por vosotros se llevó la mano intacta hasta la muñeca (donde antes estaba la cercenada), y se echó al suelo fruto del dolor mientras retozaba en el destrozado suelo pétreo del templo.

Parece que volvió en sí, pero al mismo tiempo gritaba por la pérdida inminente de la mano, que ahora sangraba a borbotones. Los dos soldados acompañantes volvieron en sí, quedaond petrificados al ver aquellos tentáculos, aquellos cadáveres del resto de soldados y al ver a Hurtado ahora gritando a pleno pulmón tras ser herido... Y ambos se agacharon a tratar de socorrer a su superior...

¡¡Maldita mujer!! -gritó Hurtado desde el suelo, una vez vio a Aldonza delante de él con la espada en la mano (y sabiendo que había sido ella la causante de su ahora nueva imposibilidad, claro)-. ¡La horca te espera!

Fue entonces cuando los tentáculos vibraron, y de la misma manera que se elevaron a la habitación, se hundieron en el terreno, por los mismos agujeros por los que habían salido. Allí quedaron los cadáveres y los tremendos agujeros de la sala, bien profundos, marcha de la aparición de aquel terrible ser... o demonio.

Notas de juego

Digamos que, en el preciso momento en que cortas el brazo, los tres soldados vuelven en sí (sólo que Hurtado pasa del trance al dolor ipso facto). Hurtado, como sabéis, está en el suelo revolcándose de dolor, pero maldiciendo a Aldonza ya...

Pero está fuera, a las puertas del templo. Os toca.

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14/03/2022, 23:29
Aldonza de Mendoza

Tan terrible era aquella visión el demonio... que estaba ida, fuera de mi. Pero logré cortarle la mano de las pajas y soltó el amuleto, haciendo desaparecer poco a poco a la Bestia del Averno y volviendo en sí los malditos. Al verme allí plantada, solo se le ocurrió a maese Hurtado insultarme y amenazarme con la orca. ¿Maldita mujer me había llamado? Con gran velocidad alcé la espada y la coloqué en el cuello del herido, pero sin apretar o traspasar su carne. Con altiva voz, grité:

-"Me llamo Aldonza de Mendoza, hija de Julián de Mendoza, y apodada por mis hombres como Corazón indómito. He sido puesta al mando de esta expedición por orden del Gobernador Pedrarías y vengo en su busca, Hurtado, para llevarle de vuelta a Acla y responder por sus diabólicos actos." Le dije mirándole fijamente a los ojos.

Miré a los soldados y les contuve con la mirada.

-"Y vosotros, quietos donde estáis, que acabáis de ser poseídos por un demonio. Hasta que no os vea el fraile que viene con nosotros y confirme que estáis libres de maldad, seréis apresados por acompañar a este malnacido. Si la fe está con vosotros, seréis liberados y podréis volver a Acla como soldados del glorioso imperio español, en vez de como bandidos o endemoniados." Les solté con autoridad.

Sin mirar atrás, ya que tenía la vista fija en Hurtado, grité a mis compañeros, que seguro que estaban por ahí escondidos y asustados.

-"Fray Gonzalo, venga a purificar el alma de estos dos soldados, por favor. Y el resto que auxilie a Jimeno y a los demás soldados." Grité alterada.

¡Como me gustaba el poder y mandar. Dar órdenes era lo más, y encima siendo una mujer.

-"Dime, Hurtado. ¿Cómo conseguiste ese amuleto? ¿Quién te lo dio? ¿sabías de su maligno poder? ¿Por qué saliste de Acla y viniste a este templo alejado de la mano de Dios y que pertenece a dioses indios?" Le pregunté.

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15/03/2022, 14:23
Pero Acosta

Pero ya estaba a las puertas del templo, cuando noto que algo había cambiado. De repente, sin más, el templo dejo de temblar, era como si aquella demoniaca presencia que estaba amenazando con destruirlo todo, hubiera sido expulsada. Escucho los gritos de Hurtado, y luego las palabras de Aldonza, y sin pensarlo regreso, tenía que ayudar a sus compañeros.

