Partida Rol por web

Fauna y flora en Duslak

La explosión ha aniquilado todo cuanto habíais visto en Duslak hasta ahora. Milagrosamente Mita y Tahïr han sobrevivido, más o menos enteras. Suponemos que una por su dureza, su rudeza, su gruesa piel curtida en mil explosiones fallidas, y la otra por su capacidad médica pura suerte de principiante. Dicen que cuando un médico se gradúa en Ashe debe pasar una prueba de fuego, quizás sea ésta.

Benito y Knox, en cambio, no han corrido tanta suerte. El pequeñín rojo, encaramado a la ametralladora de la cubierta que estaba, es el que ha llegado más lejos, y el mecánico, a ras de suelo espurgando la chatarra a ver si encontraba algo, no es que corriese mejor suerte.

¿Y Hub, y la piloto? Su cuerpo está, más o menos todo... era la que estaba más cerca de Bocachica, casi face to face. Su joven cuerpo desmembrado riega la arena de Duslak, de aquí nacerán flores, o nada, más bien nada. Sólo ha sobrevivido el ojo que la doctora le cosió, espera, no. No era un ojo, el ojo se achicarró con la llama del soplete, era una gruesa tuerca mugrienta que Tahïr encontró en el suelo y confundió con un ojo humano, error comprensibl... bueno, que eso, que Hub ya no está.

Tampoco hay rastro alguno de naves, o de cámaras, o de drones o lo que sea. Estáis prácticamente en pelotas, en mitad del desierto. Sólo Mita y Tahïr han conservado sus equipos y sus capacidades. Benito y Knox estáis jodidos, pero jodidos de verdad, lo que quiere decir que habéis perdido vuestras capacidades, ya no tenéis clase, y eso es lo peor para salir por holo-visión, el no tener clase, si no que se lo digan a los de Gran Hermano edición tres coma doscientos quince por diez elevado a seis.

Lo bueno de todo esto, si es que lo hay, es que el Escuadrón Alfa ha sido eliminado.

Por Hrrrrrrrtajjkl, el multiclope, es lo más… lo más…. Espectacular que he visto. Me duele absolutamente todo el cuerpo, pero mierda si no he acabado con el enemigo. Jojo. Para que vean cómo es meterse con Unitato. Requeteando me acerco a Mita. – Los jodimos bien jodidos. – Digo orgulloso. - ¿Está correcto, “jodido”? ¿Lo he dicho bien? – Luego miro todo alrededor.

Desde mi punto de vista tenemos un balance muy positivo, perdiendo sólo un miembro del equipo y exterminando a los favoritos. Miro fijamente a Tahir unos incómodos segundos hasta que le digo. - ¿Puedes arreglarme? Soy malherido.

¡Ay! ¡La leche! Menuda piña...

Me costó algunos minutos recomponerme. Y, cuando lo hice... ¡menudo panorama!: todo estaba destrozado y... espera, ¡¿eso de ahí es mi brazo?!, ¡¿y lo de ahí mi pierna?! ¡Y ESO UNA DE MIS COLETAS!

—¡JOOOOODER! ¿He muerto? ¡Me he convertido en fantasm...! —antes de llegar a terminar la palabra, se me encendió la bombillita, y miré a mis compañeros sonriendo como una tonta—. ¡Ehm...! Ejem... ¿sigo en el cuerpo del viejo, verdad?

Entonces... ¿qué pasaba ahora con el viejo? Si mi cuerpo moría, ¿él moría? ¡¿Y cómo iba a recuperar mi cuerpo si parecía un puzzle ahora mismo?!

¡ARGHHHH!

—Pijita, ¿estoy hay manera de... ehm... ensamblarlo de nuevo?

Igual podía probar con la soldadora, pero después del accidente... ya no me fiaba mucho...

Me superduele la cabeza, o sea... la megaexplosión me ha chamuscado las puntas de los tentaculitos, pero por lo demás, parece que estoy bien, Mita también... aunque no se puede decir lo mismo de Benito, Knox y ¿Hub? Hub está por todas partes. Ya no tenemos piloto, pero bueno... tampoco tenemos nave, así que... ni tan mal.

