Partida Rol por web

Con el primer mazazo, Dain ya había acabado con el último bandido. Sin embargo, el enano continuó aporreando al cadáver con rabia, sin percatarse de que ya no suponía ninguna amenaza.

Brob observó una escalera de madera sinuosa que ascendía al piso superior. Tras la abertura del sur podían observarse algunos petates en el suelo y una maltrecha cocina que desprende el olor de comida en mal estado y humo de madera.

Furen resopló, agotado por el combate y las heridas. No obstante, le preocupaba más el estado de sus camaradas.

-¿Estáis bien, algún herido?

-Nah, un pequeño rasguño--miente Dain haciéndose el fuerte--Nos cogieron por sorpresa aquí adentro. ¿Estás bien tú?

-La verdad es que no entiendo cómo pueden vivir hacinados así. ¡Huele a perro muerto!

Sin hacer caso a sus compañeros, o eso aparentemente parecía, el jobial y extraño gnomo no dejaba de mirar el sillón. 

- Arece ómodo - Con un pequeño dedo lo tocó - ero ta iejo y feo. 

En apenas medio parpadeo, su atención cambió. 

- ¿A qué uele? - Olisqueó el aire - ¡¡iero sabé quien cocina tan mal!! Puag!!

—Yo estoy bien— respondió a Furen.

Un vistazo rápido a la habitación contigua le hizo suponer que era el lugar donde se resguardaban los espías, a simple vista no parecía haber nadie más allí dentro.

—Sigamos buscando a ese tal Dennek, no tiene que andar muy lejos—

—Yo también tengo solo un rasguño. Ahí arriba hay algo —dice señalando la escalera, y comienza a subir, con la felina curiosidad de un gnomo. 

—Parece que estos tipos estaban ocupando este sitio.

-Magullado, pero nada que no se pueda solucionar-contestó a Dain. -Espera Brob, sólo un momento, por favor. Dejemos que Berronar sane a estos humildes siervos de buena voluntad.

Cerró los ojos y pronunció algunas palabras más, pero en lengua enana esta vez. Un halo de luz iluminó a todos. Acto seguido, alzó su mano para tocar a Dain, y este volvió a sentir el calor del poder divino.  Finalmente, posó la mano sobre su pecho y un último acto de fe concluyó el proceso de curación.

-Ya está. Gracias. Podemos continuar con nuestra búsqueda.

Después de la sanación, Furen estaba interesado en registrar los cuerpos de los bandidos, por si tuviesen alguna pista u otra cosa de interés encima.

Glohrim, al ver que Brobdingnag subía por unas escaleras le dijo —Aguarda un momento muchacho, deja que vaya yo primero, no vaya a ser que nos encontremos con más sorpresas— decía acercándose al gnomo, esperando que este le oyese y le dejase ocupar la primera posición.

Furen registró los 5 cadáveres con intención de encontrar algo de valor o alguna pista en sus bolsillos. Sin embargo, no había absolutamente nada en ellos. Tan sólo observó que 5 espadas cortas y 5 ballestas de mano podrían ser útiles para alguno de sus compañeros.

—¡Gracias Furen! —Suelta el gnomo ardiendo en deseos de ver la parte de arriba.

La escalera de madera cruje sonoramente bajo vuestros pies, aunque parece que no queda nadie arriba.

En el piso de arriba hay un corredor con dos puertas a cada lado hacia el norte y hacia el sur. Al final del corredor, hay otra puerta.

-¿Alguna manía?--pregunta Dain al resto del grupo.

Glohrim se paró frente a la primera puerta de la izquierda.

—Veamos que hay aquí..— dijo al resto del grupo —..estad atentos— añadió un par de segundos antes de poner su mano en el pomo e intentar abrirla.

Furen asintió, preparándose para ver qué aguardaba tras la puerta.