No sin cierta vergüenza, por la precipitada forma en la que había huido del lugar, regreso junto a sus compañeros, pero no se puso a ayudar a los soldados, sino que vigiló los movimientos de los soldados que con Hurtado estaban, ya que no sabía si estos tratarían de atacar a Aldonza.

-Pensar bien lo que hacéis, venimos cumpliendo órdenes del gobernador. Quién pide que Hurtado regrese a Acla, así que salgamos de aquí y tras curar las heridas, habrá que pensar en el camino de vuelta.-

Pero eran muchas las cosas que allí habían pasado, y que no entendían. ¿Por qué habían salido aquellos tentáculos del suelo del templo? ¿Qué estaba haciendo allí Hurtado? Tal vez, cuando se serenasen, podrían aclarar alguna de las numerosas dudas, o al vez tendrían que luchar contra Hurtado y sus soldados. 

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15/03/2022, 15:32
Fray Gonzalo Díaz

En su torpe afán por ser útil, no había sido precavido, y ahora pagaba el precio por ello, pues a sus anteriores magulladuras, ahora añadía nuevos dolores que, seguro, le iban a acompañar un buen tiempo... si es que vivía para contarlo.

Lamentándose todavía por su torpeza, pudo observar con asombro como la bestia, tras el cercenado de la diestra de Hurtado, se iba por donde había venido, al vil abismo del que no debía salir jamás, pero su estado de estupor duró poco, pues las acuciantes palabras de Doña Aldonza le urgían a hacer algo.

-¡Voy! -Respondió, simplemente. Esto sí podía hacerlo bien, cuidar las almas de los demás, porque los cuerpos y las vidas, estaba visto que no entraba entre sus escasos talentos.

-¡Arrodillaos, en el nombre de Cristo! -Conminó a los soldados, a la vez que izaba, sujeto con la diestra, su humilde crucifijo de madera. -¡Satanás! ¡Aléjate de la almas de estos que han sido bautizados!

En realidad, sacaba fuerzas de flaqueza, pues no estaba para mayores esfuerzos, más allá de repartir bendiciones y exhortaciones por doquier

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17/03/2022, 13:12
Hurtado Fernández de Roa

Cuando Aldonza levantó la espada y la puso en el cuello de Hurtado, aún allí tumbado con la mano cercenada, calló reprimido, mordiéndose los labios mientrsa escuchaba a la mujer.

¿Diabólicos actos? ¿¡Qué decís!? Menuda lengua más sucia... -se atrevió a decir, y ahora, viéndole su verdadero carácter, Hurtado no era sino un bravucón en su sano juicio-.

Pero accedió de nuevo al templo, y encontró a Xurio muy herido, el padre Fray Gonzalo algo tembloroso y a Aldonza hablando con éstos. Los cadáveres de los dos soldados estaban por allí, esparcidos, en un espectáculo lamentable. Jimeno yacía, aún con vida, pero seguramente fueras sus últimos momentos dadas las heridas también profundas en él...

El ladrón se acercó entonces a la escena de Aldonza, apostillando las palabras de la marina y advirtiéndoles que hubieran de hacer caso a las palabras del Gobernador. Mientras tanto, el fraile comenzó a dibujar en el aire cruces con su reliquia de madera, conminando a Satanás a que abandonara cuanto antes los cuerpos de los dos soldados recién desaletargados (mientras éstos miraban ahora al fraile, sin pronunciar palabra, de la congoja y extrañeza para ellos de la situación...)

Dime, Hurtado. ¿Cómo conseguiste ese amuleto? ¿Quién te lo dio? ¿sabías de su maligno poder? ¿Por qué saliste de Acla y viniste a este templo alejado de la mano de Dios y que pertenece a dioses indios?" Le pregunté.

No tengo que daros explicaciones -y escupió a los pies de Aldonza-, ¿Qué amuleto? -preguntó Hurtado entonces, no sabiendo a qué se refería Aldonza al principio-. Luego miró alrededor, y junto con su mano cercenada vio que a su lado yacía un pequeño abalorio de madera atado a un cordel. Y lo miró extrañado, y luego a Aldonza. No sé qué ha pasado, no sé qué hago aquí... ¡Sólo sé me has cortado la mano, joder! -se llevaba sus aúndedos al muñón sangriento...-, ¡y sólo hablaré con el Gobernador, no con vos!

