Partida Rol por web

Higetora enarcó una ceja sardónico, ladeando ligeramente su Jingasa para que el gesto fuera más evidente.- Vengo de un yermo baldío donde hasta a los kami les cuesta prosperar, Suzume-san. Vuestra generosa hospitalidad será más que suficiente para acomodarnos.

Junichiro no pudo evitar lanzar una sonrisa irónica ante el comentario del Kuni, que quedó oculta por su pañuelo facial. Al menos a algunos de nosotros -pensó. El había tenido que dormir al raso más de una vez, pero lo más probable es que su afeminado sensei no pusiera nada más que pegas a la hospitalidad de los Gorrión, siempre ocultas por esa cortesía hipócrita de la que tanto hacían gala los cortesanos. Le habían enseñado que los insultos de un Grulla tenían que ser como azotar con un látigo de seda; hirientes, pero tan corteses y educados, que el ofendido no pudiese responder nada más que con una sonrisa y una inclinación de cabeza.

En verdad Iuchi podía apreciar la hospitalidad de los gorrión. Tal vez el fuerte no fuese como la muralla del carpintero, pero cada necesidad es una oportunidad de mejorar, se decía a si mismo. Respondía con una sonrisa sincera las palabras del guardia y se sentía honrado al ser nombrado juez. Luego mia hacia atrás para ver como esta la pequeña heimin...

Hitoro asintio ante las palabras de su Sensei y luego observo al Guardia Gorrion - Bienvenida la hospitalidad que nos brindan Suzume-san- Hizo una reverencia de agradecimiento esperando el momento para comenzar a moverse hacia el castillo, una sensacion extraña surgio en la mente del Escorpion quien retiro parte de sus cabellos para dejar ambos ojos al descubierto.

Los guardias les guian por el camino mas directo, bordeando la aldea para ir en derechura a la otra colina. Desde la senda pueden ver a los heimin y algunos bushi debajo, ocupados en sus quehaceres cotidianos con gran calma... El ambiente es relajado. El terreno es firme, rocoso. Se respira un aire de sequedad, a diferencia de la pesada humedad del resto del viaje.

La ascensión por el camino principal es poco mejor, pero pueden ver de cerca los lados de la colina que domina Kyuden Suzume. Se puede apreciar que intentar subir por alli, directamente es peligroso. Todo esta lleno de rocas, arbustos, planos y rebordes, que lo vuelven todo una dura escalada. Es evidente, hasta para el menos conocedor, que ningun ejercito podria cargar directamente contra la pequeña fortaleza, si no es por el camino que lleva directamente a sus puertas... 

Las mismas les esperan abiertas. Dan a un patio central bastante grande, de fina arena rastrillada, similar a la de un templo. Un sendero de rocas labradas los lleva hasta la misma casa. Esta es, tal como pareciera desde la distacia, solo una gran mansion, similar a muchas que tienen los nobles de cualquier ciudad, aunque los muros son de piedras blanqueadas en vez de madera y papel, los cuales solo se ven en puertas y ventanas. 

Al final del sendero aguarda un hombre, ante el cual los guardias y los sensei se arrodillan.

Es un hombre fornido, de unos cuarentas, tez oscura y expresion endurecida les observa llegar desde la puerta principal a donde lleva el caminito. Esta sentado junto a un juego de te, que bebe despacio. Dos mujeres de ropas amarronadas elegantes aguardan detras, con pergaminos y pinceles. 

Deja su taza cuando llegan, mirandoles. Habla con voz suave, algo sorprendente en su curtido rostro. Tiene una cadencia musical, como un narrador, dejando arrastrarse las palabras...

-Konnichiwa, honorables invitados... Dichosa la hermosa tarde en que sus caminos los han traido a nuestra humilde morada. Que la paz y la bendicion de Amaterasu, asi como la sabiduria de Shinsei, guien y protejan vuestros caminos, desde aqui y para siempre, hasta que sus almas se unan en la gloria de sus ancestros... Soy Suzume Kashira, Daimyo del Clan del Gorrion, y les doy la bienvenida...

El Grulla se encuentra arrodillado sobre las piedras, frente al daimyo, con una ligera sonrrisa de felicidad en los labios. Sin falsedad evidente, devuelve el saludo.

-La luz del Imperio ilumine tambien vuestra senda, Suzume-sama. Habiendonos honrrado con una invitacion, nos era imposible rechazarla, y asi mismo nos llena de dicha el poder estar al fin en vuestra presencia. De por seguro que daremos lo mejor de nosotros para servirle bien en la tarea por la cual se nos ha convocado, mientras disfrutamos de la generosa hospitalidad que nos brinda. 

El escorpion tambien esta arrodillado, aunque un poco mas que el Grulla, de una forma mas reverente. Sin embargo, cuando levanta la cabeza, lo hace con orgullo.

-Sin duda, hago eco a las sabias y correctas palabras de mi amigo Chomei, tanto en sus mejores deseos para con vos y vuestro clan, como en el honor que se nos dispensa al brindarnos la posibilidad de servirle, Suzume-sama. Y me complace añadir, que traemos una ofrenda de color y calidad a vuestro torneo, en la forma de estos jovenes samurai de diversas procedencias que nos acompañan. Dos de ellos, discipulos tanto de Doji-san como mios, y el resto confiables amigos y colaboradores que el viaje, o tal vez las mismas Fortunas, han unido a nosotros...

