Partida Rol por web

DH estaba todavía recuperándose del golpe cuando Anastasia decidió acabar de raíz con los problemas que estaba dando el dinosaurio mediante el uso de la potencia de fuego. La cantidad de disparos y casquillos que cayeron sobre la cubierta fueron constantes, y cuando estos cesaron, el antaño amenazante reptil era ahora un colador sin vida.

Con el paso de los segundos, su visión se restablecía aunque tendría jaqueca durante unas cuantas horas. Vio a John acercarse a Anastasia y comprobó que la tez del rostro de esta última era visiblemente blanquecina, quizá como consecuencia del líquido que le escupió el saurio.

-Eh, ¿estás bien? Ya sé que en tu país no sois de estar muy bronceados pero estás más pálida que la matrioska de mi abuela –comentó tratando de infundir un tono distendido tras el "pequeño" apuro pasado.

John que se había situado a muy poca distancia de la rusa y se había puesto a inspeccionarle los ojos y comprobar el color en general de su rostro y los labios llegó a una conclusión.

- Anastasia... estás envenenada... tengo un antídoto en mi mochila y vas a dejar que te lo administre o moriras... de manera lenta, pero lo harás- le dijo muy serio y preocupado- dame unos segundos- le dijo mientras cogia su mochila y saca el kit de primeros auxilios donde guardaba entre varias cosas una jeringilla con algodón y un pequeño frasco de un líquidido transparente- Vamos descúbrete el antebrazo... rápido, por favor- la urgío mientras echaba un poco de alcohol al algodón y llenaga la jeringuilla con el antídoto- venga sólo es un pinchacito- le dijo mientras le aplicaba el alcohol y procedía a pincharle.

Anastasia se quedó absorta mirando el cadáver de la bestia que la había atacado. Notó el calor de su arma bajo sus manos y la sangre que se derramaba por cubierta. Tan absorta estaba que no pareció escuchar a John y a Hammer en un primer momento.

¿Que? Ems, si, si, lo que tu veas, mientras no me des un beso ambos estaremos a salvo -contestó tratando de bromear -Hammer, sácanos de aquí antes de que venga algún nuevo amigo atraído por los disparos. John, hagamos esto rápido, quiero salir de aquí cuanto antes -concluyó la rusa enseñando el brazo al científico.

"Un por favor no estaría mal..." -pensó DH cuando Anastasia le ordenó poner en marcha el barco, pero se mordió la lengua y de su boca salieron otras palabras-. Intentaré que se ponga en movimiento, pero no confiéis demasiado en mí. Hace ya mucho tiempo que no voy de pesca, si es que he ido alguna vez -dijo encogiéndose de hombros para luego dirigirse a la cabina de mandos dejando a John a cargo de la atención médica de la militar.

El científico friki se apresuró a inyectarle el antídoto a la rusa, en cuanto lo hizo sacó la aguja y le presionó el pequeño orificio con un algodón.

- Cinco minutos de presión y listo...- aconsejó a la militar manteniendo la presión esperando a que ella misma ejerciera la presión. Una vez que hubo terminado se apresuró a guardar el instrumental en la mochila- ¿Mejor?- le dijo a la mujer observándole la retina del ojo y haciendo algunas comprobaciones más- Vaya susto ¿Eh? ¿Crees que DH podrá él sólo pilotar el barco?

Llegó a la sala de máquinas rápidamente, pues no había tiempo que perder. Ya habían perdido demasiado tiempo entre idas y venidas, ahora era el momento de la verdad, el momento de salir de la isla. Aunque nunca había estado en muchos barcos, sabía lo que hacer para arrancar el motor, el cual esperaba que funcionase una vez rellenó el fuel que necesitaba. Visiblemente nervioso, DH se mordió el labio inferior mientras lo ponía en marcha y al principio todo parecía estar igual hasta que se comenzó a escuchar un ronroneo y funcionó. ¡Funcionaba! ¡Realmente funcionaba! Pegó un bote al cual acompañó con una sonora voz:

-¡Vamooooos! -dejó escapar un grito de liberación, todavía no se lo creía.

Con un sonido que supo a gloria, pudisteis escuchar como el motor del barco empezó a funcionar. El barco lentamente comenzó a navegar, aumentando su velocidad poco a poco.

Aquello parecía increíble pero era cierto: habíais zarpado y a cada minuto que pasaba la isla estaba más y más lejana.

¿Sería por fin el momento de vuestro respiro?

El sol ya brillaba con fuerza, sentir esa sensación después de haber sobrevivido más de 24 horas en aquel infierno era la recompensa más fantástica del mundo.

