Partida Rol por web

La Carta de Emmeline Marsh

1. La Llegada al Pueblo

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30/03/2010, 16:15
Director

Viernes por la tarde. Un lluvioso atardecer otoñal. Un coche se desliza por las viejas carreteras llenas de baches que conducen al pueblecito de Worthington Shore.

Es increíble cómo ha empeorado el tiempo últimamente. Aunque corría la estación de otoño, no era lógico haber experimentado un cambio climático tan brutal, pasando de días soleados y calurosos a llevar dos semanas de lluvias sin freno y unas temperaturas máximas de 13 ó 14 grados. Parecía que el invierno se aproximaba a más velocidad que otros años, y que iba a ser muy duro en esta ocasión.

Pese a la lluvia y a la oscuridad que se apoderaba del entorno, el coche de Joseph avanzaba sin mayores problemas por la solitaria carretera. Hacía más de media hora que no se cruzaban con otro vehículo, algo que no extrañó a los dos hermanos, ya que sabían que aquel camino mal asfaltado era una vía realmente poco transitada. A fin de cuentas, era la carretera que conducía al minúsculo pueblo costero de Worthington Shore.

Quedaba poquito para llegar. A cien metros, Joseph aminoró la marcha. Sí. Acababan de pasar la casa Bosworth, y en breve llegarían al cruce en el que se encontraba la deteriorada casa de los viejos agricultores Johnson, unos vecinos del pueblo que llevaban viviendo allí desde su nacimiento. Tras el cruce, sabían que tomando el sendero de la izquierda llegarían a la casa de la que fue la mejor amiga de Emmeline, recientemente fallecida, la vieja y amigable viuda Asthworth, y que por el de la derecha llegarían a la casa de Melita.

Allí se encontraba el cruce. Al pasar, los dos mellizos saludaron al señor Johnson, que se encontraba a la puerta de su casa, charlando amigablemente con la señora Bosworth, aprovechando que acababa de parar de llover. Los dos ancianos les devolvieron el saludo, esbozando una enorme sonrisa al reconocer el vehículo de uno de los nietos de Emmeline. Como en todo pueblo pequeño, todos se conocían, y todos eran amigos. Los dos vecinos también aprovecharon para mirar de pasada y con curiosidad a la bonita mujer que se encontraba en el asiento de atrás del vehículo, suponiendo que se trataba de la novia de alguno de los dos hermanos.

Joseph aceleró un poco el vehículo cuando se adentró en el sendero de la derecha. No quedaba nada para llegar. Una curva más, y habrían llegado a su destino, el viejo caserón de los Marsh, en donde ambos se habían criado.

Notas de juego

Antes de llegar a la casa, os dejo conversar un poco en el coche, para ir tomando contacto con los PJs :)

Arranca la aventura :)

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01/04/2010, 17:07
Alfred Marsh

Todo lo que veía le traía muy buenos recuerdos de su infancia. Vio cómo el coche aceleraba cuando se aproximaban por fin a la casa de Melita.

Joseph, la carretera está mojada, aminora. ¿Cómo crees que estará Melita? Espero que esté bien de salud, ya que con este tiempo tan terrible es fácil enfermar.

Su mirada se volvió tierna cuando miró a su esposa, en el asiento trasero.

No la veo desde que me fui a Boston. Estoy deseando llegar. Verás qué bien os llevais. Es encantadora y estoy seguro de que está deseando conocerte.

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01/04/2010, 23:48
Joseph Marsh

Joseph alza una ceja arrogante cuando su hermano le dice que aminore.

- Relájate hermano. No he empezado a conducir ayer. - Su voz es apenas un susurro mientras mira el camino, pensativo, perdido en algún recuerdo de la niñez. Una sonrisa ilumina brevemente su rostro cuando ve que son objeto de atención por parte de la gente del lugar.

-Si, siempre ha sido fácil llevarse bien con ella.- Una pequeña carcajada, fruto del pasado despejan su mirada, y se dirige a su cuñada- Bueno, ya te habrás dado cuenta de que vas a ser el centro de atención en este lugar. No suele haber nada sobre lo que hablar, asi que tú serás un buen tema para especular.

