Partida Rol por web

momento... momento.. trata de soltarse del apreton de Sveznick, suelteme... ire mas tranquilamente si no me obliga... bien...dejeme llevar algunos implementos medicos toma lo que pudiera necesitar para partir hacia el lugar

Herman obedece inmediatamente la orden de su capitán, y abre el ascensor. Mientras se abren las puertas, se coloca la linterna en la hombrera.

Esos cabrones no me van a pillar en bragas esta vez...

Bishop observaba, sin hacer nada al respecto, la verdad es que ahora no sabia que decir o hacer.
¿Nueve presencias de vida? Pero que narices esta pasando ahi abajo...

Se rasco la nuca un instante mientras los militares tomaban el mando.
-Ordenador... Lyss, abre las comunicaciones del subnivel 2, o el registro mas nuevo que tengas de los ultimos 10 minutos, que las camaras no funcionen no quiere decir que no lo haga lo demas-Se giro mirando a O'Brian. -Tenga cuidado, no sea demasiado curioso.

Los tres soldados restantes, acompañados por el doctor O´Brian entran en el ascensor y comienzan su descenso hacia el subnivel 2. Mientras, tanto, Bishop, Theresa y Kuhne intentan obtener tanta información como puedan mediante la ayuda del ordenador.

Al tiempo que el resto se marcha, Lyss responde a la pregunta del doctor Bishop: Las comunicaciones en directo tampoco funcionan debidamente, doctor. Sin embargo puedo acceder sin problemas a los registros de audio y video de los momentos previos al suceso.

Escaneando registro de vídeo... Dos grabaciones significativas encontradas.

Escaneando registro de audio... Tres grabaciones significativas encontradas.

Ajustando archivos de audio y vídeo en una misma pista. Mostrando archivos.

La pantalla del ordenador se ilumina de improviso, dejándoos ver los últimos minutos de dos de los corredores del sótano dos. Ambas cámaras permiten ver la situación de dos pasillos correlativos.

Murdock y Fallen atraviesan cuidadosamente el primero de ellos, en dirección hacia el laboratorio de contención donde guardáis los trajes. Al final del mismo, el sujeto que identificasteis como el doctor Yamamoto.

El sujeto se lanza contra los soldados y Murdock se apresura a acribillarlo. Contra todo pronóstico el sujeto se mantiene en pie y avanza hacia los soldados, haciéndoles retroceder hasta la esquina del pasillo.

Justo antes de desaparecer tras la esquina del pasillo, el individuo cae derribado. Sin embargo, los disparos continuan. En ese instante se produce la transmisión de radio de Murdock, justo cuando la grabación se corta bruscamente.

El doctor Kuhne está extremadamente nervioso. Sus manos temblequean descontroládamente al mismo tiempo que de sus labios salen unos incomprensibles balbuceos. El terror corre por sus venas.

la curiosidad mato al gato Bishop.... musita Obrian antes de retirarse con el resto del grupo pensando que esta extraña aventura que esta viviendo en estos momentos pudiera ser la ultima

enetra en el ascensor, observando a los que se quedan, una extraña sensacion parece recorrer su cuerpo, mientras coloca sus pies en el interior..

El grupo entra en el ascensor y desciende al fin al sub-nivel dos. Al abrirse las puertas, las molestas luces rojas, sumado al ambiente vaporoso creado por la fuga de gases han creado un ambiente bastante incómodo. Por suerte, el soporte vital es estable.

Al salir del ascensor os encontráis ante tres pasillos, al frente a a los lados. A vuestra espalda quedan las puertas del elevador, que se cierran en estos momentos.

Por el momento no veis nada fuera de lo común. Ni rastro de las extrañas formas de vida o de Murdock y Fallen. Cualquiera de los corredores pudiera ser tanto una buena como una mala opción. Poco o nada es lo que diferencia a unos de otros.

