Partida Rol por web

¡¡Maldita sea!! exclama Elmar mientras prepara su arma.

Tendremos que luchar parece... ¿un Rex? ¡jodidos monstruos! ¡preparaos chicos!

Sube al piso de arriba y toma una posicion de tiro.

Putos domingueros de mierda.

¿Que les costaba esperar junto a un edificio pintando una señal de socorro o haciendo una hoguera? No, tenían que ir hacia el puto aeródromo con un jeep, pegando tiros para que se enteraran todos los putos dinosaurios de la isla. Por un momento, consideró pillar el jeep e irse al helipuerto, y dejar que se las apañaran. Pero luego pensó que sería una tontería, porque se encontrarían con ellos y el bicho de al otro lado de la calzada. Nadie dijo que fuera fácil. Nunca lo era en la isla Nublar.

-¡Vamos, moveos, no os quedéis aquí! -dijo.

Siguió a Elmar y subió a la última planta, buscando una ventana desde donde disparar. Había que reconocer el alemán le estaba echando huevos ultimamente.

Michelle no fue la única en murmurar una palabrota malsonante. según tenía entendido sólo había un Rex en todo el parque, ¿de dónde diablos se supone que había salido ese?
-Está bien... moveos lo menos posible, así por lo menos podremos efectuar la primera ráfaga sin que nos preste mucha atención- porque estaba claro que cuando las balas empezarán a surcar el aire serían su objetivo principal y, francamente, la torre de control era muy poco probable que resistiera la embestida de un Rex.

-¿No sería más prudente escondernos en la jungla? Pisará este sitio como si fuera de papel...- para Michelle estaba claro, ese sitio podía acabar convirtiéndose en una ratonera, aunque también daba más fácil y rápido acceso a las posibles escaleras que lanzaran los helicópteros... Al final se resigna y se arma de fuerza de voluntad para aguantar un encuentro más, con la esperanza añadida de que sería el último.

Subió tras sus compañeros y se posicionó todo lo cómodamente que pudo en el suelo para apuntar en la dirección de la cuál provenían los rugidos.

-Saldremos de aquí... al fin saldremos de aquí -se dijo llevándose la mano al pecho y pensando en Rowyn, su hijita.

Volvió a sentirse esperanzada y esa esperanza a su vez le infundió fuerzas.

Las horas pasaban y la espera se le hacía eterna. Permanecía atenta a cualquier sonido que surgiera de esa improvisada radio. Randall propuso pintar un S.O.S. en el tejado y le pareció buena idea por lo que se puso a buscar por el lugar algún bote de pintura o algo que les pudiera servir. Alguien acabó encontrando un bote de pintura blanca. ¿Quién? Daba igual, el asunto es que lo tenían y ella estuvo entre los que se ofreció para subir al tejado y escribir.

Cuando regresó había en su rostro restos de pintura, además de la que tenía en manos y ropa, pero aquello daba igual, en peores condiciones había llegado a estar.

Oyó los disparos en la distancia y sujetó nuevamente el AK. La radio interceptó una comunicación y Annie se palideció.

-¡Jesús bendito! -exclamó en un susurro-... Los helicópteros los están atrayendo... Apenas hemos podido con uno ¿¡Cómo diablos podremos con otro y los dos lagartos hiperdesarrollados que siguen a los helicópteros!?

Annie comenzó a hacerse sonar los dedos, nerviosa y revisó los cargadores de la AK. Por suerte el miedo no la paralizó, habían pasado tanto que en realidad difícil lo hiciera, así que apenas alguien -que no ella- tomó la iniciativa y decidió, sugirió o lo que sea era mejor hacer, ella se sumó al grupo y subió las escaleras hasta el último nivel preparándose para disparar en cuanto tuviera el blanco a tiro.

Antoine esperaba, sentado y algo alejado del grupo, pensando. Tenía muchas ideas, y las ordenaba mentalmente. De hecho, si hubiera tenido papel suficiente y algo con lo que escribir, podría haber desarrollado un guión entero, o varios. Era cosa de magia, las ideas le venían a miles... Era fantástico. Además, ya nada le impediría salir al fin de ahí, dejar atrás nublar, dejar atrás Jurasic Park, dejar atrás a Hammond, a todo. O eso creía. En apenas cinco minutos, todo se va a la mierda. 

