Partida Rol por web

Locos, están todos locos... Knox, el bicho, la Mita-sesina, la doctora novata... y me llevo las manos a la barba, antes de darme cuenta de que, joder, que no tengo barba. Que lo que tengo son coletas... -¡Eh voz! Deja mis coletas en paz, como te pille te estrangulo con ellas. Y dinos qué hay que hacer, grumphjjsjjs... - me vuelvo a quejar, dándome la vuelta rápidamente, para mirar a todos. 

 - Buffff, siempre tengo que tener un alien rarito cerca, ¿qué he hecho en mi vida pasada para eso? - Y haciendo extraños gorgoritos con la garganta me acerqué a la médico y al Benito, y les dije: - No sabemos que es esto, pero parece que esos tipos nos quieren matar... bufff. No se si quiero pasar por eso otra vez, así que a mover los panderos, hummssss, y todos a por las naves. Joder, que no es un juego. ¡No se qué es, pero venga! - Escupí tras estas palabras, y luego miré con cara de pocos amigos hacia los ojos eternamente abiertos de Benito. - Y no, no tengo monos en la cara, no me mires. Y ni se te ocurra comer la barba de mi cuerpo, bueno, de dónde está Knox. ¿vale?

Miré a mi querido cuerpo que estaba allí lejos, y dije: - A ver, echo de menos mis manos, estas no manejan todo lo bien que quiero, pero vamos, que soy... ehmmm... el mejor, si me dejan. Y lo era antes de que nacierais todos. Hummm... Y lo seré mucho tiempo. Así que venga. Yo voto por el Taurusonte. Esos bichos destrozaban edificios como si nada. Seeehhhh - El viejoven parece disfrutar de algún recuerdo, pero rápidamente pone cara de mal humor. - Y ya, con eso llega, pero si quieres algo más...  Si, la Strike no está mal. O la Wasabi. Pero venga. Vamos a ello. HUmmm... No seais petardos. Jumfff. Quiero conducir uno de esos trastos. Ya. 

- Yo... esto... o sea... creo que debería buscar la enfermería, por si la necesitáis y eso, o sea...- lo de que vienen a matarnos me ha dejado un poco intranquila, por no decir acojo... superpreocupada, o sea.

- ¡ Señor, oiga, señor!- pregunto al aire, esperando llegar al dueño de la voz que se escuchó antes- ¿ Dónde está la enfermería y eso? O sea...el sitio ese superlimpito y esterilizadito para curar gente y que no se supermueran, ¿ vale?- digo mirando a mi alrededor con cara de asquito. Tras el entusiasmo inicial de enterarme de que estoy saliendo en holo- visión y que puedo me puedo hacer megafamosa, vuelvo a darme cuenta de la cochambrosa realidad que me rodea. 

¡Eh! ¡Que venían a por nosotros...! Y yo sin haber tuneado las naves aún...

¡En ese momento sentí el estrés de tener mucha tarea que hacer y muy poco tiempo para realizarlas! Así que ni el hecho de que Envoltorio Testicular hubiera aceptado su nuevo nombre y estuviera tan entusiasmado con él me animaba...

Sólo había una cosa que podría hacerlo... necesitaba un cigarrillo urgentemente...

—Dadme un piti, ¿queréis? —pedí, si es que alguno tenía uno, mientras me remangaba e iba directa al Taurusonte para ponerlo a punto. Luego me tumbé en el suelo y miré cómo estaba aquella bestia, dispuesta a hacer lo que mejor se me daba: embadurnarme en aceite... y ya si eso arreglarla un poquito—. Nos quedamos con éste —dije desde allí abajo, al comprobar que se podría al menos arreglar—. Por cierto, ¿alguno de vosotros sabe pilotar a parte del vejestorio? Si no, Wasabi sería la suya como secundaria... esas naves las podrían manejar hasta un manco con dislexia. Si sí, pues Strike estaría guay para repartir bombazos a quien se nos ponga tonto...

Fuera como fuese, no pensaba perder más tiempo... así que me puse manos a la obra en apretar tornillos y arreglar chatarra inmunda... Con suerte, podría tener al menos la Taurusonte antes de que nos aplastaran como a hormigas...

