Partida Rol por web

John miró a Anastasia con horror cuando le dijo lo que tenía intención de hacer, él quería vivir... eso estaba claro pero llevar sobre su conciencia la muerte de Anastasia... era algo que preferiría no tener que hacer. En aquella disyuntiva se encontraba cuando vio a DH bajarse del coche y tirar de él para que saliera.

- Anastasia...- dijo a modo de súplica- deja que se entretenga con el coche y vámonos todos... estamos a tiempo- añadió mientras el militar terminaba por sacarlo del asiento y se lo llevaba sin demasiado esfuerzo... el científico estaba delgado y no pesaba, especialmente para alguien fuerte como DH que si quisiera se lo podría cargar al hombro sin esfuerzo.

Anastasia obvió la petición de John y continuó apuntando al T-Rex con su arma. Ella tenía sus planes para sobrevivir o para, al menos, asegurar la salud de su hermano. No dijo nada a sus compañeros ni se despidió de ellos. No se le daban bien ese tipo de cosas, aún menos cuando una bestia de varias toneladas trataba de devorarlos.

DH lanzó una última mirada al vehículo antes de darse la vuelta y comenzar a caminar, primero lentamente y después acelerando el paso. El dinosaurio estaba a varios metros, pero con su zancada no tardaría nada en atraparlos. Debían ser rápidos y ágiles si querían sobrevivir otra vez a su instinto depredador. Anastasia parecía decidida a quedarse en el coche para intentar atacar por la retaguardia a la criatura, buscando herirla si esta no estaba centrada en ella.

¡Es el momento!

DH y John se han bajado del coche para continuar la búsqueda de los muelles mientras que tú te habías quedado dentro del vehículo para hacer de cebo perfecto y más aún teniendo tu arma cargada.

¡El dinosaurio iba a ir directo hacia tus compañeros si no hacías algo para evitarlo!

¡Es el momento!

Bajasteis del coche con intención de ir a buscar refugio en la frondosidad del bosque, sin embargo tal y como era de esperar el dinosaurio consideró un manjar en bandeja ver a sus presas fuera del vehículo.

¡Tan solo podíais correr y confiar en que el plan de Anastasia tuviese éxito!

Viéndose al fin libre de la atención del tremendo dinosaurio Anastasia se tomó su tiempo para apuntar al cráneo de la bestia, buscando un tiro directo y mortal. Si no mataba al T-Rex al menos conseguiría distraerlo lo suficiente como para que sus compañeros escapasen o, si seguía tras la persecución del científico y el militar, probaría a empotrar el vehículo directamente contra el gigantón.

Smith que se vio arrastrado por Dh y por su propia falta de coraje fuera del vehículo, vio como el Tiranosaurio se abalanzaba sobre ellos... 

- JODER... que mania nos tiene el puto bicho- dijo desesperado mientras corría como alma que se llevaba el diablo... o más bien como un friki escuálido y cobardica perseguido por una lagartija asesina de tropecientos metros y sed de sangre friki...

No habían avanzado ni cinco metros cuando el dinosaurio contempló sus intenciones y empezó a acelerar hacia ellos. “No se cansa de intentarlo el condenado.” DH incrementó el ritmo de carrera sin dejar de mirar atrás. “Anastasia, sea lo que sea que vayas a probar, por Dios, que funcione.”

-John, si lo tenemos muy encima te separas, ¿entendido? –preguntó en un tono más bien autoritario, dando a entender que las bromas de momento quedaban aparcadas.

Seguisteis manteniendo la carrera sabiendo que vuestra vida estaba en juego. Notabais que el dinosaurio se acercaba, a gran velocidad de hecho, pero el relampagueante sonido del arma de Anastasia os hizo creer que existía una chispa de esperanza.

Los disparos continuaban produciéndose mientras el alarido de la criatura empañaba el ambiente.

Tiros y más tiros se escucharon mientras vuestros cuerpos se mezclaban en la frondosidad del bosque. Estabais a salvo o al menos así lo sentíais, porque si el T-Rex no os había cazado ya y se habían escuchado disparos por parte de Anastasia todo apuntaba a que el plan había salido bien.

Escuchasteis un fuerte sonido, como cuando hay un choque entre dos coches, en ese momento tocaba preguntar si Anastasia seguiría sana y salva porque los disparos dejaron de sonar.

Apuntaste tu arma y empezaste a apretar el gatillo a ráfagas para impactar contra el dinosaurio.

