Partida Rol por web

Turno 9

Tras la andanada de flechas el primero en reaccionar es Zaius, que con un gran valor se adelante un momento y musita una letanía arcana incomprensible, mientras coge algo de arena del suelo y la deja caer de sus dedos esparciéndola frente a él. El aire a su alrededor riela y se distorsiona levemente cuando las energías místicas del conjuro se desatan.

En ese momento las odiosas criaturas que os estaban disparando con sus arcos se tambalean y comienzan a derrumbarse de forma somnolienta. Una de ellas se despierta súbitamente con un tremendo dolor en el hombro, y observa con horror cómo sobresale de él la empuñadura de una daga (Daño 1). Al miraros puede ver cómo Pal´to proyecta la siguiente daga volando por el aire, directa hacia su fea jeta de goblin, y sólo los reflejos de la criatura impiden que se clave en ella profundamente: aún así le alcanza en la sien, produciendo un corte profundo que desparrama sangre verde por todas partes, (Daño 1).

Tras una rápida evaluación de la situación, con sus cuatro compañeros tirados por el suelo como piltrafas, decide si sería buena idea intentar despertarlos, pero su naturaleza goblin se impone, se da la vuelta y sale corriendo. O saldría si Malrick no hubiera llegado hasta él a todo correr. El pequeño trasgo pega un grito agudo bastante poco masculino y se agacha justo a tiempo para que la espada no le corte la cabeza. Después intenta huir entre gritos entrecortados, gateando y levantándose como puede, y dándole al guerrero una nueva posibilidad de acabar con él.

Desgraciadamente, las ramas de los árboles estorban el último tajo de Malrick, que termina fallando mientras la criatura se pierde en el bosque a todo correr.

(Sigue...)

El único que puede perseguir al goblin que huye es Malrick; Pal´to y Zaius están demasiado lejos, y los demás os encontráis sorprendidos o ausentes. Si el guerrero decide perseguirle tendrá que tirar por Destreza para darle caza, (sacar lo mismo que tienes en la característica, o menos, si lo consigues puedes atizarle y si no lo pierdes).

Los demás goblins dormidos ya no son un peligro, excepto para vuestra sensibilidad porque huelen fatal. Podéis ejecutarlos automáticamente o hacer cualquier otra cosa que se os ocurra. Habéis ganado el combate, o más bien lo ha hecho Zaius.

Malric debe decidir si persigue al goblin huido o no lo hace. Todos debéis decidir qué hacéis con los demás, si seguís subiendo junto al cauce del río, en qué formación, etcétera.

El perro olisquea a los goblins dormidos, pero al percibir su fétido olor decide apartarse y dejaros hacer. Máximo parece enfadado consigo mismo por no haber podido reaccionar, y permanece a un lado del grupo, hosco y silencioso.

Si el próximo turno Luki no postea, decidirá que esta aventura es demasiado peligrosa para él y abandonará la partida.

Todo terminó antes siquiera de empezar. ¿Cuánto habría pasado? ¿Unos minutos? Adric había perdido la noción del tiempo y no sabía si había perdido la consciencia, pero al menos seguía vivo. Sigo vivo, es lo que importa. En algún momento, alguien le había arrastrado hasta los árboles – ¿o había sido él mismo? – y mientras el sabueso regresaba de olisquear los cuerpos de los pielesverdes, él se afanaba en comprobar que todo seguía en su sitio ni tenía nada roto.

–Recuérdame que nunca te contraríe, hechicero –dijo con una cómplice sonrisa mientras se sujetaba un paño contra la sien, tornándose lentamente de rojo carmesí –esas bestias inmundas no han tenido ninguna oportunidad.

También le dedicó un asentimiento de reconocimiento a Pal´to: considerando la distancia, que fuera capaz de clavar sus dagas en un objetivo tan pequeño era una auténtica proeza –Vamos, atemos a esas criaturas a ver si tienen algo que decir.

De reojo, vio a Malrick, acero en mano, persiguiendo a uno de ellos. No le dio envidia alguna la pequeña criatura.

El primer  combate se había decantado a nuestro favor  y excepto las heridas que habíamos  recibido  durante su ataque  por sorpresa  no habíamos salido muy mal parados .

