Partida Rol por web

Ahora bien, tienen un +2 a Diplomacia para hablar con el Dorith por lo ayuda de Pel y otro +2 por la ayuda de Michani. Entiendo que Girolamo presenta los argumentos, por lo que con la tirada y el bono, la tirada termina en 19. Ya lo resolveré más tarde. Recuerden, no lo olviden xD.

Puede que la tirada no acabe en 19. Comentaste que si los argumentos que esgrimiamos eran buenos podías bonificar la tirada. Pel lanzó un argumento que espero que tengas en cuenta. :)

— No, yo no lucharé, solo vengo para guiarlos y ver su desempeño — respondió Dunkan seguro de que no tendría que molerse a golpes con los duros guardias de las murallas de la ciudad. — De hecho mi trabajo es solo guiarles por caminos seguros, y espero que no tenga que ir más allá de eso. Estoy listo para luchar si es necesario, pero no es algo que me apetezca hacer — se explicó el enano, quien al parecer, no era un habido guerrero, cosa que no era muy común entre los enanos en aquellos tiempos, sobre todo tratándose de un experto montaraz. — Del camino — respondió a Pel, — tendremos que afrontarlo juntos, recordaré todo conforme caminemos. Mi memoria está en mis pies, no en mis ojos — dijo sonriendo ligeramente. — aunque accidentado seguramente será, no lo duden. Si no queremos perder más de un día dando vuelta a las montañas o arriesgarnos a ser interceptados por patrullas de orcos, tendremos que tomar viejos senderos enanos. Teniendo que subir y bajar al menos tres montañas. Aunque no son tan altas y no tendremos que subir hasta la cima, no se preocupen — explicó al ver la preocupación de algunos ante la afirmación de que tendrían que subir y bajar montañas.

Dunkan finalmente les contó que Gror solo hablaba la lengua del comercio a nivel dialecto y solo por que su padre se lo había exigido. Incluso el mismo Dainn había sido uno de sus maestros, pues manejaba bien la lengua del comercio. De los gemelos, era lo mismo, hablaban igual de mal la lengua de comercio que su protegido, aunque les advirtió no hacer enfadar a Fuhrin, aunque hablaba poco, cuando se enfurecía hablaba demasiado, aunque generalmente con los puños.

Amanecer del 13° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 7]

Tras algo más de una treintena de minutos, el grupo llego hasta una depresión en las montañas, una serie de grietas que daban lugar a una amplia cueva cuyo techo se había desplomado hacia muchos años, casi en su mayoría. Y que por tanto, parecía más un gran cráter con paredes altas y duras. Solo que, sobre el centro del cráter había una poza de agua, que según les contó Dunkan en el camino, se conectaba mediante túneles internos con los otros cuerpos de agua del cráter. Había algo de vegetación en el interior de la cueva, incluso había un pequeño árbol, aunque lo que más abundaba era roca, y luego de eso agua. El relieve era sumamente irregular, con puentes naturales que iban de un lado a otro. Si habrían de entrenar allí, seguramente no sería un entrenamiento común, o al menos no uno que les permitiese organizarse con facilidad.

— Todos ustedes, al centro de la cueva. Justo donde está Gror. Si, si, al inicio del puente de roca mas alto — exclamó Valtarn apurando a los héroes a que se adentraran en la cueva, justo a un lugar que era más o menos central. Allí, sentando esperando se encontraba Gror, un gigantesco enano de cabellos rubios y mirada orgullosa, a quien ya había visto durante la noche anterior en el salón de los héroes. A su lado, los gemelos entrenaban con fiereza y devoción, casi como si quisieran más bien dar un espectáculo con golpes sumamente coordinamos que el vencer realmente el uno al otro.

— Si también tú, Dunkan. No creas que no se que no has levantado un hacha contra un orco en más de un mes. Adelante a pelear o yo mismo me enfrentaré contra ti — Ante aquella amenaza, Dunkan no pudo negarse y avanzando tras todos los demás se acerco también a Gror; reuniéndose así todos en torno a la figura de su ahora líder en el centro de la cueva.

