Partida Rol por web

Moeru hizo girar los kunais entre sus dedos mientras sus ojos esmeralda seguían, fijos, la evolución de los de su rival. Trató de imprimiles toda la frialdad posible a sus ojos, y toda la gracia y determinación posible a sus movimeintos, desesperada por aparentar una seguridad que estaba muy lejos de tener. Le dolían las heridas de la espalda, donde la otra chica le había clavado sus armas. Su costado hacía ya tiempo que se había transformado en una línea blanca ardiente de dolor, restándole el aire necesario para luchar hasta que sentía mareos. Todo el cuerpo le temblaba, y sentía un calor semejante a la fiebre mientras la adrenalina, que la había mantenido ignorante al dolor, empezaba a disiparse.

Pero ella también estaba al límite.

Moeru lo veía en los ojos de su rival. Duda. Miedo. Ya no le brillaban con la fiereza del inicio del combate. Ya no quería luchar, y la esperanza renació en su pecho al darse cuenta de que estaba busando una forma de huir. Sus ojos parecen aún más llenos de dudas cuando la tremenda explosión sacude el suelo. ¿Ha sido Shikaku o el otro hombre?.

Que no sienta tu miedo. Que no vea que estás tan agotada como ella. Moeru tiene tantas ganas como su rival de huir, de dejar de luchar, de ir a curarse las heridas. Pero Moeru es una ninja de la Hoja, y el deber va antes que la vida.

Se acabó. No tienes ganas de seguir luchando, te lo leo en los ojos. Y yo tengo que ocuparme de mi compañero herido. Dime qué hacéis aquí y te dejaré vivir. Es una sola oportunidad, lo tomas o lo dejas. Estás herida, y sabes que soy mejor que tú. No voy a volver a equivocarme, y si tengo que matarte lo haré sin dudar, eso tenlo por seguro. Dime por qué estáis aquí y por qué habéis masacrado a toda esta gente, y podrás irte. Guarda silencio ahora, y haré que nunca más puedas romperlo.

La voz de Moeru es fría y decidida, y encoge el cuerpo como si se dispusiese a saltar en cualquier momento. Se está tirando un farol de los gordos. No está para nada segura de que realmente pueda matarla en combate- está débil por el dolor y la hemorragia, y casi en shock por la violencia que la rodea y por verse obligada a luchar por su vida, pero la pequeña gorrión se niega a rendirse, a sentirse satisfecha sin haber conseguido, al menos, algo que de sentido a este acto horrible, a la lucha desesperada de Yuu y la suya propia y a las heridas de Satsujin, que yace al borde de la muerte en el claro.

Vamos, ninja del sonido. No tengo todo el día.

 La chica ninja observa a Moeru, al menos, un mínimo de cinco silenciosos minutos queda la chica observando a Moeru, un hilo de humo se levanta desde algun lugar por encima de los tejados y ella finalmente proclama unas palabras que parece haber meditado, la mentira, no es algo que en este mundo, en el mundo ninja, sea algo suficientemente consistente como para ser comprendido, asimilado, siendo totalmente diferente el engaño de la mentira, es la diferencia entre el ninja que puede respetarse a sí mismo, y la alimaña que no merece vivir. Sin mentira en sus ojos ella confiesa, a Moeru, a su digna adversaria, seguramente, porque ya no perderán nada.

Hemos venido a esta aldea: Shimitsudo No Mura, para conseguir uno de los doce Pergaminos Sagrados, uno de los pergaminos que asegura el contrato con uno de los Doce Grandes Espíritus, pero poco o nada podeis ya hacer, puesto que Lin a estas horas estará ya demasiado lejos.

Moeru queda unos momentos pensativa, apenas un solo pestañeo, y la chica ninja echa a correr calle abajo, hasta llegar al arco donde Yuu contempla al ninja del sonido, pasando junto a Yuu, como un rayo, se aleja por el mismo camino de tierra que sale del pueblo, el ninja que peleaba contra Yuu le dirije una mirada, y saltando desde el arco se lanza en pos de su compañera. Ambos desaparecen por el camino levantando una fina estela de polvo que tras elevarse unos palmos del suelo vuelve a depositarse tranquilamente.

De casas, por puertas y ventanas, entre muebles destrozados arrojados a la calle comienzan a aparecer caras curiosas, hombres y mujeres, campesinos y buena gente que al verse marchar a los que atacaron la aldea se asoman curiosos con el fin de ayudar a los ninjas de Konoha.

Moeru observa a la ninja marchar mientras medita sobre sus palabras. No hace amago de perseguirla. Sabe que le ha dicho la verdad, lo ha visto en sus ojos. Había honor en ellos, la había visto medirla, y al final había habido una chispa de algo... de reconocimiento. Sabe que cuando habló con ella habló de igual a igual, considerándola una ninja al mismo nivel que ella misma, y respondió con la honestidad que se debe a un intercambia entre iguales. Es cierto que hay seres viles que no parpadean siquiera al mentir por igual a dioses y hombres, pero normalmente esa gente es reconocible. Tienen un brillo apagado en los ojos, una expresión en el rostro, una forma de moverse y un aura oscura y untuosa en torno a ellos, al aura de un hombre que se respeta a si mismo tan poco como a los demás. Esta chica no era así. Ella se respetaba a si misma, había determinación y orgullo en sus ojos, como en los suyos. Moeru ha demostrado, o eso parece, más determincación que ella, pero eso no es excusa para poner su integridad en duda. Nunca es un hombre más sincero, nunca son sus emociones más patentes y se muestran sus verdaderos colores con más claridad que cuando lucha por su vida, y la kunoichi ha luchado con encono, con astucia y también con rabia y temeridad incluso.

