Partida Rol por web

Os traen lo pedido, pero junto al pan traen un poco de mantequilla y una tortilla fina de huevo. Además de agua con un toque cítrico traen también un frasco de licor suave de mandarina y una bandeja con dulces de boniato.

Luego se retiran y no vuelven a entrar.

Tras desplegar el contenido de la cartera el hombre responde -No echo en falta nada, el sobre parece intacto, no sé cuanto dinero habrá pero es demasiado como para que llevase más, aparte hay que contar con lo que habrá gastado anoche que sospecho que será mucho. Figore era un hombre servicial y muy eficiente en sus funciones, era guardián de varios secretos, por eso sospecho que quien lo asesinó lo hizo por ese motivo.

Hace una pausa y continúa -Llegamos hace cuatro días, más o menos a estas horas. Hemos venido a representar los intereses de la región suroriental. Desconozco quien y por que motivo exacto asesinó a mi amigo. En cuanto a lo del local, su familia es adinerada y el también, sirve por el honor de hacerlo y no por un salario, acostumbraba a pasar el tiempo libre en esos sitios, le gustaba mucho la compañía que se encuentra en la casa de las flores, hasta el punto que no ha dejado viuda o huérfanos conocidos a pesar de su edad. Es de suponer que llevaría consigo su cartera, para poder disponer de dinero, y también que aprovechará para custodiar él mismo aquello que considerase demasiado delicado como para abandonarlo mientras estaba fuera. Además se supone que esta es una ciudad segura, guardada por ustedes.

Karu permanece en silencio mientras ante él se deshilvana la historia de un homicidio encubierto. Ya en el palacio, le alegra constatar que el magistrado Nara no le ha retirado su confianza por su premeditada pero necesaria ausencia: Es agradable saber que le preocupa más la justicia que las formas.

Cuando el hombre comienza a dar testimonio demuestra tener alguna clase de discordia con el protector Ganusi, pero el magistrado le deja clara la irrelevancia de esto. Bien.

Karu no percibe falsedad en las palabras del testigo, pero algo en su actitud o en su historia no termina de inspirarle confianza. Decide seguir vigilándole en silencio, a la espera de algún posible desliz.

Se me acelera el corazón, habia escuchado sobre esta artista en concreto Keldairai, pero jamás la habia visto. Mis orejas sonrojadas desvelan mi entusiasmo mientras lucho por ocultarlo.
Desvelaremos al culpable, os lo aseguro y quizás eso alivie la pena. Por favor, cualquier cosa que se os ocurra podria ser de valor para nosotros.

Desde que se comprobó que el hombre en verdad servía al tal Askuro, y que era conocido por la servidumbre del palacio, estaba intentando dejar atrás el desencuentro que habíamos tenido, tratando de juzgar al hombre desde otra perspectiva. Pero el hombre insistía en sus estupideces. Ciudad segura, protegida por ustedes, menudo cabrón. Pero el caso es que habla bien, nos miente a la cara mientras nos sonríe, nada nuevo dado el oficio, pero a este en concreto le estoy cogiendo bastante asco. ¿Miente para proteger a su señor o a si mismo?

-Discúlpeme, pero la ciudad es segura, mis compañeros del loto hacen un excelente trabajo, pero siempre hay gente dispuesta a causar el mal,y por desgracia no podemos estar en todas partes a la vez. Pero fíjese usted lo importante que es la colaboración, hace años, mi madre logró dar con un traidor, era un señor poderoso, y nadie quería delatarle por miedo, o bien a perder su estatus, o bien a perder la vida. El caso es que durante los interrogatorios, ella percibió que no estaban siendo sinceros con ella, y, al final, uno de ellos hizo un trato, destapó la verdad y el hombre continuó su vida, al servicio de otro señor, mientras que el antiguo señor y el resto de su servicio....digamos que no corrieron la misma suerte. 

Así pues, desea seguir mintiéndonos descaradamente, o se va a dignar a colaborar con nosotros de una vez, porque desde que llegaste al lugar del crimen no has dejado de mentir. Y por favor, no piense que es algo personal, solo hago mi trabajo para que esta ciudad siga siendo segura.

La voz repite tu nombre tras la puerta cerrada -Hokelsa, no depende de mi, mentir en esta situación sería imprudente y extremadamente peligroso. distingues que es la voz de la regente, alguna vez has tratado con ella, no como cliente, pero si como intermediaria. Dile a Galoko que se marche, no conviene complicar más la trama. 

Galoko te mira con insistencia... en sus labios ves el murmullo de la petición.

Os comentan con gran esmero pero con reservas en los detalles más delicados lo ocurrido las noches anteriores. Al parecer el difunto no hizo nada destacable exceptuando ser "víctima" de los encantos de Keldairai. Admite (ella) que primero se interesó en el por sospechar que sería un cliente generoso, pero luego descubrió su tristeza y se compadeció, haciendo mucho más de lo que por dinero ha hecho.

