Partida Rol por web

Se rió un poco cuando la llamaste ladrona, porque ya sabía de sobra que jamás se lo dirías en serio en una situación como esa. Atendió a lo que decías mientras comía un poco más.

 -Estás enamorada hasta los tuétanos. -Yuki suspiró románticamente- Sé cómo te sientes. A mí me pasa lo mismo con Hideki.

Bebió otro trago de zumo y entonces de repente se le iluminó la bombilla.

 -¡Acabo de acordarme! ¡El parque de atracciones! Estuve pensando que si a Hideki le gustan las recreativas, seguro que las atracciones le gustan también. ¡Podemos ir en una cita doble! Tú con García-san y yo con Hideki. Así nos daremos apoyo y nos dejaremos “casualmente” a solas en los momentos adecuados, ¿qué te parece?

Juntas salisteis del instituto rumbo al centro y al salón recreativo donde se llevaría a cabo la competición.

No podía evitar estar roja como un tomate cuando ella me decía que estaba enamorada hasta los huesos, era cierto pero no podía evitarlo. Me dijo que estaba igual con Hideki, pero ante la propuesta de la cita doble me quede sin palabras, -noo eeeeh yooo pe pero es ess sun unn ....- mi mente divagó un rato en las posibles escenas de sonrisas y un posible abrazo o una escenita a solas en la noria, eran super ñoñas y aún así las quería todas.

Me armé de valor para poder enfrentarme a eso, -yo quiero- dije roja, -pe pero no no se como po poder pedirle a Cucufato-sempai una propuesta así- empecé a juguetear con mi ropa un poco mientras miraba a Yuki con ojos que pedían auxilio.

¿Porqué me sentía tan débil cuando hablaba de él o con él?, el poder del amor era demasiado grande y aún no lo comprendía del todo

Tu respuesta hizo pensar a Yuki. Pero pensar de verdad, que casi le salía humo por las orejas.

 -Hmmm… Creo… Que podrías decirle… Que te he regalado unas entradas para el parque de atracciones. ¡Sí, claro! Mira, esta es la idea: A mí me han dado cuatro entradas gratis por haber ganado un sorteo. Y como a mis padres estas cosas no les van, pues decido invitar a mi ejem, amigo Hideki y a mi mejor amiga le doy dos entradas para que se venga con quien quiera. Tú díselo de manera casual, como quien no quiere la cosa. En plan “hey, tengo un par de entradas gratis que mi amiga Yuki me ha regalado para el parque de atracciones, ¿te quieres venir?”.

Sonrió satisfecha y bebió un poco más de su zumo.

 -Es un plan con un 99% de éxito. Casi infalible.

Yuki se puso a pensar, tanto que durante uno momentos me sentí casi mal por lo mucho que se estaba esforzando, peor cuando terminó me dijo un plan, que como ella decía era realmente bueno. Me quedé sin palabras durante unos segundos -Yuki, realmente eres impresionante, !has pensando un super plan y todo¡- dije emocionada con ganas de levantarme y darle un abrazo a Yuki.

-LO haré, lo haré lo haré, es un plan fantástico, seguro que funciona- dije poniéndome algo roja, -pe pero, bu bueno, no se si Cucufato y yo seremos tan cercanos como tu y Hideki, pe peroyo si si quiero ma más de Cucufato-sempai, po poder ir de la mano e ir juntos a más sitios- dije roja como un tomate

Por suerte Kuro había aprobado el examen sorpresa de matemáticas, pero eso le daba absolutamente igual porque en cuanto sonó la campana del cambio de clase supo lo que tocaba...

¡Por supuesto, educación física, su asignatura favorita! Y no porque su profesora tuviera un potencial sexual increíble, fuera el amor de su vida o algo así, por supuesto que eso no tenía nada que ver. En realidad a Kuro le gustaba bastante el ejercicio y la actividad física, pero si además era supervisado por Tachibana sensei mejor que mejor.

Así que sabiendo cual era su maravilloso destino salió corriendo hacia él, despidiendo a la profesora con un gesto de mano. Tenía que ser el primero en llegar, así igual con un poco de suerte sería capaz de ser el primero y pasar de nuevo un rato a solas con él.

Se irguió sacando pecho, orgullosa cuando la felicitaste. Sin embargo, abandonó su postura rápidamente al oírte expresar tus dudas.

 -Bueno, Hideki-san y yo no es que seamos precisamente cercanos. De hecho, hasta hoy nunca me había atrevido a hablar con él. ¡Ni siquiera estoy segura de gustarle gustarle!

Tu amiga te dedicó una mirada llena de determinación.

 -Es por eso que tenemos que ser valientes y arriesgarnos. Porque el que no arriesga no gana, Hori-san. Y por el amor vale la pena arriesgarse.

Aquel discurso sonaba a estar extraído directamente de una novela visual, pero no importaba. Yuki tenía razón: si no os atrevíais a lanzaros al pozo, nunca obtendríais nada.