-¡Merde!- Exclama Antoine, levantándose de un brinco, y observando el jeep que venía a toda velocidad. Tras él, los helicópteros, que como cabrearan al gigantesco rex, podían darse por puertos. "¿Es que acaso en esta isla solo se han salvado los gilipollas? Hammond contrató a gente con un intelecto muy superior, joder... Especialistas... ¿Donde coño estaban?" Maldiciendo en francés, soltando una inacabable variedad de insultos diversos, a cuál peor, cogió su arma de la espalda y con algún esfuerzo volvió a aferrarla con ambas manos. Observó todo el entorno, calculando posibilidades. No podía huir, no solo. Cualquier maldito bicho de aquella isla habría oído semejante barullo, y se dirigiría de inmediato hacía allí. No podía tratar de alcanzar los helicópteros, ni podía coger un vehículo... ¿Atrapados? Ya estaban atrapados. Ahora era o los helicópteros o la muerte. 

-¡¡¡JE CHIE DANS TA MÈRE!!!- Gritó, corriendo hacia la torre, tras Annie. Mientras subía, resoplando, pensó en la munición. Había disparado... ¿Tres veces? Si, eso creía. Tres veces. Le quedaban siete balas, cinco en todo caso. Y un cargador entero. Alcanzó a todos los que estaban allí y apoyo el arma en una de las ventanas, y fijo su mira en el rex, tratando de apuntar a uno de los ojos. Un tiro casi imposible. Apretó los dientes, aún tenía un moratón del primer disparo, del golpe que le dio el retroceso, y le dolía. 

El grupo se parapetó en el edificio, en su segunda planta, y en las dos ventanas de la primera que daban a la carretera por la que vendría el jeep con el dinosaurio pegado a la espalda. Los segundos pasan despacio mientras el rugido y la polvareda se acercan... Los disparos del jeep eran de armas automáticas, así que sus pasajeros parecían bien armados, al menos.

Cuando al fin vieron a la fiera, no se trataba de un Rex, si no de un Baryonyx... no mucho menos aterrador.

Delante de la bestia, el jeep. Se trataba de un jeep de gasolina... ocupado por cuatro rusos. Los dos de atrás disparaban al dinosaurio, otro delante conducía, y otro, manchado de sangre, mantenía su AK en alto, y al veros, os señala, diciendo algo al conductor.

Mike aún está en la radio, por si hubiera alguna novedad. Oís que la radio suena, pero los helicópteros cercanos no os permiten oírla, tan solo las voces que pega Mike.

 El de rescate ya está aqui!! Mike cede su rifle a White, ya que está desarmado Fríe a ese bicho, yo me quedo en la radio!

Y en efecto, uno de los helicópteros de rescate es visible y comienza a acercarse a la torre, manteniendo una altura de 20 o 30 metros, todavía.

 AAAAHHHH!!! Rusos otra vez no!!!

 Barry se aparta de la ventana y hace un gesto a Cherry Tú tienes mejor punteria, cárgate otro ruso! Y de paso te expones tú, fracasada...

 Malditos!! Malditos!! Cherry asoma con la pistola por la ventana del piso inferior

 ¡¡¡Hijos de puta!!! ¡¡¡VENID A POR MAS!!! Tim apunta al Jeep, perfectamente dispuesto a dejarlo hecho un colador.

 ¡¡¡Mike!!! Quizá quepamos todos en el Black!!! Pide el Black aqui! ¡¡Que los del jeep son rusos!!!

¡Disparales Tim! ¡Malditos! grita Elmar mientras apunta al conductor. Susurra una plegaria y se dice ...

Lo siento... dejasteis de ser personas para mi cuando sacrificasteis nuestras vidas.

Elmar apunta al conductor y dispara.

¡Traed aqui los Helicopteros!

-¿De verdad pretenden endosarnos a eso...?- Michelle no está demasiado convencida, le parece demasiado bajo incluso para esos mercenarios rusos. ¿Sería su supuesto rehén el que les habría guiado hasta ahí?
Tanto da, lo único que puede hacer ahora es defender y proteger la torre de comunicaciones mientras los helicópteros se acercan para recogerles, aunque por desgracia parecía haber pterodactilos tras ellos así que también habrá que dispararles... y la verdad es que apenas le quedan balas para el único rifle fiable, con la beretta no será capaz de proteger a nadie.

