Partida Rol por web

A medida de que se acerca, se da cuenta de la escena y rápidamente se pega a la pared, y se queda escuchando, apenas había podido ver a las mujeres que desnudas tomaban un baño, ¿qué estaba pasando?, la joven tomó un poco de aire, ni se asomaría, si eran visitas, y ella entraba, la matarían por insolente. Suzue lleva su mano a su pecho, estaba asustada, rogaba que no se pusieran a pelear. y tener que ir por ayuda para detenerlas.

Se acercó a paso lento observando la situación de aquel sirviente, una sonrisa se fue formando en el rosto mientras termino apagándola al llegar a unos metros de Chomei. Tras unos segundos finalizo por colocarse a un lado en silencio que desintegro con un – Chomei-sama – Agacho la cabeza en reverencia hacia el Sensei – Quisiera compartir palabra con vuestra persona si es tan amable –

Volvió a incorporarse ahora mirándole.

-¿Tienes algun problema con nosotras, urenokori? +pregunta groseramente la mujer desnuda a Tomoe-san.

El rojo de sus mejillas llorosas se empalidece ante el insulto, y las manos de la joven Kakita se cierran ásperamente, pero logra mantener la compostura. Con tono muy bajo, pero claramente audible en el silencio del baño, responde cortante.

-Deberías medir más tus palabras, chikusho. Que tu lengua agrade a Mirumoto-san no tiene nada que ver con que puedas usarla para hablarme a mí.

-Eres tu quien debe cuidarla, ojo-sama. +replica rápidamente la otra, tensa+ No se te vayan a subir a la cabeza tus “grandes méritos” y creas que puedes pasarnos por encima.

-Ojamamushi... ¿Eres la más digna para decirlo? +es la respuesta de Tomoe, con una sonrisa absolutamente falsa y hostil+ Tu mayor logro en este torneo, es meterte al futon de esa niña.

La tensión no deja de aumentar, hasta ser casi palpable … y en cualquier momento puede estallar. Es evidente que las dos estan al borde del punto donde las palabras se acaban. Pero la primera que pierda los estribos sera tambien la que lo pierda todo...

Vuelve la vista apenas sobre su hombro, mientras despide al sirviente con un gesto imperceptible de los dedos. El pobre heimin se apresura a desaparecer, dejándolos a solas.

-¿Qué sucede, Hiroto-kun? +replica en tono cortante+ Espero que no vengas a abogar por Daidoji o Kakita-chan. No estoy del mejor humor para continuar con ese tema.

Todo en él es clara señal de un enfado apenas contenido, aunque muy entendible. ¿Acaso los Grulla no se molestan en esconder lo que sienten? O bien quizás es por otra cuestión, que no ve el punto en disimularlo ahora. Quien sabe… En todo caso, lo mejor es encarar esto con cuidado. 

Definitivamente  no puede intervenir, no es nadie para meterse en esos asuntos, ahora sólo quedaba intentar buscar ayuda, si se ponían peor las cosas, pero era mejor aguardar, quizás no pasaría de un intercambio de palabras, aunque algo de lo que se dijo le hizo eco, imagino que aquellas dos mujeres estaban intimando, la chica cerró sus ojos, y siguió escondida, aguardando si se ponía más peligroso el asunto, y ponían en peligro sus vidas, honor y la mermada tranquilidad del torneo con más hechos de sangre.

Suzue suspiró, odiaba tener que estar ahi, cuidando a una mujer que era mayor que ella y que deberían mostrar más compostura, y no ser unas niñitas minadas, en eso le encontraba la razón a aquella mujer, niñita mimada. 

-¿Envidia acaso? +responde la mujer de la tina ácidamente+ Vuestra compañía no es desagradable, aunque puede estar fuera de los gustos de la elite…

Tomoe acepta esas palabras y pasa la vista lentamente entre su interlocutora y la más pequeña mujer.

-Bien dicho. La elite. Haríais bien en recordarlo todos los días, puesto que nunca seréis más que una perra del camino. Una frase que se os aplica en más de un sentido, por lo que parece.