PUAAAAAJ... 

Benito y Knox vienen a pedirme que les ayude y yo empiezo a superagobiarme. 

- A ver, o sea, que sólo tengo dos manos ¿ vale? 

Tengo que hacer una concienzuda valoración técnica sobre a quién atender primero- Pito, pito, gorgorito...

El afortunado ha sido Benito. Saco del botiquín las tiritas de purpurina, las vendas arcoiris, la sutura dorada ( creo que con su tono de piel quedará superideal de la muerte)... limpio aquí, coso allá...

- Después voy contigo, o sea, ¿ vale?- digo a Knox. 

Tahïr consigue arreglar un poco al malherido Benito. Knox sigue jodido, aunque se nota poco, ese cuerpo de viejales no hay por dónde cogerlo. Mita apenas se queja, se nota que es una tía dura.

Por si os interesa, el sol (así en minúscula) anuncia que la noche llegará pronto, y dado que esto es un mísero asteroide (grande, sí, pero asteroide) las temperaturas pueden llegar muy pero que muy por debajo de los cero grados nif-nic, lo que significa que podéis acabar congelados en cuestión de segundos. Os aconsejo que busquéis un refugio decente rapidito, tenéis poco más de dos horas.

Estáis en mitad de la nada, un extenso y vasto páramo desértico (todo el asteroide es así), la curvatura puede apreciarse fácilmente, es un sitio chico. En el horizonte en todas direcciones hay rocas grandes, que hasta podrían llamarse colinas. Y si hay colinas hay... ¡cuevas! Y si hay cuevas hay... eso os lo dejo a vosotros. También podéis intentar fabricar un refugio con los restos de las naves que hay por aquí aquí, pero eso va a ser muuuuuy complicado, ahora mismo no veo ningún trozo más grande que Benito. Ni intentéis fabricar una nave, ¡eso es imposible!

Vuelvo poco a estar consciente, el olor a pólvora me recuerda lo que estaba pasando justo antes de, me levanto y busco a mis compañeros. La voz de Benito y sus preguntas me hacen sonreír -Si Benito, esta estupendamente descrito-

El viejo sigue en pie y Tahïr parece que está bastante entera, pero echo en falta a la piloto – ¿Y Hub? Tenemos que encontrarla antes de que anochezca, porque deberíamos buscar un refugio antes de morir congelados-

Los instrumentos médicos son de lo más coloridos entre los humanos azules. Tahir se nota que es dedicada, apenas si toca con la puntita de los dedos las cosas y es capaz de coser sin mirar.

ME siento algo mejor. Vamos ganando pero debemos sobrevivir. El calor está pronto a irse, lo sé porque soy un explorador avezado. Observo detenidamente el panorama y resuelvo pronto. - Por aquí – digo con seguridad.

—Hub, o los pedacitos de él, están por ahí repartidos —contesté, señalando los trocitos de lego en el que se había convertido su/mi cuerpo...

Ya le vale al viejo andar haciendo el tonto y ponerse delante del bicho/bomba ése del equipo Alfa. ¿A quién se le ocurre? A alguien como Hub, ¡claro! En condiciones normales no me habría importado... pero, ¡¿con mi cuerpo?! Ahora a ver cómo lo recuperaba...

Si lo han clonado una vez, tal vez puedan clonarlo una segunda vez.

No, no me refería a Hub, sino a mi cuerpo... Eso sí, habría que encontrar un laboratorio en el que pudieran clonarnos...

Quizás los patrocinadores...

Encima... ya había gastado todos los lagrimones que le quedaban a las glándolas lagrimales de los ojos del viejo como para sentir penita por él otra vez. Suficiente drama había soportado mi cuerpo-escombro cuando lo del accidente, y... ¡qué coño!, él no querría que me pusiera a lloriquear otra vez. Además, que no estaba vivo para verlo y tampoco influiría ya para que pusiera mi nombre en su testamento. Así que...