Bishop Miraba totalmente asombrado, mientras se tapaba la boca con su mano derecha, las grabaciones observadas. Miro a sus compañeros uno por uno, primero a Richard y despues a Theresa.
-¿Que demonios esta pasando aqui? ¿Zombies? ese hombre deberia de estar muerto y bien muerto, dios creo que los hemos condenado dejandolos bajar.

Una vez terminada la grabacion, camina dando circulos en un mismo sitio intranquilo.
-Ahi que alertarlos... Las armas no serviran de nada, Lyss ¿Puedes abrir comunicaciones o reparar algun canal con el que poder comunicar los que estan abajo?-Pregunto desesperadamente el ingeniero.

-Richard, ¿Habia algun cuerpo mas aparte de la del doctor? temo que esas otras 6 presencias suponiendo que 2 de ellas no sean los soldados, seam mas cadaveres de alguno de los sotanos... ¿Que podemos hacer nosotros aqui?-Pregunto mirando con los ojos totalmente abiertos a sus compañeros.

Herman se coloca frente al pasillo de la derecha, hace un gesto a Diana, señalando el pasiillo de la izquierda, y otro a su capitán, indicando el pasillo central.

Después hace otro gesto al capitán, tocando con la mano su frente.

Se coloca con una rodilla en tierra, y observa con detenimiento el pasillo, buscando alguna señal de sus compañeros, o del combate que parece haber tenido lugar.

El gesto de Herman señalando los pasillos significa: Observad el pasillo.

El gesto de la mano a la cabeza significa: Espero órdenes.

por alli... los pasillo de la izquierda.. alli se encuentran las salas de contencion.. alli se diriguieron Murdock y Fallen.. se queda atras del grupo esperando que los marines avancen hacia el lugar

EL capitán señala el pasillo indicado por O'brian, le hace una señal a Diana con el indice y el meñique señalandose la cara, después toma al doctor por el brazo y le hace la señal universal de silencio (indice tocando los labios)

El ascensor se había abierto hacía tan sólo unos momentos. Los militares avanzaban y tomaban posiciones de combate rápidamente. El silencio se hizo durante unos segundos. Ningún ruido se deja oír entre los túneles del complejo científico. –Por ahí- declara el doctor O´Brian señalando a los pasillos de la izquierda como los que deberían conducir hasta la última posición conocida de Murdock y Fallen. El capitán da las órdenes convenientes. El grupo comienza a avanzar por el pasillo.

Hessneur va en cabeza, cubierto de cerca por Diana y el capitán. El doctor, prudentemente, queda atrás. La atmósfera está cargada, se hace difícil respirar, y las luces rojas de emergencia os agobian más y más a cada paso que dais. Los militares hacen señales con sus brazos, alertando a sus compañeros de cualquier posible amenaza. Sin embargo, no parece haber que pueda ser considerado peligroso. Tan sólo los túneles vacíos se extienden delante de ellos.

Finalmente el grupo gira una de las esquinas, encontrándose con el escenario de alguna batalla. Los agujeros de bala se agolpan en las paredes y el humo brota de una tubería rota. La visibilidad es escasa. Diana señala a unas extrañas marcas en una de las paredes. Parecen los restos de una detonación, pero las consecuencias de una explosión no se aprecian por ninguna parte. Es como si el artefacto hubiera estallado y la explosión hubiera ido a parar a otro lugar. Un escalofrío recorre vuestras espaldas en un agobiante segundo. Unos extraños ruidos se oyen sobre vuestras cabezas, sonidos de metal crujiendo.

En ese momento, la voz de Herman rompe el silencio que se había hecho. El soldado llama la atención del resto sobre una radio de mano, que permanece tirada al fondo del pasillo. Hessneur se apresura a acercarse y recogerla, obviando la prudencia recomendada por el capitán. 7164, el código de identificación de Murdock. Sin duda alguna, esa era su radio. Herman aprieta el botón y llama a su compañero – ¿Murdock colega estas ahí? Responde maldita sea. ¡Murdock!- La estática es la única respuesta. Y no una estática cualquiera, sino una que se repite en un escalofriante bucle que ya habíais escuchado antes.

