Partida Rol por web

"Qué irónico", afirma cínicamente, "Mi dios estará complacido, hemos vencido todas las batallas, les hemos hecho huir".

Luego vuelve a negar con la cabeza; "Y sin embargo hemos perdido todo por lo que luchamos. No me siento con fuerzas para iniciar una cacería, estas alimañas conocen bien el terreno, será difícil darles caza y creo que tengo muchos funerales por oficiar. Me vuelvo a la aldea, vosotros haced lo que os parezca mejor".

Con un gesto de adulta comprensión en su rostro juvenil se vuelve arrastrando los pies.

(Sigue...)

El perro, con un gañido, lo observa alejarse mirándoos a vosotros y a él alternativamente, sin saber muy bien qué hacer. Finalmente trota hasta la mano que Adric mantiene a su lado, alzándola con el morro, y se queda junto a él.

¿Qué es lo que haréis?. ¿Os dirigiréis a la aldea con Máximo?. ¿Rastrearéis a las criaturas a través del bosque?, (tirada de 1 en 1d6 para encontrar y seguir el rastro). ¿Os recuperaréis en este lugar?. 

Os toca!

Aunque sus planes eran otros... no pudieron llevarse a cabo. Los pielesverdes habían escapado, demostrando una pizca de inteligencia: con la mayor parte de su clan abatido, y con su baza ganadora convertida en pasto de gusanos, no tenían nada que hacer aunque hubieran utilizado su red de túneles en su beneficio. Allí no había venganza que valiera.

–Permíteme acompañarte –dijo Adric, acariciando distraídamente la cabeza del sabueso. No podía llegar a imaginarse el dolor que debía de estar sufriendo Máximo, pero había aprendido a apreciar al joven y quería ayudarle a pasar su dolor le mejor posible –Deshagamos el camino, encarguémonos de los que dejamos en el bosque y pasemos por la zona embarrada. Si era verdad lo que dijo...

No quería continuar la frase, pero el joven debía de entender a qué se refería. Si el Goblin al que se enfrentó no mintió, allí estaría el cadáver de su padre.

Al avanzar hacia el camino de la cueva, vi que tanto Adric como Máximo estaban allí. No los había visto porque me pillaba en la línea de visión un grueso árbol. El paladín se acercó a mi para darme ánimos.

-"Gracias Adric, se que los dioses son caprichosos. Tomé una decisión y fallé, tendré que lidiar con ello el resto de mi vida."

Al pasar al lado de Máximo, mi semblante ensombrecido se suavizó, compungido.

-"Lo siento mucho chico. Se que ha tenido que ser duro verlo, pero tienes que ser fuerte."

Seguimos el camino y al poco alcanzamos a los demás, un poco antes de la entrada. Entramos y registramos cada rincón de la cueva. Los goblins habían huido y con ellos la venganza, que parte de algunos de nosotros llevábamos encima. Máximo decidió volver a Caudal y Adric también, así que mi decisión era fácil. No me iba a quedar con dos personas ajenas a mi, que les importaba un pito mi persona.

-"Yo también volveré a Caudal o lo que quede del poblado. Me quedaré un tiempo y ayudaré a su reconstrucción, es lo menos que puedo hacer. Esta banda de goblins no dará problemas en un tiempo, si es que vuelven. Por el camino de regreso, pensaremos qué hacer con los goblins retenidos y si vamos a verificar las tumbas que nos dijeron."

Al final  todo nos había salido mal y ni siquiera podríamos  apaciguar nuestra furia  en la sangre de los goblins   porque las bestiezuelas habían  sido lo bastante listas como para escapar .Asiento antes comentar ..Vayamos al pueblo y veamos si podemos ayudar en algo .Aunque solo sea en ayudar a enterrar los cadáveres .

