Partida Rol por web

Por un momento había pensado que Scott se iba a enfadar conmigo por lo del cojín, pero al ver su reacción se me escapa una risilla, que intento amortiguar bajo mi propio cojín. Me quedo mirándole mientras se sienta, algo más reconfortada por no tener que levantar tanto la cabeza para hablarle... Aunque lo tengo que hacer incluso estando de pie. 

- Estar en un videojuego, sin contar con lo de apostar nuestras almas, está bastante bien, sí. - le respondo ladeando la cabeza y levantando la mirada, pensativa.

No es hasta que le miro que me doy cuenta de que algo no encaja. ¿Qué ha pasado? ¿Qué he dicho? ¿Qué he hecho? Me encojo en el cojín cada vez más nerviosa, intentando pensar en qué he hecho mal para que se ponga así. Una pequeña idea me ronda la cabeza y hace que sonríe sin que me vea, pero me cuesta creerme que haya sido eso. ¿Pero es algo bueno, no? ¿Sí? Mientras pienso el silencio se va a alargando y sigo sin saber qué he hecho para incomodar a Scott, y tengo que buscar alguna forma de cambiar de tema...

- ¡Vale! - me levanto de un salto también, casi sin saber por qué. Le miro con la cara caliente de nuevo - L-lo siento, al final no llegué a empezar este... ¿Me llevas tú? 

Genial. No sé por qué he dicho eso. ¿Cómo que me lleve? ¿De la mano? ¿En brazos? No sé ni qué quería decir exactamente, pero sólo tenía que seguirle. ¡En silencio! ¡Y ya está! De los nervios tengo cada vez más ganas de... No sé, de morirme en el sitio o llorar o sentarme otra vez con el cojín. Pero en vez de eso consigo mantenerme en el sitio y esperar que haga lo que sea.

Las palabras de Leliana sobre Ivo hicieron que se formulara otra pregunta en su mente, dejaría a la mujer terminar para luego hacersela, pero seguramente le diría que no sabría por como estaba describiendo la situación, debían morir tres veces para morir del todo pero Ivo quedó petrificado, a menos que muriera y se petrificara tres veces no tendría sentido, por que la otra opción tal y como decía era que se podía morir de más formas de las que les habían dicho al principio.

Al cruzar sus miradas mientras terminaban de meter a Matt en la cama, la mujer pudo ver albergaba dudas, y ese pequeño temor que se había generado nada más entrar en donde estaban.

Asintió y acompaño a Leliana al balcón, miró como se formaban las montañas,  la nieve, a la mujer que tenía al lado, era guapa, y sabía quien era, había jugado un poco al juego en el que estaban. - Se que no tengo que ofrecer el fragmento, pero se como me miraron nada más ver lo que hacía Katherine, no creo que la confianza sobre mi sea buena, así que es una opción, el chico Scott ha caído en gracia, y aunque sea joven, lo veo más centrado que otros, si no está Hanna delante claro.

Miró a Matt cuando ella lo hizo. -Lo sé, no es un mal chico, un poco estresante en alguna ocasión pero si se habla con el razona, no vi bien lo que le ocurrió al principio, suerte que fue conmigo con quien le tocó, otro le hubiera intentado matar seguramente. 

Volvió la vista hacia la mujer. - Como supondrás todo esta situación genera muchas preguntas y trabajar en equipo nunca se me ha dado mal, dicen que soy un ladrón de obras de arte, hay mucho trabajo en equipo en esas cosas creo. Le guiño un ojo a Leliana acompañado de una pequeña sonrisa cómplice. - Tengo curiosidad por saber si podría volver a ese mundo, donde está Ivo exactamente, por saber si podría romper su estatua y el volver a aparecer vivo o si esta muerto del todo. Y otra ya con vistas al futuro, ¿se podría engañar a la elección para que me tocase con el la próxima ronda?. Indicó con un leve movimiento de cabeza a Matthew.

