Partida Rol por web

Me despierto medio atontado y miro a mi alrededor-Joder, esto no era un sueño?-me levanto tambaleante-pues en menuda mierda en la que nos hemos metido-.

Antes de que nadie pueda ir a la cocina se escucha a alguien hablar, se nota como la risa a parado y el bucle sin fin de musica a disminuido su volumen.

-Buenas mis queridos juguetes nuevos, me encanta ver que ya habeis despertado todos y aunque no lo parezca no me masturbo mientras os veo, por lo menos no todavia jejeje... en fin, seguramente esteis bastante confundidos mis queridos asesinos, drogadictos y un largo etc, pero me gustaria preguntaros algo, que creeis que ha pasado y pasara?-despues de esto os deja un poco de tiempo para que contesteis.

-Vale, está claro que hay cámaras, pero puede que no haya micros. No dejéis que el colgado os asuste, seguro que es algún tipo de broma. Al fin y al cabo, ni me drogo ni he matado a nadie, nunca, y dudo que vosotros lo hayáis hecho. -Lo cierto es que tengo mis dudas sobre alguno. -Sí, seguro que es una broma, sólo eso. Alguien se ha propuesto dejarnos en evidencia. -Mantengo la sonrisa. Lo más prudente es intentar que todos conserven la calma, y eso te incluye a ti, Amanda. -Y si no, que el Gran Hermano me diga de qué color es el caballo de Santiago.

Soy consciente desde el momento en el que cierro la boca de que acabo de tentar a la suerte, pero necesitaba ciertas respuestas que no podían esperar más tiempo.

-¿Juguetes, asesinos, drogadictos?- De que estaba hablando aquel sujeto, verdaderamente es alguien que su infancia no fue la más dulce y divertida, parece que nos enfrentamos a algo muy serio. -¿Qué pasará?, pues que vendrá la policía por ti maldito maniático, y si no son ellos seré yo la que te ponga las bolas en la boca y te las haga tragar por este sucio juego-

Sabía que no me estaba comportando como la niña educada que alguna vez fui, pero al parecer la situación había sacado todo lo oscuro que había dentro de mí, por alguna razón me sentía llena de ira e impotencia; aunque las palabras de Amanda me hacían entran un poco en razón y me calmaba de momento.

-Oh pequeña lectora de batman, a lo mejor intentas tener tanta confianza por las pequeñas aventuras de tu padre? Debe ser difícil vivir con una persona asi-rie como un maniaco-y chiquilla, se te olvido decir el color del caballo, en cuanto a ti loquilla, algunas vez pensaste bien que eran esas voces? Además, enserio creéis que la policía vendrá a por vosotros? Es un pequeño sinsentido, porque al fin y al cabo si nadie se da cuenta de que os fuisteis porque comenzarían a buscar?-suspira con satisfacción-Alguien mas quiere hablar? Porque conozco todo sobre vosotros, ninguno de vuestros secretos lo son para mi-tras decir esto se queda en silencio para escuchar las respuestas.

-¿Seguro?, pues yo no tengo nada que esconder, o al menos nada de qué avergonzarme… ¿además quién te crees para poner en luz pública la vida privada de los demás?- Respiro un poco agitada y furiosa, la paciencia no era lo mío, -Si eres tan listo y te crees tan valiente ven y dime lo que escondo aquí en mi cara- Doy vueltas mirando en todo sentido como si buscar algo sin precisarlo.

Claro que no tienes nada que esconder pequeña marioneta, por lo menos tu vida totalmente vacia y sin emociones a echo que no cometas errores, pero eso no te salva de tus problemas, al fin y al cabo todo grupo necesita a su loca de remate-rie para despues ir bajando el tono lentamente y por ultimo puntualizar algo-ademas yo que tu no intentaria cabrear a tu nuevo dueño, sino te ganaras una reprimenda-.

caminé junto al grupo y le contesté a la otra chica, que no nos habíamos presentado.

- Yo también tengo hambre.. soy Dillon.. y tu?- le pregunté a la chica hambrienta.

sin embargo antes de que me contestara, escuchamos la risa y voz de nuestro misterioso anfitrión.

luego de decirnos pavadas, me di cuenta que estaba metido en un lío de aquellos, pues alguien que se de el trabajo de atrapar a tantas personas y encerrarlas, debía ser alguien con: dinero, tiempo y locura. una combinación peligrosa.