— Para este entrenamiento he traído a muchos de los guardias de la ciudad. Veteranos enanos que han luchado varias batallas contra las hordas de la sombra, que saben que la lucha no termina nunca, y que una vida se debe vender a un muy alto precio. Su comandante será Torenn, un duro enano bárbaro, al que tendrán que derrotar si quieren obtener una fácil victoria — habló Valtarn desde lo alto, hacia la entrada de la cueva a medida que tras el los enanos de la guardia iban entrando y posicionándose, justo conformando una especie de semicírculo en torno a los héroes y compañía.

— Se que no se conocen bien aún, incluso los más veteranos aún tienen mucho que aprender el uno del otro. Por ello he preparado este duro entrenamiento en el que tendrán que enfrentar a la guardia de la ciudad. Una fuerza bien cohesionado por años de lucha cubriéndose la espalda los unos a los otros — y mientras Valtarn enaltecía a los combatientes que iba a enfrentar contra los héroes, allí abajo, mediante susurros, Dunkan desestimaba sus palabras, dando a entender que aquellos enanos, ni eran tan veteranos, ni eran tan duros. Gror que escuchó aquello, parecía enfadado, aunque nada dijo a Dunkan, probablemente como algún tipo de muestra de respeto; pues no por nada él, junto con Dainn y Michani habían sido designados como sus consejeros.

— El objetivo es que aprendan los unos de los otros, que se coordinen y tracen una estrategia que les ayude a triunfar ante una situación adversa. Lucharan iniciando este combate desde una posición en desventaja, estando rodeados y en superioridad numérica, con un terreno irregular en el que sus oponentes se encontrarán a mayor altura y en terreno más favorable — el comandante de la compañía del trueno hizo una pausa al tiempo que hablaba con Torenn, quien estaría liderando a los enanos que tendrían que derrotar. Ambos parecían hablar del terreno trazando una estrategia; muy probablemente Valtarn no solo no iba a tener compasión de ellos sino que daría sus consejos a sus oponentes. ¿Por que?, ¿es que estaba tan preocupado de que las cosas pudiesen salir mal dentro de algunos días?

El anciano miro al muchacho; aquello valdría bien para una prueba. Así que accedió a cooperar.

-Pájaros, conejos y cabras. Esas son las tres presas que tienes mejores chances de encontrar en las montañas… Los orcos no han dejado mucho mas. De las 3, los conejos son lo que te sera mas sencillo y sustancioso, aunque son algo raros; pero encuentra los lugares de hierba donde suelen comer y rastrealos desde ahí…

Diciendo esto, puso las manos en jarra y miro al humano de arriba abajo.

-Te acompañare para supervisar y buscare hierbas por mi cuenta. Pero no te ayudare, salvo si un oso o un caído te hace presa a ti...+finalizo en tono siniestro. En las Karadun todos podían acabar como la cena de algo más.

No había hablado prácticamente con nadie, salvo Barich y Michani en los últimos días, limitándose a escuchar todo con expresión severa, y dado el caso asentir o negar con un seco gruñido, pero dejándolos ser. Que se mostraran por sus palabras y actos. Dainn estaba investigando a aquel grupo a su manera, decidiendo a quienes salvaría y quienes no valían su esfuerzo.

Sin embargo, el entrenamiento no podía encararlo de la misma forma. Con paso ligero se coloco junto a Gror, mirando la posición de los enemigos. Llevaba un urgrosh romo a la espalda y en la mano una honda mas grande de lo usual, con balas de practica también. Indico con el indice al joven explorador que viniera con el, pero volvio sus palabras hacia el rubicundo enano.

-Te seguire en esto tan pegado como una sombra, ya lo sabes...+dijo a aquel líder tan especial que les había tocado, haciendo el esfuerzo de expresarse como si fuera una charla amistosa; era la peor parte de aquella lucha en lo que a él concernía+ Pero confió en que no estarás pensando en cargar sobre ellos por esa senda estrecha ni esperarlos aquí, como polluelos caídos del nido... sino en alguna forma inteligente de rodearlos, ¿verdad? 

