Partida Rol por web

Año 3.721 del Destierro. Mes Doudecimo (Cruel Invierno)
Mundo de Unai. Las Tierras de la Casa de Shyon.

Con un grito desgarrador te despiertas de otra terrible pesadilla... El cuerpo empapado en sudor, el corazon tan acelerado que te cuesta respirar y las manos, las manos aun en aquella total oscuridad te parece verlas empapadas con la sangre de Nyffre, tu hermana.

Desde que llegaste a aquel maldito lugar, de eso hace apenas un mes, las pesadillas han ido apoderandose de ti, todas las noches sueñas como entras en la casa de tus padres y como los vas matando uno a uno... por supuesto, tu hermana al final.. su mirada desconcertada, sus lagrimas...

Tal vez estes empezando a volverte loco, despues de tanta sangre y atrocidades no resultaria tan raro, o tal vez sea la perdida de contacto con tu Cruel Deidad, desde que entraste en las tierras de la Casa de Shyon, y por primera vez en muchos años, dejaste de sentir su presencia, su poder, pero desgraciadamente su poder es tu poder...

La puerta de tus aposentos se abren de golpe. Tarlen, un joven de 25 años, uno de los dos Guerreos de Khan que te has traido para ayudarte en tu mision, totalmente desnudo salvo por una espada en la mano y una lampara de aceite en la otra, que apenas si logra iluminar una porcion de tus grandes y frios aposentos, atraviesa el umbral y os pregunta preocupado.

- ¿Estais bien Hermano Simar? (Simar es tu rango)- Os pregunta preocupado. No es la primera vez que ocurre.

Unos gritos desgarradores te despiertan de un agladable sueño (no se si has dormido o estas durmiendo sola)...

Otra vez el maldito discipulo de Khan, Shaunarkar de la Guerra. Desde que llego a la Casa de Shyon, de eso hace apenas un mes, son contadas las noches en los que sus gritos no te hayan despertado.

Desgraciadamente su posicion, como Simar de los Hijos de Khan, y su mision aqui, enviado por los Maestres como un regalo a tu "amado" señor Aurl Du´Drak, hace que sus aposentos no disten mucho de los tuyos.

Al menos uno de los dos grandes hogares de la Chimenea, aun permanece encendido algo con del carbon de la noche anterior, caldeando algo el frio y gran aposento que Aurl ha puesto a tu disposicion.

"Tu habitacion tiene 15 metros de largo por 10 de ancho, con un techo altisimo, propio de los Palacios, a mas de 5 metros de altura y en el cual esta pintado la bobeda celeste. A lo largo de toda la pared este, hay enormes ventanales que van del suelo al techo y una puerta de doble hoja que da a tu terraza particular (10x2 metros). La estancia cuenta con dos chimeneas, en las Paredes Norte y Sur. La Puerta de doble hoja, de bronce, que da al pasillo esta en la pared Oeste. Para la iluminacion cuenta con tres lamparas de araña, una central y mas grande, y todas ellas con candelabros de aceite."

A vuestra llegada a la Casa de Shyon, y tras un mas que frio recibimiento, fuisteis alojados en el Ala Sur del Palacio. Ni que decir tiene que desde que tomasteis posesion del Ala, ni uno solo de los anteriores inquilinos de la Casa de Shyon se quedo en la misma Ala que vosotros.

"El Palacio de la Casa de Shyon consta de una esbelta torre, de mas de 60 metros de alto, de la que parten tres grandes edificios de aspecto mucho mas solido, de tres plantas y un centenar de metros de largo cada uno. Todo construido en el famoso Marmol Negro que se extrae no muy lejos, al Norte, de una cantera de la Casa de Shyon."

No escuchó el grito pese a que este había surgido de su propia garganta, huyendo hacia la oscuridad que rodeaba el intranquilo sueño de Sammar.
Hacía tiempo que había conseguido apartar aquellos recuerdos, ocultándolos bajo una gruesa capa de sangre y crueldad....enterrándolo en un pozo repleto de cadáveres, pero ahora habían vuelto, y lo hacían con una fuerza que no era capaz de controlar, golpeándole noche tras noche desde que había puestos los pies en las tierras de Shyon.

