Partida Rol por web

L5A - Hagakure

Acto 2.1: El regalo del Kasuga

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19/01/2021, 06:43
Kitsuki Rin

En esta oportunidad, Rin apareció a la vista de los presentes con un kimono de verde esmeralda, el cabello bien recogido y el mon en dorado del clan dragón, con paso delicado y elegante se aproximó al lugar que le correspondia frente al atrio.

Sonrisa de Amateratsu descansaba sobre su cintura, mientras las mangas acampanadas cubrian sus manos blancas y delicadas, estaba finamente pintada y deliniada para la ocacion, dejando de lado la arrogancia que la caracterizaba, pero un dragón por más hermoso que se vea no deja de ser un dragón, y morderá incluso a su propia gente si esta no demostraba estar a la altura.

Admiraba las presentaciones taimadas de los demás, pero su cara de poker se torció un poco al escuchar a Kakita Iwao, le parecía escuchar la arrogancia de un hombre en toda plenitud, más cuándo el hombre terminó, fue su turno de hablar.

Presentándose ante vuestras eminencias, soy Kitsuki Rin, hija de Miya Shisue, hermana del emperador Hantei XXXVI, y Kitsuki Nobue, hijo de Kitsuki Nobutada, quoen cayó en la batalla del muro de fuego

Se inclinó respetuosamente ante los presentes, sin hacer distinciones entre ninguno, ya que eso podría hablar mal de su primo, y eso debía evitar a toda costa, por eso mantendria los aires despectivoa al mínimo.

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20/01/2021, 23:07
Hibiki

El ronin que estaba junto al trío de samurais, ahora sin su gorro, muestra una melena recogida en un moño con un tono ligeramente rojizo1, quizás algún tipo de tinte. De rasgos sencillos y mirada alegre, su rostro parecía a ratos el de alguien que se divertía por una broma que sólo él conocía o el de alguien que sonreía para calmar los posibles ánimos entre Clanes con rencillas. Sus ropajes eran sencillos pero resistentes, con colores terrosos y planos, que ciertamente pasarían desapercibidos entre la espesura de los bosques. Sus manos estaban protegidas a excepción de los dedos por vendajes gruesos, seguramente para evitar estropearse las mismas labrando o en menesteres similares. Portaba al cinto cual wakizashi pero en el lado contrario una shakuhachi2 de color arena, que parecía tallada en una madera de tipo noble, brillante pese a ser visiblemente antigua por su diseño. El joven realizó las inclinaciones protocolarias según dictaba el estatus percibido, aunque todos sintieron el mismo respeto gentil en sus palabras y movimientos:

- Honorables, me congratula reconocer en estos nombres de antepasados y presentes, tantas hazañas de honor, y me comprometo a instruirme y honrar a aquellos que no reconozco. Mi nombre es Hibiki, y soy un humilde ronin nacido en el camino se podría decir. Mi destino me lleva de feudo en feudo, con la misión de alegrar los corazones de aquellos que aprecian la buena música y una mejor historia. Señores me han honrado con su hospitalidad, y campesinos han cuidado de mi en horas de necesidad por igual. Nada tengo, salvo lo que cargo, y nada puedo ofrecer salvo lealtad por la justicia, amistad hacia el que me considera amigo, y un buen contrincario de Go y Shogi3 contra quien desee probarse a sí mismo. - Hizo una pausa de dos segundos. Sin duda el ronin había estudiado teatro o era un buen narrador.- Perdonad mi asombro y admiración, al poder contemplar a una bella Dama4 con mis propios ojos gracias a un giro del destino. Sin desmerecer al resto de honorables señorías, claro está. Me dirigía al Norte, y como es tradición para mí, traigo un presente para Kasuga Abusame-Sama, disfruto de su compañía y sabiduría brevemente, y parto de nuevo a seguir mi camino.

Notas de juego

1. El pelo rojizo natural es una característica bastante rara en Rokugan, propia de leyendas, sean sobre extranjeros, habitantes primigenios de Rokugan, o Shen (Criaturas sobrenaturales) No es impensable que haya quienes usen ese color como tinte para la teatralidad, la intimidación o las modas de la Corte de turno, pero a la vez es poco habitual ver a alguien con semejantes colores.

2. Flauta larga japonesa usada para tocar música y para un tipo particular de meditación Zen basada en el sonido.

3. Shogi y Go son juegos de estrategia bastante populares entre samuráis cultos, especialmente entre aspirantes al mando de ejércitos.