Asi le daba chance a repasar su sin duda estupido plan inicial para dar pie a algo mas razonable y no quedar tan mal frente a los extraños.

Tras descender hasta donde se encontraba el que sería su líder en el entrenamiento y sus dos guardias, Wendell lo observó con cuidado, tratando de detectar si el mismo se encontraba tranquilo o nervioso por el enfrentamiento que pronto empezaría. El gesto en su rostro cuando el explorador desmereció la habilidad de sus rivales no le pasó desapercibido, pero no supo como interpretarlo. "Acaso no le gustaba que lo aconsejaran? O es que simplemente no estaba de acuerdo con con la valoración?" los pensamientos surcaron su cabeza. "No tengo forma de saberlo... aún" se planteó a si mismo sabiendo que al final del entrenamiento podría tener una opinión mejor formada.

El defensor asintió ante las palabras del montaraz enano, sus palabras tenían sentido. Pero tampoco había que descartar que algunos de los presentes hicieran esa carga... sobre todo aquellos que no fueran capaces de moverse velozmente para conseguir el rodeo. 

- Quizás separar en dos montón y algunos querer rodear algunos guardias? - propuso intentando expresarse en enano antiguo para ser entendido por Gror - No creo bueno más dos montones. Separar, bueno combate. Separar mucho, malo combate - intentó explicarse antes de darse cuenta que no sabía hasta que punto a Gror le gustaría que lo aconsejaran. Bajando la cabeza agregó - Yo no jefe. Esperamos ordenar y mi cumplir ordenanzas - asintió dejando en claro que el, por lo menos en un principio, intentaría seguir las instrucciones del enano.

Dejando caer su mochila en el centro del túnel, para que su peso no le molestase al moverse, flexionó sus músculos para prepararse para el combate. Luego sacó la honda de su cinturón y buscó una de las balas de barro que le habían dado para el entrenamiento. Tras verificar que el peso parecía ser similar al de las balas metálicas con que solía disparar su honda, recargó la misma y se mantuvo erguido, esperando recibir las instrucciones por parte del enano que debería dirigirlos.

Viendo al grupo que habían seleccionado para este entrenamiento, niego levemente con la cabeza nos van a dar más palos que a una estera murmuro todavía un tanto incrédulo ante lo que pretendian hacer. Si este combate fuera real, dudaba mucho de que saliéramos victoriosos.

Si fuera un combate real, aprovecharía el terreno para desaparecer, pero como no podemos, y el terreno no permite lineas de ataque muy anchas, creo que lo que dice Wendell podría ser una opción. Hacer dos frentes de ataque.

Yo me esconderé y me intentaré ir moviendo entre las sombras para sorprender a alguno, pero no contéis demasiado con mi colaboración aunque suponía que ya lo sabían, no quería dejar pasar la oportunidad de advertirles a los que serían mis compañeros.

Aprovechando el numeroso grupo que éramos, intenté buscar algún lugar, roca o desnivel, donde agazaparme

Las contradicciones en la explicación y entre el gesto de preocupada confianza del enano montaraz hizo que Keg se quedara algo pensativa, antes de terminar por encoger los hombros. Supuso que era mejor un enano que conociera mínimamente el terreno que uno que no tuviera ni la menor idea. Viendo como Pel se presentaba, ella también lo hizo. -Soy Keg. Un honor viajar contigo, Dunkan.- Dijo animadamente.

Soltó un silbido al llegar a la cueva, realmente era un espacio bastante difícil para luchar, donde igual podían resbalar y caer al agua o golpearse directamente contra el suelo. Comenzó a sentir la adrenalina bombeando su cuerpo por la expectativa, y una confiada sonrisa se dibujó en sus labios. Se acercó entonces a donde estaba el líder, y presentó en lenguaje enano su espada y su escudo. -Líder Gror, soy Keg de la tribu Pahunko. Me he entrenado como bárbara, y como tal, mi fuerza está en el combate cuerpo a cuerpo.- Hizo una pequeña reverencia con su cabeza, y retrocedió un paso, girándose para mirar a aquellos contra los que combarirían.