Diciendo esto, les da pie a que se presenten.

Hiroto pronto se coloco junto a su maestro arrodillandose ante quien les daba la bienvenida; escucho atentamente las palabras de su Sensei. El joven Cortesano levanto la la vista y luego su cabeza hasta obtener una vision adecuada para ver al Daimyo - Gracias por recibirnos Honorable Daimyo, mi nombre es Bayushi Hiroto alumno de Togo-Sama, Miembro de las cortes del Clan Escorpion, sus palabras son bien recibidas al igual que sus bendiciones -

Tras la presentación de los cortesanos veteranos, y ante la presencia del Daymio Suzume, Higetora también se genuflexiona. Puede que sea daimyo de un clan menor e insignificante a los ojos del Cangrejo, pero cualquiera que consiguiese prosperar en el entorno de los Gorrión se tiene ganado el respeto de los hijos de Hida. - Es un honor y un privilegio haber sido invitados a gozar de su inmaculada hospitalidad, Suzume-sama. Mi nombre es Higetora, del linaje de los Kuni, siervo de los Kami y el Emperador.

Junichiro se arrodilla e inclina la cabeza casi hasta tocar el suelo con la frente

- Que las Fortunas bendigan vuestra familia y vuestro clan, Suzume-sama. Vuestra hospitalidad y vuestras amables palabras son bien recibidas. Soyy Daidoji Junichiro, guerrero del Clan Grulla, y yojimbo y discípulo del honorable Chomei-sama. Es todo un honor que nos hayáis brindado la oportunidad de acudir a este gran evento, que sin duda será esplendoroso gracias a vuestro patronazgo. 

Iuchi se arrodilla respetuosamente recordando las cortesías enseñadas por su maestro.

Suzume-sama, el nombre de este servidor es Iuchi Shiko, del clan del unicornio. Fiel al emperador y a mi maestro. Recibimos la hospitalidad del clan del gorrión y veo que hace honor a su sino, sus maneras son tan armoniosas y bienvenidas como el canto del amanecer. Me siento honrado de estar en su presencia.

Las presentaciones se suceden. A nadie sorprende que la de Daidoji sea escueta aunque correcta, pero si que Hiroto-san sea muy poco expresivo, y mas aun, que un Kuni sea el mas elocuente. Iuchi tambien lo hace muy bien. Las mujeres detras toman nota de los nombres y clanes...

Kashira asiente satisfecho. El daimyo infla el pecho tomando aire y suelta despacio, amablemente. 

-Jovenes samurai, es un honor que vuestra presencia pueda contarse en nuestra humilde reunion. Espero que, al igual que los nobles cortesanos que les guian, disfruten estos dias con nosotros. Por favor, dejad vuestras pertenencias aqui. Los sirvientes las dispondran en habitaciones del ala Este que les seran brindadas. 

Una de las mujeres, terminando de escribir, corre el panel de la puerta. 

-Mientras el tiempo transita hacia la hora de cenar, les invito a pasar al salon, donde podran conocer al resto de los invitados que han llegado. Se han dispuesto bebidas y refrigerios con los cuales aliviar la fatiga del duro viaje que soportaron a traves de nuestras agrestes tierras... Cualquier otra cosa que necesiteis, no duden en pedirla a los sirvientes.

-Demasiado nos consiente, Kashira-sama, pero tiene nuestra más profunda gratitud por este recibimiento. +responde el Bayushi, inclinandos nuevamente antes de incorporarse. Deja su equipo en el suelo, quedandose solo con el wakizashi.

-En efecto, la bienvenida es muy acogedora, y promete serlo aun mas. Poco podemos pedir. Sin embargo, si me lo permite, Kashira-sama, quisiera tomar un baño antes de presentarme con los demas invitados...

No traiciona en sus gestos nada, pero es evidente para los que le conozcan que le desagrada profundamente el barro que mancha su hermoso kimono. 

-Desde luego, Doji-kun... +Hace una ligera seña y una de las mujeres se incorpora.+ Izu le llevara a los baños y dispondra que sus ropas sean lavadas. Usted y Togo-kun se alojaran en el ala Oeste, con mi familia y los otros jueces. Es lo menos que puedo hacer por ustedes...

-Domo arigato, Kashira-sama.+responde simplemente, haciendo una reverencia. De inmediato se apresta a seguir a la mujer, pero antes dirige una mirada severa a Daidoji. No dice nada, pero sus duros ojos se ven como una advertencia. 

Finalmente se va, dejandolos a ustedes con Bayushi-sama como unico sensei. 

La idea del baño antes de presentarse ante los demás habitantes de la casa se le hace una excelente idea, pero él y sus compañeros debían funcionar como unidad, para agradar a Kashira-sama.

- Suzume-sama, os agradezco vuestras atenciones; creo que yo también tomaré antes un baño, si no es mucha molestia