En ese momento el sonido de unos pasos a la carrera llega desde el fondo del pasillo. Unos gritos desgarradores se dejan oír, acelerando vuestros corazones hasta el máximo de sus capacidades. Al instante una figura aparece al fondo del corredor. Corre como nunca antes lo ha hecho en su vida, totalmente fuera de sí. Su mirada se cruza con la de Herman.

– ¡No dispare a matar!- ordena el capitán. El fusil de asalto escupe su letal fuego sobre el objetivo. La primera bala impacta en un brazo. La segunda, directamente en la cabeza. La tercera, la cuarta, la quinta y las que las siguen acribillan por completo el cuerpo del sujeto, que cae desplomado al suelo, sobre un charco de su propia sangre. El silencio vuelve a hacerse en los pasillos.

Hessneur se acerca a él y escupe sobre su cadáver. Sin lugar a dudas, se trata del mismo individuo al que ya había matado la última ocasión que estuvo en este lugar. El capitán lo observa furioso al tiempo que su voz resuena en todo el complejo. Desde luego, no está nada contento. Diana observa la conversación impasible, mientras que O´Brian se acerca a echar un ojo al fiambre. -El doctor Ioshi Yamamoto, miembro del proyecto Júpiter VI, desaparecido hace treinta y seis años. Debería tener 78 años, y no aparenta más de 40-

Las palabras del doctor confunden a los militares ¿proyecto Júpiter VI? ¿Qué cojones era eso? Ya sabían ellos que algo que escapaba a su conocimiento se estaba cociendo en este maldito antro científico, pero parece que no les iba a ser revelado hasta que no fuera completamente imprescindible. Y ahora, con el cadáver muerto dos veces de un científico desaparecido hace 36 años, era imprescindible.

-Bien señores, llegados a este punto será mejor que sepan en que trabajamos aquí. Bajo estas instalaciones se halló hace 48 años un…complejo, por llamarlo de algún modo. Su tecnología no tenía parangón con nada conocido, y su estado de deterioro era avanzado. ¿Creen ustedes en…?-

El doctor se detiene. Los militares observan expectantes, cuando ellos también lo oyen, algo quizás demasiado tenebroso para la mente humana. Unos extraños chasquidos, el roce de un cuerpo pesado contra el metal, una respiración gutural. Los cabellos de todo vuestro cuerpo se erizan por unos instantes. Un misterioso viento hace ondear vuestros cabellos. En ese momento, lo veis.

Girando la esquina aparece lo que parece una criatura parecida a un felino, pero no, no hay nada en ese ser que pueda haceros pensar que se parece a cualquier cosa que conozcáis. Se arrastra lentamente por el suelo apoyado sobre cuatro extremidades, al tiempo que un apéndice en forma de mandíbula sobresale de su parte delantera. Su cuerpo es completamente negro, y parece mimetizarse con el metal del corredor. La criatura parece observaros, si parece que os observa a vosotros, pero en lo que realmente está reparando es en el cadáver que hay justo delante de vosotros. Herman prepara su arma pero el capitán le ordena que se detenga.

Ante vuestros incrédulos ojos, la criatura desaparece en una nube negra. Inmediatamente esta se abalanza sobre vosotros. Herman y Diana disparan, pero la masa de oscuridad pasa sobre vosotros y se pierde por el techo fugazmente. Todos caéis al suelo en cuanto la oscuridad pasa junto a vosotros. –Herman, Diana, ¿están bien? Doctor O´Brian ¿le duele algo? ¿Doctor O´Brian?

