Partida Rol por web

Ya en el exterior del cuartel de la sociedad, escucho la respuesta de Vaska y puesto que avanzo algo rezagado respecto a Durma y a Elrohir me giro y tras rebuscar en mi saquete particular muestro a nuestro gnomo carmesí unas cuantas monedas.
No cargues tu solo con el peso del gasto. Ahí va una parte para ayudarte.
Y mientras el gnomo las agarra, yo añado.
Y suerte en tu búsqueda. Trata de que sea un buen equipo pues lo vamos a necesitar.
Dicho esto, apuro el paso con mi diestra apoyada en el pomo de mi espada hasta alcanzar al par de compañeros que se habían adelantado unos pasos.

Decididamente, la actitud de las gentes que me rodean empieza a resultar exasperante. Por tanto, tras algún que otro intento por nuestra parte de averiguar donde se halla la biblioteca central o los archivos generales o lo que sea, sin mucho éxito que digamos, me percato de un par de viandantes que llevan unos particulares Hachimakis en sus cabezas.
Entre eso y el particular olor que despiden, queda claro cual es su profesión.
Les intercepto y aunque muestran en sus rostros un atisbo de sorpresa, no salen precisamente corriendo.
Inclino la cabeza ante ellos y tras desearle suerte en su particular trabajo e interesarme por aparejos y características de las capturas de la zona, pregunto al fin por la dirección que nos interesa.
Y hecho esto, hago un gesto a los míos, tras presentarlos por sus nombres claro esta, para que presten atención no vaya a escaparseme a mi algun detalle.

La gente nos mira, el aspecto, nuestras armas o que no les gusten los extranjeros, todo es posible.

Dejo que el guerrero haga el trabajo que debe, por que si lo hago yo sere algo mas directa y puede que acabe con el otro empotrado contra una pared. La primera vez que veo algo asi...

Tarcil habla con aquellas dos personas, empieza con una cháchara sin ningún tipo de interés srobe el tema que os tiene preocupados, pero finalmente y ta ganarse la confianza de aquellas personas que lo miraban extrañados, sobre todo por sus armas mostradas de manera evidente y sin recato y lo extraño de su indumentaria. Le indican el lugar donde se encuentra algo similar a lo que está buscando, pues no saben de ningún lugar donde se guarden libros pero si donde se guardan los escritos importantes con historias y leyendas de esta cultura.

Tras salir de la Logia y tras recibir unas monedas de Tarcil, te lanzas a la aventura para encontrar algunos suminstros para el viaje que os espera. La ciudad es enorme y no la conoces, la gente te mira y se aparta a tu paso, y no escuchas lenguas conocidas para ti.

Intento hablar con varias personas, pero estas no parece que quieran hacerlo, se apartan del mismo modo que si tuviera alguna enfermedad contagiosa, mis compañeros cada vez mas enfadados por la actitud de los lugareños, al final mientras logro a duras penas que una mujer de mediana edad se detenga a escucharme mientras de refilon veo como Tarcil habla con unos pescadores, dedico inmediatamente mi atención a la señora para no ofenderla y con toda la educación que es posible despues de disculparme por robarle un poco de su tiempo pregunto sobre una biblioteca, universidad o edificio similar donde poder encontrar libros o información.

La capitana se queda mirando como todos abandonan y una vez la mayoría lo han hecho se levanta para ir a sus aposentos, pero entonces ve que uno de los pathfinders aún no se ha ido. tras su pregunta si la Sociedad facilitará dinero para equiparse esta le contesta:

- No, no os proporcionaremos dinero para malgastarlo. A cambio os dejaremos el euipo básico para el trayecto y poder llegar al lugar que debéis ir. Ropas para soportar los elementos, cuerdas (¿qué no entiendo como cualquier pathfinder que se precie no lleva?) y los suministros de alimentos necesarios para el viaje. Nada más que no sea necesario para el viaje os será prestado por nuestra logia. Además os proporcionamos dos de los mejores guías del lugar.

La mujer parece no entender lo que le dices o ignora tus palabras, una aproximación a una mujer de su edad de un miembro del sexo masculino no está bien vista entre estas gentes, muchos hombres de mediana edad que pasan por el lugar se te quedan mirando y mueven la cabeza en señal de negación, alguno escupé hacia el suelo mientras te mira con algo de condescendencia. Finalmente la mujer se zafa de tu arrinconamiento y huye velozmente caminando.

- Con eso bastará, muchas gracias, capitana.- dijo el gnomo, mientras se retiraba caminando hacia atrás y haciendo otra reverencia.