Ahora si es el acabose. La mujer desnuda se enciende, y con gran agilidad sale de la tina.  Es hermosa, pero también puede percibirse que sus piernas y brazos están bien torneados, atléticos.

Nada extraño tiene que su puño se mueva velozmente para estrellarse en el pecho de Tomoe, lanzando a la joven Grulla para atrás con un quejido. Esta alza las manos débilmente en un intento de defenderse…  pero no parece que vaya a tener mucha suerte.

-No vengo a presentar palabra alguna, Daidoji ha decidido enfrentarse al castigo como bien lo dijo antes- explico su motivo a medias – Pero vine a usted con otro interés el cual creció en mí, me gustaría viajar con el clan Grulla hacia sus tierras – Le miro casi fijo a Chomei.

- Creo que puedo aprender más y ser mejor en mi materia –

Presento aquellas palabras con verdadera esperanza que el resultado de la respuesta fuera positivo – Si su respuesta es no, lamento interrumpirle en sus quehaceres, pero si la respuesta resulta afirmativa, que debería cumplir? -

Chomei sopeso el pedido cerrando su abanico y tocándose la mejilla con el mismo.

-Necesitarías los permisos de viaje, como es usual. Puedo encargarme de ellos. No obstante, también haría falta algo más que la simple excusa de querer aprender, Hiroto-kun. Varias de las más importantes cortes y ciudades Grulla están vedadas a los ajenos al clan. Ni siquiera los viajeros con papeles en regla son aceptados cerca de las mismas.

Alza una ceja.

-Y otra cosa... ¿Está de acuerdo Togo-dono con esto? 

- Ya he pedido la autorización correspondiente a Togo-Sensei, si se hubiera negado no estaría aquí presente Chomei-Sama – Hizo una reverencia para mostrar el agradecimiento – No solo gustaría de aprender de las cortes, si no conocer el arte de la espada de los Kakita, la vaga noción del tema me hace querer saber más. – Explico – Tanto para proteger como para protegerme – No mentía en absoluto tras su desempeño en la taberna tratando de proteger a sus compañeros y así también resultando herido en el proceso.

Fue la primera vez que una sonrisa de genuina diversión apareció en los rasgos de Chomei en largo tiempo, y rápidamente la oculto tras el abanico, pero todavía se adivinaba en las mejillas.

-Un deseo… poco usual. Los sensei de los dojos Bayushi se sentirán algo decepcionados de no contarte entre sus alumnos, sin duda, pero mucho más… interesante, seria ver que dice Toshimoko-sama a un pedido de esa clase.

Cerró los ojos. Eso podía ser algo inmensamente bueno, bien jugado.

-De acuerdo, Hiroto-kun. Tendré los papeles listos. Te aviso que deseo partir en la mañana, así que deberás estar igual de preparado y no excederte en las celebraciones de esta noche. Nada más detestable que viajar junto a alguien con resaca. ¿Está claro?

La joven abrió mucho sus ojos, iba a ponerse a pelear, así que debía pensar rápido, aun no consideraba que el entrar en la discusión fuese lo mejor, así que miró a  su alrededor que podía lanzar por el pasillo para distraerlas, a modo de dar un poco de tiempo y de ahí salir corriendo en busca de ayuda. 

Suzue encuentra en cuenco, y lo hace rodar por el suelo, y sale corriendo hacia el exterior de los baños, en busca de ayuda.

Suzue abandona el baño a la carrera, encontrandose nuevamente con Daidoji-sama, quien espera afuera con aire tenso, frustrado por su impotencia en la situacion...

La joven se ve nerviosa y agitada. Ni rastro de Tomoe. ¿Que habra sucedido?

- ¿Que ha sucedido? -preguntó el grulla- Parece que las cosas están bastante tensas ahí dentro

Suzue casi choca con su amo, de hecho, su cuerpo  estuvo apunto de tocar el de él, la chica se paró, mirando hacia dentro.

- Kakita -sama... ella... está discutiendo con dos mujeres más... creo que llegaran a los golpes si no han llegado ya, intenté distraerlas pero no me vieron... temo que termine mal, mi señor - mira de nuevo hacia el baño - volveré a entrar, si están golpeándose, entraré... espero que no me pase nada - mira al hombre, y vuelve a entrar, más decidida que antes...