Es una ninja, como ella. Tiene honor y orugullo, sabe que no le ha mentido, y ahora es Moeru quien debe honrar la palabra dada.  Debe dejarla ir. Sabe que no podrá volver a respetarse a si misma si no lo hace, se estará rebajando a ser como esa gente sin honor de la que solo cabe desconfiar, y entonces, por mucho que haya salvado la vida, que la haya herido cruelmente, que haya averiguado sus intenciones, la muchacha habrá ganado. Habrá manchado su honra, y la honra es algo que cuesta una vida conseguir si nunca se ha perdido, y más aún si se perdió alguna vez, en cuyo caso normalmente sólo se lava con la muerte.

Pero esto no acaba aquí.

Moeru regresa a la carrera a donde Satsujin y Yuu se encuentran. Ojalá Nara-sensei esté allí, porque ahora más que nunca necesita de su astucia para saber lo que debe hacer. Localizándole con la vista, se dirige hacia él y empieza a hablar en frases cortas y secas*:

He conseguido que mi rival confiese el motivo de la matanza y sus razones para estar aquí. Otra kunoichi que venía con ellos y que marchó al principio de la pelea ha huído con uno de los doce pergaminos sagrados, un pergamino de contrato con uno de los grandes espíritus. Tenemos que saber a donde se dirigen, esta puede ser la última pista que tengamos de ellos. Tarde o temprano se reunirán con la ladrona, y debemos saber donde, tiene que haber alguien en Konoha que pueda rastrearlos... los sabuesos de los Inuzuka, o quizás los insectos de los Aburame, pero tenemos que darles un rastro...- sin pensar, Moeru le entrega el kunai con el que apuñaló a la muchacha, y se arranca un buen trozo de tela ensangrentada de su gi. Iré tras ellos. El kunai tiene restos de la sangre de mi rival, y la tela de la mía. Soy lo bastante rápida como para reducir la ventaja que me llevan si marcho ya. Puedo intentar seguirles a distancia sin que me vean, no se si seré capaz, sobre todo si se reunen con su jefe... Moeru siente un exalofrío al recordar al extraño asesino de pelo blanco. Pero... no podemos quedarnos de brazos cruzados, perderemos el rastro si no los cogemos ahora.

Moeru se da la vuelta y se agacha, enfocando los ojos en la dirección en la que se retiran los ninjas del sonido, dispuesta a salir como una flecha en su persecución...

Satsujin se levanta a duras penas, con montones de trapos apretando los enormes agujeros dejados por su oponente, siguiendo la estela de humo que se levantaba por encima del pueblo, llegais a uno de los lindes del pueblo, donde comienza la arboleda del bosque, parece que mucho papel explosivo ha sido usado, y un par de árboles arden despacio en una llama que parece a punto de extinguirse.

Muestras de una violencia titánica se ven aquí y allá con casas destrozadas como si un rayo hubiera caído sobre ellas. Y al pie de un árbol, reposando como solia descansar, se encuentra Shika-Sensei, astillas de hueso sobresalen de cada milímetro de su cuerpo ensangrentado, rodeado por una auténtica laguna de sangre cuando ve a Moeru mueve los labios para decir algo antes de cerrar los ojos y quedarse completamente inmóvil.

Un hombre se acerca a Satsujin ayudándole a mantenerse en pie

~ ¿T-te encuentras bien muchacho? Ven te curaremos esas heridas

Moeru vacila un momento. ¿Qué pretendía decirle? ¿Era realmente sensato lo que iba a hacer?

No, probablemente no. Pero si se iban ahora podían dar el pregamino por perdido.

¿Está bien abandonarles aquí?

Ella es la más rápida. Satsujin y Shika-sensei necesitan un médico, debería ir a Konoha a todo lo que den de sí sus piernas, y sin embargo...

Si los pierdo ahora habremos perdido el pergamino. Es peligroso, esto me viene grande, todavía no soy una ninja entrenada. Pero...

Si nuestros enemigos consiguen a una de las grandes bestias... ¿qué podría ocurrir? ¿Qué podrían echar contra nosotros? ¿Cuántos morirían? ¿Yuu? ¿Satsujin? ¿Mis padres? ¿No debería al menos intentarlo?

Moeru observa a los aldeanos. Empiezan a salir de sus casas, empiezan a ayudar con los heridos. Toma una decisión. ¿Esta yendo a la muerte? Quizás. Pero hoy ya se ha jugado la vida una vez, todos lo han hecho. Incluso su sensei ha pagado un alto precio por salvarles del peligro. Quien no está dispuesto a arriesgar la vida por salvar muchas otras no merece ser considerado un ninja.

Yuu, ayuda a Satsujin y Shikaku-sensei, y después vuelve a Konoha lo más rápido que puedas. Que envíen rastreadores a por mi rastro, ese pedazo de mi ropa debería bastar. Voy a intentar no perderles. Yuu... Moeru se queda pensando. Puede que lo que va a decir sean las últimas palabras que cambie con su compañera. No... con su amiga.

...suerte. Cuida de Satsujin. Y ten cuidado, por favor.

Moeru se lanza a una carrera endiablada tras el rastro de los ninjas del sonido...