Me acerco a Tarcil y a Durma bastante desilusionado, esta claro que las costumbres locales son bastante extravagantes no hay manera, esta gente sencillamente no quiere hablar ¿vosotros habéis conseguido algo?

Cuando Elrohir se me aproxima, le indico, punto por punto, las indicaciones recibidas. Pues si bien yo he tenido suerte al toparme con gentes de mi antigua profesión, otra cosa muy distinta es que me ponga a rebuscar en el interior de la sede de los archivos.
Mas aun si tenemos en cuenta el gusto de estas gentes por los detalles de comportamiento.
Por tanto, mientras explico la localización a Elrohir, digo.
Amigo mio, te toca liderarnos a partir de ahora. Me temo que mi utilidad en medio de una montaña de legajos, es bastante cuestionable.

Mientras deambulas por las calles de Goka sin un objetivo claro puedes ver a otro de los de tu raza, bueno, un primo no de raza pura como tú, este parece un simple gnomo, y un poco perdido aunque se sale con soltura ya que habla la lengu ade aquellas gentes, cosa que te sorprende pues no has visto más gnomos por la ciudad, y este es extraño de verdad, con un runa grabada en la frente que muchas veces brilla.

Algo sorprendido de ver a otro gnomo por aquellas latitudes, Vaskalinsvel se limitó a saludarlo con la cabeza. Pero entonces oyó que hablaba la lengua de por allí, así que decidió acercarse a hablar con él.

- Vaya, menuda sorpresa, otro gnomo por aquí. ¿Qué tal, compañero? Oye, estoy en un aprieto, necesito comprar ciertas cosas y no hablo la lengua del lugar. ¿Por casualidad no podrías echarme una mano?- dijo, sonriendo abiertamente.

- ¡Ahá! ¿Eres un gnomo de lava, cierto? Mi nombre es Abrosthor, llamado El Curioso, gnomo viajero y miembro de la Gran Logía -se presenta cogiendo la mano de Vaskalinsvel y agitándola con fuerza por un periodo de tiempo algo más largo de lo que se podría considerar "normal"-. La verdad es que comprendo lo que dicen, asuntillos mágicos, ya sabes, pero no se hablar su idioma, así que nos podemos manejar con gestos. ¿Qué? ¿Por dónde empezamos? ¿Y cómo decías que te llamabas? -interroga sacando su cuadernillo de notas y un lapicero.

Vaskalinsvel sonrió de nuevo. Por fin una conversación normal, y no uno de estos intercambios parcos en palabras con humanos que sólo quieren terminar de hablar antes de empezar.

- Encantado de conocerte, Abrosthor el Curioso, mi nombre es Vaskalinsvel y efectivamente, soy un gnomo de lava. Veo que eres un erudito, incluso entre los nuestros hay muchos que no conocen mi raza. Y los humanos ya, ni te cuento...- dijo, poniendo los ojos en blanco.

Y al oír que Abrosthor mencionaba la Gran Logia, añadió:

- ¿La Gran Logia, de verdad? ¿Entonces también eres miembro de la Sociedad Pathfinder? Qué casualidad, precisamente estoy aquí destacado con unos compañeros. ¿Conoces a la capitana local, una tal Amara Li?

Abrosthor escucha con atención, asintiendo y tomando anotaciones cortas.

- Vaskalinsvel, ujum. Da gusto escuchar un nombre fácil de memorizar. Y, hombre -dice sonrojándose-, un erudito, erudito... no, para ser sinceros. Lo que sí es que soy explorador, un viajero, un alma libre, un tributo a mi raza. Jejeje, ¿comprendes, verdad? Como buen gnomo de lava, ¿qué es lo que te ha sacado de los calurosos volcanes? Admiro la destreza de tu pueblo con las grandes obras de artesanía, sí, sí -admite con sinceridad-. Ah, ya me estoy enrollando. Con orgullo digo que pertenezco a la Sociedad Pathfinder, cierto. ¿Y que hay de ti? ¿Eres también miembro? ¿A qué facción sirves? ¿Cuáles son tus aspiraciones personales? Y Amara Li, ahora que la nombre. Sí, jejeje. ¿La conozco? -termina alzando una ceja y posando el lápiz en el papel.

Hay veces que...me quedo donde estoy mirando a los dos hombres. A ver si nos movemos para poder ir a la biblioteca, creo que tengo que hacer una parada en la herreria para que le haga un repaso en el filo tenia un extraño golpe.