4. Dama/Princesa es como ya mencioné en otras escenas, el honorífico debido a Rin por su linaje.

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20/01/2021, 23:59
Daidoji Yoshiharu

Daidoji Yoshiharu había esperado a que la Dama Rin se presentase como mandaba el protocolo, mientras su mirada, como la de un halcón, escudriñaba el interior del espíritu de los presentes. La disciplina a la que había dedicado su vida, se basaba en la observación como método de ganar de las batallas. Un movimiento de tropas inadvertido captado por el explorador, una debilidad a explotar entre las filas enemigas, o una futura promesa entre los oficiales del ejército, suponían la información que determinaba las victorias para su Clan. No se deshonraban con técnicas prohibidas, pero sabían ver lo que otros pasaban por alto. El gesto de su cara igualó al de Hibiki, antes de presentarse a si mismo:

- Mi nombre es Daidoji Yoshiharu, de la casa de Daidoji Renzo y Doji Yumie, ambos sirviendo a su Imperio y a su Clan respectivamente en la Corte Imperial y en el consejo del Daimyo Doji. Soy un humilde explorador, que sirve con su honor y su sangre a la Grulla y al Imperio en cuanto se me ha requerido hasta ahora. Mi mayor logro para el Clan ha sido el hermanamiento con el Cangrejo através de mi amistad con la familia de los Hiruma, con quienes compartimos entrenamientos anualmente para honrar el sacrificio que hicieron por todos los Clanes al luchar hasta perderlo todo contra las hordas de Jigoku. - Hace una pausa, y sonríe genuinamente al recordar algo, por un segundo.- Sin embargo, mi mayor logro militar ha sido conquistar el corazón de Mirumoto Asuka, hija del General Mirumoto Kenji, con mi humilde poesía, siendo derrotado por la belleza de su destreza con las armas. Y la razón de mi paso por esta zona, como han dejado entrever mis compañeros y mis palabras, es el llegar hasta Shiro Miya en menos de un mes para mi casamiento con mi prometida.

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21/01/2021, 01:36
Hiruma Saito

El Cangrejo se mantuvo en un tercer plano mientras observaba a las personalidades presentes. No esperaba la ausencia del Tortuga, pero pronto entendió la razón de su tardanza. Sin darle mas bombo a la casualidad, se centró en los cuatro que les acompañaban mientras los analizaba minuciosamente tras de su máscara de Oni, mostrando una actitud relajada y entrecruzando sus brazos delante de su taza de té humeante.

Las presentaciones se cruzaron como las palabras en el viento y tras las intervenciones de Daidoji Yoshiharu y Kitsuki Rin, decidió tomar la palabra para presentarse. Aunque conocía perfectamente cómo debía hacerlo, en realidad no era algo que se le diera bien en demasía, puesto que su condición de Monje guerrero colmaba habitualmente sus palabras. 

Ofreció una reverencia a Daidoji Yoshiharu antes de dejar que palabra alguna saliera de su boca, buscando su permiso. –“Mi nombre es Hiruma Saito, fiel siervo del Hijo del Sol y la Luna. Tengo el honor de formar parte del séquito que acompaña a Daidoji Yoshiharu-sama hasta Shiro Miya, representando al Clan del Cangrejo y ofreciendo mis humildes conocimientos sobre las Fortunas y sus voluntades, dada mi condición de Sohei. Es un placer conocerles”.

Fue escueto y sin apenas detalles, la gloria no era algo que le interesase, tenía muchas cosas dando vueltas en su mente en ese momento, sin embargo buscó las palabras que le habían enseñado para tratar de pasar tan desapercibido como pudiera.

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21/01/2021, 01:38
Hiruma Saito
Sólo para el director
- Tiradas (4)

Notas de juego

Utilizo mi técnica con los cuatro para ver si están manchados.

Además trato de discernir si el León es el mismo que el de mi visión. Ahí no sé qué tirar :)

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21/01/2021, 13:29
Director

Saito se centró en obtener impresiones lo más precisas posibles de aquellos que acababan de conocer. Comenzó por el joven Gorrión, del que apenas percibía nada relevante, más allá de la impresión de ser un hombre de libros más que de acción, y el hecho de que su aura tenía un cierto brillo, como la de la Dama Rin, quizás el joven también tuviese sangre de algún linaje sagrado, o los Kami le hubiesen concedido una bendición al nacer bajo los augurios correctos.

