Partida Rol por web

Jafar se giró al notar vuestra presencia. - Vaya vaya... sabía yo que ese maldito moguri no me serviría de gran ayuda. Quería el caos en el mundo, pero no fue capaz de deteneros - Miró entonces la lampara con tentación - No, no gastaré mi ultimo deseo, ya tengo el corazón del mundo al alcance de mi mano y vosotros apenas si suponeis una amenaza. Además, que no querreis poner en peligro sus vidas ¿No? - Se apartó entonces al igual que el genio para mostraros detras de ambos a sendos lados de la cerradura a Aladdin y Jasmine aturdidos en unos pilares y con rayos evitando que se movieran alrededor de los brazos elevados por encima de sus cabezas y por sus piernas.*

Jafar rió vilmente - Ahora que hareis. Un movimiento en falso y el principe Aliabobo y su princesita podrían ser liquidados solo con una frase. - El genio trató de hablar pero apenas empezó Jafar le ordenó callar - Mi consejo, es que os vayais, así salvareis la vida, mientras gobierno este mundo con mi oscuridad y mi poder - y de nuevo rió vilmente

Zayna observó la escena con creciente enfado. Automáticamente, el viento empezó a sacudir su ropaje. Su mirada se ensombreció y su poder hacía que la arena del lugar se levantara. Su voz, cuando habló, sonó más grave de lo habitual, y con cierto retumbe, como si hubiera eco en el lugar. 

—Tú, que te has saltado todos los tabús. Tú, que esgrimes a uno de los míos por tu propia debilidad. ¿Osas venir hasta los confines de mi mundo a reclamar el control? ¡Jamás fuiste digno! Yo soy hija de la arena y el viento, ¡yo soy djinn y ningún humano podrá equiparar al poder de uno de mis hermanos! ¡Yo soy parte de ese poder que reclamas! ¡Siempre estarás por debajo de nosotros! ¡SOMOS MAGIA Y VIENTO! ¡SOMOS ARENA Y PODER! Y aquí y ahora te digo, ¡NO VAS A PASAR! 

Con su última palabra, el báculo emplumado apareció en sus manos y resplandeció mientras esta lanzaba su ataque hacia Jafar. Se trataba de un ataque luminoso que, durante instantes, hizo que todo se volviera blanco.

—Noctis, Kosmog, ¡os encargo a la princesa y Aladdin! 

La situacion ya era tensa por el solo hecho de atravesar aquella ruina del desierto sin que saltase alguna trampa, eran muy comunes del mundo del que venia y suponia que era igual aqui, no fue el caso. Pero no hizo mas que ponerse peor al ver a Jafar en posesion de la lampara, el poder de los deseos y con los principes en peligro inmediato. Jafar hizo su amenaza sin darse el lujo de esperar a que hicieramos algo, el malvado tenia bien planeado todo. Queria tener el tiempo para hacer una estrategia, para hacer algo, pero debiamos actuar y una vez mas, Zayna se llevaba el premio en velocidad de reaccion. Sus palabras cargadas de autoridad, de poder emitir un juicio sobre el visir era algo de temer y de agradecer de que estuviese de mi lado. -Entendido kupop, dejamelo amipo- Haria uso de mi velocidad para volar rumbo a los pilares, llamando a mi mano a Busca Caminos, imbuyendo en ella la fuerza de la magia de viento para soltar un corte al vuelo sobre estas ataduras magicas que tenian retenidos y en alto los brazos de la princesa y Aladdin.

Mi cuerpo, tensado hasta el momento, estaba preparado para obedecer la estrategia de mis compañeros. Realmente deseaba aprovechar el momento para ir tras Jafar, pero actuar por mi cuenta no parecía lo mejor actualmente. Corrí a toda prisa hacia Aladdin, cubriendo mi rostro con mi brazo para aliviar el exceso de luz que había producido la magia de Zayna, mientras analizaba mis opciones ¿Podría romper las ataduras mágicas que ,probablemente, había creado Genio?

- Espero que esto funcione por tu bien, Al- me detuve frente al pilar donde se hallaba aprisionado y apunte con mi Llave Espada hacia un costado de él, por encima de la altura de su cabeza- ¡Terra! - anuncié mientras concentraba el poco mana que me quedaba, si es que aún quedaba un poco de él, mientras intentaba hacer que el pilar se agrietara un poco en la superficie. Balanceé mi espada hacia atrás para arremeter con un golpe cargado de la misma en aquel punto afectado por mi magia. Volvería a hacerlo, reuniendo fuerzas entre golpe y golpe, esperando destrozar aquel pilar en pedazos. 