Luego volvio a mirar a Leliana. -También tengo la curiosidad por saber si sois npc o jugadores atrapados, la forma en la que os comunicáis con nosotros es diferente a la que encontramos dentro de un juego, aparte ¿cómo es posible de que Diana lleve encerrada 17 años aquí? Tras formular las preguntas iba a continuar con más que tenía pero dejó de hablar en seco.

-Perdona, son muchas cosas y creo que te estoy agobiando. Se llevó la mano izquierda a la cabeza y le sonrió disculpándose.

Mira pestañeando al ojazos y una sonrisa cariñosa aparece en su rostro aunque el enfrentamiento entre los dos hombres termina poniéndola en tensión,preparada por si debe intervenir,sobre todo cuando los soldados aparecen por lo que mira a Cullen de reojo y asiente mientras se acerca a Lucas y le coge las manos 

-"No voy a quedarme aquí a vivir,ni siquiera entiendo los videojuegos así que tranquilo y por supuesto no soy una niña tonta que se deje engatusar fácilmente pero ahora ve a dormir,quizás pueda averiguar algo más.Tras lo que hemos vivido hoy debes estar cansado pero si te parece luego hablamos así que cuando termine aquí con el comandante iré a tu habitación y llamaré por si aún estás despierto y te contaré todo lo que averigue ¿te parece?"-dice apretando un poco sus manos antes de soltarle y volver junto a Cullen-"Me quedaré un poco más,comandante"-añade clavando los ojos en él

Una sonrisa entre sueños afloró cuando mi cuerpo sintió la suavidad de la cama, -suavecita, gracias mami- mencione aun dominado por el estado de ebriedad y cansancio, en mi mente escuchaba las voces de Gary y Leliana, pero eran tan lejanas, además que en mi mente se acomodaban nuevas cosas, una partida de pokemon, recorriendo los mundos de Kingdom Hearts, visitando Mushroom Kingdom como Mario, Dreamland de Kirby, o simplemente pidiendo la mano de Sylvannas y siendo el esposo de la jefa de guerra, todo eso me agradaba.

-Te quiero mamá- mencione, quizás fuera por que la inquisidora se sentía igual que mi madre cuando me quedaba dormido frente  a la consola era ella quien me llevaba a la cama y me arropaba, por un momento una lagrima afloró por ese recuerdo, pero los sueños continuaron llegando y cada vez eran más intensos y divertidos, que me hicieron comenzar a roncar.

La mujer se dio la vuelta para apoyar el bajo de su espalda en la barandilla, mirando su cuerpo hacia la puerta del balcón, pero su rostro estaba clavado en ti. Absorvia cada palabra que habias pronunciado, cada sentimiento impreso en ellas, empezando a entenderte un poco mejor. Eso era lo que le gustaba, que le enseñabais a ser cada vez un poco más...¿sentida?

- Recuerdo que cuando llegó el primer grupo yo era algo diferente... - dejó caer la cabeza hacia atrás levemente como si así pudiera evocar mejor los recuerdos - en mi cabeza solo estaba la Divina, mi objetivo de consejera de la Inquisidora y la necesidad imperiosa de proteger todo Thedas de los demonios que llegaban hasta nosotros a través de las grietas. Poco a poco, según venian llegando más grupos y entablabamos contacto con ellos... empezamos a sentirnos diferentes, a darnos cuenta de que el resto de personas de nuestro mundo actuaban siempre igual, repitiendo frases o comandos. - volvió a girarse hacia él - ¿porque nosotros si y el resto no? El comandante Cullen tiene la teoria de que para King Dice no seria divertido si a todo lo que dice nosotros no opusieramos resistencia. -

De repente extendió una mano para acariciar tu mejilla con la tristeza pintada en su rostro salpicado de pecas. - No creo que puedas volver con Ivo. Lo siento. Respecto a Diana, como ya dije, su grupo no alcanzó la parte donde ella se despertaba, prefirieron matarse entre ellos. Vosotros si cumplisteis los requisitos para que eso se produjera - sondeó tu mirada sin apartar la mano de tu cara, intentando averiguar si la habias comprendido

