El subidón de adrenalina de salir al exterior se había agotado tiempo ha. Ahora Alice luchaba por dar cada nuevo paso, agotada. El peso de la armadura se le hacia insoportable pero sabia que sin su ayuda nunca saldria de alli viva. Queria decir algo, hablar, pero su garganta estaba tan seca que le dolia solo de pensarlo. Hizo un alto y bebio un largo trago. El frio era peor cuando te parabas. Otro paso adelante, otra vez la pierna hundida hasta la rodilla.
Mientras avanzábamos, el frío que antes había tomado como una victoria, empezaba a volverse un temible oponente. Cada vez costaba más avanzar. La nieve y el viente hacían a veces que dudase de si seríamos capaces de llegar. Los intentos fallidos de Bell por comunicarse, no hacían más que empeorar la situación. Veía a mis compañeros en una situación similar, y me preguntaba si al final moriríamos allí. Después de todo lo que habíamos pasado. De los que habían muerto para que pudiésemos estar aquí..
Saqué fuerzas de flaqueza y decidí que no podía permitir que nos venciesen las inclemencias del tiempo. Regulé una vez más la temperatura del traje. Justo al tiempo que recibíamos confirmación de que había unidades de la Federación cerca. Eso, y las palabras del sargento, fueron lo último que necesitaba para convertir mi resolución en una férrea determinación. No caeríamos allí. Saldríamos de ese planeta, y demostraríamos lo que la infantería era capaz de lograr. Ganaríamos la guerra.
La última carrera por la supervivencia fue quizá la más larga para los infantes sobrevivientes del escuadrón Heat, habían recorrido ya mucho camino, pero aquellos últimos metros con la oportunidad de lograrlo frente a ellos hacia que la presión arterial casi les estallase en la cara.
Si perdían aquellos vehículos estaban perdidos y lo sabían, esta vez no había más opción que correr hasta desfallecer, si no lo lograban de igual modo probablemente morirían. Así, mientras Bell intentaba hacer contacto con aquel contingente, el grupo de infantes se precipitaba lo más rápido que podía en la dirección deseada.
Pronto se dieron cuenta que sus pasos eran demasiado lentos, simplemente no podían darle caza a un grupo de vehículos que avanzaban a considerable velocidad en una dirección que no les favorecía, por momentos parecía que se acercaban mas y mas, pero cuando la cola los paso se dieron cuenta que pronto se alejarían hasta perderlos de vista, lo cual minaba completamente sus esperanzas.
La suerte estuvo de su lado, en el último momento, cuando ya las esperanzas prácticamente se habían esfumado, el rugir de un motor se escucho a su izquierda. Un vehiculo ski de exploración con dos tripulantes se aproximaba hacia ellos, al parecer exploradores rezagados los habían divisado. Lo que paso después fue muy rápido, los exploradores intentaron auxiliarles ahí mismo al tiempo que solicitaban que alguno de los vehículos Gecko regresara, y con médicos; lamentablemente la petición fue denegada, aquel contingente tenia ordenes especificas y no podían demorarse. Al final, sus peticiones fueron escuchadas por las fuerzas en el centro de mando operacional de la campaña en Galdonia VI, quienes mandaron un vehiculo aéreo con asistencia medica a por ellos. Para cuando los infantes del escuadrón Heat vieron llegar a aquella Slingshot en los cielos, supieron que lo habían logrado.
Fin de la partida
Todos: Si alguno se quedó sin oportunidad de hacer compras, no se preocupe, habrán amplias oportunidades de hacerlo en la partida epilogo, y sin prisas.
Pasadas las horas, recorridos los metros, ni el cielo conseguía ya mantener ese desesperado entusiasmo con el que comenzaron la última carrera. Aunque era capaz de adaptarse al terreno para evitar el agotamiento, pronto se hicieron notar todos los sobreesfuerzos que se habían tomado durante la misión. Vistazos atrás le recordaba que la situación podría ser peor, viendo como sus compañeros superaban físicamente su límite, una vez más.
Casi parecía recuperar la sensación de las últimas zancadas en los túneles, con la importante salvedad de no tener una hueste de arácnidos pisándoles los talones, pero la misma impotencia regresaba. En cuanto la esperada señal de la federación, por vaga que fuera, llegó al escuadrón, un arrebato le llevó a tomar las riendas de una idea que no conseguía quitarse de la cabeza.
Se ofreció entonces para seguir cargando con la camilla, apoyándose con la potencia de su traje para facilitar la tarea, como bien había recomendado su superior. Aseguraos que aguante chicos. Intento sugerir sin que el afectado en cuestión escuchase sus palabras. Sois grandes tíos, ojalá todos los novatos pudieran escoger el escuadrón Heat para busca la gloria. El cansancio quizás comenzaba a provocar cierto delirio en el soldado que comenzaba a esbozar una sonrisa contrastando su fatigada expresión, pero su intención de animar al grupo era notable. Por mi parte creo haber encontrado mucho más que eso… su discurso se interrumpió cuando pudo percibir con claridad el sonido de los vehículos de la federación, nuestro merecido descanso, por fin… ¿A quién le toca la primera ronda? Su cabeza sólo aceptaba ya pensamientos apacibles, dejando atrás todo el miedo, el odio, la batalla… impidiendo que así que su enemigo le arrebatara un solo segundo de victoria.
Aunque he llegado tarde, te agradecería incluirlo si no es mucha molestia.
Perfecto, realizaré pues las compras depués si eso.