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Justo bajo el velo del Mundo mortal se encuentran las tierras de tres veces nueve, observadas incesablemente por los Bogovi; estas son los reinos de la magia y los cuentos de hadas, maravillas y horrores. En el centro se yergue un roble enorme, este es conocido como el Reino de Tres Veces Diez (Tridevyatom Tsarstve), el inalcanzable hogar de los dioses

Domkura, El Portal

Ningún viajero puede pasar al Reino de Tres Veces Diez sin traspasar primero a su guardián y cancerbero, la antigua bruja Baba Yaga. Su casa, Domkura (Casa Pollo), no posee puertas o ventanas y esta construida sobre unas enormes y escamosas patas de pollo, la cabaña parece estar a punto de colapsarse debido a su precaria construcción, y está rodeada de una valla construida con huesos. Domkura se no se encuentra ni en el interior ni en exterior del Reino Celestial; en su frontera, teniendo presente que es necesario dar confort a los viajeros antes de que se les permita continuar.

Los dioses de los antiguos Eslavos, las gentes que se extendieron desde el los lugares mas helados de Rusia hasta los climas mas templados del sur de Alemania y Polonia, los Bogovi son antiguos y casi olvidados por el mundo moderno, reliquias de una era pasada. Ser olvidados por la humanidad no resulto un duro golpe para ellos, ya que; los Bogovi son camaleones y supremos y se adaptan a toda situación, capaces de ser parte de cualquier cultura y de hacer que su influencia sobreviva es parte de su único carácter. Son los dioses del equilibrio natural del universo, el devenir de las mareas, estaciones y de la propia humanidad, por ello nunca pueden ser erradicados por el nimio problema de no ser adorados. Los Bogovi son flexible como los juncos, tan duros como la tierra y tan arraigados como nieves eternas de sus tierras del norte; nunca han sido conquistados y no consideran nunca lo podrán ser.

Se dedican tan indestructiblemente a sus funciones y roles en el universo que simplemente absorben las culturas que intentan conquistarlos, los Bogovi y sus amados ciclos colman sus deberes tan eternamente como pasan las estaciones.

Nada es más importante para los Bogovi que el equilibrio del universo, el cual guían como un pastor a sus ovejas a través de los ciclos de la vida, muerte, tiempo y la estricta norma de mantener lo mortal de lo divino separado son fundamentales.

Para los Bogovi, pocas cosas son más importantes que adherirse a la ley divina, la cual gobierna sus interacciones con ellos y la humanidad que todas las cosas pasan en el momento y lugar adecuados. Se regocijan de la justicia y desprecian sumamente a los que la rompen. They prize justice highly and look down upon lawbreakers with the utmost scorn.

Muchos panteones se han internado en sus territorios, pero al final solo aquellos que permanecen conocen la lealtad de los Bogovi. Los dioses Eslavos saben que su panteón es la más alta autoridad y nunca ceden en las demandas o las extrañas costumbres de otros.

La hermosa y robusta, Zhiva es amada en su panteón, representa la fuerza y la juventud del verano. Es la portadora de las frutas y las flores de la estación más gentil del año, es la amiga de la humanidad y también una diosa de la sexualidad y el deseo.
Aunque, también es la diosa de la vida y la muerte, asegurándose que ambos caminos se encuentran equilibrados. Gracias a ella los infinitos campos del inframundo se mantienen bellos para deleite del los fallecidos, aquellos que se encuentran bajo la protección de su marido, Veles.