Partida Rol por web

El mago hace un gesto para tratar de zafarse de la presa de Lomy.

Ehhh... Porque no creía que tuviérais las antorchas de Pifo. Las 6. Sólo vi cuatro cuando llegásteis.

¿Y que tiene eso que ver con que antes quisieras que te matásemos y ahora en cambio no quieras morir? Has encontrado ahora, tal vez, el modo de sacar provecho de todo esto?

Lomy ejerce una gran fuerza sobre el hombro del mago, sin apretar demasiado, o eso le parece al ex-centauro, la articulación del mago se desencaja. El mago lanza un ahogado grito y pierde el conocimiento. Quedando inherte sobre la tierra.

Plesel se encoje al oirá el chasquido del hombro del mago se gira y vomita luego se vuelve al mago maese Gornamus si nos cuenta lo que esta pasando aquí nadie sufrirá daño... y yo no volveré a vomitar ...hable por favor añade con una sonrisa en los labios le aseguro que nadie le hará daño verdad Lomy? A que si Maese Gornamus nos cuenta lo que esta pasando aquí no le haremos daño?

Sonriente ante el sadismo de su compañero aplaude la hazaña de este con una sonora palmada en su espalda.
-Asi se hace Lomy, que sufra lo que no a sufrido en estos mil años, JEjejejejejjeje...

El chasquido de su hombro y el inminente grito del mago antes de perder conciencia, asombro a la pequeña criatura que salto hacia atras, y agacho su cabeza para mirar el rostro "dormido" de la victima del ex-centauro.
-¡¡¡MUHAHAAHHAHAH!!! Eso es! Muy divertido mi ex-montura, no esperaba que supieras de tortura, aun con un solo brazo sabeis hacer sufrir...

Tras el comentario del cobarde comerciante, se acerco y levanto la cabeza del mago, acercando su rostro, para comprobar si aun tenia aliento.
-Aun vive, lastima, aunque supongo que estara dolorido cuando salga de la inconsciencia.
Estupido humano.-Contrario a Plegel.-No os contestara nada mientras no recupere el sentido. Atemosle, sera mas comodo para todos, despues podemos seguir torturandolo. ?¿QUIEN ES EL ENGENDRO AQUI HE?¿ QUIEN!-Termino gritandole al mismo oido con esa voz chirriante que le caracterizaba, antes de pasar su mano izquierda llena de sudor y tierra por la cara y boca de aquel mago, para disfrute de sus ojos y desprecio de su ser.
-BEHJ! Asquerosos magos.

Lomy nota sorprendido como el brazo del mago se desencaja, provocando a la vez que Gornamus caiga desmallado. No quería dañarlo, a pesar de la alegría de Drerick, tan solo quería apremiarlo un poco para que hablase.

Vaya, yo… no quería hacerle tanto daño. No soy un torturador, Drerick.- le comenta algo molesto.

¿Bueno, alguien tiene cuerda? Aprovechemos para atarlo, y luego intentemos reanimarlo.

Pese a la situación no reprochó en absoluto la actitud de Lomy. Había leído unos documentos, allá en su tierra maldita, explicando los más básicos preceptos sobre la tortura. Leanan sabía muchas cosas que se amontonaban en su cabecita un tanto alocada, y más por curiosidad que por deseo conocía un poco sobre el tema.

- ¡Drerick!, no está bien regocijarse de esa manera -le increpó- Se ve que Lomy es buena gente, deberías aprender de él... porque se ve que éste cetro es una estafa.

Ante la petición de una cuerda recordó que había salido, literalmente, con lo puesto de Rétoram. Allá dejó sus pocas pertenencias, y aunque fueran pocas todas tenían una historia. Como respuesta extendió ligeramente los brazos en señal de que no tenía ninguna.

- Si no tenemos cuerdas ahora mismo es una pérdida de tiempo buscar una -opinó- Si dos de nosotros lo sujetan por las extremidades puede bastar. El tiempo apremia.

Kaa saca una cuerda de cuero de su cinto.

Con esto le mantendremos atado.

La cuarda es de un metro y medio, suficiente para atar las manos y los pies del mago.

Estamos como al principio. - dice mientras comienza a atar las manos del mago a la espalda. - ¿Qué debemos hacer con el cetro? era nuestro encargo para el mago Folhreim de Prwnk.

Si hubiera conocido al mago que les había hecho el encargo podría valorar mejor, pero dada la decepción con Gornamus tampoco estaba demasiado convencida de las primeras apariencias. Resignada, y más consciente de que el tiempo era vital para sus compañeros fuera de la cueva, colocó firmemente el cetro en su cinto para coger el pequeño odre. Con seguridad fue vaciando agua, poco a poco, sobre el rostro del mago a la par que daba leves golpecitos en la mejilla.

- ¿Maese Gornamus? ¿Maese? -insistía- No podemos perder más tiempo, y tampoco vamos a invocar a Pifo teniendo en cuenta su actitud. Si algo oculta necesitiamos saberlo. Cuanto antes.

