Partida Rol por web

-Habrá que dejar este trasto lejos de la ciudad, aunque podemos meter las motos dentro para hacer la mayor parte del camino con él y llevarnos el botín. Luego podríamos dar un par de viajes para tratar de vender todo lo que no podamos llevarnos. ―Hardenberger tuerce el gesto y niega con la cabeza. Pero esas armaduras no habrá manera de colocarlas. Demasiado llamativas. OTRA COSA: quizá lo más interesante una vez abandonado este planeta fuera llevar el fragmento a nuestro empleador. Dudo que vaya a estar en ningún sitio más a salvo que en su poder.

El droide, antes de embarcar decide plantear la opción de ir a la ciudad en un viaje rápido para intentar vender las armas y accesorios sobrantes que no impliquen riesgo alguno y aprovechar así, para reabastecer al equipo de cualquier cachivache que pueda hacerles falta en un futuro próximo.

- [Pregunta] Debo ir a por un par de kits de reparaciones al la ciudad. Si alguno quiere acompañarme podemos aprovechar y conseguir algo de material además de vender algo de todo lo que hemos conseguido en el asalto. Comenta a sus compañeros.

Acto seguido se monta en una de las motos para salir a por recambios.

Finalmente os dirigís a la ciudad, antes de llegar a ella dejáis el transporte imperial escondido desde ahí lleváis vosotros mismos la mercancía hasta la Trueno del Bantha.

Recogéis lo que creéis que se puede vender y os lo lleváis a la capital con la intención de que os dejen un buen precio por los objetos.

Después de buscar un rato alguna tienda de compra-venta, dais con "Negocios Garan Trehug", una tienda que os han dicho que es la mejor para obtener algo de dinero a cambio y que regenta un duros que os atiende muy amablemente. Charláis con el durante un buen rato pero no lográis sacar beneficio extra del que manda en el mercado pero, al ver que compráis kits de reparaciones para HK, os regala un par más.

- Porque me habéis caído bien - os dice ampliando la sonrisa mientras intercambiáis equipo y créditos.

Cuando ponéis los vibrocuchillos sobre la barra los observa detenidamente, durante un minuto, uno a uno los inspecciona en busca de algún desperfecto o marca, murmura alguna cosa que no llegáis a entender, enciende cada uno de los cuchillos, los apaga y los devuelve a la mesa.

- Está todo correcto - añade mientras os da el dinero correspondiente a vuestra venta.

Volvéis a vuestra nave y levantáis el vuelo rumbo al siguiente punto más cercano que tenéis registrado en vuestro transporte.