Partida Rol por web

Masanori palidece ante la noticia

- ¿Zombis? Por todos los Kami...

Los guardias se quedan mirando a Ashikako y a Masanori. Uno de ellos se acerca a los dos Cangrejo

- ¿Han dicho zombis?

La magistrada se acerca a uno de los cadáveres e intenta quitar la máscara de porcelana, sin éxito. El único zombi al que se le ha roto la máscara es al que Daichi ha abatido, y de poco sirve porque la cabeza también está completamente aplastada.

- Curioso; la máscara no se separa de la carne. No habrá manera de identificarlos.

- No se pueden quitar de su cara pues es lo que usan los Portavoces de Sangre para animarlos. - le digo a la Magistrada. Son zombies de los Portavoces de Sangre.

-Utemaro puede cuidar de ella. +dice simplemente al pedido de Kuni, descartandolo. Si ha ido, como piensa, a ver al patron, no es probable que corra mucho peligro. Y el ronin sabe usar una espada. Por ende, lo deja asi. En eso la magistrada se aproxima. Daichi se aparta, no solo porque mejor atiende el Kuni a la antipatica mujer, sino para ocuparse de otra cosa. Aunque sus habilidades distan mucho de las de un Hiruma, tal vez pueda encontrar algun rastro que indique de donde salieron estos muertos. Quiza incluso, señas de su invocador. 

Busca una luz, y luego trata de desandar las huellas del zombie que abatiera. 

¿Portavoces de Sangre? Creía que ya habrían sido erradicados al ser destruido su templo hace unos años atrás - dijo sorprendida Ranmaru ante la revelación de Hotaru-san - Está claro que sólo ha de sobrevivir una gota de oscuridad para volver a infectar de nuevo...

- Portavoces de la sangre... Yo también creía que habían sido del todo erradicados hace ya tiempo, pero Ranmaru-san tiene razón. Lo que me gustaría saber es que han venido a hacer a este sitio, y por que parecen tan interesados en matar a los Cangrejo.

- También podría ser que os buscaran a vosotros tres. - digo señalando a los tres Escorpiones.

- Aunque no es muy probable. - pienso.

"Portavoces de sangre". Palabras recordadas con temor por toda persona viva en Rokugan, y predecesoras siempre de grandes desgracias. Durante años Densishiro había rezado por uno oportunidad para salir de la vida a la que le habían relegado, un sola oportunidad, para aspirar a convertirse en alguien parecido a uno de los héroes de los que hablaba su madre en sus relatos. Pero si aquellas cosas iban a ser la respuesta a sus plegarias, las retiraba, las retiraba todas, nada merecía el sufrimiento por manos tan aborrecibles.

El joven escorpión se quedo bastante desconcertado cuando Hotaru menciono la posibilidad de que tales criaturas fueran en su búsqueda.-Lo creo improbable Kuni-sama, muy improbable, aunque imagino que la idea no es descartable, sabemos tan poco del asunto... -Dijo pensativo el bushi, calibrando la posibilidad real de que las criaturas fueran tras los cangrejo, o quizás tras alguna de las mercancías que traían a la ciudad.- De todas formas, por si es una u otra cosa, no deberíamos separarnos demasiado, si es verdad que alguno de nosotros es el capricho de esos abominables seres, estando juntos minimizaremos el daño que puedan causar a inocentes ciudadanos.- Miro un instante buscando algo de aprobación en los de mas, aunque no la necesitaba para expresarse.- En cualquier caso, ya os explique cual era mi cometido, y os jure que podíais contar con mi vida si se diera el caso, nada de eso ha cambiado.- Se dirija principalmente al Kuni, no era un hombre simpático, pero si muy docto en el tema, y un buen guerrero, le caía bien.

- Yo tampoco lo veo muy posible Densishiro-san. - le respondo. Pero por ahora no podemos descartar ninguna posibilidad.

- Sea como sea, lo primero es disponer de estos cadáveres. Después tendrán que acompañarme al palacio del gobernador; es necesario informarle de esto. Tal vez haya que ponerse en contacto con el Campeón Jade

- Que así sea. - digo desenfundando la Katana y cercenando todas las cabezas de los zombies para asegurarme que no se levantaran.

- Habría que hacer lo propio con los que están dispersos por el suelo de la taberna. - añado. Aunque esos no tienen la cabeza sobre los hombros.

- Por cierto Soshi Mikaya-sama. - digo. El Tabernero fué muerto por esos seres y tuve que cortarle la cabeza para evitar que se levantara como un zombie. - añado. Lo digo por si os llegan las noticias que sepais que ha pasado. Desishiro-san puede dar testimonio de que así fué.

Luego me giro hacia Bayushi Ranmaru.

- Debemos tratar esas heridas lo antes posible para evitar posibles problemas futuros.

Volviendo mi atención sobre Soshi Miyaka le digo.

- Estaremos encantados de acompañaros a ver al Gobernador y a informar a Asahina Sekawa-sama si así lo considerais oportuno mas primero debemos comprobar que Yasuki Masanori-sama no ha sufrido ningún daño así como poner a salvo todo el material de la caravana.

Ranmaru mira a Mikaya-sama para recibir una aprobación por su parte, e irse con el Kuni a tratar la herida recibida durante el breve escarceo con los zombis.

Inmediatamente caigo en la cuenta de que he hablado demasiado. No había tenido la intención de atraer la atención de los guardias, aunque para ello ya era demasiado tarde.

- La magistrada esmeralda se encuentra investigando el asunto. Deberían asegurarse de que tiene toda la ayuda posible.

Les respondo evitando volver a nombrar a las esos pobres malditos a la vez que dirijo su atención hacia Mikaya y no hacia nosotros. Resultaba realmente dificil fingir serenidad en estos momentos.

- Sea como sea, tendrán que acompañarnos al palacio del gobernador. Hay que informarle de este incidente.

- ¡Pero yo y mis escoltas estamos alojados en esta posada, y ya es tarde!

- Esta es una situación grave, Yasuki-sama, y la posada será desalojada mientras se investiga el incidente. Entre tanto, estoy seguro de que Zabiakan-dono les permitirá alojarse en las habitaciones para invitados de palacio.

- De acuerdo entonces; enviaré luego a uno de mis magistrados a que hable con los eta, que se hagan cargo de quemar esta misma noche los cadáveres

La magistrada se pone en camino de vuelta a Kuzume Mura

- Pero, pero no puedo presentarme así ante él.

Seguramente nadie podría negar eso. Herida y con el kimono manchado de sangre, por no mencionar que agotada, sin maquillar o lavar adecuadamente...

- ¡Ahora es imposible!