Partida Rol por web

Tras la aparición de los dunlendinos el ambiente parece calmarse, al menos de momento. Al escuchar las palabras de Imhar, recuerdo historias y alguna canción, en las que se muestra el carácter directo y el rechazo a adornar las conversaciones de los dunlendinos. Después de escuchar a Barald doy un paso al frente y con tono de voz firme me dirijo a Alcance-Lejano.

-Yo soy Eothred, rohirrim del Valle Sagrado, dispuesto a defender Rohan y a aquellos que no se pueden valer por sí mismos de cualquier amenaza. Precisamente ese es el motivo de nuestra presencia en este lugar…- Terminé la frase de la forma más solemne que me fue posible. Tenía exactamente la misma pregunta guardada para él “¿Qué os trae por este lugar?”, pero prefería esperar al resto de presentaciones.

Doy un paso al frente.

- ¡Mi nombre es Galadan, hijo de Goldan, guardián de la Torre Blanca en Minas Tirith, soldado en el reino del sur, Gondor! Mis compañeros y yo venimos en una misión funesta. Nos trae un asunto de sangre.

Espero a que respondan, pero no les pierdo ojo. No parece que nos vayan a atacar, pero nunca se es suficientemente precavido.

Me quedo con la mirada clavada en el líder mientras que todos mis compañeros se presentan, finalmente cuando solo quedo yo elevo la voz y digo: -Yo soy Aldor, hijo de la muerte, ya que ella murió al darme a luz e hijo del dolor ya que me padre enloqueció de él. Como ya te dije antes no buscamos problemas venimos a cazar a la bestia que ataca sin piedad a granjeros indefensos, mujeres, niños…sembrando muerte y dolor a partes iguales.

Esta barranco conocido entre los lugareños como el barranco maldito no parece la mejor zona de caza para Imhar y aquellos que decidieron seguirle. Que asuntos os traen a este nido de oscuridad?

Tras escuchar vuestras presentaciones, Imhar le habla primero a Aldor.

-En efecto, este barranco no es un buen lugar para estar, el viento acarrea voces malvadas y los sueños de vuelven oscuros pero aun así estamos obligados a continuar con nuestra cacería -responde el dunlendino para luego girarse hacia Dengal- Lamentablemente, lo que dices nos es demasiado familiar ya que no sois los únicos que habéis sufrido a manos de esa bestia. Mucha de nuestra gente ha sido asesinada por esa criatura y por eso nosotros hemos decidido darle caza, de hecho todos mis compañeros han perdido un familiar, un amigo o un ser querido a causa de sus ataques -explica el cazador mientras que sus compañeros sacuden la cabeza con tristeza, como si lo que habéis dicho les hubiera hecho recordar sus propias pérdidas- Desconozco si se trata de un troll o de otro tipo de criatura pero lo que si se es que es grande, que ataca con una gran voracidad y que se mueve con bastante sutileza para su tamaño, hace casi un mes que hemos estado rastreándola y hasta el día de hoy no hemos podido dar con su cubil.

-Si hace tiempo que vienen persiguiendo a esta criatura puede que sea de ayuda intercambiar información. Tenemos un mal común que aqueja nuestros pueblos y tal vez podamos ponerle fin si trabajamos juntos. Nosotros hemos venido de Edoras siguiendo un mapa y pudimos encontrarnos dos granjas atacadas por este monstruo,
la última tenía poco tiempo de haber sido arrasado puesto que encontramos un granjero moribundo. Si ve nuestro mapa, podría decirnos que zonas ya recorrieron sin encontrar signos de la criatura? - le pidió educadamente Dengal al líder de los dunlendinos.

Después de tanto sobresalto parece que hemos encontrado unos aliados inesperados en estos sombrios parajes pero nos estamos demorando y esto no puede ser bueno.

Hablo con un tono alto, intentando que mi voz llegue a todos los presentes. -Está claro que vuestro objetivo es el mismo que el nuestro y también está claro que esta empresa es muy peligrosa y que si aunamos fuerzas sería más factible llevarla a cabo pero estamos tardando mucho en continuar, estamos hablando demasiado, las horas van pasando y no avanzamos. Hago una parada para recorrer los rostros de los presentes para ver si me están atendiendo. -Si la noche nos alcanza tendremos muy pocas posibilidades de sobrevivir, ahora mismo la claridad del día es nuestro mayor apoyo. Yo voto por salir de inmediato a dar caza a ese ser antes de que él venga a por nosotros.

No digo nada aún. Creo haber leído bien en sus corazones preocupación y dolor: ningún pueblo de los hombres está libre de la Sombra, ni siquiera ellos. Nunca he tenido contacto con dunledinos. Se me hacen gente extraña.

Esos dunledinos me repugnan...pero parece ser que compartimos el mismo destino y quizás podamos beneficiarnos de sus conocimientos

Por ahora permanezco en silencio, escuchando todo lo que nos tengan que decir, no quiero que por alguna palabra mal dicha noten que no me fío mucho de ellos

Permanezco atento mientras Imhar habla, ya que al parecer tiene un conocimiento superior al nuestro del monstruo. Dengal interviene de forma astuta y casi sin quererlo una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro. – Puede que no hayan rastreado las granjas que hemos visitado y se hayan limitado a su territorio, ¿Podría tratarse de varias criaturas? Espero que no…-

Las palabras de Barald sacuden mis pensamientos, pero vuelven a poner el foco sobre lo que realmente importa; cazar al monstruo. Cuando Barald hace una pausa y su mirada llega a mí, asiento con la cabeza en señal de acuerdo. En ese momento recuerdo la pequeña conversación que mantuvo conmigo a cerca de la voz del anciano y que aún tengo pendiente de continuar.