El agua resplandecía con armonía y la brisa golpeaba vuestra cara mientras se seguía un rumbo marcado por la radio: ¿significaba que la misión estaba cumplida?

Espero que sea capaz, ya hemos tenido demasiadas sorpresas en esta misión -respondió la rusa mientras se sentaba en el suelo, tratando de evitar un posible mareo creado por el mareo. Haciendo uso de la chaqueta se limpió los restos de escupitajo de la cara, evitando de esa manera que el veneno siguiera en contacto con su rostro.

Cuando el barco comenzó a moverse recargó el rifle con soltura y profesionalidad, preparándose para nuevos altercados. Cuando la isla se encontró lo suficientemente lejos Anastasia se permitió soltar una larga bocanada de aire, formando un extenso suspiro.

Bien, parece que lo hemos conseguido, hemos salido vivos de aquí. Yo no habría apostado dos rublos por ti pero, contra todo pronóstico, sigues con nosotros -comentó a John -por cierto, ¿tienes todo lo que teníamos que recoger verdad? Revisa que todo esté bien...

John suspiró profundamente cuando el barco comenzó a moverse alejándose cada vez más de la isla... aquella isla mortal que había estado a punto de reducirlos a almuerzo de lagartijas prehistóricas gigantes...

- ¿Mmmm?- dijo cuando Anastasia le habló girándose hacia la rusa tras unos segundos de ensimismamiento- ¿Que revise qué?... ¡AH! las cosas... es verdad...- se rascó la cabeza esbozando una amplia sonrisa- entre tanto sobresalto se me había olvidado el tema de la misión... je,je... que cosas eh...- se puso a revisar la mochila- sip... está todo... aunque- miró de reojo hacia el cadaver del saurio- creo que vendría bien coger una muestra de nuestro amigo el escupe mocos...- dijo para sí mismo mientras estudiaba si sacarle una muestra de sangre o no, aproximándose al inerte reptil con la jeringuilla en mano.

DH respiraba aliviado cuando por fin consiguió dirigir el barco y progresivamente se alejaban de la isla. Esa isla que en solo un día había cambiado para siempre su modo de ver las cosas y su propia existencia, y por suerte, sus dos compañeros de misión también estaban con él. Una verdadera fortuna. Una vez establecido un rumbo fijo y sin tener que hacer virguerías para manejar el barco, regresó a la cubierta. Contempló con una sonrisa el horizonte y de nuevo volvió la vista hacia la cada vez más diminuta isla. “Por fin. Por mí que desaparezca, no quiero volver a saber de ella en mi vida…” –se dijo para sí mismo.

-Después de todo lo que hemos pasado ahí dentro, parece mentira que estemos aquí los tres, de una pieza. Especialmente este cerebrito –golpeó sin fuerza en el brazo a John-. Dime que no has perdido nada, no soportaría a un oficial tocapelotas dándome la charla… Aunque, comparándolo con esto –señaló al dinosaurio abatido por Anastasia-, suena bastante mejor, dicho sea de paso…

La rusa se permitió el placer de relajarse, tumbándose en el suelo del barco, en el cuál ya se encontraba sentada -Bueno, parece que todo ha salido bien al final. Sinceramente, si me pidieran volver a la isla no lo haría ni loca, tanto por las bestias como por vosotros. Bajo mi liderazgo hemos salido con vida pero temo que no tendríamos tanta suerte si nos volviésemos a arriesgar -dijo con cierto orgullo ya que sentía profundamente que ella había llevado las riendas de la misión -por cierto John, estamos en paz, más o menos, gracias a ti sigo con vida. Creo.

La mujer miró un momento el cadáver del dinosaurio muerto, abatido por sus disparos -Cuando vuelva a Rusia mi familia y mis amigos no se creerán que me he cargado a varios dinosaurios ¿cuántos os habéis cargado vosotros? -preguntó en broma pero con cierto tono soberbio.

John se alisó el tupe poniendo gesto de fingida indignación cuando DH le dijo que no había dado un duro por sus huesos... lo cierto es que ni él mismo se explicaba como había conseguido sobrevivir a aquella orgía de lagartijas gigantes carnívoras... lo mismo era cosa de la pajarita, que le había dado suerte.

- Pues... he de decir que este cerebrito también ha realizado de manera óptima su cometido... identifiqué correctamente las bayas comestibles de las que no y he echo más metros lisos que nadie... bueno creo que DH me ha ganado en lo de los metros lisos con Tio Rex corriendo detrás- terminó por reir liberando la tensión acumulada- joder tío... aún no me explico como conseguiste correr más que un Rex- le comentó con cierta admiración- olvidar... no, lo tengo todo en mi mochila aunque- miró al cuerpo inerte del saurio escupitajos- si añado un poco de nuestro amigo a la colección estará bien- dijo mientras se acercaba al cuerpo del reptil y extraía una muestra de tejido y sangre- con esto bastará... -comentó al tiempo que escuchaba a Anastasia y la miraba de soslayo.