Al ver que Moeru se marcha para perseguir a los ninjas no puedo evitar ponerme en pie, mis heridas han dejado de sangrar en su mayoría, aunque es muy probable que muera si la persigo.

"Al menos le ensñaré una lección a Shikaku", con ese pensamiento sonrío y miro a Yuu, que se encuentra confundida a mi lado, en mis ojos aún hay lágrimas, aunque vuelven a ser pozos profundos.

-Intentaré alcanzarla, deseame suerte

Después de esas palabras parto tras mi veloz compañera, sintiendo como a cada paso y salto que doy ene su persecución hace que mis heridas se abran, el dolor me lacera, como si las cuchillas del canoso aún me cortasen, pero no pienso rendirme.

-¡¡¡Moeru!!!, ¡¡¡Vuelve, maldita sea, de nada servirá perseguirles si te matan, so imbécil- mi vista se nubla, quizás he perdido demasiada sangre, pero no cejo en mi empeño y avanzo tras ella, notando como la sangre caliente vuelve a recorrer mi cuerpo, dejando un rastro carmesí que marca mi avance.

Yuu seguía mirando con frialdad al ninja del sonido cuando su compañera salió corriendo del pueblo a gran velocidad y tras ella su adversario. Resopló mas aliviada tras la dura batalla aunque podía verse satisfechas con su combate y su forma de luchar, había luchado con un ninja mayor que ella manteniendolo a raya y sin sufrir apenas daños... pero no era momento para alardear de su victoria, su compañero estaba herido igual que muchos de los aldeanos y debía darse prisa si quería salvarlos a todos.

Corrió hasta la posición de Satsujin y rápido pudo comprobar que necesitaría una atención medica superior a la que ella le podía dar. Sus heridas eran profundas, aunque no tenía ningún punto vital dañado, perdía muchísima sangre. Tengo que cortarte esa hemorragia rauda sacó unas vendas y unas gasas con las que taponó la herida y la vendó, era algo temporal hasta que el equipo médico pudiese atenderle mejor. Mientras atendía a su compañero maldecía en su interior no saber lo suficiente como para curarlo.

En ese momento llegó Moeru y les informó de lo que pudo averiguar, mas que sus palabras Yuu se fijó en las heridas de la joven la cual demostraba haber tenido una dura batalla contra su rival. En cuanto terminó con Satsu se dedicó a las heridas de Moeru mientras le contestaba con un tono suave. Por una parte creo que deberíamos informar a Konoha, no olvidemos que somos genins y por lo que cuentas esta podría ser una misión de rango A... termina de vendarle y la mira a los ojos. No intentes detenerles, limítate a seguirlos a una distancia prudente hasta su guarida y espera los refuerzos.

A Yuu le hubiese gustado acompañarla, pero su compañero necesitaba ayuda urgente y mucha gente del pueblo también, no podía irse sin haberse asegurado de que todos estaban bien. apretó con fuerza el kunay que Moeru le había dado junto a la tela y una gota recorrió su mejilla mientras observaba como su amiga se alejaba.

Cita:

Pero que dices, no estas en condiciones. Yuu sabía que no estaba en estado de comenzar una persecución, pero le aliviaba saber que Moeru no iba a estar sola ya que Satsujin la protegería, por un momento se le pasó por la cabeza ser egoísta e ir con sus compañeros dejando a los aldeanos a su suerte, pero no solo iba a dejar a esa pobre gente herida, si no que más allá se encontraba su maestro en estado inconsciente. No permitas que le pase nada a Moeru. Antes de que hubiese terminado la frase el chico ya corría dejando un rastro de sangre a cada paso que daba. Suerte Satsujin

Corrió hacia su sensei lo más rápido que pudo para prestarle ayuda, mientras intentaba reanimarlo le contaba la situación actual. Sikaku-sensei, despierte! no podemos quedarnos aquí plantados mucho tiempo, Moeru y Satsujin persiguen al enemigo que a robado uno de los doce pergaminos sagrados, tenemos que volver a Konoha y pedir refuerzos! continuó la laboriosa labor de quitar todas y cada una de las astillas que tenía clavada en su cuerpo y curarle las heridas. Sus manos comenzaban a teñirse de rojo de la sangre de los miembros de su equipo, sus ojos estaban temblorosos y apretaba la mandíbula intentando controlar la rabia que tenía en su interior por no poder acompañarlos.

Moeru sale disparada, totalmente fuera del camino, corriendo en zigzag entre los árboles, no están a la vista pero les sientes delante y... un indiscreto crujido de ramas y gritos y maldiciones hacen denotar que Satsujin va por detrás tuyo. Tras unos cien metros, el que no se hayan parado ni cambien su rumbo indica que no has sido detectada.

Moeru mueve la cabeza de un lado a otro, deseando de todo corazón que no llevaran herramientas para colocar trampas, y que no se hayan dado cuenta de tu persecución, pues si ponían una trampa podía suponer la muerte, y lo sabías, y lo asumías. ¿Porqué? Son pocos los ninja del clan Ikusa y menos aún su reputación como tales, pero si de algo podían enorgullecerse es de aún considerarse una familia ninja, porque siempre habían servido a Konoha, porque jamás habian faltado al código de honor, nobleza, honor y deber ¿Sinónimos? No, jamás, demasiada diferencia semántica, sin embargo eran complementarios, simbiónticos, necesarios entre ellos, necesitados entre ellos.