El ronin parecía un caso más interesante, difícil de leer. Tenía también el regusto a un aura que delataba energía mística, como cuando uno está cerca de un potencial shugenja, un aura como la suya propia. Mientras lo observaba, el ronin lo miró a los ojos, sus ojos de color ambar verdosos como si escrudiñase del mismo modo al tsukai-sagasu. No, era un aura más poderosa, de un modo que no podía entender. No parecía una amenaza, y sin embargo, parecía rodeado por un augurio de un sino cargado de tragedias. La intuición sobrenatural de Saito le llevó a cambiar sutilmente hacia la Grulla, como una forma de protección, lo que le sorprendió.

La Grulla era una persona acostumbrada a la intemperie, como Daidoji Yoshiharu, y la hoja sagrada que le había visto portando, la identificaba como un portento de su Clan. Su aura, aunque fuerte para un mortal, no era algo constante, sino más bien pulsante. Además, percibía junto a ella la presencia efímera de otro espíritu que había sido humano, quizás recibiese la atención, deseada o no, de un ancestro.

Contempló al León con especial interés, habida cuenta de su visión en el templo. Si bien ambos eran bushi, éste no exudaba la experiencia, maldad, y poder que el otro había grabado a fuego en el alma de Saito. Este joven, cuyo nombre no conocía aún, parecía un guerrero experto pese a su edad, su musculatura y sus facciones le delataban. Su aura, cargaba la fuerza de otro samurai, al igual que pasaba con la Grulla, un ancestro lo rondaba. Pero a diferencia de la joven, cuyo destino parecía entre la bruma como la mayoría, al del joven León parecían cortejarlo varias fuerzas extrañas. Veía algo más, si, una doncella que danza con los espíritus susurra palabras que Saito no puede oir al oido del joven, que también es ajeno a ello, y el monje percibe un amor que tendrá un precio de sangre. Al otro lado, hay otra joven que Saito siente familiar a la vez que extraña, una comandante poderosa, un espíritu resarcido, y sangre pagada con sangre de una daga que sostiene en su mano izquierda, cuyas gotas se convierten en humo al tocar el tatami. Hay otra fuerza, más antigua que ambas, más oscura, como si lo que una vez fuese noble acero se hubiese teñido de una película de espesa oscuridad hecha material. Percibió ambición, odio, dolor, locura, percibió temor. Como una araña que extendiese sus patas, la fuerza antigua sin rasgos definidos más allá de ser humanoide, parecía abarcar a amba doncellas y al joven guerrero, como un mal que pende esperando su momento. Y entonces unos ojos rojos se abrieron en esa fuerza, unos ojos que no miraban por un instante al samurai, sino al monje-guerrero, y Saito sintió dolor, como si su espíritu hubiese sentido el mero roce de ese mal. Y todo se volvió oscuro por unos instantes.

Abrió los ojos, oyendo las palabras de otra de las presentaciones, postrado como en un saludo reverencial, y dándose cuenta de la situación, recuperó la compostura rápidamente. Sin embargo, varias miradas confirmaban que habían visto al monje durante lo que iba a ser un vistazo y ha acabado siendo una visión... ¿Porqué los Kami le ofrecían visiones a un monje-guerrero? A fin de cuentas, no era un Shugenja, solo la mínima expresión de uno, ¿Acaso había un papel para él en todos esos destinos, una manera de guiarlos a buen fin? Tendría que estudiarlo con detenimiento. Pero Saito comprendió en ese instante que cada vez que usaba sus conocimientos mísiticos corría el riesgo de perderse en otra visión.

 

Notas de juego

Hombre, dudo que te vayas a poner a examinarlos como es debido, con el colgante de jade, y observando fijamente durante un rato a cada individuo. Te puedo dar detalles de observación de cada uno, quizás algún tipo de impresión espiritual, pero la técnica como tal requiere un ritual específico.

Para discernir si el León podría ser o no el de la visión, sí me vale esta tirada. Por cierto, la Escorpión es de vuestro séquito, es una Grulla la que está frente a vosotros.

Espero que te haya gustado la visión, la he ajustado en base a los resultados aproximados de los dados.