Tras decir aquello tu amiga comió un poco más de su crêpe.

 -Y si nos dicen que no, siempre podemos ir nosotras dos y montarnos en la noria.

Tus piernas demostraron una vez más de lo que estaban hechas, porque en una vigorosa carrera habías conseguido llegar el primero a los vestuarios. Tras un cambio de ropa rápido, saliste del vestuario para buscar al profesor Tachibana, el cual estaba en pabellón deportivo principal, el que tenía la cancha de baloncesto. Aún no había llegado ninguno de tus compañeros, lo que te dejaba unos minutos para poder hablar con tu adorado sin que te molestaran.

Yuki sacó pecho victoriosa pero después me dijo más tranquila que no era tal y como yo creía, -bueno, es posible, pero- me sentí un poco mal al haber dicho aquello de que ella y Hideki se llevaban bien, pero ella me miró con ojos llenos de energía.

-Si, tienes razón, yo, voy a intentar sacar muchas fuerzas- dije mirando fijamente a la mesa y cerrando los puños como si aquello fuese una manera de demostrar que la determinación de Yuki me había llegado a mi también. -Ya verás, seguro que te montarás con Hideki en la noria y bueno, yo -me sonrojé un poco, -yo, yo me quiero montar con con Cucufato-sempai-  estaba algo más contenta.

-Yuki, ¡pidamoselo con energías!- le dije emocionada tomando un poco de aquella merienda que tenía para mi

 -¡Por supuesto que sí! Ahora sólo nos queda elegir un día, ¿qué tal el domingo?

Alegre porque su plan para que ambas tuvierais una cita perfecta, Yuki siguió comiendo de su crêpe.

 -Claro, que una tarde de un día entre semana podría valer también, pero sé que estás ocupada Hori-san.

Y charlando y haciendo planes, ya os habíais terminado la merienda. Yuki pidió la cuenta y, tras pagar a la camarera, estuvisteis listas para marcharos de la cafetería.

 -Hmmm, qué rico estaba todo. Me alegro de haber podido venir al final.

Me dijo que podría ser el domingo, -si, el domingo esta bien, puedo madrugar- dije sonriendo un poco, aunque cuando dijo que estaría ocupada por las tardes asentí. -Si, aún tengo que hacer la cena, mmmm, creo que hoy serán hamburguesas  de pimiento- dije feliz, estaba acostumbrada a cocinar y me gustaba, así que  no había ningún problema en que lo gritase a los cuatro vientos.

Estuvimos comiendo para después acabar, tenía una enorme sonrisa por lo dulce que era, -si, realmente dulce, casi como Yuki- dije sonriendo con felicidad. -Es en enntoooonce in intentaré dar lo lo mejor antes del domingo con Cucufato-sempai, ma mañana mismo lo intentaré- dije sonrojada, tenía un plan que cumplir, -si si necesito, ayuda ¿puedo llamarte?- dije con ojos de cordero degollado

Se sonrojó un poco cuando la llamaste dulce.

 -Bueno, es fácil ser dulce con una amiga que se lo merece todo.

Y sonriendo feliz, salió de la cafetería contigo.

 -Tú no te preocupes. Concéntrate en pensar cosas positivas y ya verás como todo irá bien. Y por supuesto que puedes llamarme cuando lo necesites. Pero… -Yuki se sonrojó más- Sólo si me dejas llamarte a ti cuando yo invite a Hideki.

El cochazo de Yuki estaba listo para llevaros a donde quisierais y el chófer os esperaba con la puerta abierta.

 -¿Hay algún lugar al que necesites ir o quieres que te llevemos derecha a casa?

Yuki estaba algo roja cuando le dije que era dulce, incluso me dijo después que era fácil porque yo era una amiga que se lo merecía todo, por su culpa mis mejillas no dejaron de estar rojas aunque no estaba pensando en Cucufato.

-No, es así, eres tu quien se lo merece todo- dije "refunfuñando" un poco pero estaba claro que realmente nos llevábamos genial. Me agarré a su manos para irnos juntas de allí, -seguro que si, siempre puedes llamarme, sabes que te contestaré super feliz- dije alegre y caminando con ella hasta estar casi en su coche.

-Me temo que me iré a casa, quiero hacer la cena y bueno, pre prepararme para in intentar hacer el plan de Cucufato- dije algo pensativa, a fin de cuentas era algo que aún no sabía como lo haría, todo sería el poder del momento

La única carrera a la que Kuro le apetecía ganar con todas sus fuerzas era la que llevaba hasta el corazón de sensei, sin embargo respondió con un entusiasmado sí y se fue en dirección a los vestuarios.

