Partida Rol por web

Ghalnek cerró los ojos y soltó aire.

Por Clangeddin... así ligan los elfos? QUÉ COÑAZO....

Volvió a mirar a los elfos, con el ojo entre el índice y el corazón de la mano, como con vegüenza ajena.

Rich miró al señor enano Ghalnek - Te veo poco hablador Ghalnek creo que los animos aqui estan de capa caida. Deberiamos beber un poco mas para ver si cambia el panorama jajaja -

Galatea soltó un suspiro y volvió a levantar una mano para apoyar la barbilla. Al parecer había vuelto a perder el interés.

—Creo que escojo la tercera opción...—dijo—...aguantar estoicamente hasta que se presente algo interesante que hacer.

Acto seguido giró la cabeza para mirar al enano y al hacerlo, tal como la tenía, adoptó exactamente la misma postura que él.

—Agua dulce y risas ligeras, Ghalnek—respondió con una sonrisa algo burlona pero sin malicia al corregir la frase—aunque la "versión enana" resulta de lo más original si me permites la observación...

Thzedrich:

"Dioses, si todos los ánimos los tiene él concentrados... aunque como beba algo de aquí creo que se le podrían hasta disolver"

Bardryn estudió a su hermano. En Luna Plateada había muchos elfos, y algunas veces le había visto comerciar con ellos. Esa era la razón de que conociera su idioma, sus costumbres y sus saludos: era bueno para los negocios. Quizá por ello le guiñó el ojo.

La banalidad de la conversación acerca de ánimos y diversión la estaba matando. ¿Qué querían? ¿Que se subiese encima de la mesa y se pusiese a bailar? ¿Quizá que, como en los cuentos de los bardos, viniera un encapuchado a mostrarles el mapa a una tumba repleta de tesoros?

Sin darse cuenta, sus dedos habían empezado a tamborilear en la mesa a un ritmo alto e impaciente. Cuando se dio cuenta carraspeó, miró al resto y se colocó las manos en el regazo.

Sí. A ver si traen las bebidas.

Así al menos, mientras bebían, no podrían hablar.

 —Agua dulce y risas ligeras, Ghalnek aunque la "versión enana" resulta de lo más original si me permites la observación...

Ghalnek soltó una risa de pecho y sonrió a la elfa.
Es que eso del "agua" me da repelús ¡Por lo menos vino! Jojojojo
Se volvió a sentar bien al recordar que la postura solía ser un poco importante.

Encantado, Galatea.

 Te veo poco hablador Ghalnek creo que los animos aqui estan de capa caida. Deberiamos beber un poco mas para ver si cambia el panorama jajaja

Buee- Su hermana le interrumpió

 Sí. A ver si traen las bebidas.

Jajaja. Justamente eso iba a decir.

La muchachita toma nota de todos los pedidos sin hacer comentarios, llendo a la cocina, bajo la mirada del enorme posadero... Vuelve a los pocos minutos, sosteniendo entre ambas manos una enorme bandeja, con todas las cosas. Sus mejillas estan algo rojas cuando las acomoda en la mesa y comienza a repartirlas en silencio.

La bebida esta buena en verdad, con mucho cuerpo. La comida.. es comestible. El estofado esta poco condimentado y su sabor es soso, mientras que la carne de la enana esta algo quemada por fuera y cruda por dentro. Sin embargo, por lo que dice el papel, los precios tampoco son altos, asi que no habria que esperar mas.

Mientras el grupo se alimenta, en la puerta de la posada aparece una mujer, de tez clara y bella, con una armadura de cuero tachonado azul, y un arco largo en la espalda. Tiene una herida en la pierna, cubierta de sangre seca, y se sostiene en un baston...

En silencio, medio rengueando, camina hacia la barra, pero antes de llegar las fuerzas le fallan y se ve obligada a sentarse. Medio murmurando, medio gritando, dice..

-Elgar...!