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17/03/2022, 13:16
Jimeno

No lo to... no lo toquéis más... -Jimeno, allí tendido, apuntó como pudo al amuleto, mientras trataba de no atragantarse con la sangre que había en su boca y su garganta: las heridas por compresión en él también habían sido brutales... March... aos de aquí, señora..., march... ¡ughh...! -y esas fueron las últimas palabras del guía Careta, quien moría convertido a la verdadera religión-.

No tardó Fray Gonzalo en hacerle una pequeña señal de la cruz en el cadáver, una vez acabó de "exorcizar" a los dos soldados.

Notas de juego

Haced un último post de partida. Habéis encontrado a Hurtado (no está de una pieza, pero es suficiente). Si queréis podéis narrar vuestro regreso o lo que consideréis. Después añadiré un epílogo con las consecuencias y algunas cosas no descubiertas hasta ahora (los cabos sueltos).

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17/03/2022, 13:38
Xurio de Narro

.

   En cuanto me recuperé un poco, y tapé los agujeros más grandes, recogí mi daga y tras ver que yo estaba más o menos de una pieza y como no sangraba, me dediqué a restañar las heridas de los demás. Para aquellos que ya era tarde, les cerré los ojos y los dejé en una posición más o menos digna. Mientras el franciscano ponía también de su parte.

   A las palabras de Don Hurtado se me escapó una pequeña carcajada.

   - No dude su señoría Don Hurtado, que ese deseo suyo se va a cumplir con creces, pues el gobernador en persona quiere hablar con vos. -

    Tras terminar de ayudar a los heridos, Hurtado también si se deja que no es plan que se nos desangre con lo que ha costado hallarlo, señalo con un gesto a Aldonza.

   - Su excelencia el gobernador también ha dado orden de que el mando de los soldados que a vuecencia le acompañan quedan bajo el mando directo de Aldonza de Mendoza y que debe acompañarnos ante la presencia del gobernador. -

   Luego si nadie me detiene y visto lo visto y oído lo que ha dicho Jimeno, me cada claro que ese "amuleto" es un artefacto diabólico. Acerco una antorcha (alguna habrá, sino la improviso) y prendo fuego al amuleto. ¿Que no arde? Busco una piedra bien gorda y aplasto el satánico artefacto. Luego miro de enterrarlo sin tocarlo con la mano, que hojas y armas tenemos para empujar, igual hasta hay suerte y una pala. Lo que está claro es que no se va a pasar por lo mismo una segunda vez.

   Pardiez, que no me extraña que derrumbaran este lugar diabólico, visto lo que hemos visto aquí, barrunto para mí.

 



 

   Una vez que la situaciónn está calmada, y los heridos tratados lo que nos medios nos permiten, es hora de tratar con los muertos. Le pido ayuda a Fray Gonzalo y los enterramos. Tras el entierro, damos entre los dos una misa y bendecimos sus sepulturas. (Fuera del templo tiene que haber tierra donde podamos enterrarlos, no será todo roca)

   Luego, es hora de volver, con ojo avizor a ver si vamos recolectando los soldados que han ido perdiéndose aquí y allá por la ligereza de sus piernas, que maldita gracia le va a hacer al gobernador cuando sepa cuantos soldados quedan en el lugar. Recogimos el animal y espero a que Aldonza de la orden de volver.

.

- Tiradas (1)
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18/03/2022, 12:32
Fray Gonzalo Díaz

Auxilió al bueno de Jimeno para que su tránsito de esta vida a la otra fuese lo mejor posible. Había oído las palabras de uno y otro, y más o menos podía intuir lo que allí había pasado, y sabía que las consecuencias se conocerían a la vuelta ante el Gobernador, una vez fuese aquel adecuadamente informado.

No quedaba sino abandonar aquel lugar maldito, y recordar avisar para que, en la medida de lo posible, no fuese frecuentado por cristianos, ni ruta alguna pasase cerca de él; que la selva lo ocultase y que nadie se enfrentase a lo que habían visto ellos. Tiempo habría, sin duda, para que más adelante se pudiese hacer algo en serio para erradicar aquel lugar de presencia diabólica de la faz de la tierra, pero todavía no; eran pocos y apenas estaban empezando a propagar la Palabra de Dios entre aquellas gentes, gentes que como Jimeno la abrazarían y profesarían la verdadera Fé.

