Partida Rol por web

 17 de Septiembre de 2010, 18:00. Afueras de Dublín; mansión de Elizabeth Morningdew.

El verano da sus últimos estertores sobre la tierra de Irlanda. Hoy no hay nubes; el sol brilla con fuerza y deja caer la calidez de sus rayos sobre el verde campo irlandés. En algunos puntos ya empiezan a verse los tonos más amarillentos y anaranjados del otoño, como avisando de que la época estival está a punto de terminar. Es realmente un paraje hermoso, muy adecuado para la reunión de la Corte Esmeralda.

Elizabeth os ha convocado en su mansión en las afueras de la ciudad; una gran casa nueva, en cuya azotea se levanta un espléndido jardín que, gracias a la magia de la Soberana Verdeante, siempre se mantiene en el punto álgido de la primavera, con todas las flores frescas y multitud de aromas exquisitos. Estáis en el jardín, sentados alrededor de una gran mesa circular; aparte de vosotros dos, podéis ver a Nathan Greenbucks, el contable, atareado con su ordenador portátil mientras revisa lo que seguramente sean cuentas, y una serie de Changelings de menor categoría, algunos con gesto aburrido, y otros espectantes. En total sois unos 6, a falta de las dos sillas que aún permanecen vacías al frente de la mesa.

La puerta acristalada que conecta el jardín con las escaleras de caracol que unen todos los pisos de la mansión se abre. Primero sale Cromartie Rose, la dracónica y hermosa Ama de Llaves. A pesar de que la reunión es formal, ella no se separa de sus eternos pantalones vaqueros y su escotada camiseta. Un suave aroma a incienso flota en el jardín en el momento que ella entra, y uno de los Changelings varones, un Ogro del Kith Trituratendones cuyo aspecto salvaje contrasta con su traje blanco, aspira con deleite. Normalmente el aroma a incienso es relajante, pero proviniendo de una mujer como Rose resulta extrañamente excitante. 

Rose se hace a un lado, y detrás de ella entra Elizabeth, la Soberana Verdeante. Va vestida con un elegante vestido largo de lentejuelas azules, a juego con sus brillantes ojos. El brillo de las lentejuelas combina con el brillo de las gotas de rocío que permanentemente cubren su piel; un efecto perfecto y magnífico. Los Changelings reunidos se giran para mirarla, salvo Nathan, que todavía sigue trasteando con su ordenador, sin despegar la vista de la pantalla.

Elegantemente, Elizabeth se sienta al frente de la mesa, y a su lado se sienta Rose, siempre vigilante. La Reina de Primavera cruzalas manos, las pone sobre la mesa, y esboza una bella sonrisa, impecable y perfecta.

- Gracias a todos por venir. Por favor, permitidme ofreceros un pequeño refrigerio antes de empezar la reunión. Sylv, por favor, toma nota a nuestros invitados.

Casi sin daros cuenta, una pequeña figura sale de entre las plantas. Parece una niña, más o menos de la misma edad que Annie, con flores enredadas en el pelo y la piel de color marrón caoba. Sus ojos tienen una extraña tonalidad ambarina, que resulta un tanto inquietante. A pesar de su aspecto humano, Sylv no es una Changeling, sino una hobgoblin que sirve a Elizabeth como criada. La criatura se acerca a vosotros con una pequeña libreta y lo que parece una pluma de madera que gotea tinta negra.

- ¿Que les pongo, distinguidos invitados?

Annie estaba sentada al lado de Ash, con un bonito vestido infantil de tela satinada color amarillo, su tío (a Ash no le gustaba la palabra padre, aunque fuese adoptivo) la había ayudado a atarse el enorme lazo que tenia en la espalda. Sorprendentemente para un abogado se le daba bien hacer lazos.

Llevaban casi un año juntos y la niña le quería como si fuese su padre, el la había encontrado recién huida de Arcadia. Hambrienta, sucia y perdida, muy perdida, tanto física como psicológicamente. A pesar de que el joven había sido una bala perdida y aun continuaba siéndolo en parte, se habia hecho cargo de ella y la había llevado al Feudo del Trébol de Oro convirtiéndose en su tutor. Ash era bastante responsable con Annie, de hecho era casi lo único con lo que era responsable.