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03/04/2010, 23:25
Coraline Ravenwood

Anochecía. Coraline se encontraba un poco adormecida por el suave traqueteo de auto. Con los ojos entrecerrados, contemplaba el nuboso paisaje sumida en lejanos pensamientos, muy ajenos a la ocasión. Entonces, la voz de su prometido la devolvió al interior del vehículo, a la carretera y aquel pueblito costero donde Alfred se crió.

Pues, casi llegamos…— murmuró Caroline, enternecida por la infantil ansiedad del joven. Y, por enésima vez en el viaje, sus dedos se zambulleron en su bolso en busca del regalo para Melita.

Cuando Joseph comentó aquello, Coraline descubrió las miradas curiosas que se posaban sobre ellos y se ruborizó levemente. Ser ‘el tema de especulación’ no era algo que le complaciera, su timidez se veía acrecentada en esas circunstancias. La muchacha se arrebujó en su abrigo y preguntó, al percibir que el automóvil aminoraba la marcha hasta detenerse:

¿Cuál es la casa?

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05/04/2010, 22:37
Director

Un par de curvas más, y el camino llega a su fin. En su terminación se encuentra una gran casa de piedra. Se ve que es muy antigua, pero que había sido convenientemente remodelada para adaptarse a los tiempos. Es de dos plantas, sobria, pero con cierto encanto.

Posee grandes ventanales. Las ventanas del piso inferior tienen barrotes. No es que hubiese ausencia de seguridad en el pueblecito, más bien al contrario, pero de todos modos, cuando Emmeline se quedó viuda, a sus hijos les pareció una buena idea que, ya que se negaba a abandonar su vieja casa para irse a vivir a Boston con ninguno de ellos, quizás algo de seguridad extra no le vendría mal, así que cambiaron la puerta de entrada por una de seguridad, y pusieron barrotes en todas las ventanas inferiores, para asegurarse de que Emmeline estuviese protegida.

Mientras vais deteniendo el coche, veis que una figura aguarda en la entrada, como esperando. Parecía dormitar apoyada contra el marco de la puerta, pero al sentir el vehículo, sus ojos se abrieron, y abandonó la posición de reposo para avanzar un par de pasos hacia vosotros. Emmeline parecía rebosar de felicidad al veros llegar.

Cuando os bajasteis del coche, notasteis el terreno profundamente embarrado. La abuela ya os había avisado por carta de que había habido inundaciones recientemente en la zona, a causa de las lluvias torrenciales, y el suelo condenadamente húmedo y embarrado era una prueba de ello. La parte baja de la puerta también poseía una mancha oscura de lado a lado, como indicando hasta qué niveles había llegado el agua. No serían más de 5 ó 6 centímetros, pero lo suficiente para dejar la casa hecha un desastre.

Emmeline se aproximó a vosotros, y extendió los brazos, esperando un abrazo de reencuentro.

-¡Mis nietos!- exclamó, jubilosa- ¡Cuánto haz que no os veia! ¡Darme un abrazo pero ya!- sonreía con alegría, aunque no pudisteis evitar el notarla algo cansada.

Notas de juego

Nota: Emmeline no tiene una gran cultura. En sus diálogos pondré los "palabros" que diga mal en cursiva, para que no penséis que es que voy a plagar el texto de faltas XDDDD

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07/04/2010, 13:32
Alfred Marsh

Había visto ya a Melita en la puerta mientras llegaban por el camino. Se dirigió a su mujer incapaz de contener la emoción:

¡Mira, cariño, ahí está Melita!

El coche se detuvo por fin, abrió la puerta y corrió a abrazar a su abuela como cuando era un niño.

¡Melita! Qué alegría verte. Te he echado mucho de menos. Se separó de ella unos centímetros y la miró de arriba a abajo con una amplia sonrisa. Estás fantástica, no has cambiado nada en todo este tiempo.

Se giró buscando a Coraline con impaciencia y le gritó con alegría: ¡ven, cariño!

Después, volviéndose hacia Melita, le susurró: Estoy deseando que la conozcas, Melita. Coraline es maravillosa, te va a encantar.

 

Mientras esperaba a que lso demás se aproximasen, echó un rápido vistazo a la casa. Cuántos recuerdos... Se detuvo en la marca que había hecho el agua en la puerta de entrada.