—Será mejor que busquemos un lugar en el que resguardarnos —dije—. Por cierto, yo no tengo ni idea de nada porque ya desperté aquí... pero vosotros habéis venido por voluntad propia, ¿no?

¡Eso! No parecían haber sido clonados ni nada por el estilo...

—¿Qué coño sabéis de este sitio? ¿Hay alguna ciudad algo lejos de aquí como para no haber sido reventado con la bomba al que podamos ir?

Benito hace gala de sus dotes de explorador (al menos eso aseguran él y Mita) y os lleva hasta una profunda cueva en la ladera de una enorme roca. Habéis tardado casi una hora en llegar, y cuando habéis entrado afuera ya hacía fresquete. Por poco os pilla la quietud nocturna de Duslak. El lugar parece calentito, al menos de momento.

Pero claro, lo que el explorador no ha hecho ha sido asegurarse de que este refugio estaba disponible antes de entrar aquí en estampida, ¡a lo Team Unitato! No ha mirado si había alguien o algo dentro, vaya. Y claro, los agujeros deben estar bien cotizados aquí, sobretodo si cuentan con calefacción natural como es este caso. Así que vuestro anfitrión sale a recibiros, pero más a disgusto que otra cosa, y con cara de hambre.

El primer saludo lo hace el bicho, dando unas punzadas aquí y allá, muy cerca de vosotros. Al pobre Benito casi lo alcanza, mira que es pequeño, pero como iba delante pues... casi se lo zampa de un bocado. Luego va a por los demás, a no ser que hagáis algo, claro. La opción de dar media vuelta ya no es viable, afuera el relente es importante, lo mismo si alguien asoma el bigote se le cristaliza. Y delante pues tenéis a vuestro nuevo amigo, si es que está solo en este acogedor e intricado lugar, una maraña de túneles la mar de calentitos.

Vosotros tres sabéis que esto es un show, que aquí se viene a ganar o a morir. Que hay que darlo todo, que todo vale. Ganar significa muchos lumins (pasta), fama y la libertad. Las ediciones siempre empiezan igual, con seis escuadras que luchan entre ellas; y siempre acaban igual, con sólo una vencedora.

Sabéis también que el asteroide está salpicado de trampas, instalaciones, algunas útiles, la mayoría jodidas a más no poder después de cientos de ediciones de bombazos, accidentes, chatarreo... pero hay un lugar. Un lugar donde se aterriza, un puerto espacial, bien vigilado, donde se centralizan todos los servicios y el mantenimiento y esas cosas.

Además tú sabrías orientarte y llegar hasta ese lugar. Está lejos, pero podrías llegar. Un par de días, si sobrevivís al bicho este claro.

Además tú sabes que bichos como este que tenéis delante hay muchos, de muchos tipos, tamaños, formas, colores... hay plantas de clonación, para concursantes y para estos animalitos, pero el mal estado en el que están hace que no salga todo como debiera... prueba de ello es Knox en el cuerpo del viejo. Los bichos tienen muchos usos, no sólo mataros, sino también mantener el desierto limpito, la atmósfera más o menos tóxica, la temperatura oscilante... de algunos podrías obtener veneno, una vez estén muertos, claro, de otros a saber... lo que está claro es que lo mejor es no mezclarse con ellos, que son un poco impulsivos y besucones.

Tras una hora de caminata logro demostrar mi valía invitando a mis compañeros a pasar la noche en una cálida cueva. Pero, momento, ¿Qué es eso? Joder con el bicho ese. No soy un especialista, pero sé darme cuenta cuando no soy bienvenido.

Con movimientos lentos, para no alterar a nadie, me alejo poco a poco a la par que me voy escondiendo detrás de Mita.

Había visto seres feotes en esta vida... Envoltura Testicular era una muestra de ello... pero lo que teníamos justo delante de nuestras narices se llevaba la palma. ¡JODER! Y, además, de feo... ¡grandote y con una triple mandíbula la mar de agradable! ¿Podía pasar algo peor? ¡Pues sí! ¡Por supuesto! ¡Qué nos mirara como si fuéramos comida! Y... ¡no! ¡qué te has creído que ahí acababa lo malo! Ni hablar... lo peor peorísimo de todo era que o nos lo cargábamos, o nos comía... porque huir de la cueva como que no era una opción con el frío que hacía.