-Mira Ash, la Soberana...

Annie siempre se sentía maravillada cuando contemplaba a Elisabeth Morningdew, y la verdad es que no era para menos. También su guardaespaldas conseguía llamar su atención, aunque tenia la sensación de que llamaba la atención de Ash todavía más.

La fiesta dio comienzo, la niña observo divertida a la hobgoblin que se disponía a tomarles nota, le gustaba la criatura y se pregunto si podrían jugar juntas después.

- Me gustaría tomar helado, pero creo que Ash no me dejara, dice que tengo que alimentarme bien, así que mejor, que decida el ¿no? -dijo girándose hacia el susodicho.

-Saca una botella de vino de vuestras reservas para mi.- Dijo una maquina del amor vestido en traje negro de marca a la pequeña goblin.- Tengo resaca y la cabeza me esta dando zambobas a cada segundo, asi que procura que sea fuerte.

Hola, mi nombre es Ash XV, que proviene de Asmodeus, el demonio de la lujuria, y de la carta del tarot "El diablo", como podras ver, tengo cierto patron en mi vida, predecible, pero no me puedo quejar, por lo menos es divertida dentro de lo que cabe, sexo, glamour y Rock tocado por instrumentos de la edad medieval, si, los Perdidos tienen cierto problema con las pautas temporales. En general, mi vida ha sido sencilla, trabajando y disfrutando como cualquier miembro honorable de la corte de Primavera, un 10%-90%, pero la historia que os voy a contar empieza por mi primer gran problema en el Feudo, la Caza Salvaje, todo el mundo tiene una primera experiencia para algo, y esta iba a ser la primera vez que Las Hadas irian al patio de mi casa a jugar al pilla-pilla con una espada flamigera y tiburones-perros. No hace falta ser vidente, para darse cuenta de que historia tendra mucha sangre derramada de por medio y algun que otro final infeliz para algun mortal o faerico.

Cita:

-Esta es una ocasion especial, Annie, asi que por hoy haremos una excepcion.- Dije con una sonrisa mientras acariciaba la pequeña cabeza de mi "sobrina".- Dime ¿Te gustaria un helado de fresa y chocolate?

Oh si, se me olvidaba, la pequeñaja que acompaña es Annie Clockworth, hace poco me la encontre en la calle, muerta de hambre y frio, asi que me la lleve ante la corte de Primavera para que le dieran cobijo y comida, la corte al final decidio que ya que me la habia encontrado, que la refugiara y alimentara en mi casa y asi aprendiera a ser responsable, ya, muy inteligente, pon al cuidado de la niña el tio que no tiene ni para pagar el agua la mitad del tiempo, panda de cabrones. Desde entonces, ella y yo hemos vivido bajo el mismo techo, y de alguna manera que no comprendo, he cuidado de ella durante un año y aun no se me ha muerto o me odia a muerte, asi que supongo que lo estoy haciendo bien... creo. Es duro combinar la vida de Perdido, con la vida mortal y la vida de "tio", muchas veces he pasado largos periodos de falta de sueño y es muy dificil encontrar una niñera decente con mi presupuesto, pero no me puedo quejar, desde que Annie esta en casa, las pesadillas casi nunca me acosan, y la quiero como si fuera de mi propia familia... O eso diria si pudiera recordar mi familia.

La cara de Annie se ilumino, iba a dejarla tomar helado.

-Mmmm -era una dificil decisión- Creo que lo tomare de los dos sabores.

 La goblin toma nota de los pedidos, y automáticamente aparece todo encima de la mesa, cada cosa enfrente del Changeling que lo ha pedido. La primera en dar cuenta del convite es Rose, que se bebe su Cosmopolitan de un solo trago. Deja la copa sobre la mesa, y pide otro.

- Lo siento; no he tenido un buen día.

Elizabeth sonríe a su guardaespaldas, da un pequeño sorbo de su San Francisco, y se dirige a vosotros.