RECUPERA  MIS DAGAS .Chillo al ver a Malrick perseguir al goblin .He lanzado dos  de mis  dagas  y solo me queda  una para un próximo combate  , así que  si puedes  traemelas  por favor.

Le veo desaparecer  mientras los demás  nos quedamos   a atar  y registrar a los goblins ..No sé si merece la pena  interrogar a estos  bichos  pero como  queráis .

Las energías mágicas fluyeron por todo mi ser al conjurar el hechizo. Era tal la sensación, que me sentía extasiado; embriagado hasta perder el sentido de la realidad. Sólo duró un instante, pero sentir ese poder recorrer mi cuerpo era la droga que ansiaba.

Habían caído dormidos los cinco goblins, aunque uno se despertó tras el certero ataque de Pal'to. Este decidió salvar su vida, huyendo del lugar y dejando a sus durmientes compañeros allí tirados. Malrick le persiguió para darle caza. Era el momento de curar las heridas y encargarse de las criaturas dormidas. Me acerqué a Adric y le ayudé con la fea herida de la cabeza; saqué un cacho de tela de mi zurrón e improvisé una venda. Le limpié la herida con un poco de agua de mi odre y le puse la venda lo mejor que supe... aunque debería de verle un sanador en cuanto encontráramos uno.

-"Puedes estar tranquilo paladín, no suelo dar rienda suelta a mi genio así como así. Se que es inmoral matar a una criatura indefensa, pero estas bestias no tendrían miramientos con nosotros si fuera al revés. Opino que debemos acabar con ellas, de una manera rápida y misericordiosa. Si quieres información, con uno de ellos te vale."

Termino de vendar a Aldric y me acerco al joven Máximo.

-"¿Estás bien muchacho? Déjame echarle un ojo a esa herida. No soy curandero, pero se taponar una herida. Has sido un chico muy valiente."

Rasgo un cacho de tela de mi capa, ya había utilizado la tela que tenía en mi zurrón, y le limpio la herida del hombro poniendo después cuidado al vendárselo. No parecía una herida grave, pero le quedaría una buena cicatriz.

-"Bueno, puede que ya hayamos encontrado a parte de los responsables de la desaparición del agua. Creo que los goblins forman parte de quién quiera que esté detrás de esto. Lo que nos debe preocupar es saber si nos estaban esperando o ha sido un ataque fortuito. Opino que a partir de ahora debemos de avanzar con suma cautela, siempre atentos a cualquier cosa que percibamos. El perro podría ser nuestra avanzadilla, puede oler a esas criaturas a mucha distancia... sólo hay que entrenarle un poco."

Me acerco a los goblins y les observo detenidamente.

Sin poder dar crédito de lo que veía me frené por un instante, todos los enemigos cayeron desmayados al piso golpeados por una fuerza invisible que los había abatido. Uno de ellos se levantó súbitamente gritando de dolor y dudó entre hacer algo o huir y prefirió lo segundo. Alguien gritó algo de correr al que escapaba pero no hacía falta hacerlo, si huía podía avisar a otros compañeros y volver con refuerzos. Avanzo decidido a descargarle un certero golpe por la espalda pero se escabulló y veía que se escapaba justo delante mío. - Cache. - Le grité al perro y señalé al goblin esperando que lo corriera

Turno 10

Malrick corre a través del bosque intentando coger al trasgo, que ha dejado tras él la daga que tenía clavada en el hombro. La otra, que cortó su sien, se encuentra clavada en un tronco cercano. Ambas son recuperables por Pal´to, aunque están cubiertas de sangre verde y espesa y huelen bastante mal.

Desgraciadamente la criatura conoce muy bien el bosque, y el guerrero no. Finalmente, su pequeño cuerpecillo verdoso se escurre entre los árboles y Malrick lo pierde. Piensa en pedirle al perro que lo persiga, pero el animal se quedó en el camino junto a los demás; lo que es probable que pueda hacer es rastrearlo, igual que rastreó los restos de barro hace una hora.