—¡Ah! Y si alguien sabe disparar, que haga el favor de montarse a este jodido cacharro y se ponga a los mandos de la puta ametralladora para coser a balazos a los 'JOPUTAS ésos en cuanto asomen la carita...

Sí... Necesitaba un cigarrillo urgentemente...

No paraban de hablar y hablar, y de las naves nada, yo seguía investigando y mirando detenidamente cada una.

Hasta que la voz del programa dijo algo algo que me alertó -¡Cómo! que viene hacia nosotros un escuadrón y que nos van a aplastar...¡por encima de mi cadáver!- miro a Benito, que estaba a mi lado, con la cara desencajada. Rápidamente lo cojo por el brazo y salgo corriendo hacia un par de naves – Mira Benito, esta nave Sabueso 00 es perfecta para ti, podrás explorar, que es lo que mejor se te da y yo iré detrás tuya cubriéndote con esta maravilla de Wasabi, fíjate que cañón de disparo tiene, acabaremos con ese escuadrón- digo mientras subo a la nave.

-¿Me oyes voz?, escuadrón omega se van a quedar cuando aparezcan por aquí, jaja-

Knox comienza a reparar la nave grande y dudo por un momento, será mejor que le eche un vistazo - Oye Knox, ¿podrías echarle un ojo a esta maravilla? lo de disparar déjalo de mi parte-

Mientras Knox se apresura a poner a punto la pesada Taurosonte (centrándose en lo más importante de todo, su estilo kawaii~), Mita no puede frenar el impulso de subirse a lomos de Wasabi, la picante nave ligera armada con una potente ametralladora. Años de duro entrenamiento en el extinto ejército galáctico le aportaron ese tipo de reflejos y reacciones. El pequeño Benito mira la Sabueso00, bueno, mira todo en realidad y nada a la vez, sin poder evitarlo, así que a saber... 

Tahïr busca un lugar limpito limpito, pero desgraciadamente no lo hay, ni lo habrá, en muchos parsecs a la redonda. Tanto es así que ella misma ya está cubierta de asquerosita mugresita hasta las orejas, osea ¿cómo ha podido emporcarse tanto en tan poco tiempo? Lo del olor rancio al final va a tener que mirárselo... La joven médico deberá conformarse con apañar un rincón de Taurosonte para tratar a sus nuevos compañeros, y si se infectan pues mala suerte, osea palabrita que ella hará lo mejor. Hub toma los mandos de la nave principal, mirando con escepticismo los avances de Knox.

Un último repasito a Wasabi y Sabueso (si Benito la quiere) ¡y podréis plantar cara al Escuadrón Alfa!

¿¿??

¿¿??

- A ver, ni tan mono ni tan limpio, muchacha. Humfffff -Dije mirándola con cara de "ahora tenemos que llevar a una estirada..." - Pero tendrá que valerte, aquella esquina tiene una mesa, ahora le quito los papeles y las manchas de comida, pero los chicles pegados y los mocos de debajo, paso. Allí prepáralo, por si nos disparan y hay que hacer algo. Aunque no creo que nos den en esta maravilla... si es que puede arrancar, maldita sea,  ¿puede arrancar? - Digo, montándome en la zona del piloto, y viendo que Knox no avanzaba tan rápido como quería. 

Rápidamente, movió palancas, siempre mejor las palancas, nada de fríos botones ni pantallas automáticas ni comandos de voz, todo lleno de palancas, como le gustaba, pasó la mano por algunas, cerró los ojos, y rápidamente, buscó el contacto. -Eh, Knox, ¿se puede encender ya? ¿Se puede? Quiero darle caña a esto, venga, hummmffff, siempre preocupada con esas cosas, que lo jodido es que arranque, venga a ello... ¡Menos de eso!, ¿ahora que le vas a poner, un unitato también? -Entonces, empezó a tararear mientras tocaba palancas algo sobre algún comercial que habría oído, de cuando Dallas se ponía sus holovideos... - Fuera, fuera, tanto gato, tanto gato, para tu vida mejor un unitato... Ehhhhh, no, no estoy cantando, no, jamás, baaaahhhh. - Aquello parecía que arrancaba. - Yiha, esto parece que tiene energía, tu... 