Tras observar a mis compañeros decido esperar en silencio, mucho se ha hablado y ahora es momento para el líder dunlendino.

Al terminar de hablar Imhar, y no obtener mas informacion no puedo de dejar de ver a sus ojos, siento que algo esconde o algo esta omitiendo.

-sin lugar a dudas esta bestia debe ser detenido pues ha causado mucho sufrimiento  mucha gente, en estos tiempo que le dieron caza y aunque no hayan encontrado su cubil, seguro tendran algunas pistas, espero puedan compartirlas pues hemos venido a cazarla y creo que nos podemos beneficiar si trabajamos en equipo.

Tras quedarse en silencio un breve instante, Imhar parece ver la razón en vuestras palabras y vuelve a hablar.

-Puede que nuestros pueblos no se lleven bien pero tenéis razón, esa criatura debe ser detenida y si unimos fuerzas nos será más fácil abatirla -dice el cazador para luego girarse hacia Dengal- No hemos estado en vuestra tierra así que ver ese mapa no nos ayudará y solo será una pérdida de tiempo. Durante el último mes, nosotros hemos estado siguiendo las pistas que la criatura ha dejado en nuestra tierra y aunque han sido pocas y difíciles de seguir, estas nos guiaron hasta estas montañas. Desde entonces nos hemos dedicado a peinarlas de arriba abajo sin resultado hasta que finalmente hoy dimos con este lugar.

Inmediatamente, Imhar levanta la mano y tras hacer unos gestos con ella, de detrás de los árboles surgen tres dunlendinos más aunque estos no llevan las armas desenfundadas como algunos de vosotros temíais sino que simplemente cargan los bártulos del grupo. Luego de repartir la carga con sus compañeros, los tres dunlendinos se colocan tras su líder.

-A menos que tengáis una idea mejor o queráis preguntar algo más, creo que deberíamos seguir por este barranco y ver a donde nos lleva -os dice Imhar.

Asiento con la cabeza.

- Creo que si mis compañeros pueden aceptar a un norteño como Barald y a un sureño como yo, podrán aceptar a occidentales como vosotros.- Digo, serio. Por supuesto, hay mala sangre entre ambos bandos, pero con un enemigo común...- Vamos. Sigamos en dirección al final del barranco.

-Opino que es lo mejor que podemos hacer, sigamos.

Las palabras del dunlendino trasmiten serenidad y están cargadas de sentido común. Tras la aclaración que le hace a Dengal todo me parece más nítido. En principio se trata una única criatura que ha causado mal a dos pueblos enfrentados. No olvido las historias de los crueles ataques dunlendinos a las granjas del folde, pero un enemigo común y el hecho de no haber sufrido de cerca dichos ataques, hacen que me pueda concentrar en la criatura y dejar a un lado el rencor.

Volteo la cabeza buscando a Barald y me sitúo a su lado para susurrarle a cerca de aquella malvada voz. –Yo no pensé en lo que estaba diciendo cuando os conté lo que me decía la voz. Simplemente fue algo instantáneo que no pude controlar… quizá no debí decirlo.- Trago saliva y continuo hablando de la forma más solemne que puedo.- Te admiro y respeto porque, aun no siendo rohirrim, estamos juntos en este asunto de los ataques.- Termino asintiendo con la cabeza y dedicando una mirada a Barald, al tiempo que me dispongo a avanzar cuando el resto haga lo propio.

Asiento afirmativamente a las palabras del lider Dunlendino. Por mi parte no hay mas que decir, tenemos una bestia a la que cazar y preferiria hacerlo de dia... asi que cuanto antes nos pongamos a ello por mi mejor.

Después de las palabras de Imhar Alcance-Lejano, hemos conseguido unos aliados inesperados para adentrarnos en el cubil de la bestia.

Cuando parece que vamos a partir se me acerca Eothred y me empieza hablar en voz baja, sigo con atención todo lo que me dice porque cada día que pasa tengo la sensación que es un gran hombre y le contesto en el mismos tono. -No te disculpes amigo mio, has hecho bien. Era yo quien tenía que haber contado esos hechos pero el miedo al rechazo hizo que mi boca se callara. Luego mirandole a los ojos y ya con el tono de voz normal -Es un honor participar en una empresa como esta junto a vosotros. En el tiempo que he pasado en Rohan me he dado cuenta de que sois un pueblo franco y valiente y eso es algo que en mi patria es muy apreciado.

con una sonrisa en su rostro Heruwyn, se dirigió al grupo formado por su equipo y los nuevos aliados.

-bien caballeros, se acerca la hora, es momento de parar esa bestia que ha causado tanto daño al mundo del hombre, marchemos con nuestro nuevos aliados y detengamos esa Bestia, es hora de mostrarle que tantos los hombres y mujeres de Rohan como Dunlendinos no nos quedamos de brazos cruzados cuando nos atacan, es hora de enseñarle algunos modales a esta bestia, vamos compañeros, a por ella!