- King Dice es quien os reparte las misiones. Nosotros no podemos intervenir ahí, pero... se que no siempre procede igual. A veces lo deja al azar, otros os deja elegir, así que igual mañana teneis esa opción, ya que hoy fueron los dados quienes tomaron la decisión - sonrió con dulzura antes de depositar un fugaz beso en tus labios - Espero haber resuelto tus dudas - finalizó apartandose de ti

El cálido abrazo de Max, sus palabras de apoyo y su olor hicieron que Giulietta se relajase un poco más aún, saliendo de su pesadilla particular, volviendo a sentir la brisa sobre su rostro, hacía tanto tiempo que no la abrazaba un hombre, que había casi olvidado la sensación de calidez del cuerpo humano y cerró los ojos para disfrutarlo - Gracias, Max .

La luz cada vez más tenue del exterior hacía que la claridad en el interior de la habitación invitara a entrar, pero estaba tan bien allá afuera, entre esos cálidos brazos - No se si quiero volver a casa Max, todo allí está mal, pero se que no quiero quedarme aquí, ni tampoco dejar de existir - y sintiendo su voz tranquilizadora.

Se giró hacia el joven, soltándose de su presa fácilmente cuando el notó que se giraba, lo besó en la mejilla - Vamos adentro, tenemos que descansar - cogiéndolo de la mano lo llevó hasta la cama donde se recostó mirando al techo e invitó a que se tumbara junto a ella.

- ¿Que cambiarías en tu otra vida, en tu vida real? - preguntó al joven

Cuando va a responder mordazmente al comandante, escucha la intervención de la agente y se traga sus palabras, a la vez que asiente a Katherine.

No necesito que me escolten, puedo llegar yo solo. -Dice el muchacho despidiendo a los guardias con la mano. -Siempre y cuando no sea un prisionero, claro. -Suelta con una sonrisa irónica en el rostro mirando al templario.

Una vez en la habitación, se tumba para descansar. Pero el insomnio es una enfermedad que afecta tanto a los vivos como a los virtuales y en cuestion de minutos se levanta, coge una silla y la saca al balcón. Se sienta en la silla y se pone a observar las estrellas y la luna. ¿Me servirían una copa a estas horas? Aunque da igual, no tengo ni un oro Pensaba el chico mientras dejaba pasar los minutos y las horas

Justo cuando Hana se levanta abro la ventana, que tal y como recordaba daba a un tejado lo bastante horizontal como para ser seguro anda en él, dejando entrar algo del viento frío y nocturno. Es entonces cuando se disculpa todo avergonzada y me giro extrañado.

- No tienes que disculparte de nada.- le digo mientras le cojo de la mano sin pensar muy bien lo que estoy haciendo.- Por supuesto que te llevo pero no te preocupes es bastante seguro.

Una vez fuera, empiezo a considerar que no quizás no ha sido buena idea pues Hana empezaba a temblar probablemente de frío, así que me quito mi sudadera y se la ofrezco tímidamente para que no se congele. Momento en el que me doy cuenta, a la vez que me pongo rojo como un tomate... otra vez, que la había vuelto a coger de la mano sin permiso y como un acto totalmente natural. Intentando distraerme de ese hecho y calmarme le señalo el cielo.

- Te apuesto lo que quieras, a que no reconoces ninguna constelación y ya puestos a que nunca habías visto una luna tan enorme.- al fin y al cabo apenas debería haber luz pero solo con la luna llena se iluminaba casi toda la fortaleza dándole un toque casi etéreo al lugar.

Sonrió al ver que Leliana aprendía de el, Es curioso ver como un npc absorbe la información para usarla en un futuro.