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21/01/2021, 14:30
Shosuro Aiko

Tras la presentación de Saito vino la presentación de Shosuro Aiko:

- Me complace encontrarme entre tan buena compañía, mi nombre es Shosuro Aiko, exploradora del Escorpión, sirviendo al Magistrado Esmeralda Daidoji Taiki y al Imperio en lo que mis habilidades me permiten. Provengo de un linaje de vasallos del Daimyo Shosuro encargados de custodiar la seguridad de los mensajeros que iban o venían entre el Kyuden Shosuro y otras fortalezas del Clan. Me honra poder escoltar a una personalidad tan admirable como Daidoji Yoshiharu-sama, y siempre he sentido curiosidad por conocer Shiro Miya. - Dijo con una sonrisa atractiva y de seguro peligrosa.

Todos hicieron un saludo como correspondía al protocolo, y entonces algunos se fijaron en que Saito se había quedado en esa posición inclinada, como paralizado unos segundos, antes de volver en sí y levantar la cabeza. El sohei parecía ser consciente de lo ocurrido.

Notas de juego

[PNJ]

Quien quiera sacar algo en claro de este suceso repentino es libre de tirar Per+Inv con oculto.

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22/01/2021, 11:20
Daidoji Taiki

La mirada del grulla se posó sobre el cangrejo y su extraño gesto no le pasó desapercibido.

- Tiradas (1)
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22/01/2021, 13:25
Kakita Iwao
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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23/01/2021, 00:36
Director

Como miembro del Clan Grulla, no era ajeno a una dolencia que era llamada "Trance de Onnotangu", o al menos se le antojaba algo bastante similar. Se decía que quienes estaban bendecidos o malditos por esta afección, podían a cambio ver el futuro en el momento más álgido de sus convulsiones. El monje guerrero no parecía sufrir convulsiones, sino entrar en un trance extraño, ¿Qué habría visto? O más importante aún, ¿Qué habría activado semejante respuesta espiritual? De seguro no sería la primera vez que el sohei experimentaba esto, pero no podía dejar de preguntarse si todo lo que estaba sucediendo formaba parte de un gran esquema trazado por los Kami... O por aquellos lo bastante arrogantes como para intentar suplantarlos.

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23/01/2021, 00:51
Director

Como miembro del Clan Grulla, no era ajeno a una dolencia que era llamada "Trance de Onnotangu", o al menos se le antojaba algo bastante similar. Se decía que quienes estaban bendecidos o malditos por esta afección, podían a cambio ver el futuro en el momento más álgido de sus convulsiones. El monje guerrero no parecía sufrir convulsiones, sino entrar en un trance extraño, como la última vez en el templo.

¿Qué habría visto en esta ocasión? O más importante aún, ¿Qué habría activado semejante respuesta espiritual? De seguro, aunque no era la primera vez que el sohei experimentaba esto, no podía dejar de preguntarse si todo lo que estaba sucediendo formaba parte de un gran esquema trazado por los Kami... O por aquellos lo bastante arrogantes como para intentar suplantarlos.

Kakita Iwao sintió un escalofrío recorrerle la espalda mientras miraba al sohei. Una sensación tal, que quizá sólo la cercanía del acero de sus ancestros podría disipar.

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23/01/2021, 00:57
Director

Notas de juego

Mañana sábado hay actualización mía de escena, si alguno quiere hacer la tirada (Salvo Saito), tiene hasta mañana sobre la hora del almuerzo, de lo contrario, seguimos al siguiente punto de la historia.

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23/01/2021, 03:39
Isawa Wataru

Wataru escuchó con más atención de la que esperaba las breves intervenciones de los presentes. Simpatizó con la actitud humilde del Gorrión, y procuró no sonreír ante la arrogancia campechana del Unicornio, sintiéndose tan fuera de su elemento como cualquiera de ellos. El resto de las intervenciones habían sido mucho más gloriosas, pero a pesar de ello habían dejado escapar algún que otro detalle que había logrado despertar su interés. Probablemente tendría ocasión de averiguar más sobre el regalo que portaba el Suzume cuando el anfitrión les honrase con su presencia, pero había otras interacciones menos evidentes que se escapaban por completo a sus limitadas habilidades diplomáticas, como la relación de Iwao con el clan del León (¿tendría acaso que ver con su visión?), las fuerzas desconocidas que regulaban el estado de ánimo de Rin, o la sorprendente reacción de Saito ante las palabras de Aiko. Sin embargo, el personaje que más le había intrigado era el ronin llamado Hibiki. Se preguntó acerca de su misión, así como sobre las propiedades de la shakuhachi que portaba y, por qué no, sobre la posibilidad de aceptar su oferta de una partida de Go. En realidad, él no era muy buen jugador, pero precisamente por eso le estaría más agradecido si quisiera compartir su tiempo y sus conocimientos con él. No le parecía que fuera el momento, pero...

