Evitáis el ataque con la TD. Puedes hacer la maniobra Defensa férrea, que no implica maniobra en sí y que te da +2 a la TD, y además dejar claro que no quieres atacar, como acabas de hacer.
Motivo: Defensa ferrea
Tirada: 3d6
Resultado: 15(+5)=20
DIRECTOR: ¿De dónde sale ese +5? Tienes que sumar tu Valor de defensa. Si estás con las dos espadas puedes ponerte en pose defensiva, por lo que tu Valor de defensa sería 4, por lo que sumarías 6, teniendo un total de 21.
Motivo: Resistir Posesión(Pasión)
Tirada: 3d6
Resultado: 2, 2, 6 (Suma: 10)
Motivo: Resistir Posesión(Pasión)
Tirada: 1d6
Resultado: 2
en fin, 12+3 = 15 y me borro una de pasión.
Motivo: Voluntad
Tirada: 3d6
Resultado: 5, 3, 6 (Suma: 14)
14+4=18
-¡SÍ!... ¡MÁTALOO!... -grita el etemmu que ha poseído a Abdul, esta vez con una voz más agresiva y terrible, con los párpados más abiertos y los ojos igualmente desorbitados, en una mueca horrenda. Entonces Hanila, aún poseída, se levanta y lentamente comienza a caminar en una dirección, hacia el interior de la ciudad perdida, como si estuviera sonámbula, murmurando con profunda voz sepulcral: -El sacerdote... del zigurat... pues no está muerto lo que yace eternamente... -entonces se detiene, se gira bruscamente hacia los otros dos y añade: -Y con los evos extraños... incluso la muerte puede morir... -y tras eso, repentinamente abandona el cuerpo de la awilu como expulsado a presión. Hanila cae desmayada, pero recupera la consciencia casi al instante, recordando poco a poco todo lo sucedido. El etemmu se aleja pero no desaparece, se queda cerca, a la vista, a unos metros en dirección hacia el interior de la ciudad.
Abdul vuelve a atacar a Arhuna, aún poseído, pero ésta lo esquiva de nuevo. Entonces, cuando va a lanzar un tercer ataque, de pronto su brazo se detiene en el aire, tembloroso, y se deduce en su forzada mueca que está luchando contra Abdul por el control de su cuerpo. Abdul siente impotencia, pero también la determinación de recuperar lo que por naturaleza le pertenece, y percibe al etemmu agarrándose a sus entrañas con uñas y dientes con tal de que no le expulse.
¿Hay algún fan de Lovecraft en la sala que reconozca las citas? jaja
Abrí los ojos y estaba tendida en el suelo. Por la postura, sabía perfectamente que me había caído porque no era demasiado cómoda, pero tardé un poco en darme cuenta de que había conseguido sacar a la cosa que estaba intentando quedarse con mi cuerpo.
- ¡Joder con los fantasmas! - Me puse en pie y sacudí mi ropa, aunque en seguida me di cuenta de que allí estaba el que había intentado incadirme, de camino al interior de la ciudad.
Me estremecí pensando en lo que por suerte no había pasado.
Me giré en aquel momento a mirar a mis compañeros y vi que la escena no era demasiado halagüeña. Me acerqué a ellos, aunque no del todo y les hablé.
- ¿Sois vosotros? ¿Estás bien? - Salvando lo que ya se veía a simple vista, claro.
Finalmente los espirítus parecía que nos habían dejado tranquilos. El que poseía a Hanila la abandona y se queda expectante.
El sacerdote del Zigurat. Entiendo. Dinos, espíritu. ¿Hacia donde hemos de dirigirnos? Nuestro guía, Abdul -señalo a nuestro compañero aún poseído. - seguramente él tenga conocimientos del zigurat y pueda guiarnos, pero no podrá hacerlo si aún está poseído. Libéralo también y nosotros nos encargaremos de dar muerte a ese sacerdote.