Finalmente tras un árbol ves que se detienen en medio del camino, resoplando, el pecho de Moeru también se agita aunque por un esfuerzo evidentemente menor, apenas la mitad de la velocidad que usa para ir a la panadería por la mañana temprano, ellos sostienen sus manos sobre las rodillas aguardando... ¡¡ al Canoso !! La chica se adelanta, sonrojada, casi rozando con sus mejillas el hombro de Kimimaro

Kimimaro-Sama, no hemos podido con ellos, pero Ling debe estar ya a medio camino de la Fortaleza Sombría del Clan del Sonido, pronto le alcanzaremos, aún le oigo brincar

Kimimaro asiente y ojea en tu dirección el ceño fruncido, pero por ahora no parece advertirte, justo detrás tuyo sientes fuerte, palpitante, nerviosa, con el chakra revuelto,  A SATSUJIN, su chakra podría oirse a kilómetros, esperas un poco, temblorosa por la poderosísima presencia de Kimimaro, sobrecogida al ver que apenas unos rasguños sin importancia cubren su piel y algunas quemaduras desjarratan su ropa. Finalmente comienzan un nuevo camino, rumbo Sur-Suroeste a través del bosque.

Justo en el momento llega Satsujin, casi tropezando con la bien oculta Moeru-San, ¿Aún les seguireis más? ¿Es momento de volver? ¿Es prudentes seguirles? ¿Es Kimimaro-sama la auténtica encarnación de la muerte? ¿Qué buscais? ¿Que resultado esperais obtener? ¿Qué hareis ahora?

Son unos inconscientes, imprudentes, no es lógico, y lo sabes, habeis vencido ¿Suerte? Quien sabe

Apenas has conseguido malvendar sus heridas pues su apresurada y temeraria persecución te ha impedido hacer todo lo que hubieras querido, las heridas de Satsujin realmente necesitan reposo, ni siquiera podrías asegurar que pueda realizar la carrera que ha comenzado, ¿Que él cuidará de Moeru? Más bien, ¿Podrá Moeru traerle de vuelta?

Arrodillada junto a Shikaku, lavando sus heridas y sacando las astillas consigues que apenas abra los ojos, aunque en un estado completamente obnuvilado, apenas es capaz de articular unas palabras del todo inaudibles, está muy débil, por un momento, en un arranque de vitalidad, consigue ponerse más recto aún sentado contra el muro, pero el dolor puede con él. Aún dedicas un rato más a sus heridas y por fin consigue hablar.

Ese... ese Kimimaro, no podemos atraparle, no podemos enviar una escuadra tras él, esto requerirá el consenso del consejo con Hokage-sama, ese pergamino, no podemos recuperarlo nosotros, os apresurasteis demasiado al atacarles, aún suerte que conseguí salvar la vida de Satsujin Athó athó - Unos esputos sanguinolentos salpican el suelo frente a él.

Deberíais haber sopesado la situación y al enemigo, no podiais contra él... ahora vuestra prioridad es ayudar al pueblo, por más pronto que avisemos a Konoha les hemos perdido, estoy bien, gracias Yuu, eres tan amable como tu madre

De repente su cara vuelve a la normalidad y se comienza a ruborizar - Emmm etooo queria decir... uff si que sois problemáticas

Ve a ayudar al resto, asegura que el pueblo esté bien. Por cierto ¿Donde están Moeru y Satsu?

Cuando ve que empiezan a alejarse, Moeru sale del camino y rápidamente se cruza con Satsujin, que llega por detrás como un elefante en una tienda de procelana. Sus ojos verdes centellean de rabia cuando le pone la mano en el pecho para detenerle.

¿Qué crees que estás haciendo, maldito imbécil? ¿Cómo se te ocurre siquiera intentar seguir en silencio a alguien con esas heridas? He sentido tu chakra a kilómetros, me parece imposible del todo que ellos no lo hayan hecho también. Ahora tienen que saber por la fuerza que vamos tras ellos, si los jóvenes no, por lo menos el canoso. ¡No deberías ni intentar moverte, maldita sea! Si pretendías morir a pesar de lo que hemos luchado por salvarte, podrías haberte limitado a gritarle al canoso que viniese y te rematase, hubiese sido más rápido.

Moeru está tan furiosa que tiembla, o quizás en realidad está temblando de miedo o por los efectos de la adrenalina. Bien mirado, ella también está herida, es probable que su chakra esté revuelto también. Sus rivales quizás no lo hayan notado, pere ese otro hombre... ha visto como a dejado a Nara-sensei, y el apenas sí tiene un par de rasguños. Si les intentan seguir ahora, es casi imposible que no se de cuenta, ese tipo es un auténtico monstruo. Moeru mira hacia el camino, desesperada. Está tan cerca. TAN cerca. Están yendo hacia una fortaleza oculta, y el ninja que lleva el pergamino robado está cerca ya. Si logran seguirles, si logra seguirles, pueden ir a parar directamente a su objetivo...

y entonces, ¿qué?. ¿Peleará contra los cuatro y el canoso?. ¿Se meterá en la fortaleza?. Mira a Satsujin, que con tanta confianza atacó, las heridas sangrantes que recorren casi cada centímetro de su cuerpo. ¿No debería eso recordarle su propia arrogancia? Apenas es una gennin recién salida de la Academia, ¿qué le hace pensar que la especie de monstruo con piel humana que corre delante de ella no la va a notar tras sus pasos? ¿Que la hace pensar que puede esquivar a las patrullas de una fortaleza ninja? Si ni los jounin de Konoha saben donde está ese lugar es por algo, ¿qué tiene ella que no tenga ellos?.