- Tiradas (1)
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23/01/2021, 12:13
Kakita Iwao

El Grulla se había percatado de lo ocurrido con su compañero, pero como dictaba el protocolo decidió obviar tal suceso, la cosa estaba fluyendo bastante bien, habiendo dejado en buen lugar el nombre de su familia como dictaba la etiqueta hablando de las acciones honorables realizadas por su familia. La presencia del Matsu era sin duda algo que le escamaba y sólo esperaba que las fortunas no tuvieran a bien entrelazar sus destinos... un Matsu en su camino era más que suficiente. 

La actitud del ronin le resultaba extraña para un miembro de ese grupo, aunque bien es cierto que en su vida no había conocido a demasiados. 

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23/01/2021, 12:50
Director

Wataru había visto al sohei entrar en un trance, de seguro habría recibido otra visión. El mecanismo por el que un cazabrujos sin apenas entrenamiento espiritual, comparado con un shugenja, podía obtener esas visiones, era un misterio. Uno de los misterios que tanto atraían al erudito Fénix. No podía confirmarlo sin hablarlo con el sohei, pero su intuición decía que no era por Aiko. Otra presencia había dado pié a esa visión... ¿Quizás Hibiki, el ronin errante? Demasiadas respuestas estaban en el aire. Quizás si debería jugar esa partida de Go, a fin de cuentas creía intuir porqué era uno de los dos juegos favoritos del ronin. El Go y el Shogi han sido utilizados en Rokugan durante siglos no sólo como entretenimiento, sino como medida para concer a otros, a uno mismo, y para meditar. Ese hombre ola tenía vocación de monje, lo que unido a sus vestimentas le hizo suponer que sería un Yamabushi, un bushi que vivía en la espesura de la naturaleza la mayor parte de su vida en meditación y entrenamiento incansable.

Notas de juego

Y hasta aquí puedo leer con la tirada, sin tiempo para hacer una tirada de adivinar/teología/meditación, que ya podrás hacer una vez concluya esta reunión ^^

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23/01/2021, 13:14
Director

Una vez acabaron las presentaciones, Hibiki pidió permiso a los presentes para amenizar la espera con algo de música. Con movimientos estudiados y cierta teatralidad, comenzó a tocar la hermosa flauta de color arena, cuyos tonos evocaban sensaciones profundas en todos los presentes.

Taiki sintió por un momento que estaba en su primer año como magistrado, y al pasar su mirada por la sala no vió a Aiko, sino a su querida y perdida Rina, con su bella máscara de seda sonriendo bajo el amanecer de una mañana de invierno en Kyuden Bayushi, durante una Corte de Invierno. Había creído durante un tiempo que podría hacer las cosas a su manera, a fin de cuentas siempre lo había conseguido. Los sucesos del año siguiente, y la promesa que hizo a su amada, fueron un jarro de agua fría. El hombre que un día se convirtió en el Tessen de Acero, sintió ese recuerdo evaporarse, dejando un cálido toque en el pecho, uno que le recordó el poder del amor, y la devastación de su pérdida.

Saito se vio inmerso en la música, que lo transportó hasta las ruinas cercanas al ancestral Shiro Hiruma, donde su maestro y él acudían para la prueba que determinaría si Saito era capaz de derrotar a su primera criatura. Deseoso de probarse a sí mismo, pero nervioso por un primer encuentro en vivo con un ser de Jigoku, recordaba como tembló ante el estrépito el monstruo acercándose. Guiado por la música, vió al joven que un día sería el cazabrujos dudar de su propio poder. Una voz anciana que evidenciaba una vida de lucha le instó a mirar las ruinas que los rodeaban, las ruinas de Shiro Hiruma; los cazabrujos luchan por el recuerdo de la pérdida de la fortaleza, luchan para que ninguna otra región del Imperio sufra ese destino. El joven comprendió la lección final de su maestro, y derrotó a la criatura. Cuando abrió los ojos, descubrió que estaba aún en la cabaña de meditación con su maestro. Todo ese viaje había sido un viaje a la oscuridad de su alma, para derrotarla antes de poder derrotar la que caminaba entre los mortales. Mientras el recuerdo se evaporaba, Saito recordó porqué luchaban, y que los monstruos no siempre caminan entre los hombres, sino que viven dentro de ellos.