Esperaba paciente que los espíritus fueran igual de razonables que de agresivos y nos dejaran en paz. El problema es que nos habíamos cargado con una tarea que no entraba en nuestros planes. No sabía cuánto nos tendríamos que desviar del camino, ni cuánto tiempo nos llevaría tal empresa, pero ahora mismo era la única salida viable a aquella situación.
El etemmu que se había quedado expectante, entre vosotros y el interior de la ciudad, dice con su siniestra voz de ultratumba: -Por aquí... el sacerdote... -entonces el que había poseído a Abdul añade, como forcejeando aún por el control del cuerpo: -Sí... el sacerdote... el zigurat... -y en ese momento sale del cuerpo del uridimmu del mismo modo que el otro lo hizo de Haruna, como una humareda salida a presión a través de todos los orificios del cuerpo, lo que deja a Abdul desorientado y debilitado; éste cae al suelo, y al instante comienza a recuperar el control y poco a poco a recordar todo lo sucedido. El etemmu que le ha poseído se aleja, como el que intentó poseer a Arhuna.
A fin de cuentas, con todo lo sucedido comprendéis la leyenda sobre los etemmu: la única manera de quitarse de encima a los muertos que se quedan en este mundo es ayudándoles.
Objetivo: la biblioteca que perteneció al sacerdote. Los sacerdotes hacen su vida en el zigurat, ergo es de suponer que la biblioteca estará en el zigurat. Si ahora el objetivo es el sacerdote, y los sacerdotes hacen vida en el zigurat, el zigurat es el objetivo más probable xD
He tardado algo más de lo normal en postear esta vez porque estoy intentando cuadrar ambos grupos.
Nadie respondió a mis palabras, así que me quedé observando qué era lo que sucedía. A fin de cuentas, lo de hablar con una pared sería más útil que hablar con mis compañeros.
- La verdad es que no sé por qué me molesto.
Las únicas veces que había conseguido que me dijeran algo era para "odiarme" directamente o para echarme en cara algo, como se podía ver, si les preguntabas si estaban bien, ni siquiera se molestaban en mirarte.
Podía entender que Abdul no lo hiciera porque no era él, pero en fin.
Parecía que directamente tendríamos que ayudarles con aquella venganza para que nos dejaran en paz y bueno, no parecía que tuviéramos muchas opciones, así que ni descansar, ni dormir, ni nada de nada, ahora tendríamos que ir a buscar al tipo ese que seguro que nos daba otro millón de problemas.
Sacudo mi cabeza y aun mareado me incorporo recogiendo mi arma, la miro extrañado y luego dirijo mi mirada hacia Arhuna. Lo siento... No pretendia... Miro entonces hacia Hanila que parece encontrarse bien y la memoria comienza a refrescarme los ultimos momentos vividos. Tranquila Hanila, estamos todos bien, por ahora. Miro entonces hacia la dirección en la que los etemmu nos indican y a la oscuridad que nos rodea. ¡Bakra! ¡Kulla! Chillo desesperado, temiendo que les ha podido pasar si uno de esos seres habia poseido a uno de nuestros más diestros guerreros. Los etemmu no son pacientes pese a tener toda la eternidad, pero no podemos abrir más la brecha que divide ambos grupos. Miro ahora hacia las dos mujeres que conforman el grupo y les pregunto con la mirada que hacer, el ser poseido por ese espiritu me ha dejado un poco frio y desesperanzado.
No me había sorprendido la escena que habíamos vivido, ni que ahora aquellas criaturas estuvieran allí esperando a que hiciéramos algo, pero claro, eso no quería decir que no hubiera sentido miedo, sobretodo, cuando casi había perdido el control de mi cuerpo. A fin de cuentas, siempre había escuchado decir que precisamente es el miedo el que nos mantiene vivos ¿no?
- Pues me parece que nuestra única opción es ir a por ese sacerdote. No podríamos defendernos eternamente de que intentaran poseernos y bueno, tampoco creo que les importe estar así eternamente. - Ya estaban muertos y no tenían ninguna necesidad fisiológica.