Finalmente inspira aire hondamente y se posiciona, tumbándose por completo en el suelo del tejado y dedicándose a apuntar lo mejor al enorme dinosaurio dado que otro ya optan por los rusos y de todas formas no se ve muy capaz de disparar a personas.
Es un objetivo grande, pero en movimiento y bastante intimidante...

Randall miró su escopeta. No había que ser ningún genio para darse cuenta de que no valía para tirar de lejos. Luego, tuvo una idea: la electricidad en la pista iba por fuera, en tubos, y él sabía que había una manguera en la parte de atrás de la casa.

-¡White, vamos a electrocutar al bicho si se acerca! ¡Dispara a los tubos de la corriente cuando yo te diga!

Dicho eso, corrió hasta la parte de atrás de ese mismo piso, y se descolgó por el balcón. Sería mucho más rápido que bajar las escaleras.

Antoine observó al enorme monstruo llegar. Al principio pensó en hacer aquello que hacen en las películas, como en "el chacal", cuando apuntan al depósito de un coche y lo hace volar. Pero aquello era la realidad, y de eso se daba cuenta cada vez más. Ni siquiera podía asegurar el acertar al dinosaurio, que era enorme, y costaba apuntar. Sin embargo, no costaba nada intentarlo. 

Apuntó al coche, hasta estar seguro de dónde apuntaba. A la parte frontal, alcanzar el radiador, el motor, o quizás, con suerte, una rueda o al conductor, y hacer que el dinosaurio se quedara quieto el tiempo suficiente. Tras acariciar el gatillo, disparó. De nuevo el retroceso le hizo andar varios pasos hacia detrás, llevándose un golpe en el hombro dolorido. Pero esta vez, el golpe no dolió tanto, y no se cayó al suelo. Iba mejorando. 

   White asintió a Randall, era una orden, pero tendría que bajar para tener un blanco más certero. No se lo pensó dos veces, antes de que el amor de su vida se alejase, la tomó de la cintura y besó sus labios, habiendo cerrado los ojos, aguantando la respiración, como si quisiera que el tiempo se detuviese, y aquello terminase de una vez. Jamás se había tomado tantas licencias con nadie, pero lo necesitaba, necesitaba a Hudson...y...si algo salía mal allá abajo, entonces...bueno, no tendría porqué pasar nada.

  La miró, sin decir nada, con la seguridad de alguien que ha lidiado con dinosaurios toda su vida, aunque no fuese así. Ajustó el rifle y echó a correr sujetandolo con ambas manos. No descendería como Whisman, él no era tan arriesgado, pero tenía tanto o más coraje que él, un coraje férreo que brotaba en aquel instante, apretando los labios y frunciendo el ceño.

  Se quedó en la puerta, buscando con la mirada al chofer y alzando el arma de fuego para apuntar donde le había mencionado, esperaba su orden, pero el dedo estaba preparado para disparar y ...así lo haría, concentrado, aún cuando pocas veces había disparado un arma en su vida.

 Esto...debe de ser como en los videojuegos...aunque...aquí te juegas la vida.

 Ignoró la presencia de la bestia, a sabiendas de que estaba ahí, para él sólo era un bulto que avanzaba hacia su posición. Buscaba además, cierta cobertura en el marco de la puerta. Hincó una rodilla en el suelo...y..

 Alea jacta est...

Los helicópteros se oyen mientras todo el mundo toma sus puestos, como un equipo bastante bien compenetrado. Mientras, Mike escuchaba su conversación

 (November 5): Aeródromo a la vista... hay un dinosaurio enorme, el que persigue al jeep.

Randall bajó sin problemas y encontró la manguera de incendios, abriendo la válvula y cogiendo el extremo, listo para refrescar el ambiente... y volverlo un poco más electrizante.

El Baryonyx seguia corriendo tras los mercenarios, pero por un pelo no los atrapó... seguia rugiendo ferozmente tras ellos, y ahora estaba AÚN más cerca.

Antoine apuntó al motor del coche, y la potente bala pudo oírse chocar contra el metal. Sin duda habría causado alguna avería, porque empezó a perder velocidad drásticamente

 (November 1): Lanza la escala y rescata los que puedas

El viejo Viktor tan solo tenia una pistola. Muy potente, pero solo una pistola, así que la asió con ambas manos y trató de disparar al copiloto un buen balazo. El viejo aún tenia buena puntería, y la bala .50 superó el chaleco blindado del mercenario

White salió a buscar con la mirada los tubos, y a esperar a que Randall le diera la orden... si salía bien, aquél bicho iba a enterarse de lo que se había llegado a avanzar en sesenta y cinco millones de años.