Cuando vuelve, el guerrero se encuentra con una situación incómoda; los trasgos están dormidos, y hay que decidir qué hacer con ellos. Adric aboga por atarlos a todos e interrogarlos, pero Zaius cree que será mejor acabar con ellos y dejar un solo ejemplar para informaros, y Pal´to piensa que deberíais matarlos a todos, (tres votos distintos, empate).

El perro está dando vueltas por el área, jadeando y olisqueando a las criaturas caídas, (y apartándose en seguida después, porque huelen realmente mal). Máximo permanece a un lado, con la mandíbula tensa, y expresa claramente su opinión;

(Sigue...)

"Estas criaturas pueden saber dónde está mi padre, y los hombres que iban con él. Tenemos que interrogarlas, da igual una o varias. No me gusta matar a personas indefensas", afirma echando un vistazo a los pequeños cuerpos verdosos y cabezones que respiran quedamente en el suelo, "Pero no estoy seguro de que esto sean personas. Quizás llegaría con un solo trasgo para informarnos", termina.

Hace unos días, cuando Zaius le preguntó acerca del perro, Máximo le dijo con pocas palabras que era la primera vez que lo veía, aunque había oído las quejas de un pastor en la aldea desde hacía semanas, que decía que había perdido dos ovejas por un lobo solitario en el bosque, y quizás fuera en realidad este perro.

(Sigue...)

Es decisión vuestra contar la opinión de Máximo como un voto más o no, (él apoyaría a Zaius, acabar con ellos y dejar a uno solo con vida). El perro se sienta cerca y resuella sacando su enorme lengua, mirándoos con curiosidad. El único voto que parece emitir es que quiere un hueso.

Los trasgos van a despertarse si no actuáis pronto; necesitaréis una cuerda para atarlos, (con una larga se les puede atar a todos), o cualquier arma para matarlos, (muerte automática, no hace falta hacer tiradas). También debéis tener en cuenta que una de las criaturas ha huido hace un par de minutos y el perro podría rastrearla, (vosotros tendríais que tirar 1 en 1d6). 

Es vuestro turno ;)

- Adric vota inmovilizar a los goblin e interrogarlos.

- Pal´to vota matar a los goblin.

- Zaius vota matar a los goblin pero salvar a uno, inmovilizarlo e interrogarlo.

- Máximo vota matar a los goblin pero salvar a uno, inmovilizarlo e interrogarlo.

- Perro vota que quiere un hueso.

- Malrick todavía no ha votado.

Debéis tomar una decisión ya, antes de que despierten y se reanude el combate.

Luki ha decidido que esto es muy arriesgado, y se va a Robleda para abrir una alfarería y vender vasijas decoradas con motivos enaniles. Dentro de seis años se casará con una comerciante enana de estaño y se mudarán a Marvalar, donde ambos vivirán una vida cómoda y modesta cuidando a sus tres churumbeles. El enano morirá en su cama a los doscientos años, rodeado de sus seres queridos, tras una vida tranquila y placentera probablemente mucho más larga que la vuestra. Fin.

Las curas de Zaius son reparadoras, pero no otorgan puntos de golpe, lo siento, eso solo se consigue con pociones, magia o descanso diario.

–"Toda vida es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Ishtar y permanece siempre en una especial relación con Ella, su único fin. Nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a seres inocentes" –recitó Adric mientras sacaba la cuerda de su mochila y procedía a atar a los goblins. Su tono era calmo, ahora que la batalla había terminado y la sangre había dejado de manar. Cuando llegara la noche se encargaría de revisar la herida. Hasta entonces, había camino que recorrer –Si después de interrogarlos queréis acabar con su vida, no va a ser mi espada quien lo haga. Hasta entonces, os pido que me dejéis darles una última oportunidad de ser útiles antes de ejecutarlos.

Miro al paladín con extrañeza pero ¿quién soy yo para  juzgar a nadie? .Me encojo de hombros   y respondo .Como quieras .. a mi me da lo mismo  pero  la próxima vez pueden caer sobre alguien indefenso :los niños  o las mujeres de la aldea.No creo que si los dejas libres vayan a  dejar de ser goblins ..Señalo a Máximo .su pueblo y él tendrán que convivir con ellos  pero ..como lo veas .

Limpio las dagas contra la ropa   y me las guardo antes de  ponerme a registrar a los goblins en busca de algo de interés.