- Supongo que ya os imaginaréis el por que de esta reunión, pero lo recordaré de todas formas e iré directa al grano. Como ya sabéis, se rumorea que nuestros aliados de la Corte de Verano planean dar un golpe de estado y mantener su posición cuando empiece el otoño. En principio no apoyaría tal maniobra, pero mis compromisos me obligan a ayudar a Alister en todo esto. Ante todo no quiero alimentar una guerra en el Feudo en un momento tan delicado, pero las cosas están complicadas para nosotros. Escucharé vuestros consejos antes de definir una vía de acción.

"Je, ya se que deberia reirme en un momento asi, pero ver a Rose beber asi me entra un cosquilleo. Es como ver una bomba encendiedose ella misma la mecha para luego explotar en el peor momento." Pense con una picara sonrisa mientras me llevaba el vino a los labios, para luego escuchar con atencion a la soberana, que habia dado un discurso que se resumia en "No quiero una guerra, porque son malas y todo eso, pero si tuvieramos una, iria de parte mi colega, Alister, que me paga a muy buen precio las armas", vamos, lo tipico.

-Si me disculpa por la intromision, soberana.- Dije lo mas educado posible para que Rose no pudiera partirme la mandibula por falta de respeto, que no seria la primera vez a estas alturas.-Quisiera decir en principio, me niego a apoyar una guerra civil en plena crisis de Hadas. Si fuera por mi, intentaria convencer al tal Alister, de que a menos que quiera que todo el Feudo se le eche encima y la corte de Primavera le corte el suministro de armas y demas, se deje de tonterias y coopere con Otoño para planear como sobrevivir a la Caceria Salvaje, y si no, bueno, en mi opinion, Alister es un rey muy verde para el trono y demasiado aires de grandeza, creo que otros Perdidos podrian derrocarle del trono e incluso hacer un mejor papel que el en la Caceria... O eso diria, si pudiera acordarme de algun Perdido de la corte de Verano con la suficiente templanza para poder estudiar tacticas de guerras, en vez de dedicarse a darse cabezazos con sus compadres cada viernes noche en un bar de mala muerte.

-Gracias!!

Annie comienza a dar buena cuenta de su helado, pero se detiene cuando ve que la soberana comienza a hablar.

A pesar de su corta edad, paso mucho tiempo en el seto y las intrigas políticas no le son ajenas, por eso escucha con atención tanto las palabras de la Soberana como la intervención de Ash, con el que se encuentra bastante de acuerdo.

Una guerra civil es lo que menos les conviene ahora. Hasta una niña puede ver eso. No obstante opta por no decir nada de momento, confiando en que ya se hará cargo de ello Ash que como buen abogado que es, resulta un hábil negociador.

 Rose da un trago de su nuevo Cosmopólitan y te responde

- Si de verdad crees que Alister es un bruto que solo sabe repartir cabezazos, es que no lo conoces en absoluto. No solo es un gran combatiente; también es disciplinado, astuto y un brillante estratega. Y es testarudo como una mula; si es cierto que planea dar un golpe de estado, ni todas las Verdaderas Hadas de Arcadia le harán cambiar de parecer. Además, está ese matón suyo hecho de acero, que aparte de dar buenos puñetazos también entiende un rato de diplomacia e intrigas. La Corte del Verano no es un grupo de bersekers desorganizados; Alister los dirige con firmeza y disciplina, al nivel de un ejército profesional.

Elizabeth asiente con la cabeza y continúa

- Además, no podemos cortarles el flujo de armas simplemente porque no somos nosotros quienes se las proporcionamos. Yo y Nathan les hacemos los préstamos, y ellos eligen en que gastárselo. Podemos dejar de hacerles préstamos, pero eso no es una solución.

Nathan levanta la vista de su portátil e interviene

- De hecho no les vamos a dar ni un céntimo más hasta que no nos paguen lo que nos deben, que es bastante. Y si estalla un enfrentamiento abierto y la Corte del Verano se hunde, no nos podrán pagar, y nosotros nos veremos en serios problemas económicos.

Elizabeth continúa

- Por no mencionar ciertos compromisos bastante antiguos entre los dirigentes de nuestras respectivas Cortes, que se romperían si actuamos abiertamente en contra de la Corte del Verano. En definitiva: Alister no es tonto y sabe que podría quedarse solo en todo este asunto. Así que se ha blindado para asegurarse de que al menos nosotros no actuamos en su contra. Si lo hacemos, quien sabe los castigos que el Wyrd nos impondrá, y si se hunden, nos hundimos con ellos. Es por eso por lo que he convocado esta reunión: no pienso apoyar un golpe de estado, pero tampoco podemos actuar en contra de Alister, y por supuesto no nos podemos quedar de brazos cruzados.