Por fin habían llegado al lugar señalado como escenario para el combate de entrenamiento. A pesar de que Dunkan decía haber estado aquí una sola vez, no tardaron demasiado en el trayecto por lo que no hablaba en vano cuando les decía que no se preocupasen. Aquel sitio sin duda era accidentado. El terreno jugaría un papel muy relevante que podría condenarles debido a la desventaja en número de la que partirían o, bien aprovechado, servirles para contrarrestarla. Aunque Barich tenía sus ideas sobre cómo podrían actuar, ésa no era su labor pues también estaban aquí para ver cómo su líder los manejaría en una situación de batalla.

No obstante, tampoco se trataba de actuar como una marioneta y al igual que comenzaron a hacer otros, el montaraz debía poner a Gror al corriente de sus habilidades. Barich se colocó junto a Dainn, quien fue de los primeros en dirigirse al hijo del Dorith. Luego fue Wendell, quien prefirió expresarse en la lengua de los enanos y no fue hasta que Keg terminó de hablar que Barich decidió intervenir. -Yo lucho con mi arco desde distancias cortas.- Dijo de manera escueta, consciente de que el heredero del clan no dominaba la lengua de comercio. -Y, si es necesario, flanquear a un enemigo para ayudar en cuerpo a cuerpo.- El montaraz se había visto envuelto en varias reyertas donde el combate era un caos o la lucha se realizaba mientras se seguían desplazando esperando una oportunidad para huir. Actuando como hostigador y funcionando como un apoyo para aquellos que podrían combatir de frente a los aliados de la Sombra. Aunque aquí debería tener cuidado de los ballesteros rivales pues, si se percataban de sus intenciones, ellos podrían neutralizarlo tomando ventaja del terreno. 

El lugar donde vamos a luchar es un terreno sumamente accidentado, como una suerte de enorme cráter en la que el terreno no permite un movimiento libre y fluido, habiendo relieves que incluso puede permitir a los enemigos ponerse a distinta altura, lo que implicaría ventajas considerables si se ignora las características de donde se está luchando.

Escucho al resto de mis compañeros hablar, luego de que Valtarn nos ha dado las indicaciones y descripción de los enemigos. Gror y sus guardaespaldas están ahí, esperando nuestra llegada. No lo conozco, a ninguno de ellos, por lo que no confío ni en sus capacidades ni en su honor. De todas formas, debo ser educado pues hice un juramento y a eso no le fallaré. Me acerco a él y le hablo en la lengua del clan Durgis:

- "Bienhallado, Gror, hijo de Woden, heredero de Roca de Durgis y líder de esta misión. Mi nombre es Ulfrin y juré servirte en esta encomienda, por lo que te obedeceré y protegeré tanto como mis filos y mi vida lo permita."

Le miro de frente, con respeto pero el orgullo enano, en el que no me arrodillo e inclino ante nadie pues soy un sirviente por juramento, no un esclavo. Solo la Sombra esclaviza y los enanos no nos postramos jamás.

Habiendo realizado el protocolo, miro al resto de mis compañeros y les hablo en enano antiguo, confiando en que todos entiendan en mayor o menor medida:

 - "Yo lucho en primera línea y de frente."

Para que así, si nuestro líder desea organizar algún tipo de estrategia, sepa que ese es mi rol y puedo servir para frenar a los enemigos mientras algún compañero flanquea y ataca más libremente. Con Wendell hacemos un buen equipo en eso pues él es muy rápido en el combate y puede rodear enemigos de forma muy veloz.