Miré con reprobación al perro que ni caso me hizo por segunda ocasión. Volví sobre mis pasos observando al resto de los goblin sin saber si estaban desmayados o muertos. Presté atención a lo que el resto hablaba y me di cuenta de que seguían vivos. Estaban todos hablando sobre que hacer con ellos y más de uno quiso acabarlos y uno solo perdonarles la vida a todos. Esperé a que Adric los tuviera atados y que estuvieran cerca de despertar como indicaban sus movimientos. - El primero que habla vive y el resto muere. - Les dije a todos para que supieran cuales eran mis intenciones para con estas criaturas.

–¿Y si el que habla no sabe las respuestas que buscamos? –respondió el paladín, con una cálida sonrisa. Ya había afrontado situaciones como esas en el pasado, donde enfrentaba a personas menos piadosas que él, y sabía que la mejor forma era mantener la calma. Además, todos tenían el mismo objetivo: ayudar al pueblo –Además, querido Pal´To, ¿quién ha dicho de liberarlos? Efectivamente, sería un imprudencia. Seguro que hay guardabosques que vigilan estas tierras para algún señor o casa noble. O la guardia del pueblo más cercano... Incluso si tienen algo que ver con lo sucedido con Caudal, el pueblo mismo podría decidir su destino. Hay muchas opciones, incluso la de ejecutarlos vosotros mismos, como ya he dicho. Sólo os pido que me dejéis hablar con ellos antes.

La espada de Malrick no venía manchada, y eso hizo fruncir el ceño del Paladín. Si no había conseguido matar al Goblin que había huído, tenían un grave problema.

–¿Qué sucedió con el otro? ¿Conseguí escapar?

yo no te voy  a decir que deberías de hacer ..allá cada uno con su conciencia .respondo al paladín volviéndome a encoger de hombros .Pero veo algunas fisuras en tu plan : primero falta que hablan el común para que  entiendan lo que les preguntes y eso si no nos mienten .Segundo hasta que encontremos a ese noble o guardabosques   tendremos que cargar  con ellos , vigilarlos   y desviarnos  de nuestra misión . bajo un poco el tono .sin olvidar que el tiempo juega en nuestra contra y de los desaparecidos .

A veces  demasiada  luz puede cegar tanto como la oscuridad  ..musito mientras  pongo el equipo de los goblins en un montón para ver que puede ser de valor 

Después de intentar curar lo mejor que pude a Adric y Máximo me acerqué a Pal'to para observar los objetos de los trasgos que había depositado en el suelo. Eché un ojo para valorar si había algo que se pudiera utilizar y fuera de buena calidad. Ya había dado mi opinión sobre los trasgos y no iba a entrar en diatribas morales.

-"Bueno, lo que hagáis con los trasgos es cosa vuestra, pero al escaparse uno de ellos está claro que irá a avisar al resto de su grupo. Seguramente en poco tiempo vendrán más a por nosotros, así que si vais a interrogar a los prisioneros, hacedlo cuanto antes. Y si queréis seguir al huido, opino que puede ser una perdida de tiempo: está en un terreno que no conocemos, dentro de la espesura del bosque, y puede ser una difícil tarea que requeriría tiempo... aunque tenemos al chucho..."

Pongo una actitud pensativa mientras miro al perro y a Malrick.

-"Como ya dije antes, a partir de ahora debemos de avanzar con suma cautela, siempre atentos a cualquier cosa que percibamos. Y bien, ¿quién hará de interrogador?"

–Me encargo yo –dijo, palmeando su muslo para que el sabueso se acercara. Con su buen tamaño y el pelaje manchado de sangre, sería un recurso muy útil para amedrentarlos. Además, el problema del idioma ya estaba claro porque les había escuchado claramente reírse en el idioma común. Desenvainó el formidable mandoble que portaba a la espalda y lo clavó en el suelo, quedando a su lado como una suerte de patíbulo, firme recordatorio de lo que les pasaría si intentaban algo raro.

Una vez que estuvieron atados, cogió a uno de ellos, el que parecía más grande y robusto, y palmeó sus mejillas varias veces hasta que despertara.