- En otras palabras: que se avecina una tormenta de mierda y nosotros somos los únicos que hemos salido sin paraguas -matiza Rose

Elizabeth manda una mirada reprobatoria a su guardaespaldas y luego continúa 

- Tenemos que trazar un plan. Tenía pensado en primer lugar confirmar los rumores, y si resultan ser ciertos, tratar de convencer a Alister de que lo que pretende hacer es una locura, cosa bastante complicada. Si se niega a dar marcha atrás, es entonces cuando las cosas se pondrán feas para nosotros. Y es ahí donde quiero que busquéis alguna manera de capear el temporal

En aquellos momentos no pude comprender del todo porque miraban a Rose como si hubiera dicho algo malo, porque era una verdad tan grande como un rascacielos. La corte de Primavera habia metido la pata a dar un prestamo al mini-hitler del Feudo, y ahora nos tocaba aguantar el imbecil justamente porque nos habia robado el dinero delante de nuestras narices. Que esto os sea de leccion, niños, antes de dar dinero a una persona, asegurate de que no sea un psicopata sentado en el trono.

-Vale, ciertamente la situacion esta muy mal desde nuestro punto de vista.- Dije suspicaz mientra miraba con una mirada de aprobacion a Rose, a sabiendas de que esa frase no hacia justicia a lo mal que estabamos.- Pero veamoslo desde el punto de vista de la corte de Verano, ellos tienen una gran deuda con nosotros, y si no la pagan, el Wyrd se les echara encima suya igual de duro que a nosotros si vamos en su contra ¿Si le engañaramos o le sabotearamos para que sea incapaz de cumplir sus promesas, y se ven delibitado por el Wyrd, creeis que hay una posibilidad de que se vean incapaces de seguir con el golpe de estado, para poder centrarse en pagar el resto de la deuda y recuperarse del daño producido por el castigo de las promesas incumplidas?

- El préstamo que se le hizo está escriturado en las cuentas del banco; ni Compromisos, ni Contratos, ni nada feerico de por medio. Una transacción perfectamente legal y transparente - responde Nathan

- Además, no puedes forzar a una persona a romper un Compromiso que ha hecho contigo. Es como si el abjurador fueses tú, y no la otra persona. No puedes engañar al Wyrd. -puntualiza Elizabeth

-Oh vamos, si que se puede engañar al Wyrd, si no fuera asi, no existieran las Trampas de los Contratos.- Dije alzando las manos, dando entender que era algo muy obvio para cualquier novato con magia faerica.- Por ejemplo ¿Os suena la palabra "Maleficio?

Annie miraba alternativamente a Ash, Rose y Elisabeth como si se tratase de un partido de ping pong a tres bandas. Lo cierto es que de todo aquel politiqueo entendia solo una parte, pero le parecio quedarse con lo más importante: Alister era un cabezota...

La unica manera de evitar una guerra civil era tratar de convencerlo, y si no, bueno solo les quedaba la opcion de unirse a el. Engañar al Wyrd era posible, pero no se le podia mentir descaradamente.

Nathan abre mucho sus negros ojos, cosa que incomoda bastante a los presentes. Mirarle a los ojos es como mirar a la nada.

- ¿Estás pensando en lanzarle un maleficio al Rey del Verano?

Rose sonríe; se le nota la cara un poco colorada, sin duda por el efecto del alcohol

- Hay que tener huevos...

Los Perdidos tenemos una relacion muy evidente con los cuentos, quizas igual que la humanidad, ya que la ficcion siempre es un reflejo de la realidad, solo que en este lado las cosas suelen ser mas literales, y cuando decimos "ten cuidado, o el lobo feroz te comera", no hablamos de una mala persona con intenciones crueles o perversas, hablamos de un puñetero lobo que mide el doble que tu y que sujeta entre sus manos un tenedor y un cuchillo. En esta ocasion, despues de que casi me atraganto con el vino al oir "estas pensando en lanzarle", varios segundos tras el ataque de tos, me recompuse pensando que quizas lo habia entendido mal y se referia a la corte en general, y no a mi en persona, pero aun asi, no dejaba de sentirme como el raton listo del grupo que acaba de proponer poner el cascabel al gato, con la corte a punto de echarse encima con un gigantesco "¿Y quien de nosotros va a ser el valiente en hacerlo, chaval?".