Justo en el momento que Suzue entra, puede observar como la mujer desnuda alza una pierna por encima de la cabeza de Tomoe, quien intenta cubrirse con los brazos la cara y los pechos…

La patada baja rápida y firme. Se escucha un sonoro y oseo “TAK!”.. Seguidamente la joven grulla se desmorona, primero sobre sus rodillas, y finalmente de lado, cayendo desmayada (o muerta) en el suelo del baño…

Una sonrisa feroz y sanguinaria empieza a dibujarse en el rostro de su rival victoriosa… No parece que haya terminado. Mientras, la otra muchacha, la pequeña, solloza en tono bajo en la bañera, sumergida y semioculta por el vapor...

Mi señor, rompió el silencio la joven, al principio de este evento usted nos había confiado una tarea...

Miró de lado a lado asegurándose que los sirvientes no prestaran oídos a la conversación, prosiguiendo en voz baja:

He querido cumplir con esa misión, sin embargo, siento que ha sido inútil en términos que beneficien a nuestro clan, Yugoki-san, eh, sama...ahora está en una situación complicada y me gustaría tener autorización de su parte para ayudarle a recuperar su posición y pues cumplir con lo trazado inicialmente.

pensó un poco sus palabras, Si es que, claro, aún esa tarea es importante o si no hay algo más que deba hacer, como lo dije antes no tendría problema en quedarme aquí o en viajar.

no dijo, más ya sentía la mirada inquisitiva del Bayushi, esperaba el reclamo o mas bien algun comentario desaprobando su proceder pero bueno, tenía que intentarlo, no era mucho lo que pudiera perder a fin de cuentas. 

Sucedía justamente lo que pensó,  y aquel golpe hace que la joven se estremezca, soltando un gritito de miedo, y al ver que seguramente había sido escuchada, decidió salir de su escondite y correr hacia donde estaba el cuerpo de la joven Kakita, inconsciente, ¿y si había acabado con ella?. Suzue, no iba a pelear, no tendría oportunidad, así que era mejor actuar inteligentemente, Suzue llegó a arrodillarse delante del cuerpo de la joven herida, y levantó sus brazos,  tomándose las palmas en una posición de súplica.

- mi señora... mi señora... por favor... no siga, se lo ruego... no siga - suplica clemencia, esperando un golpe que la deje en peores condiciones que Kakita, pero no podía quedarse sin hacer nada.

Guarda silencio unos instantes, con la mirada vacía, antes de responder en tono académico

-Setsuko… Recuerda bien, que de los 7 preceptos del bushido, la Lealtad es el primordial a nuestro clan. Lealtad al Escorpión. Lealtad a la Familia. Lealtad al Imperio. En ese orden.

Estira el abanico y acaricia tu mentón, alzándote el rostro y la mirada para obligarte a fijarla en la suya.

-¿Siguen tus prioridades siendo esas? ¿No hay nada mas?+inquiere, para enseguida aclarar+ No creas, ni por un instante, que tus movimientos me han pasado inadvertidos, pequeña. En base a lo que respondas tomare mi decisión.

La lección de Bayushi fue mentir con los ojos, además de con los labios. Ahora es aplicarla o decir la verdad… y de una manera u otra, sobrellevar lo que Togo-sama decida.

Te mira con ojos encendidos, pero la súplica por Tomoe-sama parece funcionar. Sus labios se fruncen con desdén, antes de curvarse en una sonrisa divertida.

-Una sirvienta rogando para salvarla. Hermoso.

Se separa unos pasos, tomando del estante su kimono purpura. Luego va al agua, donde saca a la más pequeña, acurrucándola, guiándola a que vista también sus prendas. Mientras se va vistiendo, continua hablando, con la mirada fija en ti.

-Dile cuando despierte, que solo gracias a ti sigue viva. La próxima vez tendrá que ser más astuta y tener un pico no solo para hablar...

Junichiro intentó detener a Suzue, pero la joven ya se había metido en los baños antes de que pudiera hacer nada. Miró a su alrededor, en busca de un guardia.