Notando que estaban ocupados con el interrogatorio y ver que recaban de los presentes, me tuve que limitar a hacer guardia por los alrededores para evitar posibles encuentros aleatorios mientras ellos estaban haciendo esa tarea que tampoco me agradaba. Hice el intento de no escuchar todo el asunto alejándome cerca de una veintena de metros de ellos mientras recorría formando un círculo al rededor del resto del grupo.

Turno 11

Os encontráis en el oportuno claro junto al sendero, rodeados de verdes alisos que se mecen con el viento, y los trasgos comienzan a despertar y a descubrirse atados, y os observan alternando asesinas miradas de odio y sumisas miradas aterrorizadas. Cuando Adric hace su discurso sobre lo sagrado de toda vida asienten con la enorme cabeza, y uno hasta da palmadas con sus pies sucios y desnudos; "Zi, zi, Izhtar tiene razón, yo también la adodo mucho", dice mirando al paladín con devoción.

Pal´to no está de acuerdo, y deja caer que, si los sueltan, podrían hacer daño a alguien, a lo que todos los goblin empiezan a negar con la cabeza. "No, no, yo zoy bueno, nunca hago daño", afirma rotundo uno de ellos. El que tiene al lado comienza a darle dolorosas patadas; "¡Yo zoy maz bueno, cabdón, tú edez un azezino!", le espeta. Luego todos empiezan a empujarse y a insultarse compitiendo para ver quién es mejor persona.

Malrick mira a perro desaprobando su conducta, ya que no se marchó buscando al goblin huido. En realidad sí estuvo olisqueando, pero viendo que el resto del grupo se quedaba allí se plantó en el suelo.

(Sigue...)

El animal vuelve a olisquear el suelo sin separar la nariz de las huellas de la criatura huida, y luego mira hacia atrás observando a Malric. Si él le acompaña, (pasó su tirada de Carisma), el perro comenzará la búsqueda a su lado.

(Sigue...)

En ese momento Malrick está junto a los goblin, y con agresividad les espeta que el primero en hablar se salvará. Eso produce un silencio absoluto mientras las criaturas pasan sus ojos de Adric a Malrick, confusas. Y un segundo después vuelven a arremeter unos contra otros; "¡Yo pdimedo, yo hablo mejod el idioma!", "¡No, yo pdimedo, zoy maz lizto que ninguno!", "¡Zi me elegiz a mi oz contadé cozaz ezpecialez!", afirma un tercero.

Pero cuando Adric le dice a Pal´to que su intención no es liberarlos, sino entregarlos a la justicia, entonces todos se callan y se miran unos a otros, decepcionados. "Qué miedda", dice uno al final, suspirando.

Adric hace un gesto al perro, que vuelve de su posición en el bosque, y coge al primero de los goblin para interrogarlo mientras el perro le enseña un montón de dientes afilados. El trasgo, sin embargo, recurre a todo su valor y su fuerza de voluntad, y aguanta dos segundos antes de contar lo que sabe. "¡Ez nueztra tieda!", dice. "¡Loz zuzioz humanoz la dobadon haze... no zé, un huevo... y ahoda ze la quitademoz!", dice. Luego parece recapacitar, y habla de una forma menos agresiva. "Digo, ze la quitadán. Loz demaz goblin, todoz hodiblez goblin, mu maloz todoz. Yo bueno", afirma con una sonrisa afilada y gigantesca que va desde un extremo de su enorme jeta al otro, y que no lo hace parecer demasiado benigno.

"Ezpezialmente eze", señala a uno de los atados. "Me dobó mi daga", dice lleno de razón. "Pod ziedto, loz humanoz zoiz grandez y goddoz, azí que vamos a a ahogadoz a todoz. Zi, ya lo cdeo. Hizimoz una pdeza chunga allá adiba, pedo no aguatadá mucho. Pdonto la pdeza ze jode, y el agua adaza la aldea, y todoz muedtoz, ¡hahahaha!", se ríe de forma estúpida. Luego parece arrepentidísimo. "Digo, pobdez humanoz, todoz ahogadoz. Yo no quedía, ez que me obligadon", dice señalando al que le robó la daga. "Eze".

(Sigue...)