Al decir esto  me muerdo el labio y   mirando a Maximo le digo .lo siento muchacho pero poco mas podremos hacer por ellos

Después de un corto andar llegué a la cueva, no había ni rastros de que alguien estuviera haciendo guardia. Nos internamos dentro de los túneles y mi mano siguió apretando la espada hasta el punto que me estaba doliendo pero no por ello aflojaba. Estaba vacío, resoplé y volví a buscar por los mismos lugares pero no cambió en absoluto el resultado. El lugar estaba vacío y los responsables de todo esto se habían escapado.

Finalmente salimos al exterior y se pusieron a planear lo siguiente. - Les dije de entrar aquí primero, pasaron de largo lo que les dije y aquí estamos. -  Las palabras las decía como lanzándolas con un arco muy tenso. - Y tú que siempre buscar que todo sea justo. ¿Cómo le vas a dar justicia ahora a los muertos? ¿Eh?. - Le tiré a Adric. - Les dije de ir tras el rastro que había encontrado el perro al principio de todo y nada, sólo se escucharon a ustedes. Ahora sólo se escuchan lamentos sobre lo que pasó en lugar de ir por esas ratas por más difícil que parezca. ¿O ustedes no lo harían por sus familiares?. Iría tras ellos hasta el último de ellos o de mis días. - Miro a todos con una actitud desafiante buscando que reaccionen ante lo que están queriendo hacer.

La reacción de Malrick no le sorprendió en absoluto. Durante todo el tiempo que había viajado en la caravana demostró ser una persona de mal carácter, y mientras ascendían la colina y se enfrentaban a los pielesverdes, se comportaba como una cuerda que cada segundo se tensaba más y más... hasta que se rompió.

–Comprendo tu frustración, ninguno estamos contentos con el resultado –le respondió con una cálida sonrisa.– Pero de nada sirve ahora reprochar qué podríamos haber hecho y qué no. ¿Quieres ir a cazar goblins por el bosque? –hizo un leve gesto con el brazo, mostrándole el camino libre –Adelante. Te deseo la mejor de las suertes y mi bendición. Pero el resto regresaremos a Caudal para asumir nuestra parte de culpa en todo esto y ayudar en su reconstrucción.

El único que respondió a mis palabras había sido Adric, el resto permaneció impasible a lo que estábamos hablando así que me las agarré con él. - El perro es la respuesta y te hace más caso a ti que a cualquiera de los demás, ir sin él es ir a condenarse al bosque. Tu hablas de hacer lo correcto y castigar al culpable, tienes como hacerlo y sin embargo te vas a dar media vuelta y dejar todo en la nada. Esa peste seguirá haciendo daño y lo sabes. - Mis palabras fueron lanzadas como un desafío directo a él y al resto por más que fueron enfocadas en Adric.

–Esta criatura no es mía, es libre al igual que el resto –acarició las orejas del sabueso correspondiendo a sus atenciones –Si es decisión suya venirse conmigo, es porque así lo ha decidido. De verdad que comprendo tus intenciones, buen Malrick, y quisiera pensar que están motivadas por tu buena voluntad más que por un afán de venganza. Pero estoy convencido de que ahora mi camino debe ser Caudal, y no vagar por el bosque cazando pielesverdes.

Estiró la mano y buscó estrechársela con el guerrero, a fin de zanjar la conversación.

–Te deseo buena ventura en tu cacería y que Ishtar te guíe.

Turno 26

Junto a las aguas del río en las que os habéis aseado, los ánimos están bajos. A pesar de su juventud, Máximo observa con comprensión a Zaius. "Lo seré. No ha sido culpa tuya, hiciste todo lo que pudiste", afirma suspirando. "Los dioses nos enseñan que el fracaso a veces es parte del éxito, porque aprendemos de él. No dejes de ayudar, amigo mago. Quizás este desastre te dé la experiencia para salvar a otras personas en el futuro. Persevera", sonríe triste.