 (November 5): Puede que me intente coger la escala, y eso pesa toneladas ¿qué hago?

Elmar apuntó directamente al conductor, dándole tres balazos, si bien parece que aún aguanta... por poco.

Cherry tenia también solo una pistola, e incluso menos potente que la de Viktor... además estaba en el piso de abajo, pero la chavala no estaba dispuesta a fallar... otra bala acertó en el chaleco del hombre, que gritó moribundo, algo en su idioma.

El conductor apenas vivía, e hizo meter el jeep medio averiado por la hierba, mientras trataba de cubrirse.
Conductor: Выстрелите!

 (November 1): Entonces si, freidlo

El copiloto gritó algo, furioso, herido y vengativo, mientras sacaba la anilla a una granada de mano, se apoyaba en el asiento para alzarse un instante, y la lanzaba contra la caseta.
Copiloto: Съешьте это, детей шлюхи!!

El explosivo rebotó en la pared de la caseta, y se detuvo a unos metros. Es posible que al explotar no causase unos daños excesivamente graves... pero seguro que nadie estaba dispuesto a quedarse a comprobarlo.

Los dos pasajeros mantienen la cabeza fría y siguen acribillando al Baryonyx. Notan, desde luego, que el jeep se está deteniendo, y que les estáis disparando... así que se dan realmente mucha prisa, casi vaciando sus cargadores contra la bestia, cada vez más próxima. La brutal baleada acaba con él, haciéndole trastabillar y detenerse. La fiera se está tambaleando, apenas en pie, y rugiendo agónica. Con suerte, a los mercenario no les quedarian demasiadas balas para vosotros.

 (November 5): Roger.

Harmonie emite un gemido asustado y huye adentro de la caseta, tirándose de boca al suelo, y cubriéndose la cabeza con las manos.

Simon, otro inexperto con un rifle, intentó unos cuantos disparos, apoyado también en la barandilla, pero en este caso todos dieron en el blanco, liquidando al copiloto... el causante del granadazo.

Michelle se estiró en el suelo, apuntando al dinosaurio. En el último momento, el Baryonyx se sacudió, bajando la cabeza, y el potentísimo disparo fue al duro lomo de la bestia, que de nuevo rugió agónica, tratando de no caer al suelo, desde donde no podría levantarse, pero sin duda estaba condenada, a juzgar por las líneas de sangre que salían de su barriga y costados, causadas por las balaceras de los mercenarios.

 (November 5): November 5, reduciendo velocidad, enseguida estoy alli chicos, aguantadle a esa cosa.

Annie estaba tensa, pero apoyó el rifle en la barandilla, apuntando al conductor del jeep. Sabedora de que su punteria no era ninguna maravilla, disparó tres veces por si alguna de las balas acertaba. La primera dio en el blanco, la segunda se clavó en la puerta, y el tercer disparo no salió, escuchándose solo un sonoro y fatídico chasquido. El arma se habia atascado... pero el conductor estaba muerto.

Y entonces explotó la granada

Cherry saltó hacia atrás y se cubrió envidiablemente. Algunas piedras del muro le cayeron inofensivamente encima, y el interior de la caseta se llenó de polvo.
Viktor también habia salido ileso, pudiendo cubrirse milagrosamente.
Simons no tuvo tanta suerte. La onda expansiva, la metralla y piedras fueron a darle de lleno, y cayó ensangrentado e inerte en el interior de la caseta.
White pareció correr la misma suerte, aunque afortunadamente estaba más lejos. Piedras, metralla y fuego tumbaron al mecánico, que voló un par de metros de espaldas... y una vez en el suelo, mientras llovía tierra, gritó. Al menos estaba vivo...

  (November 5): ¿Pero qué coño!? Aquí November 5, ha explotado algo, creo que una granada... ¡Se están disparando entre ellos!!

El helicóptero apareció en vuestra línea de visión, decelerando para poder detenerse sobre el aeródromo.

Esquema de la situación

Elmar se cubrio como pudo de la explosion y mirando con estupor a los malditos mercenarios.

¡Fuegooo! grita mientras dispara otra rafaga de tres tiros a los supervivientes del jeep permitiendo asi que el dinosaurio se de un banquete con los malnacidos causantes de este estropicio.

¡MIKEEEE! gritales que vayan recogiendonos y que esos mercenarios son el enemigo... ¡rapido!