Vaya, parece que la inundación ha debido ser más grave de lo que creía. Espero que no haya ocasionado muchos destrozos en el interior de la casa... Aunque mejor será esperar a comentar nada sobre ello a que hayamos entrado; no quiero estropear este momento.

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08/04/2010, 00:48
Joseph Marsh

Joseph sale despacio del coche, sonriendo a su abuela, y dejando que su hermano la abrace primero. Pero cuando éste va a llevar a su prometida, se adelanta, y levanta a la anciana en volandas.

- Ummmm, ¿cómo se encuentra mi abuela favorita, aparte de mas guapa cada vez que la veo?

La posa enseguida, no quiere que se ponga nerviosa, y la mira con una gran sonrisa, aunque frunce levemente el ceño al darse cuenta de lo cansada que se la ve.

Mira a su alrededor, evaluando mentalmente el estado en que se encuentra todo. Habrá que ponerse a trabajar de firme. Melita no puede estar en estas condiciones.

Borrando el ceño vuelve a sonreir:

-Oh, pero qué grosero estoy siendo... acaparándote, sin dejar que la prometida de Alfred te salude.

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08/04/2010, 23:38
Emmeline Marsh

Melita os abraza con alegría, y suelta un grito nervioso cuando Joseph la levanta en volandas:

-¡Niñoooooo! ¡Que toy mu mayor pa esas cosas!

Cuando la posa en el suelo, comienza a reírse.

-No os imagináis lo que se os echa de menos, niños- os dice. Nunca habéis logrado que deje de llamaros niños, pese a vuestra edad. Para ella siempre seréis sus pequeños, y no habrá quien le saque esta idea de la cabeza- Y esta moza tan guapísima... ¡Mi nueva nietaaa!- se acerca a Coraline, y le da un abrazo afectuoso. Llevaba mucho tiempo deseando que sus nietos se comprometiesen, pues le hace mucha ilusión llegar a ser bisabuela, aunque claro, no se le ocurre decir semejante cosa, para no asustaros- ¡Pero qué guapa y qué rubia!

Os mira a los tres, encandilada, y con los ojos llorosos de la alegría.

-¡Hoy os voy a hacir una comida de rechupete! Llevo tola mañana en la cocina, preparando la carne. ¡Os encantará!

Os indica con un gesto que vayáis pasando a la casa, pues la puerta sólo está entornada, que no cerrada.

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09/04/2010, 13:21
Alfred Marsh

Alfred mira sonriente cómo Melita saluda a Coraline. Echaba tanto de menos la vida junto a Melita... Pero ahora tenía otra vida también maravillosa junto a su perfecta prometida. La felicidad que sentía por ver juntas a las tres personas que más apreciaba en el mundo era algo que no podía describir con palabras.

Melita, no tenías que haberte molestado. ¿Necesitas que te ayudemos en algo? Mientras Coraline se acomoda, yo puedo ayudarte en la cocina. Y seguro que a Joseph no le importaría ir poniendo la mesa. Guiñó un ojo a su hermano y luego se giró hacia Coraline.

Melita es una estupenda cocinera. Una vez empieces, no querrás dejar de comer, te lo aseguro.

Inmediatamente se dirigió hacia la puerta y la empujó para entrar lentamente en la casa. Esperaba embriagarse de recuerdos tan pronto pusiese un pie en ella, aunque no pudo evitar fijarse bien en la marca del agua.

Espero que el agua no consiguiese entrar. Sino los destrozos podrán ser cuantiosos... y tampoco me gustaría que la primera impresión de Coraline de la casa de Melita sea desagradable.

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11/04/2010, 18:30
Coraline Ravenwood

Coraline contempló absorta aquel pueblito costero de casas humildes y gente sencilla, sin más aspiraciones que una buena charla entre vecinos. El trayecto hasta la casa de Melita se hizo fugaz y todo fue un vértigo de emociones y de reencuentro. Ella asistió al evento como una espectadora -al menos eso pretendía-, pero pronto se vio envuelta en el mismo.