-Por lo que dices es como si aprendieras de todo lo que vamos haciendo o diciendo, os ocurre solo a unos pocos, puede ser por qué sois los principales de este juego, pero la cuestión es...  cogió el brazo de la mujer y le remangó la manga por donde supuestamente los jugadores tenían las barras de vida. Esperaba ver unas iguales a las suyas y que fueran también jugadores que habían olvidado quienes eran y habían asimilado ser uno más de todo.

No pudo decir mucho más pues ella le acarició la mejilla con la mano, como si sintiera empatia hacia su persona, El grupo de Diana se había matado entre sí, sus ojos se abrieron un poco, por los que habían sido "invocados" a jugar en el nuevo grupo el que podía perder los papeles era el tal Lucas, esperaba que no fuera así y que la tontería se le fuera apaciguando. -Entiendo, ¿y la otra chica del pelo rojo?. Había soltado el brazo de la mujer sin darse cuenta pero si que había ojeado si tenía las barras de salud.

Había entendido lo que le quería decir, como si ellos les hubieran elegido y no King Dice, querían que acabasen con el, la cosa era como, pues si reunían los fragmentos para salir eso no aclaraba si otros tendrían que pasar por lo mismo y que el ciclo se repetiría.

King Dice daba a elegir en alguna ocasión con suerte podría ir con Katherine esta vez, y se lleavaría a Matt con ellos, no dudo que con Hanna y Scott o Diana seguro que está a salvo pero el resto,  no les veo tener tanta paciencia y seguro que le dejarían atrás o apartado. Estaba sumido en ese pensamiento cuando un fugaz beso rozó sus labios, miró a la mujer que tenía delante fijamente, era guapa, las pecas hacían que su atractivo se marcase aún más, su figura también invitaba a una noche de pasión pero en su corazón solo había sitio para una mujer.

Se apartó de el como si se avergonzara de lo que acababa de hacer, carraspeó un poco para recuperar un poco la compostura pues le había sacado del tema. - Sí, aunque seguirán surgiendo y tendremos alguna que otra charla como esta si te parece bien. La cogió de la mano con suavidad. - Referente al beso, no se que intención tenéis, si es curiosidad por lo que se siente, si queréis experimentar lo que es el amor, pues no digo que no pueda atraeros físicamente yo, pero no podría corresponderos adecuadamente. No quisiera que os sintáis mal, sois bella, atractiva y si no fuera por lo que os he contado, ahora mismo os estaría besando para llegar a algo más sin pensarlo, pero no podría perdonarmelo. Acarició la mano de Leliana. - Lo que sí puedo hacer es intentar responder yo tus dudas.

Había intentado que no se sintiera mal, solo esperaba que hubiera surgido efecto. 

Volver a casa. Me estuve planteando ese objetivo desde que fui arrastrado hacia este lugar. Mas por volver a la rutina que por una necesidad real de apego hacia la realidad. Ella tampoco sabía qué hacer, pues últimamente me estaba dando cuentas de muchas cosas que no me agradaban de mi vida, supongo que con Giulietta era lo mismo. En mi caso estaba un asunto bastante sencillo de plantear: ¿Cambiaría algo si dejara de existir? Quizás alguno preguntaría: ¿Dónde está Max? Luego se encogerían de hombros y continuarían con su vida.

-Todos tenemos miedos, incluso los que se piensan más seguros- ya no sentía el aroma que venía de las montañas, no, ahora todo estaba inundado con el perfume de su cabello y me contenía de aspirar una gran bocanada de aire-. No te va a pasar nada.

Era algo que no sabía, pero que me repetía a mí mismo cada vez que pensaba en el día anterior. Traté de lucir seguro, confiado, lo que era una expresión casi desconocida para mí. Creo que lo logré muy bien, pero su beso en mi mejilla desbarató totalmente esa fachada. Me dejé llevar hasta la cama, aunque estaba más sorprendido que intranquilo. Me recosté a su lado, relajando todo mi cuerpo.