Cuando Pel llegó al lugar miró con disgusto alrededor. Era una trampa, eran menos y los enanos eran combatientes, cosa que no todos en su lado eran. Iban a recibir una buena tunda, y aunque no acabaran muertos, no creía que saliera de esta sin unos buenos moratones. Se dirigió al enorme y rubio Enano en cuanto llegaron a su altura.

— Señor Gror, soy Pel, a tu servicio. Guía, artesano y más recientemente usuario de la magia, cuyos principios domino. — Realizó una ligera inclinación en señal de respeto a quien sería su líder en los siguientes días. Luego habló en general si bien en voz baja.

— Mal que bien, todos hablamos la Lengua del Comercio, así que sugiero que sea la única que usemos para coordinarnos. Si alguien me dice algo en Enano, no le entenderé, lamentablemente, aunque ya he enfilado el camino para resolver eso con la ayuda de la noble Michani. — Pel le señaló con una sonrisa mientras hablaba.

Combatir a todos a la vez es algo imposible, como habéis apuntado. Podemos buscar una zona en la que resistirnos y frenarlos lo más posible haciendo que tengan que dar vueltas o ralentizando su avance, para así poder combatirles con un frente pequeño. Michani y yo podemos hacer que el suelo se vuelva resbaladizo en un área pequeña por un corto periodo de tiempo, cosa que que podemos usar coordinados para frenar su avance y así usar nuestras armas de proyectiles. Con respecto a eso, sugiero aunar esfuerzos sobre el mismo blanco, en orden de causar bajas en sus filas rápidamente.

Además puedo usar alguna ilusión visual o auditiva para crear un muro o alguna distracción para así tratar de dividirlos si observo la ocasión. Puedo lanzar un conjuro sobre dos de vosotros para que podáis hablarme mágicamente durante todo el combate en susurros aunque estemos alejados. Yo podré hablaros a los dos así mismo. Uno de ellos será Girolamo y la otra Michani. Así podremos coordinarnos discretamente de ser necesario.

Por lo demás puedo cubrir un flanco con mi espada o guardar la espalda de alguien con buena garantía si es necesario y sé usar mi honda, aunque en un combate abierto, debería tener bastante suerte para vencer a uno de esos enanos luchadores. Me hubiera gustado tener un arco, pero no he podido echar mano a uno; lamentablemente es un artículo bastante preciado. Y creo que eso es todo, amigos. —

Pel sonrió mientras se encogía de hombros, para después musitar unas frases arcanas mientras señalaba a Girolamo y a Michani, y luego toca su pecho haciendo lo propio. Luego empuña su escudo de madera y la honda, en la cual carga una bala de barro.

Tras despertarse, desayunar, recibir armas romas (que Adam en realidad no necesitaba) tocó el recorrer el largo camino que les llevaría hasta el lugar del entrenamiento. Más aunque fue un camino bastante agradable, toda apareciencia de amabilidad desapareció cuando se dieron cuenta de donde iban a luchar y contra quien. No creía que lo que decía el guía sobre la guardia de la ciudad fuese cierto. Por lo que el defensor sabía los enanos eran duros guerreros, y si habían aguantado tanto contra la sombra era por algo. Por mucho que no hubiesen tenido acción en tiempo aquellos guerreros sería formidables, no tenía duda alguna.

Vamos a recibir una buena paliza la verdad. Espero que al menos sirva para algo.

Al llegar ante el lider saludó y se presentó en la lengua del comercio, pero al contrario que algunos no le dijo qué hacer a Gror.

Soy Adam Grend. Lucho cuerpo a cuerpo y espero ser de los últimos en caer en esta pelea.

Si era un jefe cualificado tendría un plan preparado. Si no lo era le sentaría mal que le dijeran nada y sólo serviría para ofuscarlo. Esperaba que si era el segundo caso al menos todo aquello sirviese para que madurara un poco y evitar males mayores en el futuro.
Al igual que Wendell, dejó su mochila para poder moverse mejor, agarró su bastón y miró el entorno que tenían mientras esperaba instrucciones.