Mis armas daban un poco de risa, porque viéndolo desde fuera, alguien de metro cincuenta, delgado y con un cuchillo no es que impusiera mucho, pero era mejor eso que ponerse a tirar piedritas con una honda.
- Deberíamos movernos antes de que vuelvan a las andadas.
Sabía que los otros dos compañeros, o bueno, Kulla, porque si el otro no volvía no lo iba a echar de menos, estaban en alguna parte, pero en aquel momento teníamos que preocuparnos por seguir siendo nosotros, sin más invasiones.
No teniamos más opciones que ayudar a los espíritus agresivos. Los poseídos iban poco a poco recuperando el control de sus cuerpos y despertaban del trance.
Los espíritus nos han dicho que debemos destruir a unos sacerdotes que ocupan un zigurat. Quizás Abdul pueda darnos indicaciones. Esto podría desviarnos de nuestro objetivo, pero me temo que estaremos vigilados así que o posesión o ayudamos.
Nos tendríamos que poner en marcha cuanto antes. No era consciente del tiempo que habíamos pasado con los espíritus pero mejor apresurarnos.
Poco después de que Abdul llame a sus compañeros a gritos estos aparecen, finalmente. Primero oís un extraño sonido de arrastre, y poco después veis a Kulla y Bakra totalmente bañados en sangre; Bakra está ayudando a Kulla a caminar dificultosamente, como buenamente puede... por la fuerza que aplica para ayudar a su grande y pesada compañera parece que no está muy herido, pero la wardu parece estar al borde de la inconsciencia y se arrastra a duras penas hasta alcanzar el campamento. Finalmente estáis juntos todos de nuevo, aunque por poco al parecer...
Por supuesto lo primero que ven Bakra y Kulla es a sus compañeros, que les parece como una salvación en medio del infierno, como la meta en una violenta y sombría persecución con la muerte pisando los talones. Pero no tardan en percatarse del etemmu que hay a cierta distancia, quieto, como mirándoos, como esperándoos en la entrada de una calle que lleva al interior de la ciudad.
Perdonad la tardanza. Lo normal en mi ritmo de vida actual es que en un periodo de más de doce horas solo pase por casa unos 40 minutos más o menos, por lo que el muy poco tiempo libre que puedo tener entre que ceno y me acuesto no me apetece pensar en nada xD Pero bueno, aquí tenéis. Después de estos primeros días de este nuevo ritmo de vida que llevo, voy a intentar mantener un ritmo medio en esta partida, a ver qué tal.
En una apartado del reparto de Puntos de Experiencia tendré en cuenta las buenas ideas, y también las malas aunque solo si son extremadamente malas. En este caso debo decir que tú Arhuna estás diciendo algunas cosas que no concuerdan con la aventura, y además ya te corregí en mi comentario anterior y sigues expresando lo mismo; es de entender que vuestra misión y la petición de los fantasmas os va a llevar al mismo sitio.
Para Bakra los segundos eran minutos y los minutos, horas. No por él, sus fibrados músculos aguantarían a Kulla mucho tiempo más, pero el estado de la wardu era serio y quién sabe lo que podría pasar en una danna escasa. Después de lo que pareció una eternidad, el cimmerio por fin vio a Abdul.
-¡Por fin os encontramos! ¡Necesito ayuda, está gravemente herida!- gritó en dirección al uridimmu mientras comenzaba a posar a Kulla en el rugoso suelo.
Y es en ese momento cuando se percató de la presencia que acechaba a la entrada de una calle, lo que transfiguró su rostro por completo. No parece nada bueno.
-¿Qué es eso?- dijo, con un tono de voz más comedido, mientras su rostro apuntaba al ser que había acabado de descubrir.
Me quede con los ojos abiertos al ver las dos figuras que se acercaban y no pude evitar sonreir de alegria, más esa alegria se esfumo al ver el estado que se encontraba Kulla, corrí hacia ellos sin dudarlo portando vendas del campamento. Vamos a ver si podemos parchearte Kulla. Le digo al llegar a su lado e intentado tranquilizarla.