La muchacha sonrió, tímida, algo anonadada ante la efusividad derramada en derredor. Asintió a las palabras de su prometido y se dirigió hacia la anciana, una mujer afable y vital pese a los años. Agradeció los cumplidos y devolvió aquel afectuoso abrazo con una amplia sonrisa. Apenas balbuceó unas palabras. Estaba acostumbrada al trato con gente mayor e incluso con pueblerinos pues, en más de una ocasión, sus incursiones en busca de un antiguo objeto la había conducido a sitios inimaginables, pero esto era distinto. Se trataba de su futura familia, de una nueva abuela, y no quería caer mal, pero quizá su timidez la hiciese ver antipática. Ya rectificaría aquella impresión, si la hubiera provocado.

Coraline ingresó a la casa acompañada por Alfred y se detuvo, brevemente, frente a la entrada. ¿Qué veían sus ojos...?

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12/04/2010, 12:43
Director

Entráis en la casa, y Emmeline, justo cuando ya estáis dentro del enorme (y casi vacío recibidor) cierra la puerta con llave, aunque la deja en la cerradura, por dentro.

Os indica que no hace falta que nadie la ayude, y que quizás podríais mostrarle un poco la casa a Coraline y acomodándoos en vuestros cuartos mientras ella acaba de cocinar, que le queda poco más de un cuarto de hora.

Casi os arrastra con alegría escaleras arriba, y a la altura del primer escalón, ella se aleja avanzando hacia la cocina, haciéndoos prometer que en 15 minutos estaríais en el salón-comedor, con el estómago presto y dispuesto a ser llenado con cantidades ingentes de comida.

Cabe decir que pese a la alegría que Melita se ha llevado al veros, notáis que ha perdido algo de peso (aún está francamente gordita, pero menos de lo habitual) y también está algo ojerosa.

No ha comentado nada sobre sus preocupaciones. Quizás quiera hacerlo tras la comida. Siempre ha sido así. Si tenía algo importante que decir, primero siempre llenaba el estómago de todo el mundo, y luego ya lo hablaba sin tapujos.

 

Notas de juego

Os voy a describir un poco la casa, para que sepáis más o menos lo que hay en cada sala:

PISO INFERIOR

A la izquierda: Salón comedor.

A la derecha: Cocina y baño.

Delante: En medio las escaleras. a la izquierda de las escaleras está el cuarto de Emmeline, y a la derecha el cuarto trastero que conduce al sótano.

PISO SUPERIOR

A la izquierda: Cuarto de Joseph

A la derecha: Cuarto de Alfred y Coraline. Y también una pequeña biblioteca.

Delante: El cuarto de baño del piso superior.

 

Os voy a abrir una escena en la que os colgaré esta información. Si encontráis algo en alguna sala, o sucede algo en alguna, también lo narraré en dicha escena, para que sirva como ayuda de juego, y no tengáis que retomar este post cada dos por tres para recordar la casa :)

Ahora mismo, os encontráis subiendo al piso superior, en las escaleras. Narradme qué hacéis en esos 15 minutitos que quedan hasta la comida :)

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13/04/2010, 16:56
Director

La escalinata rechina bastante a cada peldaño que subís. Está claro que ha pasado por tiempos mejores. También está algo polvorienta, como el vestíbulo del piso superior. Contrasta con lo pulcro que está el de la planta baja, que podría decirse que está inmaculado.

el recibidor de ambas plantas está extrañamente vacío. No hay apenas decoración, a excepción de algunos cuadros viejos y con alguna que otra mancha de humedad en las paredes.

Antes recordábais que había habido algún mueble zapatero en el hall del piso inferior, pero quizás por no tener que limpiar tanto, que Melita tiene ya sus años, ya no hay ninguno.

Antes de comenzar a subir, os habéis percatado de que el piso inferior fue limpiado a conciencia, pero que aún así, ha quedado marca en la pared del punto hasta el que llegó el agua cuando se prudujo la inundación. Será como cosa de unos cinco centímetros, no más, pero lo justo para que todo el piso inferior vaya a tener que ser repintado.

De paso, os parece, se podría repintar el superior también, porque aunque el estado de la casa es bastante bueno en general, hace ya muchos años que a las paredes no se les da una manita de pintura, y ya empiezan a mostrar algún manchurrón de humedad y alguna que otra rozadura.

De todos modos, pese a que la casa es vieja, se conserva en un más que aceptable estado. Es muy acogedora, aunque la ausencia de muebles en ambos recibidores la ha dejado algo desangelada.