Desgraciadamente hay mil datos anecdóticos, ninguno parece relevante y cualquiera podría ser la clave, así que ahora estáis incluso peor. Lo bueno es que sabéis que ninguno de los que se acercó durante la noche a la víctima dijo o hizo nada amenazante, Keldairai os lo asegura, y ella es una experta en el lenguaje oculto.

A mitad de un relato insulso de otra de las jóvenes bellezas alguien llama a la puerta. 

La regente se apresura a despachar a quien se haya detrás pero repiten la petición de entrar con insistencia, llegando a oírse una exigencia incluso.

La regente os mira con interrogación en el rostro. Está claro que ella desea dejarles pasar pero no se atreve a abrir una puerta que los protectores han dictaminado cerrada.

-Esperaba más... de la Golondrina... de todas formas no te culpo, debe ser un trabajo agotador y estresante cuidar el reino, por eso solo los mejores son admitidos. Me acusas de mentir, pero no he dicho nada que sea incierto. Insinúas que protejo a un traidor, o que yo lo soy, pero solo intento ayudaros a hacer justicia para mi amigo.

Hace un relato de todo cuanto han hecho desde que llegaron aquí, os da la impresión de que está perdiendo el tiempo, alarga mucho las descripciones y los detalles futiles, como si esperase que ocurriera algo mientras habla.

Aún con todo su historia parece sólida y verás. Él se ha dedicado a organizar las dependencias y a ajustar los horarios del servicio a la distribución de palacio, mientras que por las mañanas Figore se dedicaba a recibir y responder la correspondencia oficial del delegado, organizando su agenda. El trabajo de Figore tenía un horario mucho más corto y le permitía salir más. 

No vuelvan a comenzar con eso - Corté visiblemente molesto cuando protector e interrogado volvieron a establecer una batalla dialéctica.

Estamos investigando un caso de asesinato. No me obligue a recordarle - Dije con severidad al interrogado - que está usted hablando con un agente de la ley de esta ciudad. Cualquier nuevo desafío a este protector será considerado provocación. Y es la última vez que lo advierto.

Tras eso, llegaron una sucesión de relatos que, al comienzo, me dieron oportunidad de comer pan y beber agua. Nada más de aquello que trajeron. No obstante, los relatos vacíos se empezaron a prolongar más de lo debido, y me vi obligado a interrumpirle.

He dicho que quiero que su señor se persone aquí para revisar el contenido de la cartera. El tiempo apremia y su señor no aparece. Ni siquiera le he visto dar la orden. - Me giro hacia los protectores temiéndome lo peor.

Quiero que uno de ustedes salga a hablar con el servicio. Pidan que le lleven ante el delegado y le traiga aquí. - Si el delegado no había puesto pies en polvorosa aún, le traerían. Si había desaparecido, traerían la noticia de su huída. Algo olía a chamusquina y empezaba a atar ciertos cabos. La impresión del protector de nombre desconocido empezaba a resultar muy real. Demasiado. Algo ocultaban, y empezaba a atar cabos y descubrir algunas lagunas en aquel discurso.

Volví a centrar mi atención en el interrogado.

Así pues, ustedes son de fuera. Llegaron hace 4 días y el señor Figore pasó la noche en la casa de las flores. Además dice que él es guardián de ciertos secretos, lo cual implica que usted no, y que él tiene dinero y costumbre de derroche. Mientras que usted... Dígame ¿por qué no acompañó a su amigo al local? De sus palabras se deduce que usted no frecuenta los sitios que él, a pesar de que usted le llama amigo. Además el goza de la confianza del delegado y de una capacidad económica que usted carece ¿no es así? Señor, ¿qué clase de amigos eran ustedes dos? ¿por qué le dejó en una ciudad extraña con una cartera llena de dinero y secretos ir solo a un lugar cuya seguridad desconocía?

Señor, empiezo a pensar que usted no está contando todo lo que sabe, y también que está contando cosas que sabe superfluas mientras calla cosas que cree relevantes. Como por ejemplo la envidia que usted sentía por el señor Figore. Y cosas aún más relevantes. Espero, señor, que empiece a centrar su discurso, o me obligará a tomar medidas.

Intento recordad si no hubiese una entrada trasera, secreta o algo de ese pelo, que pudiese existir en el local mientras agarro a mi acompañante de la mano y la llevo fuera de la entrads

Por primera vez en mi vida comienzo a sentir auténticas ganas de hacer uso del conocimiento que el amigo de mi padre, como se llamaba... bueno, el nombre es irrelevante, lo importante es que el libro trata acerca de como torturar a un hombre durante 24 horas seguidas sin que este muera.Ojalá me diesen una o dos nada mas....

-Karu, discúlpeme que le pida esto pero, ¿Podría ir usted en busca del delegado? Detestaría dejar esta conversación que comenzó hace ya un buen rato con este señor-digo con humildad señalando con ligereza al interrogado.- Ahora que por fin se pone interesante la conversación...

