Partida Rol por web

¿Habrá quedado destruida la parte de la Armadura? ¿Podrán encontrarla entre las humeantes ruinas?

-No...No, no, no...La parte de la armadura del grifo que estaba en el castillo  -murmuro para mí mientras bajo. -¿Dónde está el castillo? ¿Dónde está? 

Las palabras que Nolo nos había dicho sobre la armadura. Fantasearon en mi cabeza. Y ver que ahora, una de las piezas había sido destruido, me conmovió. Hasta este momento no me había tomado esas palabras en serio. Pero la mera posibilidad de de que fuesen ciertas, me movió como un resorte. Y sin esperar a nada, salí corriendo en busca del lugar que había dejado vacío el Monte.

Al llegar, vi que estaban los restos del castillo derrumbado, mezclado con tierra, árboles y carbón. Un humo con olor a ceniza salía de todos los sitios. El suelo que pisaba, me quemaba mis pies, y la calor era horrible. Pero no me paré. Tenía que encontrar la parte de la armadura entre los restos del Castillo.

Sigo a Cirem para ayudarle. Mis pasos son lentos, más lentos que los suyos, pero cuando llego a su lado y veo los restos del castillo, algo me dice que va a ser una tarea imposible encontrar la pieza. Miro triste a Cirem.

- Aquí no encontrarás la pieza...

Miro al lugar donde estaba el Monte Apyr con una sonrisa.

- ¡Sin el fuego hace fresquito! - Vuelvo a mirar a los que aún no han ido en busca de las ruinas del castillo, en busca de tesoros. - ¡Volverá a ser un buen lugar para vivir!

Luego miro directamente a Troll Liebre. 

- Maestro... ¿Quiere quedarse a vivir con nosotros?

Me visto con mi ropa mientras escucho al Rey Muy.

- Lo siento, haber destruido incluso el castillo - Me río. - Para dominar el Mahema, hay que entrenarse durante 50 años... y creo que me he pasado entrenando. 

Luego miro al Rey Muy.

- No... me está esperando un nuevo alumno. Te lo agradezco de corazón. 

Feliz por la desaparición del fuego del Monte Apyr, ayudo a Troll Liebre a vestirse.

- No se preocupe por destruirlo todo. Volveremos a construir un castillo.

Destrozado, sigo a Cirem. Quizá con algo de suerte...no, no puedo creer en la suerte. La suerte desde que nací no me ha favorecido. 

-¿Qué quieres decir con que no encontraremos la pieza? -preguntó a Nolo con desconfianza, ¿cómo sabe él lo que estamos buscando? yo no recuerdo haberle dicho nada...

Miro como Uriel se marcha de nuestro lado, en busca de Cirem y Nolo.

- Es buena gente... se nota que es nieto de Ahoo... - Miro a Troll Liebre. Por su expresión, se nota que no tenía ni idea. - ¡Anda! ¿no lo sabías maestro?

- ¿Como? ¿Ahoo? ¿Quieres decir Ahoo?

Miro asombrado al Rey Muy. Luego desvío la mirada hacia Uriel, mientras desaparece de nuestra vista.

- Vaya, vaya.

Pongo mi mano en mi espalda, y me apoyo en mi bastón.

- Ahora que lo dices, hace mucho tiempo... Ahoo me dijo que había recogido un niño abandonado y que lo estaba criando. Mmm... Ahora que me fijo... Está muy bien enseñado. 

Sin mirar a Uriel, que ha decidido seguirnos, se lo explico.

- Se lo conté mientras llegábamos con Hcih. Aunque ella no sabe nada. Parece ser que él sabe algo sobre las piezas que nosotros no sabemos. Y nos venía bien su ayuda. Si es cierto lo que ha dicho sobre que se puede salvar la vida de Mlu, quiero hacer todo lo posible para que sea realidad.

Sigo rebuscando, mientras veo que Nolo hace lo propio.

- ¡¡¡Aquí está!!

Grito mientras me tiro al suelo. Levanto un trozo de piedra perteneciente a una pared del castillo, y allí estaban las hombreras de la armadura. Reviso la forma que tienen, el color, el tacto. Recuerdo todo perfectamente de cuando se las vi a Mlu.

- ¡He encontrado las hombreras! 

Tanto Nolo como yo gritamos a la vez:

- ¡Bien! ¡Bien!

Arrugo la nariz, no me parece bien que Cirem vaya contando nuestros planes por ahí a la gente que vamos recogiendo, pero antes de poder decir nada, ha encontrado las hombreras. Corro a su lado y se las quito de las manos, no me lo creo, ahí están...Las hombreras que pueden devolver la vida a Mlu...

-Las cuidaremos bien, Mlu, las cuidaremos bien

Noto cierta desconfianza en el rostro de Uriel cuando le digo que le he contado a Nolo nuestro objetivo. Quizás tenía que estar callado, pero pensé que era lo mejor. De todas maneras, no era el momento de hablar de eso. Le sonrío.

- Bien. volvamos con los demás.

-Bueno, supongo que aquí ya hemos terminado -digo cuando llegamos junto a el rey Muy, su hija y el Viejo Troll Liebre-¿Qué vais a hacer ahora? ¿Reconstruiréis el castillo?

Sonrío a Uriel.

- Claro. Reconstruiremos el castillo, borraremos la mala fama que me he generado últimamente y en definitiva, intentaré hacer de este sitio un lugar mejor para vivir.

Interrumpo al Rey Muy.

- Oye, joven, ¿está bien Ahoo?

La pregunta me pilla por sorpresa...mi abuelo. Hacía tanto que no pensaba en él, hacía tanto que no sabía nada de él...Así como respuesta me encojo de hombros.

-Hace mucho tiempo que no sé nada de él...Nos separamos hace algún tiempo, aunque espero que siga bien.

- ¡Que me dices! Mmm... vaya... tu abuelo es un gran hombre. ¿Quieres venir a mi casa? Podría entrenarte, de ese modo, llegarías a ser incluso más poderoso que yo. 

Justo cuando Troll Liebre está invitando a Uriel, sin saber muy bien si a mi también, a vivir en su casa, suelto la pregunta.

- ¿Que hacemos ahora...?

Creo que no era el mejor momento de preguntar.

Chiflo para llamar a mis caballos. Y de pronto, llegan al galope. Los dos caballos que antes les había dejado a Uriel y Cirem.

- Os lo doy. Son viejos, pero corren mucho.