Estaba tan cerca... si fuese mejor ninja... si fuese mayor. Y encima le echo la bronca a Satsujin como si el tuviese la culpa. La frustración es tal que le dan ganas de llorar.

¡KUSO!*. Moeru dio un puñetazo tremendo al árbol que tenía más cerca. Hubo un sonido hueco, como de una tubería vacía chacando con algo, y la joven retiró la mano y se la apretó contra el pecho con un gemido ahogado. Miró al árbol con furia, como si le fuera a dar otra vez, y finalmente bajó la cabeza, con una expresión de derrota en el rostro.

Lo siento, Satsujin. Lo siento de veras. Yo... no debería haber dicho eso. He estado a punto de ir corriendo directa a la muerte, tú arriesgas tu vida para intentar pararme y yo encima te echo la bronca. Menuda compañera, menuda ninja estoy hecha. Debería volver a la academia de cabeza. Lo siento, de verdad que lo siento. Perdóname.

Se le nota en la voz, lenta y cansada, que lo dice en serio. Finalmente, se acerca a su compañero mientras se saca algunas vendas y ungüentos del cinturón.

Siéntate contra algo. Intentaré al menos restañarte esto para que no pierdas demasiada sangre hasta que estemos de vuelta con Yuu y los supervivientes de la aldea. Tenemos que dar aviso a Konoha. En cuanto te haya dejado con ellos saldré corriendo a pedir refuerzos. Decían que el otro ninja no está lejos, con algo de suerte, quizás podamos rastrearles con la sangre de mi rival o siguiendo la dirección en la que han ido. Quizás otros Ikusa más rápidos que yo puedan todavía darles alcance. Sea como sea, nosotros ya no podemos hacer nada más.

La voz de la "gorrión" es amarga al decir esas palabras, que le saben como hiel. Cuánto me queda por aprender todavía, piensa. Acaba de vendar de nuevo a Satsujin y lanza varios shurikens contra los árobles de la zona, marcando el punto en que están y memorizando la dirección en la que han salido los demás. Al menos algo donde empezar.

Vamos. Cuanto antes lleguemos a la aldea, antes podré ir a pedir refuerzos.

Moeru sale hacia la aldea, todo lo deprisa que puede sin forzar demasiado a su compañero moribundo.

Yuu trata de darse prisa en el tratamiento de su maestro, pero las heridas que tiene son bastante graves. Según iba hablando Shikaku la joven ninja asentía con la cabeza ya que las palabras de su sensei eran lógicas y sensatas.

Así que ese chico de pelo blanco a conseguido escapar, los otros ninjas también huyeron. La lucha fue dura pero logramos la victoria. Creo que se equivoca sensei. sospesamos muy bien la situación, si no hubiésemos intervenido ahora mismo no habría nadie en este poblado y eso era algo que no podíamos permitir.

La joven se encontraba entre una decisión muy difícil. Por un lado tenían que avisar a Konoha lo antes posible aunque Shikaku no pensara ese, tenía que curar y garantizar el bienestar de los aldeanos y lo más importante para ella. Tenía que ayudar a sus compañeros. Que debo hacer...

Lo que voy a decirle ahora no va a ser de su agrado. Moeru fue tras esos ninjas al enterarse de lo del royo sagrado y aunque intente impedírselo Satsujin también la acompañó. Yo me e quedado para curarle a usted y a los aldeanos. Yuu le extiende el Kunai y el trozo de tela. La tela es de Moeru y el Kunay del enemigo del sonido. Ella me a pedido que se los demos a los rastreadores de Konoha para que logren llegar hasta ella y hasta el enemigo. Si tiene un método para comunicarse con Konoha es el momento de usarlo, no esta en condiciones para ir a pie.

Yuu echa un rápido vistazo para analizar la situación y cuantos heridos había. Usted, reúna a todos los heridos en una de las casas que no este derrumbada, lleve agua limpia, grasas y todo el equipo médico del que disponga. Ayuda a su maestro a levantarse apoyándose en ella y comenzó a caminar hasta la casa. Que debo hacer maestro? e obrado mal quedándome y dejando irse a mis compañeros solos?, debo ir corriendo a Konoha a pedir ayuda... o tengo que quedarme aquí ocupándome de los heridos y dejando a mi grupo a su suerte? Los ojos de Yuu mostraban preocupación y se hayaba un tanto perdida.

Cita:

Tras tanta carrera Moeru me suelta eso, y no puedo evitar responder con rabia mientras saco un kunai y lo clavo en el árbol, a su lado

-Remátame tu, si tan valiente eres para correr en pos de la muerte quizás seas capaz de rematar a un moribundo que ha corrido tras de ti para evitar que hicieras una tontería/B]

Mi voz tiene un tono mordaz y seco, los ojos se llenan de odio y desprecio, toda mi postura es una invitación a que coja el kunai y me apuñale, aunque secretamente tengo pensado usar el Batsuchi a su primer movimiento.

"Y yo pensé en sacrificar mi vida para salvar a esta gente, ¡JA!, menudo idiota", veo como golpea el puño y se queja con una sonrisa despectiva en la cara, cuando ella dice de pronto

Cita:

Dudo, me quedo mirándola y dudo durante unos segundos que me parecen eternos

Me apoyo contra el tronco del árbol y la miro tras suspirar, sin odio en los ojos y con un tono de voz más amable, tratándose de mi

-No te preocupes, volvamos lo más pronto posible, intentaré seguir tu ritmo y así me redimiré por la carrera-

Sonrío mientras ella comienza a vendar mis heridas. Soporto el dolor con gesto estoico y orgulloso en la cara, que no deja ver nunca el dolor que provoca el más ligero roce de las vendas en mis heridas "Supongo que solo la adrenalina me había mantenido bien ahora, la vuelta será un auténtico infierno"

Cita:

Suspiro y me pongo en pie, comenzando el camino tras ella.