Oh yeah baby~!

Estaba orgullosísima de mi trabajo, tanto que... en cuanto le dí las últimas pinceladas al Taurusonte, puse los brazos en jarra, hinché el pecho, y miré a todos los presentes por encima de mis hombros mientras esbozaba una enooooorme sonrisa de satisfacción.

—¿Qué os parece? ¡Esto va a repartir leña que vais a flipar! ¡jojojo! Además... mirad, mirad... en cuanto choquemos con uno por delante tendremos premio...

En ese momento le di un golpecito suave al gatito que estaba en la trituradora para activar el sensor y hacer saltar un sonidito de lo más maravilloso...

—¿A qué mola?

Sonreí nuevamente, y negué con la cabeza con humildad soberbia...

—Tranquilos, tranquilos, chicos... No tenéis que darme las gracias. Ya sé que soy la MEJOR, ¡pjé!

Anyway... que tenía que seguir retocando naves. Así que cuando Mitsa me dijo que le echara un vistazo a la Wasabi, allá que fui para remoderlarla al gusto de la señora. En el caso de la Wasabi, era más pequeñita y ligera... no me llevaría tanto como la Taurusonte, pero... debía arreglarla sí o sí teniendo en cuenta de que éramos 5 y en la Taurusonte sólo cabíamos 4... si no la arreglaba, uno se quedaba fuera, ejem...

Para la Wasabi, elegí un patrón como el de un tiburón con la boca abierta justo donde estaba el morro. Y el motivo era porque teníamos que ganar a toda costa y machacar a tooooooodos esos asquerosos cretinos hijos de... ¡Teníamos que tener...!

¡MENTALIDADE DE TUBURÃO! ¬¬

¡Eso es! Seguro que impondríamos respeto a todo el que se acercara a nosotros, ¡hombre! ¿Te atreves a mirarnos mal? ¡Puesto toma balas! Y si sigues chulo, pues toma «KAWAIIII NEKOOOSTRIKEEEEE~! POW-POW!». Jojojo, sería lo más patear traseros de esa forma... :D

En cuanto a la Sabueso...

—Envoltura Testicular, yo que tú no me hacía ilusiones, ¿eh? —le dije, mientras apretaba tornillos—. No sé si me dará tiempo a arreglar ésa también...

En el lado de la Taurusonte, el viejo estaba deseando encender la nave, así que asentí dándole el gusto...

—Es todo tuyo ya, vejestorio. ¡Para que luego digas que no te quiero! <3

Miro a la mesa que me indica Rezongos... ¿¿ Mocos?? ¡ ¡PUAAJJJ! 

Empiezo a quitar con dos deditos y cara de asquete los mugrientos papeles con restos de los dioses saben qué. Compruebo su estabilidad y si es fuerte para aguantar el peso de... Mita. Puede que para ella tengamos que buscar otro sitio... espero que no le pase nada, porque a ver como se lo digo... es que no quiero que se superenfade conmigo. 

Cuando he quitado la mayor parte de la caquita de la mesa ( es imposible quitarla toda, o sea, te lo juro) me cuelgo a la espalda mi botiquín y me dispongo a subir a la Taurosonte. Si les hacen pupita, prefiero estar cerca para dar los primeros auxilios.

- Aaawww, por lo menos los gatitos son supercuquis- Se me escapa una sonrisa al ver algo de monosidad entre tanta cutrez.

Todo ocurre tan deprisa. Se me ha ido el tiempo mirando fijamente al señor Knox mientras trabaja, tiene tantos detalles en el rostro. Mta me indica mi nave. Mi propia nave! Joder. Tengo un apodo salvaje y un deslizador, ya no me aguanto.

Cuando Knox termina el primer vehículo ha quedado espectacular. Se nota que es el mejor de la historia. Anda tu a saber qué totem impiadoso es esa criatura blanca. Cuando se pone con sabueso tiemblo de nervios. - Sólo necesito armas - digo primero, un poco nervioso, pero Qué diablos! Voy a pedir a lo grande, nunca más tendré al mejor de la historia trabajando en mi equipo. - Esteee... podrias...? Podrias incluir un gran envoltorio testicular a un costado?