Ante el frescor del agua del odre que Leanan vierte sobre su rostro, el mago recupera el conocimiento con claras muestras de dolor.

¿Qué? - Al notarse maniatado. - ¡Soltadme! ¿Qué hacéis?

La pregunta del mago hizo que arrugase ligeramente su cara, un poco extrañada... "¿Que qué hacemos? No cuela, no, no, no..."

- Mmm... Maese... -fue diciendo a medida que regresaba el odre a su cinto- A llegado un punto en el que no eres de fiar, y puesto que has intentado huir lo más adecuado ha sido atarte -le explicó con diplomacia al tiempo que retomaba el cetro- Has pasado mil años junto a éste cachibache, y obviamente necesitabas a alguien puro de corazón para despertar a Pifo. Alguien al que ¡SACRIFICAR! -apretó con fuerza el cetro- ¡O nos dices la verdad o te estampo el cetro en la cabeza!

Era cierto que muchas veces no entendía la realidad de las cosas, todo por vivir en un lugar como Rétoram. Pero de ahí a que la tomaran por tonta, o eso creía, era otro asunto. Así que finalmente estalló, aunque por el gesto de su rostro resultaba confuso si iba realmente en serio.

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¿Sacrificar? No, ya os dije que eso era lo que quería ese mal nacido de Folhreim, para obtener el cetro para él. No, solo quiero que lo despertéis sin más. ¡Ah!

Se queja de su hombro dislocado.

¿Si os digo la verdad me dejaréis ir?

Lomy interpuso el brazo entre Leanan y el mago.
Desde luego, si nos dices la verdad tienes más posibilidades de salir con vida a que si no lo haces. Así que por tu bien, espero que lo hagas. No me gustaría tener que volver a utilizar la fuerza- comentó Lomy señalando al brazo dislocado del mago. No lo había dañado a posta, pero eso el mago no lo sabía, así que vio apropiado que siguiese pensando que era capaz de hacerle más daño.

El mago duda un instante, para comenzar a hablar al cabo de unos instantes.

Yo era el Mago de Prwnk, guardian del cetro de Pifo, el que llamáis cetro de poder. Estuve bajo el reinado de Feriamen durante 40 largos años. El rey entró en guerra contra el vecino reino de Rétoran, debido a las minas de oro y piedras preciosas de Akich, gobernada por Naa Taa, vasallo goblin de Kasqelah, rey de Rétoran. Naa Taa había prometido servidumbre al rico reino de Rétoran a cambio de no ser masacrados por los soldados de Górnoran y Rétoran debería defenderles de cualquier ataque enviado desde Prwnk. La enemistad de ambos reinos se remontaba a la división del reino de Ronan por parte del rey para sus dos hijos, hace 1300 años.

Feriamen declaró la guerra a Rétoran con la excusa de conseguir la explotación de Akich. Los goblins se mantuvieron neutrales, cuando su señor Kasqelah les llamó a la batalla estos no se presentaron. Górnoran venció en la batalla, gracias a la traición de Naa Taa y a mí, pues el rey me ordenó usar el poder del cetro para sembrar de basiliscos el reino de Rétoran. El resultado fue muy efectivo, Rétoran sucumbió a la plaga.

El único reducto Akich fue cercado por las tropas dragonuts, leales a Górnoran. Naa Taa invocó a Pifo, pues solo el rey goblin puede convocarle y que le obedezca. - Dijo mirando a Drerick.- Sin embargo si no es él quien lo invoca...

Se detuvo un instante en su relato.

Prometerme que me dejaréis vivir.

En cuanto se nombró la ciudad en la que había vivo, o mejor dicho, sobrevivido, Leanan se volcó más a la hora de atender el relato de Gornamus. Había rescatado algunos relatos sobre la enemistad de ambos pueblos, y del convenio entre Rétoram y los goblins; pero era ahora cuando su revuelta cabeza comenzó a atar cabos... "Tú... tú sembraste la ciudad de basiliscos...", dijo con hielo en su mirada.

- Prosigue, ibas muy bien, Maese Gornamus.

Sin duda el protagonismo estaba centrado en aquel hombre entrado en años, y sin duda aún lo era más presente en la memoria de la joven. Odiarlo o perdonarlo, eso era lo que debatía en lo más profundo de su ser. Si bien era cierto que en la "guerra todo vale" para Leanan no era del todo factible. Muchos habían sucumbido por un odio irracional, tanto los vivos como todos aquellos que pudieron haber nacido en una próspera y ahora maldita ciudad. Aunque, y era cierto, tampoco podía culparlo por una decisión de sus padres.

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Plesel esta ligeramente sorprendido

Maese Gornamus, que pasaría si no fuese el rey goblin el que invocase a Pifo??

No se si quiero saberlo

Gornamus se queja de su maltrecho hombro.

Meduele, prometedme que me dejaréis ir. - Dice mirando a Plesel y Leanan al asentir a la pregunta de la chica.