Wataru dejó que la música le transportase a sus recuerdos, y vió a un pequeño que observaba a un anciano leyendo tomos de aspecto extraño y pergaminos cuyos símbolos era incapaz de leer. El anciano portaba el mon de los Isawa, pero había estudiado con los Sabios Asako, y descifraba conocimientos que muchos jamás verían, mientras su nieto jugaba con un gato junto a él, incapaz de entender lo que hacía el anciano. Cuando el pequeño Wataru inquirió a su abuelo, Isawa Nobuo, sobre lo que estaba haciendo, el anciano le contestó que extraía conocimiento, mientras copiaba en un pergamino conclusiones sobre el escrito frente a él. Le explicó que el deber del Fénix era adquirir conocimiento, y usar ese conocimiento para ayudar al Imperio; que había quienes preferían tildar un conocimiento como algo extranjero o prohibido, pero que el Fénix no podía permitirse esa estrechez de miras. Todo conocimiento es tan peligroso como el alma que lo absorbe, y a la vez todo conocimiento es útil, aunque tenga un precio. El Sabio amasa todos los conocimientos que puede aprender, pagando gustoso el precio de ese conocimiento por el bien del Imperio. El joven Wataru tardó años en entender verdaderamente el significado de esas palabras, pero le bastó un segundo para decidir que sin importar su camino en la vida, honraría esa búsqueda del conocimiento. Por el bien del Imperio y la memoria de Isawa Nobuo. Cuando la música se llevó el recuerdo, Wataru recordó que todo conocimiento parte del Vacío, y eventualmente a él ha de regresar, un ciclo que nunca se rompe.

Iwao sintió la música, y en su mente evocaban una rápida sucesión de momentos de su vida. Recordó a la joven Doji Tsukime, la inocencia de su adolescencia ya pasada, y las promesas de amor. Recordó a Matsu Sota, la manera cruel de alguien capaz de cualquier cosa por cumplir su voluntad. Recordó a Kakita Ryoichi, su amado hermano, un defensor de los que no podían defenderse. Recordó cómo Sota le había arrebatado a Ryoichi y Tsukime, y a la promesa que hizo esa fría mañana. Pero había otro recuerdo que empujaba su consciencia, uno que no había recordado hasta ese momento. El viaje junto a su abuelo, Kakita Kazuo, hacia un bosque que el Iwao adulto no conseguía identificar, aunque era consciente de que el viaje duró bastantes jornadas. Era un bosque oscuro, azotado regularmente por brisas repentinas y graznidos de cuervos riendo al Crepúsculo. Una voz vino a sus recuerdos, eran palabras de Kazuo "He buscado toda mi vida el lugar donde se encuentran los secretos de la espada, y creo que finalmente lo he encontrado, ¿Sabes que significa eso, pequeña grulla testaruda?" Su abuelo siempre lo había llamado así de niño, por su obstinación. El niño que un día sería Iwao no comprendía el significado, pero el adulto que era ahora asentía, mientras el recuerdo de su abuelo contestaba "Que ya solo me queda una cosa que hacer". Al final de ese viaje fue cuando comenzó el entrenamiento de Iwao. Una vez terminado su Gempukku, desapareció como había hecho antes el abuelo de éste, habiendole cedido su espada legendaria, tomando una nueva y humilde en su lugar, y con una frase que pesaría sobre sus hombros toda la vida "El lugar donde se encuentran los secretos de la espada, nos veremos allí algún día, sé digno de ello y recuérdalo". La música se llevó todo ello, pero las palabras que le habían traido seguían ahí, sobre sus hombros.

Rin se vió transportada a su infancia, en esa cabaña donde la tenían encerrada los bandidos que por algún motivo que aún no alcanzaba a entender, se la habían llevado de su hogar. Recordaba el olor a humo e incienso, que le había dificultad respirar y le hacía llorar los ojos. Con una sonrisa recordó a la magistrada Kitsuki Masami, irrumpiendo en la cabaña entre el humo y en incienso para rescatarla, su kimono lleno de cenizas y humo mientras todo ardía a su alredor. Los bandidos, ataviados con extrañas ropas ceremoniales, yacían muertos, algunos quemados por el mismo fuego que sin duda habían iniciado ellos. Las otras niñas no se salvaron, pero Masami no le dejó ver qué había sido de ellas. Ese día se juró que sería como la valiente magistrada, y no volvería a ver sufrir a más niños a manos de bandidos o brujos. Mientras el recuerdo se desvanecía, recordó que en su interior vivía el espíritu de una niña que aspiraba a ser una gran mujer, protectora de los puros de espíritu, de los niños. La sangre de los Hantei que corría por sus venas le compelía a ello.

