Partida Rol por web

Esa noche, cuando terminan de discutir antes de ir a acostarse va a buscar a Zinwal tras hacerse con una botella vino del puesto, dejando unas monedas de oro si no había nadie despierto a modo de compensación. Tiene una mirada llena de curiosidad mientras piensa las preguntas que va a plantearle. 

Tras tomar la botella de vino dejando el oro en su lugar, saliste de la casa de los Leveton y caminaste por el puesto buscando a Zinwal, o el lugar donde descansaba el susodicho noble.

Tras buscar un rato encontraste una tienda de campaña entre la mura este y la casa de los Leveton, allí pudiste ver al noble sentado en una silla, a la luz de un candil, mientras leía un libro con la chaqueta quitada y colgada en una rama tallada a modo de percha... 

...

Al escuchar pasos acercándose a mi pequeño rincón alce la cabeza y pude ver a Mara acercándose hacia mi con una botella de vino en la mano. Una pequeña sonrisa asomo en mis labios mientras cerraba mi libro y me incorporaba dando la bienvenida a mi invitada. -Buenas noches señorita Eckart... Adelante... Bienvenida a mi pequeño refugio particular. La invite a sentarse en un segundo asiento, y la mire con curiosidad preguntándome que quería de mi al amparo de la noche... Seguro que como ese grupo de cotorras que se hacían llamar guardias, la hubieran visto, ya teníamos el rumor asegurado... Mire a Mara a los ojos y le dedique una pequeña sonrisa. -¿Y bien? ¿En que le puedo ayudar señorita Eckart?

El sacerdote y el propietario saludaron con una sonrisa y un gesto con la cabeza a Mal´ak y a Rennor y Oleg señalo su propio tazón, el cual rebosaba de leche con copos de avena. -Hoy te ofrecemos copos de avena en leche de cabra con miel de abeja gigante... Todo ello proveniente de Restov... El hombre se llevo una cucharada a la boca, y su rostro denoto pura felicidad. -Ahhhh... Que bueno es que por fin me hagan puto caso... El hombre os miro con un pequeño suspiro. -Antes de que llegarais solo podía hacer un pedido a Restov cada cuatro meses, y ahora sin embargo tengo la oportunidad de hacer pedidos siempre que los necesite... Ahhhhh... Esto es la gloria... Por fin la suerte nos sonríe... Oleg os miro con una amplia sonrisa e hizo un gesto con la cabeza hacia vosotros... -Y todo gracias a vuestra misión aquí...

Ante la pregunta de Mal´ak ambos se encogieron de hombros. -Por aquí como siempre... Hay mas gente de paso por aquí, pero lo mas novedoso fue la llegada del noble de Restov... Las cosas interesantes son cosa vuestra... Ambos se acercaron un poco hacia vosotros y os miraron esperando escuchar alguna historia interesante de vuestras aventuras...

Al escuchar pasos acercándose a mi pequeño rincón alce la cabeza y pude ver a Mara acercándose hacia mi con una botella de vino en la mano. Una pequeña sonrisa asomo en mis labios mientras cerraba mi libro y me incorporaba dando la bienvenida a mi invitada. -Buenas noches señorita Eckart... Adelante... Bienvenida a mi pequeño refugio particular. La invite a sentarse en un segundo asiento, y la mire con curiosidad preguntándome que quería de mi al amparo de la noche... Seguro que como ese grupo de cotorras que se hacían llamar guardias, la hubieran visto, ya teníamos el rumor asegurado... Mire a Mara a los ojos y le dedique una pequeña sonrisa. -¿Y bien? ¿En que le puedo ayudar señorita Eckart?

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Realizando una reverencia elegante tomó asiento donde el le había indicado antes de servir vino para ambos mientras le miraba con una ligera sonrisa.

— Gracias por la bienvenida. La verdad es que aún sigo impactada por las noticias. 

Le mantuvo la mirada, con los ojos brillando con inteligencia y curiosidad.

— La verdad es que es todo bastante conveniente, como una pieza de un puzzle que ha sido diseñado previamente. ¿Verdad? 