Se incorporó un instante antes de que Tarlen abriera la puerta, provocando que la luz de la lámpara que portaba se reflejara en las múltiples perlas de sudor que cubrían el musculoso cuerpo de Sammar, un cuerpo entrenado desde hacía muchos años y que normalmente no evitaba mostrar, dejando el pudor para los débiles.

Estoy bien – respondió finalmente mirando a los ojos del guerrero con actitud un tanto retadora, y la luz que mostraban brillaba incluso más que el lucero que había osado irrumpir y difuminar las tinieblas que le habían cubierto con su manto – puedes irte.

Se sentía un tanto furioso porque un simple sueño conseguía producir un efecto en él que ni el mayor de sus enemigos había conseguido nunca....estaba seguro....ya no podría conciliar el sueño aquella noche, así que decidió que lo mejor sería caminar un poco al amparo de la noche, permitir que la brisa helada apartara de él los últimos retazos de la pesadilla...de sus recuerdos.

Durante un momento pensó en vestir una ropas que le permitieran pasar más desapercibido en las sombras, pero aquel lugar no era propicio para tales temeridades....bien sabía lo que suponía su presencia allí, y que muchos se alegrarían de saber que la hoja de un puñal había rasgado la noche y de paso su garganta....no, no permitiría que eso ocurriese.
Así pues, optó finalmente por vestir su armadura, que no le proporcionaría el don del sigilo, pero a cambio le protegería al mismo tiempo del frío y de alguna mano malintencionada.

Tardó apenas unos minutos en ponérsela....quizá hubiese debido llamar a alguien que le ayudara, pero prefería hacerlo solo, y más en ese momento.
Colocó su preciada espada en la cintura y se encaminó hacia la puerta, recorriendo con la mirada la habitación hasta que encontró o que buscaba....el yelmo le observaba desde la repisa de la chimenea, sonriendo con satisfacción al saber que ese contorno infundía el temor cuando él lo portaba.....no, esta vez lo dejaría atrás.

Abrió la puerta y anduvo con sonido metálico atravesando estancias y pasillos hasta llegar al exterior, sin dirigir la palabra a nadie y con una expresión hosca que debiera eliminar las ganas de que se la dirigieran a él.
El frío le golpeó como un puño cuando se encontró a la intemperie, pero al menos despejó sus pensamientos y consiguió dejar atrás finalmente sus remordimientos...una noche más había ganado la batalla.

Alzó la mirada hacia el oscuro firmamento, y siguiendo una costumbre profundamente arraigada, dirigió una loa a Khan......y supo que no habría respuesta, que la conexión entre él y su señor se había interrumpido desde el mismo momento que llegó a aquel maldito lugar....¿qué o quien provocaría ese efecto? Tenía que descubrirlo, pues se sentía desprotegido sin el poder que le otorgaba el dios de la guerra....pero nadie podía descubrirlo, nadie debía saber jamás que el paladín había perdido momentáneamente a su señor.....o sería presa fácil.....no, fácil no, pero sí más adsequible.

Abro los ojos sobresaltada, maldiciendo por lo bajo a aquel estúpido hombre, incapaz de respetar el descanso de los demás, ya recibirá su merecido…aún no ha amanecido del todo, siempre me ha gustado dormir sola, no deseo que ninguno de mis amantes siga a mi lado cuando la luz del día despunte…suelen ser tremendamente decepcionantes…

Me desperezo…el suave roce de las sábanas es agradable sobre mi piel desnuda, el largo cabello se derrama en un claro contraste con el color de las sábanas…sé que no volveré a dormirme, así que me levanto hasta quedar sentada en la cama…mis pies descalzos se posan sobre una de las numerosas alfombras que cubren casi la totalidad de la estancia…un escalofrío mientras llamo con un sencillo mecanismo a las dos sirvientas para que vengan…un ligero toque a la puerta y les permito la entrada…

Prepárame un baño y enciende la otra chimenea… unas livianas cortinas separaban la habitación de la gran y ornamentada bañera de preciosa cerámica, un ingenioso sistema para derretir el hielo y producir agua caliente de forma constante, mientras las chicas se afanan en sus tareas, que lo hace con diligencia al notar mi mirada no demasiado satisfecha sobre ellas, elijo la ropa y las joyas que me apetecen lucir hoy…