-Todo- dije con una sonrisa, girando mi rostro hacia el suyo-. En serio. Y no es que este mal o que sea mala, es que... no es vivir. Ni siquiera sobrevivir. Es pasar el tiempo y ya- y nunca antes había tenido problemas con ello. Giré mi cuerpo en la cama para poder estar mirándola directamente-. ¿Y tú?

Sabía que Max intentaba tranquilizarla, que el también tenía miedo, sus ojos le delataban, pero lo intentaba. 

- Me pegaron un tiro Max!!, y tu moriste una vez!!, ¿Como puedes estar tan seguro de que saldremos de aquí? - dijo al joven mirando el techo de la habitación, entonces, notó como el se giraba hacia ella, sintió su respiración en el cuello, su pulso acelerándose cada vez más, su calor, su valor, y también se giró.

- Todo! lo cambiaré todo si volvemos!! - exclamó con un tono esperanzador - Como dices no es vida, he de pasar página, y tal vez "ésto" que nos está ocurriendo sea el empujón que necesitaba mi alma para hacerlo - y sonrió al joven.

"Esto" era Jumanji, tal vez una oportunidad de apreciar lo corta que es la vida y descubrir como la estaba desperdiciando aquellos último años, pero "esto" también era Max, volver a sentir la calidez de un alma y la excitación de una presencia masculina, pero el sabía quien era y que había hecho al otro lado de Jumanji, se sentía avergonzada y perdida a la vez, cuando aquello acabara, ¿volvería a verlo?.

Entonces, con todas aquellas preguntas y más, se desplazó ligeramente sobre la cama hasta juntar sus cuerpos, hundiendo su rostro contra el pecho de Max, sintiendo su olor más intenso, su calor y sus latidos, olvidando por un momento a aquel muchacho que perdió y lo ocurrido hace unas horas, olvidando a Wyatt y todos los demás, sintiéndose nuevamente viva aún al borde de la muerte y respiró hondo.

- Bésame Max!! - le dijo mientras levantaba la mirada de su pecho y veía nuevamente los ojos incrédulos de aquel muchacho perdido, no en éste mundo, si no también en el de fuera - Disfrutemos por si fuera nuestra última noche..

-Sí, me morí…- trague saliva recordando como quemaba una acuchillada, no importaba cuantas veces entrara en tu pecho, la sensación se repetía y se mantenía, superponiéndose al dolor de cada herida-. También tuve que sufrir la maldad de mi personaje, como…- mi cuerpo tembló al recordar esa masa de carne deforme que salió de mi cuerpo, la sensación de aplastar el cráneo de esa enfermera cuando “mi otro yo” tomó control de mis emociones. Oh, sí, necesito urgentemente olvidar ese episodio-. Pero eso me da más confianza- mentira, no tenía confianza, pero me siento con “esperanza”, un sentimiento desconocido desde hace años por mi patética persona-. Jumanji es… no sé qué es. Pero algunas cosas buenas están pasando- se me acercó mas, logrando que su calor inundara todo mi cuerpo, su respiración en mi pecho me hizo latir el corazón aún más fuerte, si es que eso era posible, logrando que mis oídos retumbaran y ardieran. Cuando alzó la mirada, pidiéndome que le besara, ni siquiera lo pensé. La estreche con fuerza entre mis brazos, otra vez, para dejar que nuestros labios se sellaran en un suave beso. ¡Dios! Había olvidado lo cálidos y agradables que son. Mi mente dejó de pensar en mi vida, en Jumanji, en mi alma o lo que depararía el día siguiente. Solo me interesaba esa calidez que comenzaba a expandirse, en la suavidad de su piel y la perfección de sus ojos. Me he arrepentido de miles de cosas durante toda mi vida, sobre todo por no animarse a hacerlas, quizás este sea el primer paso para comenzar a arriesgarme y dejarme llevar por lo que de verdad quiero. Definitivamente voy a sobrevivir y Giulietta también.