 

 

Notas de juego

La descripción del resto de salas, cuando vayáis entrando :)

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14/04/2010, 20:09
Coraline Ravenwood

 Coraline suspiró aliviada. Mientras bajaba del automóvil y recogía sus pertenencias, había echado una desolada mirada a aquella casa. No era una muchacha pretenciosa y no esperaba que todos habitasen en un palacio, pero los estragos de la lluvia y aquella huella de barro al pie de la puerta de entrada abrieron un signo de pregunta en el semblante de la muchacha. Contempló el despojado vestíbulo un instante y sonrió –con secreto alivio- mientras subía la escalera junto a Alfred.  Aquel viejo caserón lucía bastante acogedor y disipó de un solo vistazo los temores de Coraline.

Una vez arriba, se apretó al brazo de su prometido, murmuró, ¿todo en orden?, e indagó en las facciones de Alfred buscando un ‘algo’, esas inequívocos gestos que decían más que mil palabras.

Coraline echo una larga mirada en torno y esperó que Alfred le indicase cuál era la habitación que tomarían. ¿Tomarían? Aún no estaban casados, ¿sería correcto compartir un cuarto? ¿Qué pensaría Melita de eso? Al fin y al cabo, era su casa.

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15/04/2010, 00:38
Alfred Marsh

Cuando Alfred entró en la casa, se dio cuenta en seguida de que Melita se había tomado muchas molestias en dejar el piso de abajo impecable.

Sin duda querría dar una grata impresión a Coraline. Esta Melita, siempre tan preocupada por agradar a los demás...

Pero también llamó su atención la marca de humedad en las paredes. Tratando de disimular un gesto de desagrado y pena al pensar en lo mal que ella lo habría pasado durante la inundación, siguió subiendo las escaleras con Coraline a su lado.

Será necesario llevar a cabo algunas reparaciones. Habrá que pintar toda la casa y probablemente cambiar los suelos y muebles que el agua haya estropeado. Menos mal que Joseph es más hábil que yo en ese tipo de tareas y, entre los dos, podremos ayudar a la abuelita a dejar la casa como antes.

La pregunta de Coraline le despertó de sus pensamientos. La miró sonriente y le pasó la mano suavemente por el pelo.

Sí, no te preocupes. Estaba pensando en los posibles destrozos que haya ocasionado el agua durante la inundación. Hablaré con Joseph para ver si podemos ayudar a Melita a pintar y arreglar todo lo necesario. Miró a su alrededor y, suspirando, continuó. La casa apenas ha cambiado en todos estos años...

Se interrumpió al llegar al piso superior y darse cuenta de un detalle: el piso superior se hallaba mucho más descuidado que el inferior. Era como si nadie hubiese pisado aquellos suelos ni abierto aquellas puertas durante mucho tiempo. Parecía que tan solo se utilizase la planta baja, olvidándose de que la casa constaba de otro piso.

Qué extraño... El piso de abajo está impecable y, sin embargo, este parece totalmente descuidado. El suelo está tan polvoriento que nuestras huellas podrían quedar marcadas en la suciedad. Espero que la habitación esté más limpia; no quisiera que Coraline se llevase un mal recuerdo de esta casa...

Vamos, cariño, ya hemos llegado. Esta es nuestra habitación. Señaló a la derecha y se dirigió a la puerta precediendo a su prometida. Lentamente, Alfred giró el pomo y entró en la habitación.

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15/04/2010, 23:52
Director

Entráis en vuestro cuarto. Para alivio de Alfred, está más limpio que la escalera.

Es un dormitorio muy amplio. Es en el que dormían Melita y vuestroo difunto abuelo, antes de que Melita comenzase a tener problemas para subir y bajar escaleras.

No hay demasiados muebles, ya que ahora es un cuarto que no se usa. Eso sí, los que hay son ciertamente pesados, son robustos y con cierto número de años sobre sus espaldas, aunque como han sido convenientemente cuidados, se ven en un estado impecable, aunque quizás algo pasados de moda. A Coraline le llaman la atención precisamente por ello, ya que la restauración de muebles antiguos es uno de sus campos, en su apasionante profesión como anticuaria.

En medio del dormitorio hay una cama enorme y mullida, adornada con una colcha aterciopelada que tiene pinta de ser francamente calentita.

En la pared del fondo hay una ventana, cubierta por pesados cortinajes algo ajados.