- mierda, justo cuando me empezaba a ir bien...- maldije luego de escuchar al maniático.

Mi rostro pierde facción alguna después de las palabras de quien fuera que está detrás de la megafonía, me cabreaba de manera que siguiera diciendo que éramos sus juguetes y único dueño, pero parece que esa persona conocía más de nosotros que lo mismo que pudiéramos saber.

-Pues ven y muéstrame que puedes hacer cobarde, eres muy valiente escondiéndote detrás de las cámaras pero serás tan valiente en frente de mí, ya verás cuando te tenga enfrente como vas a querer nunca haberte metido conmigo- Quizá quería hacerme la fuerte aunque por dentro me estuviera muriendo de los nervios, no estaba en la posición como para ser la más fuerte, él nos tenía en sus manos.

Por otro lado, me distrae la voz del nuevo integrante en el grupo, algo que me desconcierta aun es el comportamiento de los hombres en este lugar; uno perezoso y dormilón y el otro de apetito voraz pero algo en común entre ellos es que no parecieran estar intranquilos o al menos preocupados por la situación; algo que me hace tener bastante cuidado, puede que estén de parte del psicópata. 

-Yo no leo comics... -susurro, llena de vergüenza. -¡Y mi padre no...! -Me corto al darme cuenta de que estoy a punto de llorar y de que se me está quebrando la voz.

De pronto, oigo las palabras de Emily. Ha sacado de dentro un valor realmente inspirador. Esto va en serio, no es momento de quedar en evidencia.

Me río en un tono casi amenazante, muy sonoro. -Está bien, quiero ver tu órdago. ¿Por qué no nos cuentas lo  que pretendes hacer con tus juguetes nuevos? ¿De qué va todo esto? ¡Vamos, alégrame el día!

Bien, bien! Al fin podre soltar el discurso ahora que alguien pregunto, pero antes-se comienza a escuchar un pequeño zumbido que dura apenas unos segundos, pero estáis demasiado atentos a la voz como para hacerle caso-de acuerdo, ahora que ya castigue a la ratilla de biblioteca es hora de explicar esto, vosotros como ya podéis observar estáis totalmente encerrados, no hay ninguna salida ni ninguna entrada que podáis usar, nadie denuncio vuestra desaparición (me asegure de ello) y por lo cual nadie os rescatara, en resumidas palabras: estaréis aquí de por vida, podréis llevar una vida feliz en este lugar, tenéis alimento, diversión y metodos para manteneros en forma, además de contar con unos compañeros la mar de majos que intentaran apuñalaros a la mínima oportunidad que tengan (al fin de cuentas no habrá sido su primera vez), porque en caso de que no queráis quedaros en este lugar solo hay una forma de salir de aquí, el a-se-si-na-to, si matáis a alguno de vuestros compañeros, sin importar el método, podréis tener a vuestra querida libertad; pero por supuesto ese no seria un juego divertido, se acabaría de forma muy rápida, por lo cual para que sea mas divertido el resto de la gente se deberá encargar de encontrar al asesino en un pequeño juicio posterior al descubrimiento del cadaver, en este juicio de deberá señalar a un culpable, no importa si cometió el crimen en verdad pues recibirá de todas formas un "pequeño castigo", en caso de que el tipo fuera inocente el verdadero asesino podrá salir de este lugar y volver a su aburrida vida. Por supuesto ninguno de vosotros os podéis negar y en ocasiones os pondré divertidas pruebas, pero tranquilos, los únicos que morirán y mataran son los que están encerrados en este lugar, nos vemos pequeños-tras lo cual tanto la musica como la voz cesan al instante de escucharse, las luces se encienden en todo el lugar y se muestra lo que sera vuestro hogar por el resto de vuestra vida.

El juego a comenzado.

De manera inesperada y extraña siento un dolor agudo en la parte del cuello que me hace soltar un grito y arrodillarme, es algo que jamás había sentido. –¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaarggh!- llevo mis manos al cuello mientras entre cierro los ojos por el dolor -¿Qué es esto?... ¿Qué está pasando?... ¡Aaaaarrghh maldición!- 

¿Qué ocurre?, ¡¡¡¡oye tu cabrón pervertido de mierda¡¡¡,grito hacía el techo lo más fuerte que puedo. Me dio la impresión de que la realidad se fracturaba y todo ocurría a cámara lenta.