Escucho entonces la pregunta de Bakra y miro en su misma dirección. Son unos etummu que han conseguido poseerme, la unica solución es ayudarles en su venganza... Vuelvo la mirada hacia Bakra. Menos mal que nos habeis encontrado, creía que nos iban a obligar a abandonaros aqui. Confese al barbaro mientras comenzaba a tratar las heridas de Kulla con mis conocimientos de explorador.
¿Tengo que tirar dados?
Abdul quita la palabra "desinfectantes" como si leerla te hiriera gravemente por favor xDD Estamos en la edad del bronce, además en una sociedad que desprecia el valor de la vida de un modo que a nosotros nos resulta difícil concebir. Al ser uridimmu te salvas un poco en ese sentido, y voy a permitir que hayas visto alguna vez a alguien de tu tribu practicar unos "miserables y paleolíticos primeros auxilios super relacionados con la religión y con poco fundamento práctico real", lo que tampoco implica que tú sepas hacerlos xD También creo que la profesión de explorador no te ayuda en este caso, así que no la vamos a sumar a la tirada. Así que haz una tirada sumando solo Ingenio, y si sacas 15 o más te dejo curarle 1 solo punto de Aguante xD Entre tu equipo de aventura te permito llevar un par de vendas pequeñas, nada más.
Motivo: SUPERCURACION
Tirada: 3d6
Dificultad: 15+
Resultado: 13(+2)=15 (Exito)
puto amo XD
Estábamos intentando ponernos de acuerdo en qué hacer, o bueno, eso era lo que estaba intentando hacer yo, cuando aparecieron Kulla y el otro, aunque mis ojos se centraron en mi compañera y en su lamentable estado. Salí corriendo en su dirección.
- ¡Kulla! - Iba a preguntar si estaba bien, pero estaba claro que no era así, por lo que la pregunta sería absurda.
Al ver que Abdul iba a tratar de curarla me aparté un poco, aunque le ayudé con las gasas que llevaba.
- Dime si necesitas más, que puedo usar parte del vestido si es necesario. - Sí, claramente por ayudar a Kulla pasearía con menos ropa de la habitual sin problemas.
Así, esperé al lado de mi compañera cogiéndola de la mano.
- Vamos Kulla. Recuerda que tú eres la más fuerte de las dos. - La dije mientras los hombres comentaban el tema de etummu y sus exigencias.
Mientras Abdul se esmeraba en aplicar sus rudimentarios remedios de curación sobre la wardu, el bárbaro no podía dejar de pensar en el nuevo acompañante del grupo:
-¿Cómo que te han poseído? ¿Contra quién se quieren vengar? Este lugar es muy peligroso, ¡casi le cuesta la vida a Kulla!
Terminada la batalla solo quería dejarme caer y morir en aquel lugar. El dolor era insoportable y mi cuerpo ya no podía más del cansancio.
Bakra no me permitió cumplir mi deseo y me levantó para, haciendo que descargara todo mi peso sobre él, avanzar lentamente buscando alguna ayuda. Poco después caí desmayada y no volví a abrir mis ojos hasta que nos encontramos con gente en nuestro camino.
Dificultosamente pude distinguir las figuras de algunos seres a nuestro alrededor. No tenía claro si eran amigos o enemigos, mas no había en mi fuerza alguna para plantar defensa en caso de que fueran esto último. Me dejé llevar con la débil esperanza de que nos hubiéramos encontrado con nuestro campamento. En aquel lugar estaría mi señora y podría manifestarle que había cumplido mi misión.
No estuve en plena conciencia de que nos habíamos encontrado con nuestros compañeros hasta que vi el rostro de Abdul sobre mí. Estaba recitando palabras ininteligibles para mí y moviendo sus manos en extrañas señales. A mi lado estaba mi señora, visiblemente afligida por mi estado. Traté de levantar mi mano para consolarla, pero mi cuerpo no reaccionó a mi orden y tan solo pude realizar un leve espasmo. Caí inconsciente una vez más, pero esta vez con la satisfacción de poder haber visto a mi señora.