El golpe de Zayna fue certero y apenas Jafar intentó esquivarlo. Más bien quería saber si las palabras que decía Zayna eran ciertas, y así acabó agachado apoyado en el suelo con una mano. - Ja, ja, ja, ja - rió vilmente mientras Kosmog y Noctis por detrás ibasn salvando a Aladdin y Jasmine cortando así sus cadenas. - Puede que tengas razón pequeña genio. Pero al igual que todo en esta vida, eso también solución si tienes deseos que pedir. De todas formas ya no necesito a esa rata callejera y su princesita. - Fue en ese preciso momento que sacó la lampara del genio que llevaba guardada entre sus ropajes y la alzó - Veamos como te comportas cuando nuestros poderes sean los mismos pequeña djinn.

-Ahora esclavo cumplemene mi tercer deseo. Deseo que me conviertas en un todopoderoso genio. - El genio sin poder evitarlo obró su magia haciendo que humo y luz rodearan a Jafar poco a poco haciendolo crecer mientras su bastón y la lampara caian al suelo. A cada momento se hacía más grande, más rojo y con la forma de un genio, incluyendo sus poderes.

-Estas lista para ser destruida con la fuerza de uno solo de mis dedos. - gritó mientras las nubes de humo se disipaban dejando ver su verdadera forma ahora. Al no controlar el tamaño ni su poder, la cueva empezaba a ceder un poco haciendo que varias partes del techo se resquebrajaran y soltaran polvo y arena. Y el suelo se hundía poco a poco entre vuestros pies pero aún teniais posibilidades de escapar de allí después de encargaros de Jafar.

Ahora a los pies de Jafar había dos lamparas, una negra y otra dorada*

Zayna entornó los ojos, como si viera algo que los demás no. Entonces, una sibilina sonrisa anidó en sus labios. Se giró bruscamente hacia sus aliados. 

—¡Noctis, Kosmog! —gritó, mientras se llevaba la mano a la cintura, donde... no había nada. 

O no había nada ahora. Ahí es donde, hasta hace muy poco, había llevado colgada... 

¡La lámpara! ¡La lámpara de un djinn! 

"Grandes poderes cósmicos y siempre al servicio de mil amos" resonó a través del Siemprejuntos. 

La esclavitud era el gran precio por ese gran poder. Y el muy necio se había obligado que todo traía un precio, hasta los deseos. 

Pero, mientras él todavía no se había dado cuenta de aquello, sus dos amigos sí. Y ella podía seguir contraatacando. 

—¡No me subestimes! ¡No caeré ante alguien como tú! ¡Tú peleas solo, yo tengo más poder del que jamás tendrás! ¡Mis aliados están a mi lado! ¡ARTEMITO, PRÉSTAME TU FUERZA! —gritó de nuevo, con esa voz que retumbaba en las reverberaciones de la cueva. 

La invocación apareció a su lado, irradiando luz.

Y entonces Zayna liberó su magia en un poderoso rayo de luz que hizo que todo a su alrededor pareciera gris. 

Liberar a los prisioneros habían sido sencillo, porque simplemente no era una cuestión de interés fundamental para el plan de Jafar. Revisé el estado de Aladdin e intenté hacerlo reaccionar mientras echaba miradas apresuradas a mis espaldas, escuchando el discurso de nuestro enemigo, confiado y prepotente sobre el curso de su victoria. El poder de la lámpara aún le otorgaba infinidad de posibilidades con sus deseos, por lo que las cosas podrían tornarse fácilmente a su favor de un segundo para el otro. Ante las provocaciones de Zayna, Jafar desató su último deseo, en una decisión inteligente y temeraria ¿Quién necesita deseos cuando eres un ser todo-poderoso? 

- Parece que no vas a decepcionarme ni en el último momento, villano- una sonrisa contrariaba mis ojos preocupados mientras la figura de Jafar crecía y crecía delante de nuestros ojos como un poderoso djinn rojo- Pensar que irías tan lejos por tus objetivos...Deja de flojear de una vez, Al. Jazmín te necesita- sacudí el hombro de aquel noble ladronzuelo por última vez, y me concentré en la nueva amenaza que se nos presentaba, y en nuestra compañera.

Su llamado de atención me hizo observarla con más atención, haciendo señales sobre su cintura. Aquello sólo cobró sentido cuando escuché su mensaje "susurrado", trayendo recuerdos a mí mente de mi tiempo como escolta de la lámpara de Zayna. Busqué con mi mirada las dos lámparas que habían quedado tentidas en el suelo, y me concentré en moverme sigilosamente hacia ellas, aprovechando el enfrentamiento entre los dos Djinn.