Una mirada al baño y las jóvenes esperándome para ayudarme con él…entro en la bañera y el calor me invade…casi de manera dolorosa, un contraste mientras miro por los ventanales el helado paisaje…suspirando cierro los ojos mientras me dejo acariciar por las manos de aquellas mujeres…las cosas no han avanzado demasiado en el tiempo que llevo aquí, apenas he entrado en contacto con algún miembro de la casa Shyon, mi condición no ayuda demasiado…

El tiempo pasa despacio y de manera agradable mientras mi buen humor se va restaurando, nada más salir del baño envuelta en la sedosa toalla reclamo el calor para mi cuerpo a la magia…muerdo mi labio inferior estremeciéndome al sentirlo…me recuesto sobre una de las alfombras entre mullidos cojines mientras peinan mi pelo y acicalan mi cuerpo con aceites aromáticos especiales…

No te encuentras muchas personas cuando sales de tus aposentos, al final del pasillo, con tan solo dos habitaciones de separacion a la derecha, se encuentran los aposentos de Aurl Du´Drak, con cuatro guerreros, su nueva Guardia Personal, ataviados en pesadas armaduras, custodiando su entrada. Te lanzan un par de miradas, pero nada mas, siguen en sus puestos.

A tu llegada a la Casa de Shyon, y tras un mas que frio recibimiento, tanto por Aurl como por los miembros de la Casa de Shyon, fuiste alojado en el Ala Sur del Palacio, destinada ahora unicamente a Aurl y su sequito, su guardia personal mas media Garra (500 guerreros)

El largo pasillo de paredes en marmol negro y suelo de marmol verde oscuro, en pocas casas has visto tanto lujo como en esta y mas pensando que se trata de una casa menor, permanece iluminado con lamparas de aceite cada 10 pasos.

Durante el trayecto te cruzas con una patrulla de vigilancia del propio Aurl, esta claro que no se fia de su nuevo hogar, estos, una decena de guerreros jovenes, mal equipados y sin experiencia... El Regalo de bodas de su padre, el Illkhan, por lo que has visto, si tuvieran que enfrentarse a las tropas de Ilianne, no durarian ni cinco minutos.

Sales al exterior, el frio te golpea con fuerza, la temperatura debe de estar por debajo de los -25 grados centigrados. Aun falta un par de horas para el amanecer, la nieve y el hielo cubren por completo el suelo.

Una muralla interior, separa el Palacio del Resto de la ciudad, ves varias patrullas de la guardia real de la Casa de Shyon, orgullosos con el phoenix, en este caso plateado ondeando en sus capas negras. Ellos tambien te ven a ti, no dicen nada, pero puedes sentir sus miradas cargadas de odio y desprecio.

Aun faltan un par de horas para el amanecer, por lo que tienes tiempo de relajarte en la bañera, uno de los regalos de Shyney para que su juguete no pasara frio y que trajiste desde la mismas tierras de Shyon.

Sabes que a Aurl no le gusta madrugar, asi que posiblemente pasara algo de tiempo antes de que requiera de tus servicios, mientras tienes el dia, o lo que queda de noche a tu disposicion.

El frío le atenazó los músculos y le arrebató el aliento, pero al menos le sirvió para apartar de él los recuerdos que habían acosado su sueño y provocado las pesadillas del remordimiento...una noche más había vencido, aunque hubiese tenido que sacrificar horas de sueño para conseguirlo...¿jamás conseguiría relegar el pasado al olvido?...No, sabía que no podría hacerlo nunca, ese era el castigo que estaba destinado a soportar a cambio del poder que le otorgaba Khan....bien mirado era un pago justo, pero aún así había veces que le costaba sobrellevarlo.

Sammar recorrió el camino desde sus aposentos soportando con estoicismo las miradas que le eran dirigidas...sabía lo que significaba y no le importaba en absoluto, pues aquel odio que le profesaban era debido al simple y puro miedo, el cual se había puesto de su parte desde el mismo instante que atravesó con su espada el cuerpo de Nyffre, un potente aliado que le acompañaba a todas partes y que le servía de primera medida de protección...si esta barrera era atravesada, él estaría esperando con el acero de su espada.