Tome con un pequeño gesto de agradecimiento el vaso que me tendía Mara y le sonreí mientras escuchaba las palabras mientras mantenía la inteligente mirada de la pelirroja. -Muy perspicaz señorita Eckart... Alce el vaso hacia mi interlocutora y le dedique una pequeña sonrisa. -Por el futuro del reino...

Tras beber del vaso mire a Mara y lo deposite en una pequeña mesita junto a mi libro... Entrelazando mis dedos suspire levemente y mire a la chica contándole la verdad. -Bueno, supongo que tarde o temprano se enteraran, así que no veo mayor problema en contarte como están las cosas realmente... Todo esto... Toda esta misión de colonizar estas tierras no es mas que una estrategia de Rostlandia en caso de que las tensiones con Brevoy lleguen al punto de entrar en guerra... Los señores de la espada desean tener la espalda cubierta, para evitar que los reinos vecinos quieran aprovechar la guerra para atacar... También la posibilidad de tener aliados es algo que interesa bastante a los señores de la espada... Tome el vaso entre mis manos y mire el liquido oscuro durante unos segundos. -¿Puedo preguntarte algo? ¿Que objetivos pensabas que había detrás de que os ordenaran fundar nuevas colonias?

Sonreí al escuchar las palabras de Khastal y negue con la cabeza mientras la abrazaba con cariño. -No me importa que no tengas unos aposentos dignos... ya sea en este cuarto compartido o en mitad de un bosque, lo que quiero es poder estar contigo... Cerrando los ojos acerque mi boca a la suya y bese sus labios con ternura, mientras que avanzábamos hacia la cama, donde ambas nos tumbamos una junto a la otra... Con las mejillas enrojecidas por la emoción de poder estar así con Khastal, hacia que mi corazón palpitase agitado... -Eres preciosa... ¿Puedo quedarme contigo en tu cama? Quiero poder estar abrazada a tu cuerpo... Poder dormir sintiendo el calor de tu cuerpo contra el mio... Si bien en mi fuero interno deseaba poder hacer mas con ella, aquí no me sentía completamente a gusto... No había la intimidad que podía desear para intimar mas con Khastal...

Abrazadas en la cama, una junto a la otra, la mire de reojo y sonreí en la oscuridad del cuarto. -¿Puedo preguntarte algo? ¿Habías salido antes con alguien?... Tu... ¿Tu te sientes a gusto conmigo aunque también sea una chica?

— En mi situación es necesario, Lord Zinwal. 

Sonríe antes de alzar la copa, respondiendo al brindis y escuchando lo que tiene que decir. Asintiendo al escucharle.

— Sin duda es un plan lógico, se aprovechan territorios inexplorados y además consiguen aliados recibiendo a través del comerco recursos inalcanzables. Y en caso de que saliese mal... Todos los hombres mueren, antes o después. Sobre todo antes si no tienen un rango noble. 

Esto último lleva consigo un suave deje de sarcasmo. Tras eso se encoge de hombros. 

— ¿Con franqueza? Las posibilidades son infinitas. Puede que fuese preparar el terreno para un posible anexión por la fuerza, la explotación de recursos estratégicos cuyo paradero es desconocido, que hagamos el trabajo de campo y después casar al heredero de algún noble menor, dejarnos como cebo para los reinos vecinos... Pero me inclinaba principalmente hacia los aliados, al fin y al cabo conocía las tensiones existentes. Veo que no estaba equivocada

Sonríe con un pequeño deje malicioso y juguetón antes de encogerse de hombros, probando un poco de vino. 

— Y con la misma franqueza, ¿Que podemos esperar de usted, Lord Zinwal? 

Khastal correspondió su beso con pasión. 

-Claro que puedes quedarte-la semielfa no podía creerse aquello. ¡Le preguntaba si podía quedarse!¡Pero si lo estaba deseando! Se acurrucó junto a ella y cerró los ojos. No le importaba lo que pensasen sus compañeros, nunca le había importado, aunque no sabría como reaccionarían a la mañana siguente. Pero ella era feliz en ese momento y ya era más de lo que esperaba conseguir cuando aceptó ese trabajo. Ensimismada como estaba se sorprendió cuando le escuchó preguntar aquello-. He salido antes con gente si, hombres... compañeros de mi antigua banda de mercenarios... nunca me había fijado en otra mujer... al menos no como tu-dijo sonrojándose aún más- no me importa si eres hombre o mujer o lo que tengas ahí abajo... me encantas, me fascinas... lo demás no podría importarme menos. ¿Tu... te sientes rara por que yo sea mujer?-le preguntó dubitativa.