Lucas se marcha y él se gira hacia ti

- Mujer sabia. Él cree saberlo todo, pero ha dado demasiadas cosas por sentado sin cuestionarse nada más como que el pacto que hicimos con King Dice no fue por encontrar un atajo. Él nos obligó a ello al limitar el poder de nuestra Inquisidora para cerrar las grietas. Aunque realmente creo que los celos eran los que hablaban por él - te aparta del rostro tus rizos rojizos y se inclina ligeramente hacia ti para susurrarte - Y no me extraña... - está muy cerca y sientes su mirada que desciende de tus ojos a tu boca. Respira con pesadez como si estuviera conteniendose

- No deseo que abandones tu hogar, pero si llegar a conoceros más. Averiguar que mueve a una mujer tan fuerte y decidida. Descubrir que motiva a su corazón a pelear cada dia por lo que quiere - mientras habla sus manos han buscado tu cintura y algo más abajo, como si tanteara hasta donde le vas a permitir llegar

Con suavidad te acompaña hasta el borde de la muralla, sentandote de repente en la fría y dura piedra y quedando él entre tus piernas. Sus manos se aferran con fuerza a tus caderas. Sientes la altura a la que estas, el riesgo de la caida, el viento frio que viene de las montañas, pero también la calidez del cuerpo del hombre.

Te mira con intensidad mientras acerca sus labios a los tuyos pero no llega a rozarlos - Te deseo. Despiertas demasiadas cosas en mi como para que pueda ignorarlas - sonrie con cierta malicia saboreando la excitación del momento previo, antes de fundiros en un intenso beso. 

El viento frío me hace parpadear un momento y casi que agradezco que quite algo del calor que se ha acumulado en mi cara. Pero no es suficiente, comparado con el que me da de nuevo cuando Scott me vuelve a coger de la mano. Siento los hombros algo temblorosos pero por lo menos soy capaz de seguirle sin caerme por el tejado. En ese momento, veo que se quita la sudadera y me quedo mirándole con los ojos muy abiertos, asustada de que las "cosas raras" empiecen a pasar. 

- ¡Ah! - exclamo algo más tranquila al ver que me la da. La verdad es que en manga corta sí que se nota el frío de la noche, pero hasta el momento ni siquiera me había importado... - Gracias... - murmuro, sonriéndole.

No lo pienso, no me doy cuenta o no quiero hacer ninguna de las dos, pero me acabo poniendo la sudadera de Scott. Lo primero que noto en cuanto lo hago es que ya no tengo frío. Es más, tengo demasiado calor y no es sólo porque sea una sudadera excesivamente cómoda. Huele distinto... Huele a Scott. Le miro desde debajo de su propia capucha, que se me ha quedado puesta, esperando que no pueda leer la mente de ninguna forma. Sin decir nada sigo su dedo hacia el cielo y sonrío al ver las estrellas. Era extraño verlas allí, de primera mano... Igual que la luna.

- En la vida real, no. - sonrío, girando la cabeza un momento para mirarle - Pero allí tampoco te había visto a ti. 

¡Qué dices, tonta! Rápidamente vuelvo a bajar la cabeza, intentando contener una sonrisa tonta. Intentando distraer la atención, muevo los brazos hacia delante, viendo lo mucho que me sobran las mangas de la sudadera. Estoy haciendo el tonto. Demasiado.

- Yyy... ¿tú conoces las constelaciones de aquí? - pregunto rápidamente, como si nada hubiera pasado, mirando otra vez hacia el cielo.

La mujer ladeó levemente la cabeza y sonrió con dulzura - ¿intención? Solo queria confortaros. No me gusta ver sufrir. - Agachó la cabeza avergonzada mientras daba un paso hacia atrás recogiendo sus manos a la espalda. - Disculpame si te hecho sentir mal -

Fue entonces cuando volvió a mirarlo - La verdad es que tengo dudas, pero imagino que no todas se podrán responder, como ¿porque la pelea en la taberna si apenas os conoceis? Se podia percibir mucho resentimiento. Creo entender que por lo que hizo Lucas con el pequeño Matt ¿no? - se rascó la mejilla con un dedo dubitativa - lo cierto es que a veces me confundo - suspiró sabiendo que todo aquello era demasiado dificil.