—Por supuesto —responde a Nakida. En parte por que ambos han tenido más trato con el hombre, pero también para darle salida al hastío que está comenzando a causarle la situación. Karu abandona la sala, busca a alguien del servicio y le pide que le conduzca ante el delegado sin excusas.

Al ver el desconcierto y la duda generados por esta intromisión me pongo en pie y avanzo hacia la puerta, aferrando la empuñadura de mi sable, no como gesto amenazador o con la intemnción de desenvainarlo si no como mera indicación del caracter oficial de las circunstancias.

- Esta honorable casa de las flores se encuentra bajo escrutinio de los protectores del reino Gaaru Nagata y Deno Saru, bajo las órdenes del eminente magistrado Dagio Nara, quien ha decretado su cierre temporalmente. Lamentamos cualquier tipo de molestia que esto les pueda ocasionar. Aún no queriendo perjudicar a este negocio, Felu Keresui dispone de otros rincones donde estarán encantados de cubrir todas sus necesidades.- Comunico en voz alta tratando de hacerme oir por quienes tan bruscamente han abordado a la hostelera.

Deno ha sido claro y elegante. No tengo nada mas que añadir, doy un trago de mi bebida y espero paciente a como se desarrollan los acontecimientos.

Una vez un poco fuera de la puerta, me acerco al oído de Galoko
-Sabes si hay una puerta trasera o alguna manera de entrar o salir discretamente? Estoy seguro de que conoces el lugar mejor que yo y por lo que veo, tienen razones de peso de no dejarnos entrar... así que, habrá que hacerlo de otra manera (le digo con una sonrisa). No se que es lo que está pasando .. pero me parece bastante extraño tanto secretismo por una muerte "común " ( le digo de un tono más serio y con los rasgos con una expresión de duda)

Sales de la habitación de reuniones y caminas por los pasillos exteriores que dan a los jardines. Enseguida encuentras a un personal de servicio que te guía a la zona residencial.

Caminas largo rato antes de llegar a el ala donde se aloja Askuro.

-Desea el honorable protector ser anunciado. -pregunta el sirviente en un tono muy educado pero que deja evidente que la respuesta solo puede ser sí.

Entra en la antecámara. Oyes unos murmullos inteligibles y luego se vuelve a abrir la puerta.

-El ilustre delegado le atenderá en breve, si es tan amable de esperar un momento.

Cuando entras a la cámara del delegado te dice

-Buenas tardes, es un honor recibir a un protector en mis habitaciones, ¿Puedo preguntar a que se debe tal visita?

-Por favor señores, dejen pasar a ese hombre y a esa mujer, no entiendo que hacen juntos, pero cada uno es capaz de aportar una inestimable ayuda. -dice el hombre con sinceridad en la voz -Que hayan venido juntos no puede ser más que una señal del destino.

Ya no se oyen sonidos en la puerta.

- Adelante pues...- Digo sin estar seguro de qué está pasando exactamente...

-Si no pueden confiar en mi palabra entonces estamos perdiendo el tiempo. Creo que dado el caso solo podemos esperar a que llegue mi señor, si es que tiene a bien venir, es un hombre ocupado. -dice con un tono frío en su voz.

Después de haber dejado claro que su discurso no va a variar se queda callado, pero ambos notáis que está intranquilo, es consciente que ha perdido un terreno que le era necesario para mantener la batalla a su favor. Es evidente que sabe que no puede callar, se le ha acusado, y tiene que responder.

-No compartíamos gustos, eso es cierto, no éramos amigos por nuestras aficiones, sino por nuestro servicio, yo le aconsejé que permaneciera en palacio, pero él quería "disfrutar" de la ciudad y no de los servicios que pudieran dar en palacio antes del inicio de los eventos de la corte. Además todos tenemos motivos para temer, pero no por ello nos podemos quedar aterrorizados en nuestras casas.

Su discurso empieza a ser menos elegante, menos preparado, da signos de nerviosismo en aumento.

-Supongo que no se puede decir que fuésemos amigos, pero yo no le envidiaba, no tenía ni tengo ningún motivo para desear su muerte ni alegrarme por ella. -añade finalmente recuperando un poco de fuerza en su voz.

Tomando de la mano a mi acompañante, la llevo hasta la puerta y espero que se abra, dejando paso a Galoko me dirijo a la regente  - Señora mía, espero sepa perdonar la intrusión de nuestra compañía -digo mientras me inclino en gesto protocolario. Mirando al resto, busco la persona que dio su aprobación para dejarnos entrar, con una gran sonrisa y con paso decidido, cuando finalmente creo saber a quien dirigirme entono - le doy mil gracias su señoría por dejarnos entrar. Le doy mi palabra de que no seremos de infortunio y les ayudaremos en todo lo que necesiten. Me presento; Mi Nombre es Hokelsa Kil, servidor y comerciante para servirles - terminó con una reverencia más de destacada, casi teatral.