Adric, como suele hacer, es el primero en decidir; acompañará al joven a la aldea. Pal´to y Zaius también lo harán. Por otra parte, Malrick estalla en una terrible furia echando la culpa de todo a todo el mundo, y aprieta los dientes dispuesto a perseguir a los goblin y a darles caza por lo que han hecho. Adric le desea suerte, y encabeza la bajada hacia la aldea.

El guerrero tendría más sencillo rastrear a los goblin si contara con la ayuda de perro, pero el animal parece mirarle entristecido mientras observa a los demás bajar cabizbajos y abatidos. Finalmente, (gracias al + que ha ganado Adric con él), se marcha junto al grueso del grupo dejándolo sólo junto a la corriente, y dándole así un ultimatum: si va a por los trasgos, tendrá que hacerlo solo.

El próximo turno los que han partido hacia la aldea llegarán a ella, (en este caso no es obligatorio postear, ya que la demora es para que Carlinio decida qué camino va a seguir; podéis escribir para adelantar el turno como he puesto en Notas, o no hacerlo y que postee el miércoles; en todo caso ganaréis los 5 px reglamentarios).

Malrick debe decidir si va con ellos, o si empieza una aventura en solitario buscando a los trasgos, (Capítulo para tí solo :P). No tengo inconveniente en que os dividáis, pero aviso de que internarse en las tierras salvajes en solitario puede resultar peligroso. El guerrero es un luchador muy capaz, pero va a perseguir como mínimo a una docena de goblin, y si se separa bastante de la aldea empezará a haber encuentros errantes. Es fácil que la cosa termine mal.

Ante la diatriba de Malrick, sólo puse atención al principio. La verdad es que no me interesaba mucho su opinión, en ningún momento le había visto integrado en el grupo. Incluso ni se había preocupado por mi, cuando la presa cedió y salí herido. Pero ante el intento de convencer a Adric para que siguiéramos la búsqueda del resto de la tribu de goblins, volví a prestar atención. Miré al paladín para ver su reacción y contestación, aunque ya antes le había dejado clara su postura. Adric me parecía un tipo serio y precavido.

Al final todo acabó con un buena suerte a Malrick. Nos alejamos de allí siguiendo a Adric y a Perro, dejando al guerrero indeciso, furioso y solo. Avanzamos hacia Caudal por el camino aledaño al río. Más o menos llegando al claro, avisé a mis compañeros.

-"Hiciste bien en declinar la persecución del resto de goblins, Adric. Has demostrado mucha templanza. Ahora es momento de curar nuestras heridas y ayudar en el pueblo. Dentro de unos metros, llegaremos al claro. Hay que coger a las alimañas que dejamos ahí atadas y llevarlas a las autoridades de Caudal. Más adelante, podíamos ir un momento a ver el rastro que vimos, para ver el lugar exacto de dónde están enterrados el padre de Máximo y sus compañeros. Y asegurarnos de que ninguna alimaña se está alimentando de ellos, para en un futuro, enterrarlos dignamente en el cementerio de Caudal."

Aún sabiendo que los goblins estaban atados, no me fié y me preparé. Cogí mi ballesta y la cargué.

Pensé que por un momento iba a poder lograr que me dieran la razón en una de las cosas pero no, decidieron marcharse sin más y con ellos el perro dejando todo en la nada. Adric tendió su mano en un signo que buscaba cerrar todo pero no se la acepté, porque para mi todo quedaba abierto al no conMe vi forzado a volver por donde vinimos pero obviamente a la suficiente distancia para que todo el cotorrerío del mago no fuera tan tedioso. Tantas palabras para hacer algo tan simple.

Por más que fuera un cabeza dura, eso no quería decir que no tuviera buenas intenciones. Por ello cuando se dirigieron a buscar el cuerpo del padre de Máximo y los que le habían acompañado no dudé en ir a prestar ayuda.