Por un momento Katherine piensa en empujar a aquel hombre y alejarlo de ella sin embargo por alguna razón no lo hace.Le gusta él,le gusta desde el primer momento en que lo vio y a pesar de saber que no era real.Le gusta la fuerza que desprende,el aura de mando que le rodea y su seguridad en sí mismo.En ningún momento ha dudado de que ella respondería al beso y aunque en cualquier otra circunstancia eso la hubiera enfurecido en aquel momento tan sólo le hizo sentirse más deseada

Quizás fuese que tres hombres la deseaban,quizás que ya había besado a dos de ellos y necesitaba besar al tercero o quizás fuera un Estoy enamorado de ti lo que hicieron que Katherine no se apartara de Cullen.Esas palabras lo habían cambiado todo,no podía permitirse amar a ese hombre,necesitaba olvidarlo de cualquier modo y desde luego Cullen era un buen motivo para olvidar a Gary Oldman

Las piernas de ella se enroscaron en la cintura del hombre mientras su cuerpo se movía para juntarse al de él al mismo tiempo que sus dedos ascendían hasta aquel cabello que había deseado acariciar desde el primer momento.Enredando sus dedos en él Katherine respondió con pasión al beso que le daba el hombre mientras sus cuerpos se juntaban sin dejar ningún resquicio al frío viento que soplaba en las montañas y que ambos ignoraban envueltos en esa pequeña burbuja de pasión

No siempre era divertido ver a alguien borracho.

Normalmente eran desagradables, olían mal y hablaban demasiado de lo que no sabían. Diane hablaba demasiado, pero me hacía gracia verla así, tan... dicharachera. No podía evitar reirme con cada comentario que hacía. Y sentía como me subían los calores de la situación. ¿O era la bebida? Yo solo había probado un vaso... Pero con cada insistente palabra hacía que me subiera el libido más de lo que quisiera.

-Venga, déjame que te quite las botas...Necesitas...descansar.- Realmente iba a acostarla. Como se suele hacer con una amiga borracha, pero según tiraba de su calzado y descubría sus piés, me preguntaba si todo aquello era realmente real. ¿Que me pasó con la peliazul del juego? Era yo, no era yo... Era nuestros mas oscuros deseos, como diría Iker Jimenez...

Tiré de la manga de su chaqueta para quitársela y dejarla a un lado del diván. - Pórtate bien!- Dije entre risas viendo como gesticulaba. ¿Realmente que tipo de persona sería si me rendía ante una pobre indefensa borracha?- Estate quieta!- Tampoco ella lo ponía fácil.

Entonces se me ocurrió una tontería. La cogí con ambas manos su cara, la hice mirarme y que se quedara quieta un segundo y hacerla entrar en razón. Pero se me fue la pinza, y tras un par de segundo mirándola a los ojos, sin saber que decír... La bese.

A tomar por culo la cordura Nikky!

La chica empezó a quitarme los zapatos -Descansare... "hip"... cuando acabemos sudadas y sa... satisfechas...- le dije riendo con ebriedad mientras me quitaba las botas y dejaba mis pies descalzos. La chica se acercó a quitarme la chaqueta... ocasión que aprovechaba para revolverme un poco -¡Portarse... bien esta sobrevalorado... "hip"!- le dije a la chica divirtiéndome como una cría, riendo más cuando mi compañera me decía que me quedara quieta -¡Oblígame!- le respondí descojonándome.