Caminó un rato por lo alto de la muralla, sopesando si bajar hasta la ciudad y recorrer sus calles, pero lo desechó casi al instante pues no se le había perdido nada allí ni tenía ningún interés en vagar al amparo de la oscuridad como un vulgar ladrón....no, sólo había una cosa que le interesaba, y esa estaba convencido de que se encontraba en el interior del castillo...sólo allí podría estar la respuesta del motivo por el cual no podía contactar con su deidad...aquello era lo que realmente le importaba, y antes o después lo descubriría, aunque tuviera que derruir aquella edificación hasta convertirla en arena.

Tras unos cuantos minutos más decidió volver al interior, pues aunque estaba acostumbrado a aquel frío que parecia atravesar el alma, no estaba tan loco para permitirse creer que podía vencer al clima.
Así pues volvió sobre sus pasos y se dirigió de nuevo hacia su habitación, con la escarcha recubriendo el metal de su armadura e incluso el emblema de Khan que lucía en el pecho....una espada negra sobre un campo de sangre.

No tenía ninguna prisa en terminar de arreglarme, y menos con la hora que era…pero tengo hambre, aunque no sé que es lo que me apetece comer…quizás si viera los alimentos se me antoje algo…cuando finalmente me doy por satisfecha con el trabajo que han realizado las mujeres con mi cabello y mi cuerpo me levanto dispuesta a vestirme…siempre me ha gustado llevar poca ropa…me agobia y me gusta que se fijen en mí…suelen ser más vulnerables cuando lo hacen…

Como toque final a mi atuendo una capa de seda, elegante, y las joyas y abalorios habituales, nunca se sabe lo que puede pasar…dejando en la habitación a las sirvientas salgo en dirección a la cocina de nuestra ala, pues estos de la casa de Shyon no son especialmente duchos en el arte de la selecta alimentación…llevo tiempo sin hablar con ella…estoy deseosa de tener algo que contarle…

Aun falta una hora para amanecer y como has aprendido, a Aurl no le gusta madrugar en esceso, poco a poco el tiempo va pasando. Un enfermo sol, que apenas sirve para iluminar, mucho menos para calentar comienza asomar por el horizonte.

Fuera escuchas el cambio de la guardia personal de Aurl, los ha ido escogiendo personalmente de entre lo mejor de sus tropas, lo cual no es mucho decir, en total un centenar de guerreros (nv4+)

Por el ruido de otras pesadas botas, cerca de tu puerta, sabes que Gabrell y Tarlen ya estan levantados y aguardandote fuera, no se atreverian a entrar sin tu permiso.

Pronto Aurl estara en pie y como siempre comenzaras la mañana con su maravillosa compañia, en el desayuno.

Año 3.721 del Destierro. Mes Duodecimo (Cruel Invierno)
Mundo de Unai. Las Tierras de la Casa de Shyon.

Poco a poco va amaneciendo en las Tierras de la Casa de Shyon. Te despiertas en tu habitacion del Palacio, en el ala Oeste, una planta por debajo de los aposentos de Ylyanne y demas cargos importantes de la Casa.

Tu habitacion es una estancia de 5x5 m2, con un techo altisimo, propio de los Palacios, a mas de 5 metros de altura. A lo largo de toda la pared norte, hay enormes ventanales que van del suelo al techo y una puerta de doble hoja que da a tu terraza particular (5x2 metros). La estancia cuenta con una chimenea, en las Paredes Este. La Puerta de doble hoja, de bronce, que da al pasillo esta en la pared Sur. Para la iluminacion cuenta con una lampara de araña con candelabros de aceite, ahora apagado, al igual que la chimenea.

Hoy tienes el dia libre, o al menos no te tienes que encargar de todo el trabajo de organizar la guardia, eso sera mañana. Aun asi tienes que estar disponible y localizable las 24 horas.

