Partida Rol por web

Llegó el día, has aprendido bien tu guión. La casa el objetivo es increible, cuesta creer que llevar un horfanato pudiera ser tan lucrativo.

Que clase de contactos hace falta para poder vivir en ese lugar.

Decidido, te aproximas a la puerta y tocas el timbre. Sorpresivamente te abren casi instantaneamente.
 

Una señora que ronda los 63 años, bien conserbada, con movimientos medidos y cautos abre la puerta.

Te percatas que realiza una inspección de ti rapida y disimulada.

Buenos días, soy la señora Morrison, soy la asistenta personal del Padre O'brien.

¿En que puedo ayudarle?

Claro, por supuesto seňora. Preguntaba por el seňor Obrien...

Enseňo las credenciales y documentacion debidamente falsificada para la visita. Poniendo la mejor sonrisa que tengo  y mi mas lograda interpretacion espero que me de paso.

Coge la documentacion correspondiento a tu sonrisa, los revisa.

Umm.. claro, siento informarle que el seňor Obrian esta en este momento ocupado, pero le hare yo misma la visita por la casa.

Abre la puerta con cortesia, y espera a que pases.

Si no le parece mal le guiare donde se encuentra la caldera...

A medida que la sirvienta le guiaba por las estancias a la caldera Kenneth no podia dejar de pensar en el sonido del cuerno. Era curioso que le vinieran recuerdos de aquellos veranos de hace diez aňos. 

Recordaba la historia del cuerno que le conto en aquel momento la madre de Tristan:

"Con el primer sonido spriggans y sprites,

El segundo el perro negro despierta,

y el tercero el lamento y los muertos alerta.

Por supuesto mas puedes tocar pero el peligro a ti llamara."

Bobadas para niňos...

Ya en el ambiente lugubre de la caldera la sirvienta se despide.

Era su momento de actuar.

Permaezco atento a los pasos de la sirvienta siguiendo su recorrido en el plano mental de la casa que he memorizado de camino a este sótano y, en cuanto dejo de escuchar sus pasos, comienzo a trabajar.

Me deslizo silenciosamente hasta el pasillo, uno de mis principales objetivos es el salón, aunque también es muy común que las personas de esta edad dejen algunas cosas de valor en el mueble de la entrada.

Avanzo con cuidado y silencioso hasta el gran salón, decorado con muebles antiguos sobre una gran alfombra que ayuda a amortiguar mejor mis pasos que el viejo suelo de madera del pasillo -muy bien, Sr. Obrian, donde escondes lo que busco- pienso mientras analizo detalladamente el mobiliario del lugar.
Mis ojos se centran en el antiguo gramófono, recuerdo que en el campamento ese hombre adoraba su gramófono y se pasaba las horas sentado escuchando su música mientras nosotros nos...vuelve en ti MacDuibhne me acerco a ese aparatoso instrumento, sin llegar a tocarlo, lo miro de arriba a abajo.

Comienzo a revisar los cajones, ignorando el armario donde se guarda la porcelana, hasta dar con un pequeño archivador rojo con bastante documentación, reviso las letras importantes "C...cuentas, D...Documentos, P...Personal" y doy en el clavo, obtengo una chequera, un número de cuenta, un documento de identificación caduco que obviamente usaré para que los fondos del orfanato vayan a un huérfano como yo...y lo mejor de todo es que ya tenía una firma del viejo Obrian, porque firmó mi certificación del campamento.

Escucho pasos en el pasillo, rápidamente guardo todo, escondo las cosas en mi ropa y me detengo frente a la gramola. Es cuando aparece la Sra. Morrison, que parece sorprenderse por mi presencia allí.

Siento haberla asustado Sra. Morrisón, iba a buscarla cuando pasé por este lugar y no pude evitar detenerme a contemplar este gramófono, mi padre tenía uno igual y me han inundado recuerdos de la infancia que me han hecho perder la noción del tiempo- me detengo un segundo pero, antes de que pueda preguntarme que demonios hago allí continuo- sería tan amable de regalarme un vaso de agua, si no es un abuso por mi parte claro está.