Los recuerdos de Muu lo llevaron a la despida con su hermano, Shinjo Nikami, cuando éste le regaló la armadura de su ancestro Temujin Khan de los Ujik Hai. Muu le prometió honrar a la armadura y a su hermano, antes de embarcarse en un largo viaje que le llevaría a ser el bushi que era ahora. Recordó su periplo junto a su Otokodate "Los Siete Jinetes del Trueno", liberando aldeas atormentadas por bandidos, durante el año que tomó su Musha Shugyo. Vinieron las imágenes de campesinos alegres de tener un grupo de samurai velando por ellos. También la de aquella figura de la Corte Imperial, sorprendida al reconocer a Muu, siendo hijo de quien era, luchando como un ronin por defender a campesinos inocentes fuera incluso de toda jurisdicción. El "Ki-Rin errante" le habían apodado. Mientras ese recuerdo se desvanecía, quedó en él la impresión de que no eran los protocolos lo que hacían grande a los samurai, sino su deseo de servir a otros y traer prosperidad.

El joven Arata se vió como un niño, jugando con unos kobune en el estanque, mientras su abuela, Miya Mai, alimentaba a las carpas del mismo estanque a la par que cuidaba del pequeño. Estaban en la residencia de su abuela, en tierras de los Miya, lo que para el joven había sido siempre un lugar apasionante: jugar con los kobune en el estanque, escuchar historias imperiales narradas por Mai, aprender los mon de las familias ilustres de Rokugan, y jugar al go con el Abad Zazen en la Capilla de los Miya. Hacía tanto que la había perdido, que el recuerdo le había llenado de paz. Mientras se desvanecía, Arata recordó que su pasión por contar historias venía de ella, y las palabras que repetía siempre tras cada lección "Contamos historias de héroes para recordarnos a nosotros mismos, aquello a lo que podemos aspirar".

La música fue descendiendo suavemente, hasta detenerse con estilo y precisión como un susurro sostenido que rozaba el silencio finalmente. 

Notas de juego

Siento que el post sea tan enorme, pero era una escena que tenía en mente, por el significado que puede tener para los pjs. Podéis sentiros libres de postear las impresiones sobre lo que ha evocado la música mientras preparo el siguiente post de hoy.

He incluido solo a los pjs que han estado posteando.

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23/01/2021, 17:33
Suzume Arata

A Arata siempre le había fascinado la música, en las tierras Gorrión había músicos por supuesto, pero no era tan habitual como en otras cortes y nunca había tenido la oportunidad de aprender a tocar ningún instrumento. Por eso cuando la música empezó a sonar se dejó llevar por la suave melodía, hasta el punto de que cuando quiso darse cuenta tenía los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja. Sacudió levemente la cabeza para recuperar la compostura y miró a su alrededor temiendo haber ignorado al resto de invitados, pero se dio cuenta que todo el mundo estaba en silencio tan inmersos en la melodía como el mismo.

Gratos recuerdos le había evocado el sonido de aquella flauta, aunque también algunos remordimientos al pensar en su abuela. Desde niño le habían enseñado a buscar el honor desde la humildad, pero a lo mejor el también debería haber honrado a sus antepasados ilustres nombrándolos en su presentación, «La línea entre presumir y estar orgulloso es muy delgada a veces» pensó Arata mientras esperaba el momento oportuno para agradecer a Hibiki su interpretación.

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24/01/2021, 11:22
Kakita Iwao

La suave melodía del ronin evocaba recuerdos del pasado, aquel Matsu impulsivo que había arrebatado a su familia lo más importante, y que había destrozado el corazón de Iwao... sin hermano y sin amada avanzaría por Rokugan, ya sólo le quedaba la espada... la espada y el honor de su familia. Con la primera protegería lo segundo, no quedaba espacio para nada más en lo más profundo de su alma. Se percató de que sus manos formaban sendos puños, con los nudillos blancos por la fuerza aplicada, entonces la melodía le transportó a un lejano recuerdo, junto a su abuelo... Un pensamiento recorrió su mente... "No te preocupes abuelo, la Grulla Testaruda, te seguirá" 