-Je... Sonreí al escuchar las posibilidades que había barajado... -Sin lugar a dudas esas serían opciones validas para cualquier reino, sin embargo los rostlandeses son gente que prefiere actuar mas directamente... Son gente honorable y desprecian los engaños, aunque eso no les impide ocultar parte de la verdad si creen que eso puede ayudar a su país... Sonreí levemente mientras daba un trago al vino. -Yo al igual que todas las personas aquí reunidas he venido para quedarme y ayudaros con todos los temas que conlleva formar un reino... No soy un luchador, yo soy un político, y durante varios años he trabajado y he visto como se manejaba toda la burocracia de Restov... Mire a Mara y sonreí divertido. -Supongo que si aceptáis mi sincera ayuda iniciare una nueva vida en estas tierras y os apoyare a la hora de formar el reino, y evitar que este futuro reino acabe en fracaso antes de empezar...

Me quede unos instantes callado mirando hacia Mara en silencio. -Ya que estamos siendo francos el uno con el otro... ¿Puedes quitarme una duda? Desde el momento en el que te presentaste sentí que había oído tu nombre en alguna otra ocasión, y ahora he recordado de que me sonaba... Mara Eckart... la espía rebelde... Me quede un segundo callado mirando a la chica pelirroja. -¿Que fue lo que te sucedió? Al principio oía rumores de que alguien estaba vendiendo información delicada de algunos nobles, y que Natala Surtova había puesto precio a la cabeza de quien estaba filtrando esas calumnias y engaños sobre ella... Lo siguiente que supe fue que el grupo fue encontrado y que se dio a conocer que la traidora que pasaba información era Mara Eckart... Una bardo que solía tocar en las fiestas de las principales casas de Brevoy... Me quede callado unos segundos mirando a Mara... -Lamento  mucho lo que sucedió ese día, lo que esa mujer ordeno no tiene perdón...

— Entonces supongo que puedo bajar la guardia levemente, al fin y al cabo si lo más peligroso en ese aspecto es la omisión de información me deja más tranquila. 

Sonríe suavemente antes de asentir al ver como describía lo que podían esperar de él. 

— Entonces creo que nos entenderemos, al fin y al cabo estamos en el mismo barco y tenemos objetivos comunes. Además, por lo visto tenemos una mentalidad afín en ciertos temas, lo cual espero que haga mas sencillas las tareas de fundar el reino. Solo queda aclarar la postura del grupo, pues no puedo hablar por ellos. Una cosa es preguntar en su nombre, y otra responder en el mismo. Ahora es cuando pregunto.. ¿Por que os han enviado precisamente a vos?  

Frunzo el ceño cuando empieza a hablarme de mi pasado pues los recuerdos no eran agradables, y las muertes estaban aún demasiado recientes. 

— Efectivamente, vuestras sospechas son correctas. Soy esa Mara Eckart, espía rebelde, que se infiltró en el castillo y además cantaba habitualmente en las fiestas. Pero aparte de eso todo lo demás es erróneo. Yo no he pasado ninguna información, son ilusiones paranoica de una mujer egocéntrica y envidiosa. La única misión de nuestro grupo era ayudar a la gente. En mi caso trataba de echar atrás medidas injustas a la vez que pedía prestados excedentes para evitar la hambruna de los campesinos. Podría decirse que tengo un corazón romántico. Pero mis aspiraciones nunca fueron tan altas como para traficar información de la alta nobleza. 

Se quedo unos segundos en silencio antes de emitir un suspiro amargo. 

— Pero nuestro grupo fue descubierto y asesinado. Yo huí con lo puesto y este lugar me pareció lo suficientemente recóndito como para dejar eso atrás. O eso creía. 