Jadeo y gruño con frecuencia, casi tanta frecuencia como con la que maldigo en voz baja mientras mis heridas vuelven a abrirse, llenando los vendajes de sangre fresca.

La aldea de Shimitsudo se alza dolorida, quejidos y llantos se escuchan por todos lados, niños que lloran a la puerta de sus casas, hombres que aporrean el suelo junto al cadaver de una mujer que empapa de sangre un bien alineado jardín zen, y pronto entre el horror se alza la esperanza cuando los heridos comienzan a ser tratados por sus amigos, vecinos y familiares, cuando las vidas humanas que pendían de un hilo vuelven a estar bien atadas a este mundo. Shikaku sonríe a Yuu respondiendole con dulzura paternal - No eres una ninja, SOIS un grupo Ninja, la temeridad de uno es la perdición de otros, habeis obrado mal las tres -

Se levanta trabajosamente - La decisión de una afecta a todo el grupo, porque sois entre los tres una única célula, y toda acción debe ser consensuada y acordada ¿Atacar? ¿Huir? ¿Perseguir? No debeis tomaros tanta prisa, menos aún actuar en caliente - Shikaku es capaz de esbozar una mueca de alegría disimulada al ver llegar a Moeru y Satsu a la aldea. -Recordad mantener siempre fría la cabeza y caliente el corazón ay ay ay duele, poco podemos hacer nosotros por la aldea, volvamos a Konoha a pedir ayuda.

Estais nerviosos, estais agitados, y quereis apresuraros, pero Shikaku se encuentra abatido y no desea dejar a nadie del equipo atrás por dar tan horrible noticia que ya poca premura precisa, al llegar a la aldea y toparos con los primeros ninjas pronto se corre la voz del ataque a Shimitsudo no-mura, al llegar a la casa del hokage Shikaku pasa al interior dejandoos a un lado en el pasillo. Casi una hora permanece en su interior hasta salir, con mejor cara a lo que se queda junto a la puerta invitandoos a pasar al despacho del Hokage, en fila india, uno tras otro, entrais nerviosos, lo vivido, lo intentado, lo que queriais proclamar a los cuatro vientos, aquí vuestra oportunidad. Shikaku cierra la puerta tras él y en el despacho quedais a solas vosotros tres, de pie, frente a la gran mesa cubierta de pergaminos tras la que aguarda el Hokage

Resoplando humo y vaciando su pipa a un lado de la mesa el viejo carraspea, cruzando sus manos adelanta su cabeza para observaros a todos, ante vuestro silencio se abre de manos en un gracioso gesto interrogante y descansando los hombros termina siendo él quien rompa el silencio

 - ¿Y bien? Vaya si ha debido ser un día duro para vosotras, vuestro primer dia y ya habeis debido entrar en combate, aunque no conozco los detalles de este es de agradecer que los tres esteis aquí para contarme

¿Hay algo que querais decirme?

La capacidad de informar con todo detalle y a la vez sintetizar los datos resulta una calidad bien valorada entre los ninjas, así que, os escucho atentamente a los tres a lo que tengais que decirme

Moeru mira nerviosamente a sus compañeros. No le hace ninguna gracia tener que hablar con el Hokage. Aunque visto desde fuera Sarutobi pueda tener un aspecto ligeramente cómico, y le llamen "El Rey Mono" a sus espaldas, sobre todo ese cabeza de chorlito de Naruto, de cerca su presencia parece crecer y extenderse a toda la habitación. La chica está casi tan asustada como cuando tenía a Kimimaro delante a apenas unos metros entre los árboles. Aunque sus palabras son bondadosas y su expresión amable, los ojos del patriarca son de acero, e incluso los sentidos en desarrollo de la joven gorrión captan la enormidad de su aura, el aura de un kage, uno de los parangones ninja.

Pero al fin y al cabo, ella es la que ha ido más lejos, así que supone que a ella le corresponde hablar. Tragando con dificultad, empieza a hablar con la voz lo más controlada que puede, aunque los nervios de la espera y los de verse ante el Hokage le están jugando una mala pasada, y la voz le sale un poco más aguda de lo que espera.

Nos dirigimos a Himutsudo-No-Mura en cumplimiento de la misión asignada por vos mismo a nuestro grupo, la de recoger y entregar la basura de la aldea. Encontramos la villa arrasada, y a muchos de sus habitantes muertos, aunque en el momento la devastación era tal que pensamos que nadie había sobrevivido. Antes de que pudiesemos decidir nada acerca de qué hacer,  un extraño hombre canoso, que luchaba usando sus propios huesos*, salió de entre las casas. El hombre dijo que iba a matarnos, y en ese momento cuatro ninjas del sonido aparecieron junto a él.

Moeru inspira hondo y prosigue. Sabe que en ese preciso momento deberían haber huído, pero... lo que está hecho está hecho. Habrá que intentar paliar la verdad todo lo que sea posible, aunque... ¿realmente puede mentir a un kage sin que se le note?.

