Partida Rol por web

Mientras estás por el pueblo varios habitantes así como el alcalde del pueblo, que se encarga de la cacería, te sugieren que vayas al campamento a las afueras del pueblo, donde se reúnen todos los grupos de cazadores. Allí quizá alguno te acepte en sus filas.

Llegas al mismo y puedes ver que no queda nadie, y que quizá debas esperar a la tarde. Decides volver al pueblo, y justo antes de llegar a las puertas ves una escena dantesca, un humano arrastra una camilla improvisada, en ella yacen los cuerpos de un elfo y un enano. Junto con ese humano viaja otro apoyándose en una jabalina cojeando, un individuo del norte por sus ropas y sus facciones, mucho más al norte que los de tu pueblo, y finalmente un hobbit que cojea de ambos pies y anda con mucha dificultad. Llevan alguna piel de lobo, quizá sea cazadores y parecen haber pasado la noche en el bosque, toda una temeridad con la cantidad de lobos y más en cacería, quizá necesiten a alguien como tú.

Llegáis a las ansiadas puertas del pueblo, a unos kilómetros del campamento. La gente os mira asombrada y señalan la improvisada camilla donde yacen un elfo y un enano.

Fyodor agotado y un poco febril se desploma en la primera pila de heno o sitio blando que vea

¡Amigos míos! grito, corriendo hacia ellos, me parece que necesitan ayuda. Esperen, que les ayudo a llegar a la casa del Animista digo, dirigiéndome directamente hacia el hobbit, que parece ser ahora mismo quien más ayuda necesita. Por el camino, si no reaccionan violentamente ante mi reacción, les voy contando que soy un hombre de los bosques, atraído por la posibilidad de una cacería, pero que me parece he llegado tarde para unirme a ningún grupo de cazadores, aunque claro, si ellos necesitan a un buen cazador...

Veo con esperanza y con una alegria en el cuerpo y el alma el camino al pueblo, paso a paso nos acercamos al mismo y aunque cada paso es mas difícil que el anterior la fuerza no amilana.

Al llegar al pueblo no suelto la camilla de mis compañeros - no es tiempo de descansar aún - veo como la gente nos mira y nos señala, todos hablan pero nadie ayuda, pienso mientras una voz grita algo, al voltearme veo un hombre.

Muchas gracias por tu ayuda, no podemos más ya, ¿Dónde queda la casa que nos indicas?

Espero su respuesta para proseguir y llevar a mis compañeros heridos.

Yo tampoco soy de la zona, pero por lo que he podido ver del pueblo, queda en la misma plaza que el ayuntamiento. Vamos hacia allí digo, ofreciendo al hobbit mi brazo, y a los que iban apoyados en la lanza (o a uno de ellos al menos) mi otro brazo.

Fyodor toma el brazo agradecido y se ayuda para levantarse, entonces se suelta y usa su bastón para ayudarse a andar.

- Gracias, pero mejor ayuda a mi compañero Lathan a llevar a los inconscientes. Ayayay...! me duelen las piernas hasta en los pelos de los pies... -

Mientras nos dirigimos directamente hacia la "plaza" del ayuntamiento, voy charlando con la gente del grupo, explicándoles que llegué ayer al pueblo, pero que la cacería ya había empezado, así que esperaba encontrar algún grupo que me necesitara. Mientras tanto, voy mirando en torno a nosotros. Cuando veo que un hombre ya algo mayor sale de una casa, les digo al grupo que me esperen un momento y me acerco.

Disculpe, señor. Me habían dicho que había en este pueblo un animista enviado por el señor Denethor. ¿Sabe por casualidad donde podemos encontrarle?

Un miembro de la guardia del pueblo se adelanta hacia vosotros al ver el lamentable estado en el que os encontráis y responde a Dustin:

- Si, les llevaremos a la casa del Alcalde donde se encuentra el curandero enviado por Minas Tirtih para sanar a los participantes en la cacería.

Al poco llegáis a casa del alcalde ayudados por los guardias.

El alcalde sale al ser llamado y avanza hacia vosotros:

- ¿Necesitan la ayuda de nuestro querido animista? Sus servicios se pagan a la mitad del coste normal, y si no les alcanza el dinero se lo hacemos a cambio de sus piezas cazadas y las que cacen los días venideros.- Hace un gesto con la mano y os ayudan a entrar en la casa. Avanzáis hasta un salón confortable y amplio donde está el animista de Minas Tirith.

Y se pone a mirar primero a los inconscientes.

Disculpa, digo dirijiendome al humano que nos acompaño, me parece que no escuche tu nombre, te gustaría acompañarnos por ahora para conversar, creo haber escuchado que querías un grupo de cacería.

Digo esto miro a mis compañeros ya sanados, buscando alguna aprobación.

Creó que sería bueno ir a comer y descansar un poco

Así que esto era lo que querían decir los hombres de piel oscura...

Mikko se dirige a Dustin:

Amigo, si estáis buscando un grupo de caza al que uniros, sois bienvenidos en el nuestro. Mi nombre es Mikko. ¿Cuál es el vuestro?

Oh, disculpadme, no me he presentado aún. Mi nombre es Dustin Timberwolf, para servirles ahora que pueden escucharle hablar más claramente se aprecia mucho el acento extremo que tiene, como si arrastrara las palabras a veces. Respecto a su pregunta, Sir Mikko, estaría encantado de unirme a ustedes. De todos modos, debo preguntarlo: ¿han pasado la noche en un bosque plagado de lobos? Porque si es así, deben dar gracias a haber sobrevivido...

la oscuridad parece ceder ante una tenue claridad, que oscila como si parpadaease, esa calridad se va haciendo mas amplia, llegando a vislumbrar formas en su interior que se mueven rapidamente de un lado a otro.... algo nuevo recorre mis entrañas, una fuerza superior que me hace engrandecer y olvidar ese dolor de fonde que desde haciar eones parecia acompañarme en esta inmutable estaticidad....tal era la fuera que quise gritar con todas mis ganas... _{estoy vivo?...VIVOOOO....}, tras estas poco audibles palabras, las borrosas formas se volvieron mas definidas, el ambiente era acogedor, calido... parecia que estaba siendo atendido por manos expertas ciertamente.... ¿qu...e ha sucedido?, ¿qu...e ha pasado?...coff coff coff.

El alcalde se acerca al elfo:

- Tranquilo señor elfo, ya está usted de nuevo entre los vivos.

y mis amigos, como estan?, pregunte una vez que empece a recordar la escabechina en que nos habiamos metido con aquellos lobos...