Se encogió de hombros antes de volver a sonreír, aunque era una sonrisa fingida de forma natural. Quizá podría darse cuenta, quizá no. 

— De fugitiva a gobernante, es un buen giro. ¿No creéis? 

Quitó, con un gesto de la mano, su propia importancia respecto a aquella posibilidad de hacer pedidos continuados a Restov. En verdad, era gracias a esa misión que sucedía aquello, pero que ellos influyeran en algo era algo que aún estaba por ver; haber matado a unos kobold asustadizos, uno cuantos bandidos desprevenidos y unos pocos animales no marcaba una diferencia real. Buscar rábanos mientras paseaban por páramos desholados sin un solo enemigo a la vista, mucho menos. Y pese a todo, era para lo que les habían contratado.

Resopló.

—Me alegro de escuchar eso, aunque no tanto de ese noble —lo dijo lo suficientemente alto para que, si el susodicho estaba atendiendo, le escuchara, y luego bajó la voz de nuevo a un tono normal—. ¿Puedo coger un tazón? —sonrió, haciéndolo ante el gesto de asentimiento y sirviéndose—. Gracias.

En ese momento empezaron a llegar los demás. Saludó a medida que lo hacían, y mientras esto iba pasando dejó a Oleg con la respuesta a medias.

—Nosotros hemos logrado alguna pequeña victoria en este viaje, buenas noticias claro —se encogió de hombros, hizo una pausa, y se llevó una cucharada a la boca, saboreando su dulce sabor y notando como el estómago le rugía pidiendo más. Delicioso—. Mejor esperemos a que lleguen todos, ¿eh? Mientras voy a disfrutar esto.

La noche había sido placentera y reparadora, agradeciendo la oportunidad de descansar en un lecho blando, comida caliente y escuchar noticias del reino.

A la mañana siguiente, como era habitual, me desperté temprano para realizar mis ejercicios, tanto físicos como marciales, consciente de que todavía quedaba mucho camino que recorrer y muchos bandidos que matar.

Sudorosa, salí al patio para lavarme y refrescarme, encontrándome ya con mucha actividad. Allí estaban ya Malak y Rennor, junto a Oleg y Jonid

Buenos días digo alegre, secándome el sudor de la frente y del pecho veo que vosotros también habéis madrugado y ya estáis disfrutando de un buen desayuno. Permitidme lavarme y vestirme y en un momento os acompañaré me dirijo al pozo para tirar de la cuerda y sacar el cubo lleno de agua. Tras meter la cabeza en el cubo, me echo un poco por el cuerpo antes de alejarme a mi cuarto, donde me seco y me visto para volver a bajar.

Cuando llego, Malak ya está disfrutando de un tazón de avena ten cuidado no te atragantes río dando unos golpes sobre uno de los hombros ¿y bien? ¿cómo están las cosas por aquí? pregunto, escuchando las noticias que ya habían dado a Oleg, mientras asentía, esperando que me sirvieran otro tazón de esos.

Si, la verdad es que podemos decir que la cosa ha ido bien. Seguimos limpiando zonas y poco a poco consiguiendo más información sobre ese Lord Venado.

Mire a la chica con gesto pensativo y note como su ultima sonrisa se notaba algo forzada. -Lamento si la he molestado al sacar el tema... Entiendo que esos recuerdos no sean para nada agradables... Por mi parte si ese es su deseo esta ultima parte de la conversación nunca ha tenido lugar... Di un trago terminando mi vaso de vino y suspire levemente. -Aunque... ¿Me deja hacer un ultimo añadido a sus ultimas palabras? Mire a Mara con una pequeña sonrisa. -Los Reinos Fluviales son pequeños países fundados por aquellos que de un modo u otro no encajaron en su anterior país... Muchos fueron fundados por bandidos y criminales, pero sin embargo muchos otros fueron fundados por exiliados y refugiados... Que una joven pase de ser una fugitiva por querer ayudar a la gente a convertirse en la reína de un nuevo país... Creo que es la opción mas ideal para ser tomada como una nueva gobernante...