Gracias a aquella estrategia habías llamado la atención de la criatura facilitando así el escape de DH y John, sin embargo ¿ahora qué? 

La criatura iba hacia ti; las balas de tu rifle seguían salpicando la piel del dinosaurio el cual gemía, pero no por ello iba a detenerse.

Por un momento viste como sus gigantescas fauces se abrieron de par en par con el objetivo de embestir al coche de nuevo con total violencia.

Tus disparos habían impactado, pero estaban lejos de matar a aquella colosal monstruosidad... y el coche fue finalmente golpeado de nuevo haciendo que ahora se convirtiese en un amasijo de hierros inservible.

Habías sufrido daño, estar dentro del vehículo tras el último impacto te había ocasionado unas cuantas contusiones además no tuviste más remedio que salir de ese amasijo de hierros para no morir asfixiado... ¿pero ahora qué?

El dinosaurio estaba a unos 20 metros de ti (desde donde impactó al vehículo) y parecía que iba acercándose lentamente hasta tu posición.

Anastasia disparó todo lo que pudo, hiriendo a la bestia en múltiples ocasiones, pero nada pudo parar la carga del dinosaurio. Con gran brutalidad el T-Rex embistió el coche y lo lanzó por los aires junto a la soldado, nuevamente herida por los peligros de la isla. Tras salir arrastras del coche la joven se percató de que la bestia se dirigía hacia ella con lentitud, saboreando su victoria y preparándose para dar un buen bocado.

La rusa solo tenía para defenderse un rifle que parecía no afectar al dinosaurio, una porra eléctrica y un coche destrozado. Su destino no era nada positivo. 

Pero esta vez no me quedará quieta, esperando la muerte.

Sacando la porra eléctrica de su mochila Anastasia se acercó al coche y trató de buscar si la gasolina se estaba desparramando por el suelo debido al golpe. Ayudada de su arma trató de sacar aún más gasolina del depósito y preparó la única defensa que le quedaba.

Tiene gracia, voy a tratar de espantar a un dinosaurio con el resto de sus ancestros. Estaría bien sobrevivir para contárselo a alguien.

Tras procurar todo ello la joven colocó la porra en la gasolina y la encendió, buscando que la electricidad hiciera arder la gasolina y crear una barrera de llamas y humo entre ella y el dinosaurio.

John no podía dejar de correr, de echo estaba corriendo más que en toda su vida... tener a un Tiranosaurio pisándole los talones era lo suficientemente motivador para superar sus propias marcas personales en lo que carrera de fondo se refería. Una motivación y afán de superación tan extremo que sus pies no podían dejar de correr y su cerebro no podía dejar de ordenar que continuaran moviéndose sólos, a pesar de que en algún momento se dió cuenta de que el Rex ya no los seguía, a pesar de los disparos, de saber de donde provenían... de haber escuchado el sonido metálico... se saber a ciencia cierta lo que había sido del coche... Anastasia... todo apuntaba a que la militar había muerto... pero, era una chica lista... y fuerte... ojala hubiera sobrevivido... lo deseó con todas sus fuerzas, mientras seguía corriendo, luchando desesperadamente por llegar al puerto, dejando atrás al Rex, al coche... era un maldito cobarde, pero no podía parar de correr, quizás por eso sencillamente era por lo que seguía corriendo para no tener que enfrentarse al cadaver de la militar... ni a su propia culpa.

¡Había funcionado!

La electricidad había logrado prender la gasolina del automóvil, para bien o para mal no había gasolina suficiente como para provocar una reacción explosiva debido a que el parte del motor era eléctrico pero sí existía el suficiente para generar una cortina de fuego que pudiese temporalmente retener a aquel dinosaurio.

La criatura, sorprendida, dio un par de giros sobre sí misma mientras seguía rugiendo. Era consciente de que el fuego era peligroso pero no parecía que fuese a huir. Anastasia había logrado un tiempo extra vital.

Anastasia no se permitió sonreír pese a su relativo éxito. Con rapidez se agachó y comenzó a coger hierba y plantas secas para lanzarlas al fuego antes de que este se apagara y, con ello, su vida. De otras misiones había aprendido que el humo era un elemento a tener muy en cuenta en los conflictos pues causaba mareos y desorientaba tanto el sentido de la vista como el del olfato. 

Si consigo levantar una gran columna de humo tal vez pueda confundirle y escapar de él. Aunque puede que atraiga a otros...