Resfregándome las manos de ilusión busco a mi amiga. - Hey, Mita. Podríamos atraerlos al hangar y volarlo con ellos dentro.

Miraba con asombro a mis compañeros -¿Desde cuándo unos gatitos dan miedo?- me llevo las manos a la cabeza - ¿De dónde habéis salido vosotros? Lo que dan miedo son las cobras, alacranes y calaveras ¿Y qué son los unitatos? Espero que sean una especie de demonio de un asteroide o algo parecido- no daba crédito a dejar mi vida en sus manos.

Contesto a Benito acercándome y con voz bajita- Si, será mejor que tomemos la iniciativa porque si no, lo más probable es que lo único que se lleven sea un arañazo- digo señalando la nave de los felinos.

Queda muy poco tiempo para que el Escuadrón Alfa llegue al hangar. ¿Estáis preparados para recibirles? ¡Claro que no! Pero deberéis hacerlo, ya que en mi próximo post entrarán aquí a saco. Recuerdo que el mecánico Knox tiene aún que terminar la Wasabi y la Sabueso, donde Mita y Benito esperan apostados e inmóviles. Hasta que no tengan al menos un punto de cada no podrán hacer nada con ellas, ni pilotar, ni disparar, ni vacilar. Son dos jinetes listos para domar las arenas bajo el calor abrasador. Quiero aclarar también que todas las naves tienen armas, muchas, por todas partes; y otros complementos. Podréis disparar desde cualquiera de ellas igual que cualquier otra acción, sin bonificación, sólo 1d6 ¡y que haya suerte!

La radial del 7 ha sido trasplantada con éxito a Taurusonte, que va creciendo en bestialidad y monería a partes iguales, cual aberración salida de los mismísimos infiernos de la diabetes. La doctora ya se ha agenciado un rincón en la espaciosa cabina, con su correspondiente porción de mugre y adn de anteriores tripulantes. La bestia de la ternura arranca, rugiendo y sacudiendo sus dientecitos, retando al viento arenoso que se cuela por el enorme portón del hangar.

- Aunque me duela decirlo - dije llevándome las manos al cuello, aún colorado... - Mita tiene razón, sabes que yo soy más sobrio, no me molan los gatitos... hummm, tigres, quizá, no se, pumas, aluminores rigelianos... cosas así, pero vamos, el el miedo se lo daremos a golpes, ¡Arranca cacharro! - Le di un par de patadas a los bajos de la taurusonte.

Luego miré a las pinturas que estaba haciendo Knox, y dije: -¿Estás segura de que eso nos va a servir? Pero bueno, yo pienso ir ya a por ellos. Estrellar cosas, yeaaaahhhhhh, eso no lo falla ni un niño, ¿quieres que os consiga tiempo? - Digo, cogiendo los mandos, y pensando en salir, a hacer cosas, mientras Knox consigue montar las otras naves. - Yo tambien quiero dos naves, mejor que tres, así serán más potentes. 

-¡A por ellos! 

Y mira que no, yo no quería perder tiempo en arreglar una nave más... pero es que esos ojitos que me ponía el tontorrón de Envoltura Testicular... ¡Era imposible chafarle la ilusión ahora! ¡Pero que horrendamente adorable que podía ser! Ay... Eso sí, de ahí a ponerla a punto... iba a ser complicado...

En cualquier caso, cuando la Musculitos se quejó de los gatitos, y el Vejestorio le siguió el rollo... yo les miré mal.

—¡Los gatitos dan miedo siempre! —contesté, toda enfurruñada yo, a la par que volvía a centrar mi atención en darle los últimos retoques a la Wasabi... no tenía tiempo que perder—. ¿Nunca os habéis encontrado con uno callejero, verdad? Son las criaturas del demonio: con caritas adorables y cuerpecitos esponjositos, pero... con almas negras como el petróleo... Creedme... ¡son los peores seres del universo!

