Partida Rol por web

Dallas está hincada de rodillas en el suelo, frente a la mujer de la armadura roja. Knox y Hub habéis visto todo desde vuestros asientos, a apenas unos metros de distancia. Ha pasado tan rápido que no habéis podido reaccionar.

Todo había pasado muy rápido. O no. Quizás era que el alcohol aquel me estaba nublando la cabeza... nah... pffff... ¿a mi? No... Vamos, bueno, espera, el caso... ¿habían interrumpido mi conversación con Knox atacando a Dallas? No no, eso no. Entorné los ojos, y agité la cabeza. No no... Eso no podía estar pasando. ¿Habían dado una serie de balazos a Dallas? Por mucho que fuera a veces tan estirada y no me dejase mirar, no, no era de mi gente. 

Tambaleándome ligeramente, le tiré mi vaso a la cabeza como pude, y saqué mi arma, la pistola aquella, y grité: - ¡Maldita seas! ¿Qué porras te pasa? - Hice un disparo como me salió, porque estaba mirando a Dallas, viendo como sangraba... Le hice a Knox un gesto, para que en cuanto pudiésemos tirásemos una mesa cercana al suelo y nos pusieramos tras ella, por si había algún tiroteo.

El disparo de Hub es muy improvisado, no iba mal encaminado del todo, pero rebota en la resistente armadura roja de la mujer, para seguidamente rebotar en la jarra de hierro que sostiene el antipático camarero, para seguidamente rebotar en una lámpara metálica del techo, para acabar impactando a Dallas.

—¡Me cago en la hostia!

Sí, mira que últimamente estaba controlándome en decir palabrotas pero... ¡me lo ponían difícil!

Lo que estaba claro era una cosa: no teníamos ni idea de quién era esa tipeja, pero ella sí que sabía quién era Dallas... y, para nuestra desgracia, no eran buenas amigas que se dijera. Sin dudar ni un segundo, tiré la mesa al suelo, me puse a cubierto y saqué mi ametralladora.

—¡Hija de puta! ¡Nadie me interrumpe cuando estoy hablando con el viejo de cosas importantes!

Asomé la cabecilla, apunté con la metralleta y...

¡RA-TA-TA-TA-TAAA!

¡Cómo molaba! ¡Me había enamorado de mi nueva arma~!

La ráfaga de ametralladora de Knox barre el cuerpo de la tipeja de arriba a abajo. Muchas balas las absorbe la armadura, pero otras consiguen perforarla, creando una llamativa fuente de mil chorros de rojo sobre rojo, muy artística.

- Yo soy Tisífone, mis hermanas me vengarán.

Son sus últimas palabras antes de morir desangrada en mitad de la cafetería.

Yo, lo más bien, pensando en mis holo novelas cuando aparece una de esas perras de rojo. Esta mueve mucho menos el culo y más la manos porque para cuando quise reaccionar ya tenía dos balazos en el estómago.

Intento saltar detrás de una cobertura pero al intenso dolor se suma un nuevo impacto. Mierda, dispara muy rápido. Tanteo el fusil con la punta de los dedos para tomarlo. La mujer me señala. Voy a intentar pararme para hacerle frente sin mucha expectativa de sobrevivir cuando repentinamente  a su armadura se le abren un montón de huecos. La mujer hace una mueca y cae desplomada con la armadura cubierta de sangre. Al otro lado mi salvadora saca pecho, no se lo puede creer ni ella. Logro una pequeña sonrisa, amo a la desquisiada en este momento.

- Creo que necesito un médico. – Digo al tiempo que me siento contra la pared con las manos en el agujero sanguinolento. -

Todos los presentes aprovechan el momento para salir por patas y escabullirse como ratas. En un segundo estáis solos, con Dallas jodidamente ensangrentada contra la pared, Knox flamante con la ametralladora aún humeante y Hub tembloroso por su fatídico disparo. Silencio y olor a metal quemado.

—¡TOMA! ¡¿HAS VISTO ESO, VIEJO?! ¡JO,JO!

Ni en mis sueños pensaba que me la iba a cargar de un plumazo, pero... ¡me la había ventilado! Tanta armadura y tanta pijotería... ¿pa'qué? Espera, ya te contesto yo: ¡pa'ná!

—¡Qué te den, zorra! —le dije al cuerpo inerte cuando pasé por su lado.

Ni sabía quien era, ni me sonaba su nombre, ni me importaba una mierda que sus hermanas vinieran. Bueno... eso sí me importaba un poco, la verdad... que viendo como se las gastaba la jodida ésta... Pero a lo hecho pecho, y ahora tenía cosas más importantes en las que pensar... como era socorrer a Dallas. Y, la verdad, la cosa pintaba bastante mal con nuestra querida compañera...