El mobiliario se compone de un armario de cuatro cuerpos, en la pared de la entrada, dos mesillas de noche, una a cada lado de la cama, y en la pared frente a la cama, un tocador, un espejo y un enorme perchero. Ante el tocador hay una silla, y sobre éste hay un montón de figurillas extrañas.

Notas de juego

Desmarcad a Joseph mientras estéis a solas en vuestro cuarto.

Coraline, vamos a realizar nuestra primera tirada.

En tu hoja de PJ, verás que tienes la habilidad Arqueología. A su lado te figura un número. Has de tirar 1d100, y sacar o lo que tienes en esa habildad, o menos para tener éxito.

No sé si has jugado más partidas o no, pero si no has hecho nunca una tirada, avisa, que explicar cómo se hacen en esta web es un momento (a Alfred se lo expliqué hace poquito en otra partida) :)

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16/04/2010, 00:52
Coraline Ravenwood
- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: ¿Motivo? Ni idea, creo que reconocer algo interesante entre tanta antigualla. XD
Dificultad: 51-
Resultado: 77 (Fracaso)

Notas de juego

La única vez que tiré dados (Mundo de las Tinieblas), el master decidió que de ahí en más tiraba él.

Y, visto lo visto...

El azar me es adverso. Al menos me queda la esperanza de que cambie la racha cuando el caserón arda. XDDD

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16/04/2010, 01:46
Director

 

Entras en tu cuarto. Está mucho más limpio que la escalera.

Pese a ser un dormitorio de invitados, es bastante amplio. 

No hay demasiados muebles, aunque son más modernos que en el resto de las habitaciones de la casa, al ser el de invitados es un cuarto que Melita ha intentado decorar de forma más actual.

En medio del dormitorio hay un par de camas mullidas, adornadas con unas colchas hechas a mano por la propia Melita. 

En la pared del fondo hay una ventana, cubierta por pesados cortinajes algo ajados. Hacen juego con los de la habitación de Alfred y Coraline.

El mobiliario se compone de un armario de cuatro cuerpos, en la pared de la entrada, una mesilla en medio de las dos camitas, y en la pared frente a la cama, un par de estanterías de libros viejos. Te percatas de que hay un montón de figurillas extrañas en los estantes, unas figuras queno habías visto antes.

 

Notas de juego

Puedes recorrer la casa, ir a por tu hermano y tu cuñada... A tu gusto, jejeje. Un poco de roleo antes de pasar a la comida.

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16/04/2010, 02:02
Director

Las figurillas os llaman la atención, pero ninguno de los dos es capaz a distinguir si son de algún autor conocido. Parecen baratijas, pero os preguntáis de dónde demonios las habrá sacado Melita.

Notas de juego

Podéis hablar entre vosotros, recorrer la casa, ir a por Joseph... A vuestro gusto, jejeje. Un poco de roleo antes de pasar a la comida.

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16/04/2010, 18:22
Alfred Marsh

Hacía mucho tiempo que no veía aquella habitación. Sintió un gran alivio al ver que se encontraba en mejor estado que las escaleras y el corredor de arriba. Alfred siempre había sido un hombre de buen gusto, recto y al que la suciedad y el desorden desagradaban enormemente, aunque entendía que a Melita le costase mantener la casa en buenas condiciones dado que era ya muy mayor para poder hacer sin dificultad muchas de las tareas del hogar. Entró despacio y fue hacia la cama para dejar la maleta sobre ella. Sonrió a Coraline mientras miraba a su alrededor empapándose de los recuerdos que le inspiraba aquella habitación.

Esta era la habitación de mis abuelos. Ojalá hubieses podido conocer a mi abuelo... Era un gran hombre. Mira, qué extrañas, ¿verdad? Señaló a las figurillas que había sobre el tocador y se inclinó para verlas más de cerca. No recuerdo que esto estuviese aquí antes. Quizá las haya adquirido recientemente, aunque parece un poco anticuadas... ¿De dónde las habrá sacado? La verdad es que no parecen del estilo de Melita... Tú entiendes más de estas cosas, ¿qué te parecen?

Mientras esperaba la respuesta de su prometida, Alfred se dio cuenta de que no había ninguna fotografía ni ningún cuadro en las paredes. Una habitación sin cuadros es un poco deprimente...