Una vez en ese maravilloso y fantástico lugar llamado vestuarios masculinos en el que no me gustaría echar un ojo durante toda mi vida o algo así, Kuro hizo su magia con su uniforme de educación física. Exacto, se puso uno de esos pantaloncillos para hacer deporte que junto a unos calzoncillos bien ceñidos a sus partes le hacían lucir un precioso paquete que pertenecía única y exclusivamente a sensei. Por supuesto, sus perfectas y delineadas nalgas no eran una excepción, así que tanto por delante como por detrás tenía un buen par atributos que enseñar a su querido Tachibana sensei... Y al resto de compañeros.

Ya preparado, salió de vuelta al pabellón, con la cabeza bien alta, el pecho pa' fuera y el paquete bien marcado.

El profesor te sonrió cuando vio que te acercabas con tanta energía. Si se había fijado en tu marcado paquete, no daba muestras de ello.

 -Vaya, hola Kuro-kun. Te veo con ganas de empezar la clase, espero que tengas ganas de echarte unas carreras. Porque eso es lo que vamos a hacer, pruebas de velocidad. Y te advierto que tengo tus marcas del año pasado, así que sabré si has mejorado o no.

Y mientras te decía aquello, tus compañeros comenzaron a llegar. Y el primero fue aquel chaval de aspecto de macarra con el que te habías encontrado en la enfermería. El profesor sonrió al verle y continuó hablando contigo.

 -Espero que hayas entrenado estas vacaciones. Sobre todo si quieres superar el récord de la clase, propiedad de Hideki Yamazaki.

Asintió y dio las indicaciones a su chófer para ir a casa de Hori.

 -Tú no te agobies pensando. Sólo ensaya un par de frases rápidas y fáciles y ya verás cómo te sale solo.

Por lo menos eso era lo que planeaba hacer ella: ensayar lo que le iba a decir a Hideki.

 -Mañana va a ser un día estupendo Hori-san. Ya lo verás.

Y al cabo de un rato, llegasteis a tu casa. La limusina te dejó en la puerta y el chófer abrió la puerta para que pudieras bajar.

 -¡Hasta mañana Hori-san! ¡Te veo en clase!

Yuki me dijo que no me agobiase mientras me llevaba a casa, -si, intentaré ensayar un poco- dije algo nerviosa, a fin de cuentas era un gran intento de avanzar un poco más con Cucufato-sempai. -Si, intentaré que sea un buen día, aunque posible tengan mucho de que hablar mañana sobre el castigo- dije sin demasiado ánimo, a fin de cuentas fue algo que posiblemente no se volvería a repetir.

Yuki me llevó hasta casa, le di un abrazo alegre, -muchas gracias por traerme Yuki, siempre me ayudas mucho, gracias- le dije alegremente y me despedí de ella y del chófer con la mano, -te veo mañana- entonces esperé a que se fueran mientras me despedía. Una vez se fue me dirigí, tenía seguramente que limpiar mucho, a fin de cuenta mis padres llegaban tarde y lo hacía yo todo

Cuando entraste en casa, efectivamente tal y como te temías estaba vacía. Afortunadamente no había demasiado de lo que encargarse, por lo que no tardarías demasiado en limpiar y poner la cena a hacer. Además, mientras hacías tus tareas, siempre podías ensayar un poco las palabras que podías decirle a Cucufato… ¡No podías esperar a que llegara el día de mañana!

Al cabo de un par de horas llegó tu madre y te pilló con la cena prácticamente hecha. Tras saludarte con una sonrisa se puso a ayudarte con lo que faltaba para que tú pudieras darte un baño.

Para cuando llegó tu padre, la cena estaba lista, la mesa puesta y tú estabas bañada y en pijama. Una deliciosa cena en familia era el broche final a un primer día movido de narices.

Llegue y la casa estaba vacía, aún así dije un tranquilo, -ya estoy en casa- como si alguien me escuchase, la verdad es que lo decía por costumbre, sabía que nadie estaría allí para escucharlo. En cualquier caso la cosa acabó en mi estirándome un poco para ir a empezar a hacer cosas, limpié un poco la casa y el baño, además dejé la cena haciéndose, así que cuando estaba casi lista la deje apartada del fuego y me fui al baño.

En la bañera practiqué que decirle a Cucufato-sempai, -Hola Cucufato-sem sempai- -es espera, eso es demasiado cordial- mmmmmm, -yahooooo Cucufato-sempai, ¿qui quiiiiiiieres venir con mi go al parque de aaaaaaaaatracciones?- -¿porque parezco una gal torpe al hablar?-  meti mi cabeza bajo el agua, -psabviasbvafvabfv- grite levemente debajo de ella.

No conseguí mucho, al menos fue un buen baño y me sentía relajada, cené con papa y después descanse un poco viendo la tele, tenía mi tarea hecha así que estaba tranquila. Le envié un mensaje a Yuki:

He practicado la peor conversación de mi vida T^T creoq ue voy a tener que esperar a ver como sale en la vida real, estoy nerviosa T-T