Conscientes de que estabamos rodeados, intentamos romper el cerco, tomándoles por sorpresa. Intentamos atacar al jefe y, con la distracción, coger a la más joven de rehén para intentar forzarles a aceptar el permitirnos una retirada a los tres. No salió según lo esperado. Satsujin fue herido de mucha gravedad, y la otra ninja logró atraparme en un Genjutsu y escapar. Su líder ordeno a uno de los cuatro, un tal Lin, que partiese y cumpliese su misión, mientras a Yuu y a mi no nos quedó más remedio que pelear para ptogerenos a nosotras mismas y a nuestro compañero. En ese momento llegó Shikaku-sensei y se enfrentó en persona al líder rival. No me hago ilusiones, se que no hubiesemos sobrevivido si no fuese por él.

Sea como sea, ninguna de nosotras logró derrotar a su rival, aunque finalmente parecieron perder el deseo de luchar y se retiraron. Logré presionar a mi rival amenazando con matarla, y prometiendo dejarla ir si respondía a qué obedecía esa matanza. Su respuesta fue que habían ido a robar uno de los doce pergaminos sagrados que aseguraban el contrato con una de las grandes bestias, y que Lin ya lo tenía en su poder y se alejaba con él. Yo... se que esto puede parecer extraño, mi Hokage, pero creo firmemente que decía la verdad. Había... había honor en sus ojos. No falso honor o mentiras, honor auténtico.

Los ninjas se retiraron. Mientras Yuu atendía a los heridos, yo salí en su persecución por el bosque, con la idea de seguirles hasta donde fuesen para poder llevar a nuestros hombres allí. Satsujin me siguió para impedirme que hiciese una locura. Poco después, la llegada de su lider y la de mi compañero me hicieron darme cuenta de que el riesgo era demasiado alto. Yo... Moeru traga audiblemente, antes de ponerse en cuclillas y apoyar las palmas contra el suelo. La culpa de semejante temeridad fue sólo mía, Hokage. Mía fue la decisión, y arrastré con ella a mi compañero herido. Si ha de castigar a alguien por ello, castígueme a mi. Asumo plena responsabilidad.

La villa comenzaba a prestarse ayuda unos a otros volviendo a restaurar la paz y la tranquilidad entre los aldeanos. Las palabras de Shikaku-sama tranquilizaron a la joven ninja quien se veía agotada tras su dura batalla contra el ninja del sonido y asentía con la cabeza los consejos de su maestro sin discusión.

Al ver a la pequeña Moeru y a Stsujin regresar, Yuu sonrió felizmente y ese peso que tenía en su interior se desvaneció como una brisa de verano, corrió hacia ellos y no pudo evitar abrazar a ambos. Me alegra ver que estáis bien.

El camino de vuelta se hizo lento y pesado, las heridas del grupo pesaban demasiado como para llevar una marcha ligera, pero al fin llegaron a Konoha y pudieron descansar un poco antes de recibir la atención del Hokage. Llegado el momento se presentaron en su despacho todo el equipo para reportar el informe de la misión.

Yuu no se sentía impresionada por la figura del viejo Hokage, estaba acostumbrada a reunirse con altos cargos de los Hyugga y sabía como comportarse en esa situación pero la pequeña Moeru se armó de valor y comenzó a hablar. Moeru...

Inmediatamente al terminar su compañera prosiguió ella. Como dijo Shikaku-sensei, somos un grupo, si hay un castigo lo asumiremos los tres por igual sin excepciones, pero ahora eso es lo de menos. La villa de Himutsudo-No-Mura a sufrido grandes daños y muchos de sus aldeanos necesitan la ayuda de un equipo médico al igual que mi compañero Satsujin y Shikaku-sama. Lo único que pude hacer por ellos era cortar la hemorragia y vendarle las heridas.

Sabemos que los del sonido van tras los 12 pergaminos sagrados, no sabemos cuantos han recaudado, pero deberían reforzar las defensas las villas que posean dichos royos.

Por mi parte no tengo nada mas que añadir a lo dicho por mi compañera, solo pedirle disculpas por no haber llevado a cabo nuestra primera misión. Yuu hace una pequeña reverencia y vuelve a su posición inicial.

Los aldeanos de Shimitsudo comienzan a reaccionar y a tratar de ayudarse unos a otros mientras nosotros comenzamos la marcha de vuelta a la villa.

Consigo llegar casi de milagro, pues las heridas duelen aún a pesar de los tratamientos de emergencia, y justo cuando creo que nada más puede salir mal nos envían a una audiencia con el Hokage.

"Menudo asco de día" pienso mientras entramos en el despacho de Sarutobi. Cuando la puerta se cierra tras nosotros no puedo evitar sentirme atrapado, allí se encontraba el Kage, el mejor ninja de Konoha, aquél que me había "salvado" de mi clan.

Permanezco en silencio mientras mis compañeras hablan, mirando al anciano, pendiente de cualquier reacción hasta que Moeru se deja caer al suelo en cuclillas

-Levanta, de nada sirve que te tortures ahora, imbécil

Digo agachándome a su lado y obligándola a levantarse a pesar de mis heridas

-Hokage…cuando me recupere me gustaría poder perseguir a ese ninja del sonido, el canoso… sus ojos son como los míos y sus técnicas se parecen a las de los Izanami

"Seguramnte no me de permiso, pero no pierdo nada por intentarlo"

-A parte de esa petición no tengo nada que añadir al informe de mis compañeras, aunque me gustaría hablar con usted a solas tras este informe, tengo preguntas que hacerle.