—Espero que tengas algún arma o algo —le susurré a la musculitos lo más suave posible para no hacer enfadar al bichito.

En mi caso... pues no sé cómo esperaban que pudiera aportar, cuando estaba que me caía a trozos y... encima... que a mí eso de pegar piñas se me da bien sólo cuando se trata de un ser que tenga joyas de la corona. Una patadita en los huevetes y todo solucionado. Sin embargo... aquella cosa pues como que no parecía tener nada por el estilo...

O se lo cargaba Mita, o ya te digo yo lo que iba a pasar. Así que, por si las moscas, miré hacia el fondo de la cueva, en búsqueda de un lugar lo suficientemente estrechito como para que esa cosa no pudiera pasar y al que poder huir si la situación se ponía más fea si cabe...

- Knox, o sea... ¿sigues teniendo el soldador ese por ahí?- digo enseñándole mi spray desinfectante y altamente inflamable esperando que pille la superidea, o sea.

Sigo con la mirada el bicho, e intento adivinar su siguiente movimiento.

-Tranquilo- le digo a Benito, mientras le hago señas para que continúe detrás de mí.

Le echo una mirada de asombro a Knox ante su comentario y le respondo -Si, claro ahora saco mi ametralladora, ¿me ayudas a montarla? Es que si no, no me cabe en el bolsillo-

Me crujo los nudillos y advierto a mis compañeros -No os mováis, yo me encargo-

Me lanzo hacia una de sus dos patas traseras con la intención de destrozársela a la vez, que desestabilizarlo.

Benito se esconde tras su amiga, Knox corre hacia un estrecho túnel, Tahïr muestra su spray desinfectante, y Mita mata pega. Y pega muy fuerte, se abalanza sobre el bicho sin armas ni armadura, a pelo, golpeándole con sus nudillos desnudos, quebrando sus patas y desencajando sus articulaciones. El bicho se retuerce, y se vuelve hacia ella, clavando sus afiladas patas múltiples veces sobre la cálida arena, sin alcanzar a la dinamitera ninguna de ellas.

Al romper su extremidad, un repulsivo líquido sale del bicho y salpica en todas direcciones. Un líquido que Tahïr seguramente calificaría como asqueroso tóxico, Benito como divertido y Knox como desengrasante. Sea como sea mejor que no os caiga sobre la piel, pues este líquido quema, y a saber qué más hace.

A ver, que no iba a ser yo quien contradijera a la musculitos, pero... ¿hasta qué punto pelearse a piñas con las manos desnudas con semejante bicho era buena idea? Pues, sorprendentemente... viendo los resultados, igual sí que lo era... ¡al menos hasta que el bicho empezó a soltar liquiditos desengrasantes por todas partes cuando la muy bestia le arrancó una pata!

No, ¡ni hablar! No pensaba descubrir qué ocurriría si aquel liquidito sospechoso me tocaba la piel, así que salí pitando aprovechando la paliza que le estaba dando Mita para ponerme a cubierto y esconderme por el tunel.

«¡Pjé! ¡Pardillo! Intenta comértela, que yo me largo de aquí.» Pensé, siendo consciente de que la cucaracha con esteroides ni se había percatado de que una de sus cenas se le había escabullido.

Sin embargo... ehm... ¿no habrían más de esos bichos por los túneles, no? Por si las moscas, no pensaba alejarme demasiado, que no era plan...

Jojo. Estoy con los mejores. Mita le da una paliza espectacular al bicho ese. ¿Dónde están esas cámaras? Creo que explotaron  con todo lo demás. Una lástima, esto hubiera valido una ovación. Qué diablos, la haré yo. Salto y agito los brazos. – Eeeeeeeaaaaaa, Mita, ooleeeeee. Dale con todo. – El bicho empieza a perder juguito pero no detendrá mi arenga. – Ya lo tienes. Duro con él. - Doy brincos con los puños cerrados.