Sonreí recostándome en mi silla y mantuve mi mirada en Mara, mientras dejaba de lado el tema que parecía incomodar a la joven muchacha. -En cuanto al motivo de que sea yo quien estoy aquí, es bastante simple... Soy joven, no tengo ni mujer ni hijos, por lo que no tenia nada que me atara a Restov, por eso mismo cuando se nos ofreció este trabajo me apunté sin dudarlo... Era una oportunidad única, y no quería perdermela por nada del mundo... En cuanto al porque me asignaron aquí, supongo que de los otros dos que enviaron soy el que mas experiencia tiene y espero que no le molesten mis palabras, pero los otros grupos se veían algo mas capacitados para tomar las riendas de un gobierno... Maegar Varn es el líder de un grupo mercenario conocido como la Hueste Varnlinga, y Hannis Drelev es un barón de Brevoy el cual tiene cierta experiencia en el gobierno... Mire hacia la zona donde descansaban los compañeros de Mara. -Sin embargo su grupo es un tanto... peculiar... Por eso valoraron en que para evitar que fuera un fracaso se me enviara para ayudaros en esta tarea...

Sonriendo abrace a Khastal mientras ambas nos acurrucábamos en la cama y hablábamos en quedos susurros íntimos... -Vaya... pues me alegro de haber hecho que te fijaras en mi... Me hace bastante feliz... Ante su pregunta de que si me incomodaba que ella fuera una mujer, no pude evitar sonreír y besar sus labios con ternura. -No... No me siento rara con ello... A mi tu también me encantas y me fascinas, sin embargo yo si que había salido ya con mujeres... y con hombres... Tengo 132 años y siempre he sido un tanto precoz para el estilo de vida elfo... Es por eso por lo que me fui de mi país... Y es por eso por lo que me siento tan a gusto en ciudades y poblados humanos... Ellos viven todo tan intensamente... Cerré los ojos y enterré mi rostro en el pecho de Khastal, mientras aspiraba sintiendo su olor en mi nariz... -Me gustas mucho... Espero que no te haya asustado al decirte lo vieja que soy... Levante la mirada y clave mis ojos en los de Khastal, mientras que mi cabeza descansaba sobre sus suaves pechos... -Mañana si aun permanecemos aquí... ¿Te gustaría salir a dar un paseo? Me gustaría poder tener momentos íntimos con mi hermosa novia...

¿Novia? Khastal notó como subía la temperatura de sus orejas.

-Si, claro-respondió- me encantaría dar algún paseo contigo aunque...mucho me temo que enseguida saldremos a seguir explorando la zona-la estrechó entre sus brazos. No podía creerse su suerte-. 132 años... no son tantos, solo tienes 108 años más que yo. 

Sus dedos acariciaban su pelo rojo y sus hombros mientras no podía dejar de sonreir como una niña pequeña. Volvió a besarla una vez más deseando tener mucho más tiempo para estar con ella.

Khastal se unió a la mesa junto al resto de sus compañeros. No le importaba mucho lo que opinasen sobre quien metía en su cama, pero esperaba no tener que aguantar comentarios de ninguno de ellos. Pese a ello, no podía borrar una sonrisa de su cara.

-Bueno, ¿cual es el plan de hoy?-les preguntó mientras se hacía una coleta y se sentaba para comer algo- Antes de salir deberíamos hablar con Oleg para intentar vender parte del botín que conseguimos o intercambiarlo por algo que nos sea útil, de nada sirve guardarlo bajo llave hasta que coja telarañas-propuso antes de empezar a comer. 

Voy desayunando relajadamente, mientras escucho hablar al grupo acerca de lo que habían ido haciendo. -¿Una victoria en el bosque? Eso esta bien... Mientras desayuno tranquilamente veo como Khastal sale de los cuartos y se acerca a la mesa hablando sin darse cuenta de que estaba a la mesa.

-Buenos días Khastal... Ando por aquí... Me doy enterado de lo del botín... Sonrío sacudiendo la mano por encima de Jhod. -Aquí ya sabéis... Me dejáis lo que queráis vender y yo me encargaré de que sea vendido en Restov... Lo mismo para si queréis conseguir algo... Me lo comentáis e intentare buscarlo en Restov