Finalmente Malrick dio su brazo a torcer y juntos desandaron el camino, colina abajo, para pasar primero por donde habían dejado a los pielesverdes y luego a por los restos. Lo primero, como era de esperar, quedó en nada*: Su cuerda estaba tirada en el suelo y donde esperaba encontrar a esas bestezuelas sólo había un tronco vacío. Así que la recuperó y encabezó la marcha en dirección a los rastros de barro que Zaius había interpretado como de cangrejos de río.

–Gracias. Eres un hombre inteligente, buen Zaius. Así que si tú estás de acuerdo conmigo, me siento más tranquilo –y es que Adric tenía muy buen corazón y se sentía cómodo sabiéndose protegido por Su Diosa. Pero también sabía que los caminos de los dioses son complicados y que a veces le llevaban a uno por tribulaciones antes de encontrar el destino deseado. Que un sabio arcano le respaldara le hacía sentirse mejor encabezando ese dispar grupo.

El hallazgo de los restos no fue más agradable. Y, aunque estaba dispuesto a realizar los ritos funerarios pertinentes, no tenía duda que Máximo querría encargarse. También propuso enterrarlos un poco más allá para evitar los animales carroñeros o eventuales crecidas del río, aunque la última palabra la tendría el joven. Por supuesto, ayudó en lo que fue menester.

–Ishtar bendita –dejó escapar cuando llegaron a lo que antes era Caudal. Porque allí no había aldea, ni restos siquiera. La crecida del río que habían provocado involuntariamente había barrido los edificios y a sus habitantes como si nada hubiera estado allí hacía unos días. Sólo unos maltrechos postes se zarandeaban aquí y allá, como un triste recordatorio de una casa o un almacén. Era la viva imagen de la derrota.

Ayudaría en lo que Máximo necesitara, aunque dudaba que quedara allí algo para lo que pudieran ser útiles, y luego propondría dirigirse a Robleda –Mi familia vive allí, y es un buen lugar donde buscar nuevos destinos. Te invito a que vengas con nosotros, buen Máximo. No son tiempos para estar solos por estos bosques.

Turno 27

El camino de la Mantícora es la principal vía de La Marca, y sus adoquines de piedra resuenan en vuestras botas mientras os dirigís a Robleda, (Adric ha propuesto dirigirse allí y nadie ha replicado). El paladín abre el camino a buen paso, acompañado de "Perro", que trota a su alrededor olisqueando los interminables árboles que se alzan en su linde.

(Sigue...)

"Wouf, Wouf", ladra de vez en cuando al descubrir algún pequeño roedor o lagarto escabulléndose entre la maleza. "Wouf, Wouf".

(Sigue...)

Caminando juntos, Pal´to y Zaius le siguen el ritmo a Adric recordando los últimos acontecimientos. La aldea destruida, la ayuda a los pocos supervivientes para enterrar a sus allegados, el panegírico de Máximo después de encontrar el cuerpo de su padre y dar reposo a sus restos. Fue un momento triste, y el joven parecía inclinado a quedarse allí para honrar lo que Caudal había sido.

(Sigue...)

Ahora camina detrás, el rostro grave contrastando con su juventud, y mirando de cuando en cuando a quienes caminan delante de él. Adric habló con él, convenciéndole para que les acompañara hasta Robleda. Al fin y al cabo a él ya no le quedaba nada allí, y al parecer el paladín se había ganado su lealtad y su respeto. (Con dos +). 

(Sigue...)

El último miembro del equipo, Malrick cierra la marcha. Bien lejos para no escuchar a sus compañeros, el hosco guerrero ha demostrado el peor carácter en leguas a la redonda, pero también una gran habilidad con las armas y una valentía fuera de toda duda, luchando en primera línea en todas las batallas que el grupo ha acometido.

El tiempo es bueno; las barrigas de las nubes surcan un cielo azul, despejado, y la brisa que corre entre los árboles resulta perfumada y agradable. Los tres días que os separan de Robleda pasan tranquilos y sin incidentes.