Con pasos increiblemente rapidos el hombreton sale desde atras de la barra y se aproxima a la muchacha en instantes. La coma en sus manos y con facilidad la sienta en una mesa cercana, acostandola en la misma.

-Amane! Que paso muchacha!!

Los soldados que estaban bebiendo y todos los clientes los miran...

Susurra su respuesta, de modo que solo un oido atento podria saber que esta diciendo...

Yo presto más atención a la "comida", por llamarlo de alguna forma, que a la escena y aunque tenga curiosidad por saber lo que le está contando no consigo escuchar nada.

¿Quién le haría esa herida?

No lograis escuchar nada, la distancia mas los pequeños murmullos de la taberna por lo pasado os lo impiden... o tal vez la falta de baño con que limpiar vuestras orejas

Ambos logran oir pequeñas palabras sueltas

-llegada... templo... traidor... prisioneros...envia ayuda

Prestando atencion, logras distinguir en los suaves labios de la muchacha algunas palabras que mas o menos se acomodarian asi...

-Fuimos emboscados...orcos..llegada al templo... fue ... traidor... todos prisioneros...yo escape... envia ayuda...

La entrada de la joven herida levantó más expectación en el Trol Moteado que la que hubiera conseguido un trovador de Foclucan. Por cómo iba armada, la humana parecía haber salido de un combate. Por su armadura ligera, quizá fuera una exploradora de avanzadilla de los Jinetes. Si Ghalnek y ella pensaban ir río arriba, más les valía conocer qué es lo que estaba ocurriendo en los alrededores de Nesmé. Le leyó los labios y lo que vio no le gustó nada. Se le tensó la mandíbula y miró a su hermano con los ojos bien abiertos, en un gesto de auténtica consternación.

¡Orcos! dijo en voz baja, aunque de forma tan exaltada que todos los que estaban sentados alrededor de la mesa pudieron escucharla. Esa palabra, en labios de Bardryn, parecía ser el insulto definitivo. Esas sabandijas emboscaron al grupo de esta chica a la entrada de no se qué templo, ¡ayudados por un traidor! ¡Seguro que piensan convertir Nesmé en una segunda ciudadela de Felbarr!

Ghalnek frunció el ceño al ver a la muchacha llegar herida.

¿Qué...? ¿Ya están esos monstruos dando guerra? Casi olvido que esto no es Luna Plateada, y aquí estas cosas pasan...

 ¡Orcos! Esas sabandijas emboscaron al grupo de esta chica a la entrada de no se qué templo, ¡ayudados por un traidor! ¡Seguro que piensan convertir Nesmé en una segunda ciudadela de Felbarr!

Ghalnek dio una palmada a Bardryn y se levantó un poco deprisa, diciéndole algo en enano, una pregunta que parecía una orden, mientras se acercaba al tabernero y la mujer herida con aire preocupado.

A ver qué ha pasado aquí... no quisiera que, fuera lo que fuera, nos cogiera desprevenidos en esta ciudad alejada del fuerte Rauvinguarda.

Detengo la cuchara a medio camino entre el plato y la boca, evidentemente sorprendido por la noticia de la enana sobre lo que había pasado. Pero sólo dura unos instante, hasta que termino por meterla en la boca y empezar a masticar el trozo de "carne" que me había cogido en ella.

- De los orcos puedes esperar eso - hablo mientras mastico - ¿¡Pero un traidor!? ¡Deberíamos colgar a esa sucia rata y desollarla mientras aún respire!

Da la sensación de que el templo y los orcos los habría dejado pasar sin ningún problema, quizás soltando un "¡Qué pena!" refiriendome a la chica y sin poner mucho sentimiento en las palabras. Pero el asunto del traidor, eso era una afrenta personal, algo que debía castigarse rápida y duramente, a pesar de que no me importara a quién hubiera traicionado, aunque era evidente que se refería a la ciudad.