El hokage se levanta con las manos en la espalda, moviendo los labios como si aún llevara entre ellos su pipa, asomando su cara al sol de mediodía que se levanta sobre Konoha meditando vuestras palabras, repitiendolas en un susurro de reflexión

Cuatro ninjas.... del canoso ya he oido suficiente, Kaguya Kimimaro, durante las guerras en las que los clanes de lineas succesorias fueron aniquilados, el clan Kaguya sucumbió, cambiando muy cara su existencia, era de esperar que, como casi todos los clanes, quedara algun hilo suelto.

Un tal Lin.... y una ninja que dominaba el genjutsu.... lamento hayas tenido que enfrentarte a algo así Moeru

Avanzando hacia el grupo, agachandose con la joven la levanta sin fuerza y con cariño a la joven, intercambiando su llanto de rabia por una sonrisa en su arrugado pero afable rostro

Me alegro de veras que estés bien, pero sí, fué una completa temeridad, tus posibilidades de seguir a unos tipos como ellos y volver vivas eran demasiado pocas, como ninja que eres, de ahora en adelante, calibra bien tus posibilidades de éxito, y no arriesgues tu vida si no es absoluta y completamente necesario.

No tengo ningún castigo para vosotros, habeis hecho acopio de valor para con vuestra villa más allá del cumplimiento del deber, sois un ejemplo para toda la villa.... pero procurad no volver a meteros en un lío semejante

Shikaku se encuentra mejor aunque el reporte de vuestro primer día no sea ahora la mayor de las prioridades os prometo verlo en cuanto saque unas horas esta primera semana sin falta

El viejo se frota unas manos nudosas y arrugadas, escuchando con seriedad las palabras de Yuu

Tu madre dirije ahora personalmente un grupo de ayuda en el pueblo, llevan material médico de sobras, por hoy tendreis el día libre, dejemos que se encarguen de los heridos y las emergencias que ahora puedan solventar

Pero mañana, terminareis vuestra misión recogiendo toda la basura y escombros del pueblo, ni que decir tiene que recibireis una paga extra por la ampliación de vuestra misión, consideradlo un terminio de vuestra primera misión y un segundo trabajo añadido

Sentandose de nuevo en su escritorio suspira, observandoos y preparando el tabaco de nuevo en su pipa... fuma demasiado

Me veo obligado cuanto menos a hablaros de los doce rollos sagrados

Se tratan de doce pergaminos de contrato, el contrato que permite conectarse y pedir ayuda de un tipo de creatura

Cada "Clan" de creaturas recoje el contrato con sus aliados en un pergamino sagrado, y los llamados "Los Doce", unen a los demandantes con las doce criaturas más poderosas y ancianas que hayan existido en nuestro mundo. En Shimitsudo no-mura un guardaban el Pergamino del Conejo, aquí en Konoha aún guardamos dos más, resultando el paradero del resto de pergaminos del todo un misterio

Pero puede suponerse que el resto de aldeas ninja también poseen pergaminos sagrados, ahora sabemos que, como mínimo, ese grupo posee uno de los pergaminos.....que..... bueno, investigaremos acerca de ello, os agradezco la información.

Tomaos el día libre y mañana reuníos a primera hora con Shikaku en la puerta del hospital, si lo deseais, podeis esperar a Satsujin aquí fuera mismo, Satsujin, yo también quería hablar a solas contigo, si nos disculpais....

Yuu escuchó las palabras del Hokage con atención y se sintió muy aliviada al saber que su madre en persona llevaba la misión de recuperación de Shimitsudo no-mura. Si mama está allí todo irá bien, me alegro.

Sarutobi continuó contándoles la historia de los 12 royos sagrados. Así que son contratos con un poderoso animal... ahora entiendo porque esos ninjas del sonido llegaron tan lejos, pero podría ser peligroso que lograran conseguir más. Yuu no quiso inmiscuirse más en lo que ella tenía claro que era una misión de mayor rango, por tanto sería asignada a ninjas más cualificados y no a simples genins como el equipo 1, pero no podía parar de pensar en como los del sonido habían descubierto la ubicación de uno de los royos y por consiguiente si esos mismos ninjas sabrían que habían dos mas y atacarían Konoha.

Había sido un día muy largo y no quería pensar mas en ello y Sarutobi parecía querer hablar en privado con Satsujin así que no se demoró en marcharse. Muchas gracias Hokage-sama.

Si me disculpais yo tengo que irme, podemos vernos luego para ir a visitar a Shikaku-sensei, supongo estará en el hospital. Salió del despacho y se dirigió rápidamente a casa de su abuelo aprovechando que su madre estaba fuera, estaba deseando contarle lo sucedido y agradecerle el haberle enseñado a defenderse.

Tardó bastante en llegar, ya que en toda la zona de los Hyuggas se encontraba a alguien que la paraba y felicitaba por su misión, parece que las noticias corren rápido en Konoha. Al ver a su abuelo lo abrazó con fuerza y luego este le sugirió un baño caliente mientras preparaba algo de comer. Yuu estaba hambrienta y algo sucia tras la dura batalla así que aceptó con mucho gusto. Tras el baño se sentó con su abuelo y mantuvieron una larga conversación sobre lo sucedido en ese día y sobre los 12 royos sagrados.

Tres horas más tarde se despidió de su abuelo y se dirigió a buscar a Moeru y Satsujin para ir a visitar al sensei al hospital. Espero que se encuentre mejor...