Quizás había sido algún tipo de embrujo o simplemente el dominio de aquel ronin sobre la música fuera un favor de los kami, pero no cometería la imprudencia de mostrar emociones, relajando las manos y manteniendo la postura apropiada. Tomando un par de segundos para poder controlar la cadencia y el tono de su voz después de los recuerdos que le habían invadido se dispuso a alabar al músico - Sin duda, tenéis una gran habilidad para la música - No podía evitar preguntarse que habría sido de aquel ronin si hubiera podido asistir a la academia de artistas Kakita, podría haber desarrollado una melodía que detuviese hasta las guerras, sin embargo había conseguido entrar en su corazón con simple talento natural. 

- Estoy convencido que disfrutaríais mucho de una visita a Kyuden Kakita, los músicos de la Grulla estarían encantados de departir con vos sobre vuestro arte - no mancillaría el honor de la Grulla dando a entender que podrían aprender de él, pero desde luego que los propios artistas se sentirían complacidos de poder conocer a aquel hombre. - Para mi, sería un honor acompañaros o invitaros a que visitéis sus estancias - 

Notas de juego

Por mi parte, me gustan los post largos y elaborados, así que perfecto ^^

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24/01/2021, 11:48
Kakita Ikateria

Ikateria estaba espectante. Demasiados líderes estaban allí. Demasiados, según esperaba ella. Sabría que habría alguno de los más importantes, ya que ella misma se había encargado de avisarles de que se daría este evento, pero, en estos momentos, se le amontonaban los magnates y líderes. 

Como se esperaba de ella, permanecía quietecita, en un lugar al que se pudiera hacer un gesto y acudir para cumplir la comanda que se le diera. Ella no era una invitada. No estaba allí para disfrutar de la celebración, pero, tenía el permiso para permanecer y ser uno más. Igual era prevenda de su misión y cometido, así que, relajada, sólo tenía que esperar a que todo terminase sin más incidentes que los que tendrían que ocurrir y por todos eran esperados.

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24/01/2021, 12:01
Isawa Wataru

Wataru disfrutó de la melodía, relajándose y permitiendo que llenase su espíritu mientras se lanzaba a la meditación. La mayoría de los eruditos relacionaba la música con el aire, y desde luego no les faltaba un ápice de razón, pero las notas que fluían del instrumento del ronin trajeron a su mente unos pergaminos que, si su memoria no le fallaba, procedían del Santuario de Shiba. En ellos se discutía la importancia del Ishiken a la hora de transformar el simple sonido en música. La esencia de una melodía, sostenía el autor, no se hallaba en el aire emanado por el instrumento, sino en los intervalos y los silencios determinados por la voluntad del intérprete. De esta manera, razonaba, la música podía entenderse como tiempo viajando a través del aire, y por ese motivo permitía la comunión de las almas del compositor, el intérprete y el espectador en función de la disposición, talento y afinidad entre todos ellos. La ejecución del misterioso bardo era sin lugar a dudas magistral, y la melodía que interpretaba hablaba a Wataru sobre el ciclo de la existencia y el viaje a través del Ningen-do.

Agradecido, se inclinó profundamente ante el músico una vez finalizada la pieza y observó cómo esta había surtido un efecto similar entre sus compañeros. Se preguntó en particular qué habrían sentido Saito e Iwao; ciertamente le gustaría conocer mejor al sohei y averiguar más sobre su conexión con los kami, y le preocupaba el significado de la visión que había tenido acerca del joven Grulla. A juzgar por la tensión que mostraba este, incluso después de tan agradable experiencia, Wataru dedujo que alguna preocupación, inequívocamente relacionada con el clan del León, apartaba su alma del equilibrio, y se preguntó si estaría en su mano ofrecer algún tipo de ayuda.

-Mi intuición me dice, Hibiki-sensei -dijo, dirigiéndose al ronin con una sonrisa no exenta de una cierta picaresca- que, muy a mi pesar, es poco probable que pueda brindaros un digno rival para una partida de Go. No obstante, sería para mí un gran honor que incluso en tal caso me permitierais abusar de vuestra amable oferta; contad con mi más sincero esfuerzo por intentar que os resulte tan interesante como mis capacidades permitan. Estoy firmemente convencido de hay muchas cosas que este humilde discípulo podría aprender de vuestro arte, y lo haríais muy feliz en la medida en que os dignaseis compartirlo con él.