Sí, sí, ¡y que me lo dijeran a mí!, que había tenido que pelearme durante mi infancia por los restos de comidas de los contenedores de basura con los peores gatos callejeros de los suburbios de Manhattan...

¡Jodidos gatitos! ¡Qué adorables y demoníacos que son! <3 ¬¬

En fin, que cuando me vine a dar cuenta, ya le estaba echando un remiendo a la nave de Envoltura Testicular, dibujando los pelitos Kawaii de la imagen para hacerle aún más feliz si cabe... y luego enganchándola en la Nekosonte.

—¡Ahí tienes tu gran envoltura testicular! —sonreí orgullosa y le guiñé un ojo al pequeñín—. ¡Nos la llevamos~!

Eso sí, me tendría que poner a desguazar como una loca para poder arreglarla en el futuro... Así que a ello me puse, confiando en que mis compis pudieran hacer picadillo a los idiotas del Equipo Alfa...

- Chiquilla, como me mires mal por eso... Bah, bah, luego, entre destrozo y destrozo, ya te explicaré dos cosas. O tres. Jummm... una buena historia te contaré. Bah. 

Luego miré al resto del "equipo", y les dije: - A ver, si no sabéis pilotar, dejar que os explique: ¡EVITAD CHOCAR CON LAS COSAS! - Miré arrugando la cara, y con cara de pocos amigos hacia Mita, y con cara de duda hacia Benito. - ¿Tú te enteras de qué va esto, "Ojos Saltones"? Tienes que D-E-S-T-R-O-Z-A-R  a los rivales - Dije vocalizando mucho, abriendo la boca como un tonto remarcando las letras. - Y si vais a volar esto con ellos dentro... ¡Salgamos antes! Yo empujo a alguno si hace falta. 

Me siento en el rincón menos sucio de la Taursonte que he encontrado. Tengo ganitas de llorar, pero aguanto los pucheros porque no quiero que se rían de mí. Cuando me ofrecí voluntaria para aquella misión del tablón de anuncios de último curso no me esperaba para nadita esto, o sea, de verdad... No había nada en aquel anuncio que pudiera hacer pensar que acabaría en el culete de la galaxia con una pandi de desequilibrados:

" Se necesita médico voluntari@ para misión suic(borrón) importantísima. Gran oportunidad para pring(borrón) médicos novat@s. No es necesaria experiencia previa. Gran probabilidad de mor(borrón) conseguir fama y prestigio"

O sea... yo qué iba a saber... 

Reviso el botiquín para asegurarme de que lo tengo todo:

Gasas. Ay mira... blanquitas... limpitas...

Suturas. Ay, mamá... nunca se me dieron bien las prácticas de suturas... espero que no las supernecesiten.

Desinfectante. ¿ Y si rocío toda la cabina con desinfectante?

Drogas. Me planteo seriamente la posibilidad de usarlas conmigo misma, te lo juro por los gatitos.

Electrodos. ¿ Y ésto cómo iba, o sea?

Pinz...

Una voz interrumpe mis pensamientos:

Y si vais a volar esto con ellos dentro...

- ¿¿¡¡ VOLAR!!?? ¿¿¡¡ DENTRO!!?? - exclamo superhorrorizadita, imaginando que no se refieren a cometas... o sea...

-¿Que si sé pilotar? Jaja ¿echamos una carrera?- respondí a Rezongos mientras subía a bordo de mi nave.

Me senté y eché un vistazo a los mandos. Arranqué la nave y me gustó mucho su sonido, giré la cabeza buscando al mecánico por el hangar – ¡Eh Knox!, buen trabajo- felicité con mi pulgar hacia arriba.

Busqué los auriculares para comunicarme con la Taurosonte, tardé un poco porque estaba todo revuelto. Los conecté a su clavija y comencé a hacer pruebas – Aquí Wasabi, ¿me recibes?- no escuchaba nada así que continué intentándolo, pero por un segundo dudé y opté por hacerlo de una manera más rápida. Me puse de pie en el asiento y comencé a hacer señales a la piloto para que me mirase y poderle enseñar los auriculares para comunicarnos.