-Ejem, no en persona y directo en la cara, eso seria un suicidio, antes tendriamos que planear e investigar sobre el rey de verano para ejecutarlo de la manera mas efectiva, y por supuesto, contratar un experto en "maleficios" que nos aconseje.- Argumente mientras limpiaba con un pañuelo de papel el desastre carmesi y rico en alcohol sobre la mesa.- De todos modos, os recuerdo que esto es solo la proposicion de un plan provisional, mientras pensamos algo mejor y confirmamos los rumores.

- Y no seria mejor tratar de convencerlo primero "por las buenas". Si nos pilla tramando algo estaremos metidos en un buen lio. No me gustaria tener a alguien como Alister en nuestra contra...

Elizabeth sonríe a Annie

 - Por supuesto que si, Annie. Lo primero es tratar de hacer bien las cosas. Pero si las cosas fallasen, hay que tener un plan B trazado, y me gusta la idea de Ash -sentencia Elizabeth- Un maleficio es una tenaza segura para mantenerlo quietecito y sin hacer tonterías. Además, un maleficio no es técnicamente un ataque; el propio maldecido se pone en evidencia al hacer una promesa que no puede cumplir, y el embrujador solo refuerza la promesa con los hilos del Wyrd, así que nuestros Compromisos con la Corte de Verano no se romperían. Conozco a alguien en la Corte de Otoño que tal vez pueda ayudarnos con el asunto de los maleficios, un Ogro llamado Lothan. 

- ¿Entonces vamos con la idea de Ash? -pregunta Nathan- Como el mismo ha dicho, sería prudente reunir información antes sobre Alister

- Ash, tu conoces a un tipo de la Corte de Invierno, ¿no? Uno de esos que trafican con información - pregunta Rose

"Ay, crecen tan rapido, ahora esta hablando de politica con los adultos, dentro de unos años, sera la jefa del cotarro y tendra miles de hombres a sus ordenes mientras le besan el culo y lo que haga falta. Sigh, ojala pueda seguir vivo para cuando eso ocurra." Eso desee para mi pequeña Annie, lo cual tengo que reconocer que en esos momentos me entro la vena paternal y me dedique a sonreir como un idiota mientras la escuchaba hablar, asi que sacaran lo de Jack me trastoco un poco.

-¿Hablas de Jack Box? Creo que ya te lo presente a estar alturas, es el tio tan carismatico que sabe hacer esas hamburguesas y batidos tan buenos.- Oh si, puede sonar algo discriminatorio, pero nada como un elemental de hielo para probar un granizado que congele tu cerebro de puro placer.- Uh, da igual, como dice Rose, conozco a un tio de la corte de invierno, un Desvanecedor del Sol, en general, me ayuda a limpiar los trapos sucios de mis clientes y rellenarme formularios, es gracias a el que soy conocido como "Ash R. Spade" entre los mortales y puedo ejercer como abogado entre ellos.- Si Rose fue la que me introdujo a la parte faerica de mi mundo, Jack era mi socio ante la parte mortal, da igual que uno tuviera cuernos y el otro tuviera una bola de helado por cabeza, ambos sabiamos como hablar con los mortales y tratar con ellos, es muy facil, solo tienes que mentirte a ti mismo por unos minutos que realmente puedes vivir en cubiculo trabajando en aburridas cifras durante mas de doce horas seguidas cada dia y no colgarte del techo con tu propia corbata.- Creo que esta va ser la primera vez que le pida ayuda para sacar los trapos sucios de alguien a la luz, no estoy seguro de como se lo va a tomar.- Dije con una media sonrisa, Jack tenia fama por no ser soplon, dudaba mucho que aunque fuera una buena causa, fuera a manchar su reputacion tan facilmente