La señora Morrison te mira de arriba a abajo con una sonrisa.

¿Quien eres realmente?, ¿Que haces en esta casa?

Sientes como si sus palabras arrancaran una verdad en tí. Su voz te impele a desembuchar todo la verdad y confesar todos tus crímenes. Su rostro parece vibrar y cambiar intentando revelar su maravillosa y aterradora naturaleza.

Aunque intento buscar en mi interior esa verborrea que suele acompañarme y me ayuda a escapar de los problemas no lo consigo encontrar, no sé que me ocurre pero algo va muy mal.

Soy Kenneth MacDuibhne- pero que digo, porque estoy soltando la verdad, que me pasa- sobrevivo en las calles embaucando a las personas que puedo y, estoy aquí para eso mismo, no tengo nada contra usted, pero es la única manera que conozco para sobrevivir en este mundo.

Muy bien, se terminó, has soltado toda la verdad, ahora van a detenerte y pasaras un tiempo entre rejas...eres un imbécil Kenneth, un completo imbécil...

Señor MacDuibhne, deseo que salga de este lugar, quiero que lo haga por voluntad propia como respeto al señor de esta casa.

La sirvienta se toma su tiempo para volver a hablar.

Procura no volver, no seré tan magnánima si traspasas ese umbral

Dice señalando la entrada.

Por un segundo me quedo sin saber que hacer, ¿realmente me va a dejar marcharme sin más?

No tardo mucho en avanzar rumbo a la saluda, escoltado, como no, por la señora Morrison. Al llegar a la puerta y justo antes de irme me giro un segundo.

-Que tenga un buen día.

Y sigo caminando sin esperar su respuesta -y ahora a donde voy....- sé que Robin me va a dar una charla sobre lo ocurrido, un objetivo simple, todo preparado, entrar y salir...casi veo la conversación aunque...

-¿Qué ha sido lo que ha pasado ahí dentro?- pienso mientras me dirijo al bar más cercano para tomar una buena cerveza mientras pienso detenidamente en que ha ocurrido en esa casa. -¿Por qué has soltado la verdad? ¿Qué fue esa sensación que me hacía vomitar las palabras sin pensar?.

Sigo dando vueltas una y otra vez a que es lo que ha ocurrido hasta que, finalmente, llego al bar -Realmente necesito un trago- 

Entro al bar y analizo a los allí presentes, venga, necesito una presa, no puedo fallar dos veces el mismo día...

Un joven con cara de pazguato juega al snooker con cualquiera que ponga un par de pavos sobre la mesa, aunque no es el tipo de estafa a la que estas habituado, es una forma de obtener pasta.

El joven se percata de que has mirado a su zona y te pregunta señalandote con un movimiento de su cabeza.

¿Te animas a apostar unos pavos?

Me acerco al hombre que ya tiene toda la mesa preparada.

Si claro, al final vine a divertirme un rato- comento mientras cojo un palo y le pongo tiza- pero dame tregua que hace mucho que no juego- digo con tono de burla intentando camuflar mis verdaderas intenciones.

Rompo el juego con un tiro directo al centro de la mesa, lo normal sería intentar dejar un mal tiro al contrincante pero voy a buscar desplomar a este tipejo con un doble o nada cuando vea lo pésimo que se me da. Cada que me toca voy fallando y golpeando mal las bolas, dejando regalados algunas bolas y, en definitiva, siendo pésimo.
Tal y como se esperaba la partida termina ganando mi contrincante con una aplastante diferencia...llega el momento de pagar.

Espera amigo, dame una oportunidad de recuperar mi dinero ¿no?- sugiero cuando se acerca para que le de su parte- que me dices ¿doble o nada?