-Debemos dejar que pase- espeta el doctor Kuhne –Ellos así me lo dijeron- Bishop se abalanza sobre su colega inmediatamente al oír sus palabras. –Maldito vendido ¿Qué cojones te ofreció Refield a cambió de que le chuparas la polla, eh?- Los golpes caen sin miramientos sobre el rostro de Kuhne mientras que Theresa intenta separarlos. La sangre brota de los labios y la nariz del científico mientras intenta hablar, cuando al fin Bishop se separa de él sin dejar de increparle.

-¿Refield? No es a ellos a quien debo mi lealtad, mi querido colega, sino a quien realmente puede ayudarnos. ¿Es que acaso no os dais cuenta? Este lugar es más de lo que nunca hayáis podido imaginar. Vosotros no estáis habituados a las ruinas, pero yo sí, yo los he visto, he hablado con ellos, se que es lo que esperan de nosotros, y se que es lo que se debe hacer-

-¿De que cojones estás hablando maldito cerdo? Dices que has visto y oído cosas ¿acaso te has vuelto loco? Llevamos dos años investigando en este proyecto y jamás hemos encontrado nada. Ni siquiera sabemos porque se mantiene abierta esta investigación ¿A quien cojones has llamado? ¿Quiénes son tus aliados?-

-Peor para ti si no crees en ello, Bishop. Lo que yo he encontrado dista mucho de no ser nada. Se trata del mayor descubrimiento de la historia de la humanidad, y vosotros durante dos años no os habéis dado cuenta de ello. Mientras perdíais el tiempo con vuestras investigaciones, yo aprendía de ellos, me enseñaban, me preparaban para este momento-

Bishop y Theresa observan a Kuhne mientras este desvaría. La locura parece haberse apoderado por completo de él. Sin lugar a dudas, el tiempo que haya podido pasar allí abajo ha afectado negativamente a su cerebro.

En ese momento, podéis escuchar un sonido gutural que os pone los pelos de punta. Parece proceder de todos lados, y va en aumento. El suelo tiembla durante unos instantes, cuando una masa de oscuridad aparece desde el suelo, cubriendo todo el corredor en el que os encontráis. Automáticamente os acercáis el uno al otro, mientras que Kuhne abre sus brazos en señal de recibimiento. Al instante, los tres estáis en el suelo, y la oscuridad desaparece.

Bishop se levanta inmediatamente para ver el estado de sus compañeros. -¿Theresa, estas bien? ¿Kuhne, que cojones ha sido esto? ¿Kuhne?

La oscuridad te alcanza y en ese mismo instante eres transportado a algún extraño lugar. Las paredes en sí parecen moverse, un tono azulado domina toda la escena hasta el punto de casi volverte loco. Vagas sin demasiado sentido a través de amplios corredores que no parecen llegar a su fin. Oyes extraños sonidos que te ponen los pelos de punta en numerosas ocasiones. La aparición de ese monstruo de nuevo no hace más que aterrorizarte.

Continúas tu eterno camino, cuando unos pasos se oyen en alguna parte. Te apresuras a esconderte donde puedes. Tu corazón está encogido de terror. En ese momento, una figura humana pasa delante de ti, aunque no te ve. -¿Hola? ¿Hay alguien?- No sabes que consecuencias tendrá tu aparición, pero crees que es la única opción que tienes en estos momentos.

El individuo queda sorprendido al verte, pero no huye, aguarda paciente hasta que te presentas. –Soy el doctor Karl Schreder, miembro del grupo Júpiter VI. De modo, que hace 36 años de nuestra desaparición. Y sin embargo el accidente ocurrió ayer. Quizás vaya siendo hora de que usted y los suyos sepan que es lo que está pasando-

En ese momento vuelves a oír esa gutural respiración, esos desesperantes chasquidos: esa criatura está aquí, y no va a detenerse hasta que estéis muertos. Os apresuráis a huir por los corredores, en dirección a no sabéis donde, aunque el doctor Schreder parece conocer bien los túneles en los que os encontráis. Finalmente, la presencia de vuestro enemigo desaparece…de momento.