—¡JODER! Estás en la mierda —le dije, toda alentadora yo, cuando llegué a su lado. Luego cogí el paño maloliente y húmedo que usaba el camarero para limpiar las mesas y se lo puse en las heridas—. Apriétate con esto, para que deje de sangra —miré al viejo—. Hub, tenemos que llevarla a algún hospital o algo... está bien jodida...

Cuando vi el desastre de mi disparó, y sin embargo lo bien que había la buena de Knox respondido  y actuado, me quedé tembloroso y sin saber que hacer. Y sin responder al orgullo de mi Knox, que buen disparó.  Eso sí, cuando me gritó que me pusiera en movimiento por Dallas volví de mi ensimismamiento y me puse a ello. Grité a la barra: -O¡Oye tú! Dinos donde hay un médico! ¡Y dilo ya! Te daré una buena propina. Gmhhhh, venga, ¡Ya!

por otro lado, me pregunté que debería hacer para cuidar de la pobre Dallas, además de contener la hemorragia, así que pensé en coger un par de tiras de tela de la atacante cabrona, y utilizarlas de vendaje de presión, para no tener que estar presionando y poder moverla... 

- Dejen de tocarme. Ayúdenme a levantarme. – Digo mientras presiono la herida un poco y trato de erguirme sin hacer fuerza con los abdominales, cosa sumamente difícil sin ayuda. – Esta tipa tiene el uniforme de la secta a la que le robamos los lumins. Sus hermanas pueden estar en la nave. Vamos a tener que ir hasta allá listos para los balazos antes de que se la lleven. – Luego de decir esto arrastro los pies como puedo rumba a la Kamal II.

-Vale, vale, Dallas, hmfff, solo queriamos ayudar... ¿Seguro que puedes sola? No te veo bien... Hmfff venga, yo te ayudo...

la ayude a ponerse de pie, y en cuanto lo consiguió, asentí a lo que dijo de quien era. Joder. Que mierda. Por una vez que éramos ricos... Pffff. Escupí a un lado y torcí la mandíbula. No me apetecía pegar tiros... Pero vengaría lo que acababa de pasar ...

El teléfono de detrás de la barra suena.

 RIIIINGGG!!! RRRIIIINNNGGG!!!!

—No jodas...

No salíamos de una y entrábamos en otro puto problema. ¿Ahora, además de los piratas, también nos perseguían los de la secta de los lumins? ¿No se suponía que a quien estábamos fastidiando era al capitán Hover? ¡Me cago en la leche!

—¡JODER! —solté, enfadada—. Tenemos que avisar antes a Gustav. Y luego cogemos la nave y nos largamos cagando leches si no nos topamos antes con las tipejas ésas...

Y si nos topábamos con ellas, habría que repartir balazos de nuevo. Pero, si podíamos evitarlo, mejor...

Sin embargo, antes de que pusiera un pie en busca de Gustav... sonó un teléfono dándome casi un paro cardíaco del susto. ¿Quién llamaba? ¿Deberíamos cogerlo? ¡Ni hablar! Eso sólo nos haría perder tiempo. Además, ¿quién sabía que estábamos aquí? No pensaba que la llamada pudiera ser, de ninguna de las maneras, para nosotros.

—¡Vamos!

RRRIIINGGG!!! RRRINNNGGGG!!!!

Miró al teléfono con incredulidad. ¿Que Porras hace sonando? Lo miró con cara de cabreo y odio, y miró a Knox. -¿Qué? ¿Lo cojo? ¿Lo cojes? En cualquier caso, hay que buscar a Gustav. La casualidad sería que fuera él... Al telefono...  Dallas, coño, que no te muevas, grrrr, que voy y te ato, joder, presiona la herida solo, ¿Qué? - Vi que Knox negaba, y no debíamos cogerlo... Bueno, ya sería hmmmm casualidad... Que fuera Gustav. 

La verdad, si las hermanas de esa loca estaban en la nave... Lo que teníamos era un verdadero y jodido problema, por eso deberíamos encontrar a Gustav antes...-¿Crees que debemos separarnos para buscar a Gustav? Ir con Dallas es ir lentos, pero jodee, separarnos es también mala solución. Todo es una mierda. No no, Dallas, no hagas esfuerzos aun... Hmfff. Joder, hay que irse... Ese teléfono me pone nervioso... - Me acerqué y lo descolgué... -¡¿Que pasa!?  Estoy ocupado, maldicion ...

- Ehh, ehh... ¿pero qué pasa? ¿Porqué llamas aquí? Que Dallas está herida, hmffff. ¿vivos? Yo no me muero de viejo, maldita sea... ggggghhhhh - Hacía muchos aspavientos y ponía muchas caras a la pantalla pequeñita...