Nunca había disparado contra personas y nunca creyó tener que hacerlo... hasta ese día. ¿Dudó? Sí, cuando apuntó a los rusos por primera vez pero no fue más que recordar una cuarta parte de todo lo que habían pasado por culpa de ellos para que cualquier atisbo de duda o remordimiento quedara atrás de forma definitiva.

Eso era un caos, oyó la explosión y lo primero que hizo fue pensar que el jeep de los rusos había explotado mas pronto descubrió que no, seguramente una granada u otro de los jeep, no lo sabía, estaba junto a la ventana pero estaba claro que su atención se centraba, en ese minuto, tan solo en dos cosas: los rusos y el bicho que los perseguía.

El helicóptero de rescate comenzó a sobrevolarlos, pero estaba claro que debían mantener a raya a los rusos, deshacerse de ellos o cuando menos conseguir que vaciaran sus armas para así evitar que dispararan contra el helicóptero cuando éste se marchara sin llevarlos como pasajeros.

-¡¡Acabemos con ellos!! -bramó e imitó a Elmar. Disparó tres nuevas ráfagas.

Antoine se cubre la cabeza con los brazos ante la arena que se levanta por efecto de la explosión. "Mierda, definitivamente esto no es como en las películas..." Piensa. Sin embargo, si la horrible visión de los dinosaurios, los rusos, los velociraptores, el rex,... Si todo aquello no había podido superarle hasta ahora, no lo iban a hacer unos pocos explosivos. Tras lanzar una nueva retahíla de improperios en francés, cada vez más imaginativos, apuntó hacia uno de los supervivientes del jeep, hacia uno de esos malditos rusos. 

Fijo bien el arma a su hombro, y noto un pinchazo de dolor, por el retroceso. Ya llevaba dos buenos golpes, siempre en el mismo brazo. Aún así, apuntó. Fijo su blanco, y lo siguió unos metros, hasta tener un blanco certero y disparo, una tercera vez. El golpe dolió, como el anterior, pero esta vez casi pudo quedarse quieto, sin recular hacia atrás. 

La tierra, el polvo, y algunos trozos del propio edificio cubren el tejado por un instante.
Michelle se tapa cómo puede en un acto reflejo, tosiendo mientras todo se disipa, por suerte más rápido que la espuma de aquel extintor al estar en el aire libre.

Si se ponen a disparar es normal que les devuelvan el fuego... aunque probablemente nadie esperaba una granada.
Entrecierra un poco los ojos y puede distinguir a Cherry por el suelo, pero aparentemente bastante ilesa. Simons no parece haber corrido la misma suerte, consiguiendo que su ceño se frunza y sus manos sujeten el rifle con mayor fuerza, a punto de seguir disparando a esos malnacidos, pero en cuánto ve a White se queda paralizada y aturdida.

Su primer pensamiento es correr hasta él con desesperación, pero por suerte consigue conservar la razón. De poco servirá llegar hasta él entre una lluvia de balas, probablemente acabaría acompándole, así que entre lágrimas apunta a cualquiera de los supervivientes rusos y dispara hasta que caigan.

¿Una explosión?

Randall parpadeó, incrédulo. Se escuchaba una lluvia de tiros y los rugidos del animal. Creyó oir su sonido al caer, y no pudo menos que acojonarse un momento. Aquello era demasiado, una jodida prueba de valentía. Él solo quería sobrevivir, pero ahora se sentía responsable de aquella gente, de alguna manera. Habían llegado a convertirse en sus amigos, sus compañeros de desdicha.

Asi que se acercó a la esquina de la casa, y vió un jeep con dos rusos muertos delante y el cristal destrozado. Vió que se habían cargado un tubo de electricidad, y vió que habían otros dos más vivos. A él no le habían hecho nada, pero a Alder si. Murió a su lado, en su propio jeep. Los rusos jodieron su jeep, a resumidas cuentas. Quizá Michelle la hubiera cagado disparando, pero no habría disparado sin que los rusos lo hicieran primero.

Los rusos habían jodido su jeep y se iban a enterar ahora de quien coño era él. Reguló la presión del chorro de agua, se escondió bien tras la esquina para no ofrecer mucho blanco y comenzó a rociar a los rusos, antes de rociar la zona del tubo roto y apagar la manguera para no electrocutarse él mismo.

-Yippi kay Yei, hijos de puta.