-Bien, señor O´Brian, las ruinas que se encuentran bajo su laboratorio científico no don lo que usted cree. Lo que parece una ciudad abandonada hace largos años por una antigua civilización, no pertenece en realidad al pasado. No se trata de ruinas, doctor O´Brian, sino de una ciudad que funciona activamente en un punto remoto de nuestro universo, hoy, todos los días-

Lo que dice el doctor Schreder no tiene sentido alguno. Te encuentras totalmente confuso. –La zona en la que se encuentran estas ruinas lo denominamos un “punto blando”, un lugar donde el mismo universo se pliega sobre sí mismo, abriéndose un agujero hacia una dimensión paralela a la nuestra. La ciudad alienígena que hay bajo el complejo no perteneció a nuestros antecesores, sino a nuestros destructores.

En esta dimensión, la raza alienígena llego hasta nuestro sistema solar. No dieron explicaciones. Simplemente nos arrasaron. Ninguna de nuestras naves fue rival para ellos. Antes de que se dieran cuenta, la civilización humana había sido exterminada. Una vez conquistados todos los mundos de su universo, comenzaron a trabajar en un nuevo proyecto: uno que les traería hasta nosotros.

Comenzaron a construir dos estaciones que activadas en conjunto permitirían abrir una puerta con nuestra dimensión. Una como ya habrá deducido se encuentra en Júpiter. La otra, en Marte. Pero cometieron un error. La estación de Marte tuvo un fallo y explotó. Sin embargo, en el instante en el que las estaciones funcionaron, se abrió una puerta temporal que trajo hasta nosotros los efectos de dicha explosión.
En Júpiter se creo el “punto blando” y la ciudad llego hasta nuestra dimensión, aunque no lo hizo ninguno de sus habitantes. En Marte se creo oto punto blando, pero las radiaciones provocadas por el incidente afectaron a la población del planeta, en la forma de lo que nosotros llamamos enfermedad de Haselx. En su universo, las consecuencias fueron mínimas, ya que contaban con medios suficientes para curar las mutaciones.

Tras ello, reiniciaron sus intentos para activar las puertas, corrigiendo el fallo, pero al parecer ya no les era posible, no hasta que las ciudades no fueran activadas en nuestro universo. La de Júpiter la activamos el doctor Yamamoto y yo, creando una disfunción espacio temporal, abriéndose el agujero hacia su dimensión ante grandes concentraciones de energía. Fuimos transportados a su universo y aquí hemos sido torturados, hasta que obtuvieron de nosotros lo que querían saber, la situación de la ciudad de Marte.

Una vez supieron del aislamiento de los mutantes en Marte, idearon el modo de trasvasar suministros de su universo al nuestro, aunque aún no pueden enviar materia viva. Los mutantes comenzaron a trabajar rápidamente en la activación de la ciudad de su planeta, y no les queda mucho para conseguirlo. Su querido doctor Kuhne al mismo tiempo ha optimizado las funciones de la estación de Júpiter, así como ha activado los escudos de la misma. Nada ni nadie puede entrar en ella ahora. Las disfunciones se producen cada vez con mayor facilidad y sus imágenes proyectadas, esas criaturas, han logrado cruzar. Dentro de poco, ellos estarán aquí.

Es importante que inutilicéis la estación de Marte, pero no podéis destruirla. Si lo hacéis, el punto blando desaparecerá y ellos podrán abrir la puerta desde su propia dimensión. Debéis entrar allí y destruir los controles de activación. Ello los detendrá para siempre. Debéis daros prisa-

El doctor O´Brian ha escuchado atento e incrédulo la historia del doctor Schreder, pero ahora, lo que escucha es de nuevo ese agobiante chasquido, y esa monstruosa respiración. El monstruo aparece de la nada y cae sobre el doctor, que es rápidamente degollado…