-¡Emily! ¿Qué te ocurre? -Me avalanzo sobre ella, intento descubrir el motivo de sus gritos.

Entre tanto, el psicópata que acaba de hablarnos no me ha intimidado en absoluto. De hecho, ahora estoy más tranquila que antes. Bastante más. Al menos, ya sé de qué va esto. Y dudo que ninguno de los aquí presentes esté tan loco como para hacerle caso. Si acaso, porque uno de ellos se subleve, no pasaría nada, en tanto que somos otros 5 para controlarle. Y si algo he aprendido de Batman, es que de cualquier sitio se puede escapar, sólo hay que saber buscar.

<Pero tranquilos, los únicos que morirán y matarán son los que están encerrados en este lugar>. Esas palabras retumban en mi cabeza durante un buen rato mientras busco algo extraño que pueda estar haciendo daño a Emily.

Amanda se acerca a mí, extrañada por lo que sucede, que ni yo misma entiendo qué pasa. -No lo sé, fue un dolor intenso en mi cuello, como si estuvieran quitándome la piel con una pinza- jadeante intento reincorporarme y ponerme de pie; esto sí que iba en serio, -Eres un cobarde, solo nos atacas desde tu escondite, como la rata que eres, no tienes el valor ni los cojones para venir- digo con voz quebradiza pero segura; no quería mostrar debilidad ante nadie, si es que en verdad alguien había pensado en un mínimo detalle en hacerle caso al psicópata ese.

-Tranquila Amanda, ya paso- concluyo dirigiéndome a la chica de cabello castaño.

Mmmm... entonces que hacemos ahora, seguramente aunque la policia nos busque tardaran un tiempo a que nos encuentren y detengan a ese maniaco-suspiro-encima a saber que nos a estado haciendo mientras estabamos incoscientes-miro triste a Emily aun tirada en el suelo-en verdad no nos hemos presentado de buena manera, que tal si nos sentamos y intentamos pensar porque estamos aqui? con suerte el que nos ha metido aqui es un conocido de todos nosotros.

-Por raro que parezca, estoy de acuerdo con Matt. -No lo estoy, pero temo por las chicas... y por mí. Será mejor bajar los humos. Me siento en una silla y cruzo los brazos sobre la mesa. -Si ese... quien sea, está dispuesto a darnos chispazos cada vez que le desafiemos, jugaremos a su juego, por el momento. Por lo pronto, lo mejor será que nos sentemos, nos calmemos, y escuchemos si hay reglas adicionales en su juego. No quiero que nos frían la nuca cuando busquemos la salida. (...) Porque todos sabemos que tiene que haber alguna, así que calmaos. 

No veo un gran entusiasmo, pero es normal, yo tampoco me creo del todo mis palabras, sólo intento ser una voz conciliadora. -Después del discurso del psicópata, si queréis, podemos presentarnos y plantear un plan de acción, pero de momento, yo propongo que le sigamos el rollo. ¡Eh, psicópata! Dinos, ¿qué reglas hay? ¿Hay algo más que debamos saber para jugar a tu Cluedo? ¿Alguna zona de la casa sin cámaras ni micros donde podamos hablar tranquilos entre nosotros? ¿Vendrás todos los días a traernos comida? ¿Traerás tabaco para los que fuman? ¡Vamos, danos información!

Ya hace un rato que tanto la musica como el dejaron de sonar, parece ser que por el momento estais solos o eso parece.

-Vaya, parece que nos hemos quedado a solas. ¿Alguien quiere presentarse primero? Esto será menos incómodo si nos presentamos, supongo.

Winter se había quedado en silencio durante todo el momento, sin poder procesar nada de lo que estaba sucediendo a su alrededor ¿Era aquella una pesadilla? ¿Un mal viaje, quizás? ¿O una broma de mal gusto? La cabeza no dejaba de darle vueltas, y sentía cómo los etéreos brazos del sedante que le habían dado aún hacía estragos en su organismo.

De expresión cansada, se acurrucó en un extremo del sofá y con la vista perdida empezó a repetir las siguientes palabras. - Esto no está pasando de verdad. Esto no está pasando de verdad. Esto no está pasand... - Era como un mantra, lo repetiría tantas veces sea posible para volver a despertar. Volver a la realidad.