-Vayámonos pues, que el camino es largo y lleno de fatigas. El Gobernador decidirá qué hacer.

Miró al tal Hurtado, que aparenteba seguir en su ilusión; tal vez no se diese cuenta de que, si un religioso no le daba la razón en sus delirios, es que no atinaba en lo que decía; pobre hombre... hasta sintió lástima. Si no acababa en la horca... terminaría mendigando ante cualquier taberna.

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18/03/2022, 17:30
Pero Acosta

Tras tan enorme susto, cuyas consecuencias en forma de escalofríos y nervios alterados, aun perdurarían un tiempo en Pero. ¿Qué eran aquellos tentáculos? ¿Qué pretendían? ¿Qué era ese amuleto capaz de invocar tamaño horror? Parecía que Hurtado y los dos soldados habían recuperado el sentido común. Este dolorido y apretando el muñón que recordaba la pérdida mano, y aquellos con caras de no saber que estaba pasando. 

Las palabras del agonizante Jimeno, eran muy claras, había que salir rápido de allí, y olvidarse del horrible amuleto. Luego ya sería momento de que Hurtado aclarase algo, lo que había ocurrido, si es que lo sabía. Su misión consistía en regresar a Acla con Hurtado, y en eso tenían que pensar. Y no sería nada fácil, heridos y mermados en número, podrían encontrar su final en aquella selva.

-Si, tan solo puedo estar de acuerdo. Tenemos que irnos y pensar en el camino de vuelta. Primero hay que ver si podríamos auxiliar a alguno de los heridos.-Y se acercó a Jimeno, para ver si había algo que pudiese hacer por el guía. 

-El camino de regreso será duro y aun más heridos y sin guía, confiemos en que podamos encontrar el camino de vuelta. Y por cierto Hurtado ¿Dónde están el resto de los soldados que te acompañaban?-

Había que regresar, y hacerlo con tantas bajas, era sin lugar a dudas, lamentable. ¿Cuántos hombres se había cobrado la locura de Hurtado? ¿Qué era lo que buscaba, que con tantas prisas abandono Acla al llegar el gobernador? Muchas eran las preguntas, y muy poco lo que sabían. El trataría de lograr tanta información como fuera posible, ya que el gobernador se la demandaría, y ese habría sido el principal motivo para enviarle a el a esta empresa. 

De momento, al menos por unos instantes, Pero sintió la alegría de continuar con vida, a pesar de los peligros que les habían acechado, y de los nuevos peligros a los que seguro tendrían que enfrentarse. De momento, todos ellos estaban vivos, y eso era para estar contentos. 

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19/03/2022, 15:26
Aldonza de Mendoza

Después de todo lo que habíamos pasado en nuestro periplo, allí estábamos, más o menos de una pieza y con Hurtado postrado a mis pies. Sería difícil explicar lo sucedido al Gobernador, pero ya habría tiempo por el camino de elegir bien las palabras y hechos que contar, que no quería yo que nos tomara por locos. Aunque, ¿no había sido todo una locura? ¿Habríamos tenido una visión o era una maldición lo que pesaba en el lugar? Nunca lo sabríamos a ciencia cierta.

-"Vámonos, salgamos de este impío lugar. Intentaremos llegar a Acla de una pieza. Solo espero que los indios no nos ataquen de nuevo en el viaje de vuelta." Les comenté a los demás. "Vosotros dos, iréis conmigo en vanguardia, abriendo la expedición. Ahora estáis bajo mis órdenes." Les dije a los dos soldados.

Miré al pobre Jimeno y a los soldados muertos. Se tendrían que quedar allí, sin ser enterrados dignamente, no teníamos tiempo. Debíamos de salir de allí inmediatamente.

-"Pero, tú te encargarás de custodiar a Hurtado, y fray Gonzalo y Xurio cerrarán la marcha. Adelante." Ordené.

El viaje sería largo y tedioso, pero seguro que lo conseguiríamos. Mi tesón era indomable y cuando me proponía una cosa, la conseguía. Era mujer y era española. ¿Qué podía salir mal?