El terreno va a ser lo peor. Los enanos son duros y recios, no les va a importar un suelo tan inestable. Se moveran lento pero seguramente mejor que nosotros por aquí.

Amanecer del 13° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 8]

– Solo acabaras estorbándome – refunfuño Gror en la lengua de los enanos ante el hecho de que Dainn lo siguiera muy de cerca – lucho mejor solo Dainn, lo sabes, y para proteger mi espalda tengo a estos dos – señaló a los guerreros gemelos hablando de nuevo en su antigua lengua. Obviamente a Gror no le gustaba que le cuidaran como a un niño, se consideraba un guerrero curtido y poderoso, y por ello menos aún le gusto la advertencia de Dainn, lo cual le dejó pensando.

Cuando Keg se presentó, Gror detuvo momentáneamente sus difíciles decisiones y cálculos, y a señal de saludo golpeó sus armas la uno contra la otra con fiereza, pues justamente Gror también era un bárbaro. Ulfrin se presentó también, aunque en la lengua del clan Durgis, lenguaje que muy pocos de los héroes conocían, y lo hizo casi exigiendo que se le permitiera luchar al frente. Gror asintió a ello, pero sin decir nada, no era claro si simplemente le saluda o si le concedía dicha posición de honor.

Pel fue el siguiente en presentarse, pero la lanzó a Gror todo un discurso en la lengua del comercio, el cual el rubio enano de poca edad y conocimiento, no podía seguir por más que se esforzase. El humano decía muchas cosas, algunas interesantes, pero nada tenía sentido, no lograba hilar las ideas por lo que al final desistió – tu callar. Soldado obedecer – le dijo con voz severa y autoritaria, dando la apariencia de que no quería que se le dieran consejos, aun cuando el motivo fuese otro.

Mientras los héroes hablaban, los enanos se iban desplegando alrededor de ellos en posiciones más elevadas o bien, más favorables. Valtarn seguía dando instrucciones, probablemente buscando que el entrenamiento no solamente fuese duro, si no a su vez, una buena fuente de aprendizaje.

Fue entonces cuando Gror tomó la palabra, un tanto cansado de los consejos y no entender algunas de las cosas que se le proponían, o bien, no captar otras. Habló entonces a Dainn, de nuevo en la lengua de los enanos, pero con voz fuerte, buscando ser claro con todos, casi como si creyese que al subir la voz todos iban a entenderle, aun cuando no hablaran la misma lengua. – Su líder está allí, al centro de su formación – señaló a Toreen quien había dejado ya a Valtarn y se colocaba también en posición. – No me quedaré quieto – le aseguró a Dainn – pero tampoco pienso negar la oportunidad que se presenta. Si cargamos contra su formación a través del puente venceremos. Yo mismo iré al frente y les abriré paso. La sanadora irá detrás de mi para curarme, y los gemelos la protegerán – le explicó a Dainn sin importarle que el resto no pudieran entender lo que le decía a su maestro.

La reacción del enano, por lo poco que Wendell entendía de su lengua, resultaba peor de lo que hubiera supuesto. No solo no escuchaba consejos, sino que optaría un un ataque frontal, o eso parecía.

E incluso pensaba arriesgar a la sanadora en su carga manteniéndola a su lado para curarlo pese a que el mismo recibiría la protección personalizada de sus dos guardaespaldas. El defensor meneó la darse cuenta que ni siquiera recibirían instrucciones para apoyar ese ataque que, probablemente, estaba condenado al fracaso

Finalmente se encogió de hombros. Dado que no recibía ninguna orden, podría hacer lo que el estimase mejor para apoyar la ridícula carga y proteger a la sacerdotisa a la que estaban poniendo en peligro por la incompetencia de Gror

Sus ojos recorrieron el campo de batalla y se alejó del grupo principal dispuesto a apoyar desde uno de los laterales. Casi sin darse cuenta empezó a mover su honda, dándose cuenta que, para que sus proyectiles, por más que fueran de barro duro, fueran efectivos debería acercarse al área de combate.