Y cuando me cogió la cara con las manos y me besó... si, me obligó a quedarme quieta, disfrutando. Empezó ella, pero sin duda quien lo supo continuar fui yo, poniendo mi mano tras su nuca y otra en su espalda a medida que me incorporaba sentándonos las dos, alargando el beso con gusto y metiendo lengua si la pelirroja me dejaba. Después del beso, aparté la cara con una sonrisa; pero no una burlona como la anterior, sino una cariñosa -¿A que... que no ha sido tan malo?- le dije a la chica riendo levemente -Ya... "hip" por fin me ocurre algo bueno aquí de... dentro... gracias...- le comenté y le agradecí.

Entonces, ya por mi misma, me desabroché los vaqueros y procedí a quitármelos, al igual que la camiseta... aunque eso me costó algo más con el pedo que llevaba. Al final, acabé quedándome solo en bragas y sujetador deportivos negros, dejando el resto de mi cuerpo atlético y con una buena musculatura hasta con tableta de chocolate... la normal cuando practicas kick-boxing con mucha frecuencia. Sin decir nada más, esta vez fui yo quien la besó... un beso corto pero intenso antes de separarme de ella -¿Me "hip"... acompañas a la cama pre... preciosa? Prometo que "hip"... si te metes en la cama conmigo... no haremos na... nada que tu no quieras...- le prometí a la chica -Con solo esos besos... créeme que me has alegrado un día muuuuuuuy jodido... y lo que pase entre sá... sábanas... será mi agradecimiento... si es que quieres que pase algo... "hip"...

¿Había escuchado bien?

Me giro hacia ella con cara de sorpresa ante su última frase pero usa mi propia sudadera como escudo para esconderse, me siento aún más nervioso que cuando la abrace delante de todos y el recordar eso solo hace que me ponga aún peor. Veo como mueve las largas mangas y me siento identificadas con ellas, pues mis piernas estaban tambaleándose de la misma manera.

Es entonces cuando vuelve a levantar la mirada y la luna ilumina su rostro, estaba tan roja como debía estarlo yo pero eso no importaba. Lo que sí importaba es que al verla así me di cuenta de que estábamos pasando por lo mismo, eso y que era preciosa. Sin pensar empiezo hablar.

- Pues la verdad es que sí, aquí a la derecha, ¿ves esas 3 estrellas?- digo señalando sin fijarme demasiado y justo cuando se gira la beso.

Sonrió a Leliana. -No me hiciste sentir mal, al contrario no todos los días le besan tiernamente una bella mujer. Me he sentido alagado pero ya os expliqué el por qué no podía corresponderos.

Se acercó a la mujer para que viera que no estaba incomodo con ella, ni con lo que había pasado. - ¿Os hace enseñarme algo más de este lugar? no creo que solo sea una taberna, que más esconde este feudo?

Leliana tenía preguntas como había esperado siendo una IA no todo lo tenía dentro de la información básica o lo que había aprendido desde que podía. La pregunta fue directa y así fue la respuesta. - No recuerdo haber estado en la pelea o si estuve no le di tanta importancia como parecía. Pero si puedo decirte que es normal, por normal general no te pones a lanzar piedras a desconocidos y si lo haces sabes perfectamente que el efecto será negativo. Miró al horizonte unos segundos para luego volverla a mirar, el reflejo de la noche en el rostro junto a la luz de las llamas hacía que fuese bellísima, una lastima que no fuera Katherine la que estuviera aquí, se centró de nuevo antes de no poder evitar besarla y continuó hablando. Más cuando estás en un sitio nuevo, desconocido, con personas desconocidas y acaban de decirte que tienes un límite de vidas, un golpe mal dado podría ser desastroso, personalmente quiero que todos salgan vivos, pero algunos de los de aquí como por ejemplo en esa situación no tendrán reparo en hacer que otro pierda una de sus vidas por probar algo.

Sonrió. - Los humanos somos así ya lo sabes. Era una frase normal para una conversación normal. Se había olvidado de que estaba hablando con un npc, pues al no ser lineal y tener una mentalidad propia hacía que se le viera como a uno más.