- En realidad te he salvado varias veces la vida en apenas unos minutos... una cuando distraje al escupitajos para que se centrara en mí, otra descubriendo que estabas envenada y otra aplicándote el antídoto... creo que me sigues debiendo una- le sonrió guiñándole un ojo.

Entonces mientras John miraba el cuerpo del bichito de amor agujereado en el suelo, se puso serio... como trascendental.

- Creo que ninguno de nosotros volvería a pisar la isla... ni por todo el oro del mundo, al menos yo... ¿os imagináis que en vez de una isla los dinosaurios salgan fuera? o... ¿que un laboratorio sin escrúpulos los reprodujera y se descontrolara... como ha pasado aquí?

Anastasia se volvió a sentar para mirar al científico -¿Cada vez que nuestro gigantesco amigo cargó contra el coche se te cuenta como una buena? Recordemos que casi morimos allí... -dijo Anastasia con dureza y algo de mala leche. Tras unos segundos sonrió al científico -Na, es broma, todos hemos hecho un buen trabajo, estamos todos vivos, preparados para cobrar nuestro extenso pago. Aunque yo tampoco volvería a pisar esta isla de nuevo. No creo que nadie quiera cometer los mismos fallos, quiera gastar tanto dinero tontamente. Pero nunca es bueno fiarse de la gente, aún menos de políticos o de gente con dinero.

El ambiente estaba relajado, cualquiera diría que estaban tomando tan tranquilamente el sol después de lo acontecido. Pero no, dejaban atrás el horror sucedido en la isla. Un horror que los acompañaría durante el resto de sus vidas. "Una carga que tendré que soportar, aguantar a los dinos en sueños..." -pensó DH mientras volvía la vista a John que acababa de hablarle.

-Yo tampoco sé cómo corrí más que él y desde luego no quiero volver a ver esta isla ni en una postal -esbozó una ligera sonrisa y tal y como hizo anteriormente Anastasia, se tumbó en la cubierta-. No puedo más… Estoy agotado. Por cierto, no se te ocurre otra cosa que mencionar teorías sobre dinosaurios atacando ciudades y científicos dementes… Relájate, tío. Da gracias de poder tomarte de nuevo un té con la reina y no empieces con tus ideas conspiranoicas, por favor te lo pido -le dijo a John con un rostro divertido.

Sin embargo, el militar no había terminado, todavía tenía algo más que decir:

Ahora en serio –se incorporó-, me alegro de que hayamos salido los tres con vida de esta misión. Quiero pensar que tras este día, llegaremos a ser en el futuro buenos amigos. También te incluyo a ti, mi querida amiga de Siberia -lanzó una mirada cómplice hacia Anastasia-. Aunque tengamos diferencias de pensamiento “militar”, en el fondo los dos defendemos un mismo objetivo. Así que por mi parte, ¡Semper fidelis! -concluyó alzando un puño al cielo.

John escuchó con atención a los dos militares y terminó por enarcar una ceja.

- Creo que os acabáis de contradecir vosotros mismos... ¿Quién querría gastar tanto dinero tontamente? ¿No es acaso el hombre el único animal que tropieza en la misma piedra dos veces? ¿De quien fue obra Jurasick Park? ¿Quien no os asegura a vosotros que no han mandado a esta isla para montar algo mayor? a mi mientras me pagen estupendo... pero ¿Qué es lo que quieren hacer con lo que hemos recogido de la isla? soy un científico y ya habéis visto lo loco que estoy... pero después de ver a esos monstruos en acción... mi concepción sobre el Jurásico ha cambiado mucho... definitivamente el Homo Sapiens y los Dinosaurios estamos mejor separados. ¿No os parece?

Anastasia respondió a DH con una sonrisa en los labios -Si, tenemos ciertas diferencias en el arte militar, yo no me pierdo siguiendo los lamentos de un dinosaurio herido -dijo haciendo referencia al segundo fallo de la operación -para mi también ha sido un honor luchar junto a vosotros y, aunque espero no repetir, no me importaría guardar contacto entre nosotros.

Tras la intervención de John la joven miró al hombre unos segundos y dedicó otros tantos al dinosaurio fallecido -A mi tampoco me gustaría que volviéramos a convivir, estos bichos son más listos de lo que parecen. Este cabrón parecía entender nuestras palabras, no quiero tener que volver a enfrentarme a ellos...