Sales al pasillo, no te encuentras muchas personas cuando sales de tus aposentos, al final del pasillo, con tan solo una abitacione de separacion a la derecha, se encuentran los aposentos de Aurl Du´Drak, con cuatro guerreros, su nueva Guardia Personal, ataviados en pesadas armaduras, custodiando su entrada. Te lanzan mas que un par de miradas, pero no dicen nada, apostarias a que se estan deleitando con tu figura.

El largo pasillo de paredes en marmol negro y suelo de marmol verde oscuro, en pocas casas has visto tanto lujo como en esta y mas pensando que se trata de una casa menor, permanece iluminado con lamparas de aceite cada 10 pasos.

Durante el trayecto te cruzas con una patrulla de vigilancia del propio Aurl, esta claro que no se fia de su nuevo hogar, estos, una decena de guerreros jovenes, mal equipados y sin experiencia... El Regalo de bodas de su padre, el Illkhan, por lo que has visto, si tuvieran que enfrentarse a las tropas de Ilianne, no durarian ni cinco minutos. Vuelves a sentir sus miradas sobre tu cuerpo, aunque inexpertos son lo suficientemente inteligentes para no decir nada impropio a la hechicera personal de Aurl Du´Drak.

Las cocinas de este ala estan abajo, tus aposentos en la planta superior. Bajas por unas amplias escaleras que se hacen pesadamente interminables, demasiados escalones debido a la altura que hay que salvar en cada planta.

Ya abajo encuentras las cocinas, donde una veintena de cocineros y cocineras se apresuran a preparar el desayuno, tanto de Aurl y su sequito como del millar de guerreros alojados en la misma Ala que vosotros.

No hay mucha variedad para el desayuno, esto no es el palacio de la Casa Du´drak leche, algunas frutas sencillas y setas dulces cultivadas a menos de una hora de viaje. Tambien algo de vino caliente y pastel, pero no sabrias decir de que.

Los cocineros te conocen de sobra como para permitirte campar a tus anchas por su cocina.

La misma pesadilla de cada día consiguió despertarme de un sobresalto, me incorporé rápidamente de la cama cogiendo la daga que escondía como cada noche debajo de la almohada empuñándola hacía alguien que no existía ... allí no había nadie ... ni tan solo mi hermana, hacía muchos años que había desaparecido, me la habían arrebatado ... y todo por mi culpa ... como siempre ...

Al comprobar la tranquilidad que reinaba en mi cuarto empecé a darme cuenta que el día empezaba a amanecer y empezaba a bañar de luz las Tierras de la Casa de Shyon. La luz se asomaba por los inmensos ventanales de mi habitación dándome la bienvenida a un nuevo día ...

Un día como todos los demás, la misma pesadilla de cada noche, la misma sensación de perdida y de fracaso que me embargaba desde el día en que sucedió todo. Deslicé mi mano por debajo de la camisón con el que solía dormir para encontrar lo que estaba buscando, lo único que me unía a mi hermana, el colgante ... el colgante que encontré justo después de la batalla en el mismo sitio donde la vi por última vez, justo antes de perder la consciencia.

Hermana ... algún día te encontraré ... y te pediré perdón ... no descansaré hasta que pueda decir lo mucho que siento lo que paso ... no hay un solo día que no me arrepienta de lo que hice ... ni uno tan solo ... murmuraba a la vez que me levantaba de la cama.

Justo al lado del ventanal que se dirigía hacía la terraza estaba mi armadura y mi yelmo, junto a mi espada bastarda. Me dirigí hacía allí y dejé la daga justo al lado de la espada, el filo de ambas era negro ... negro como la oscuridad mas absoluta, la oscuridad que albergaba mi corazón ...

Salí a la terraza desde donde se podía ver gran parte de las tierras de Shyon, estiré los brazos intentando atraparlo todo con un abrazo, tensé todos mis músculos como hacía cada mañana justo antes de vestirme y hacer lo que hacía cada día, el motivo por el que vivía ... proteger a Ylianne ...

Hoy era mi día libre ... pero para mi no existían los días libres, todos los días me debía a Ylianne y a su vida, y los enemigos no entendían de días libres ...

Me vestí con mi armadura como cada mañana, había mucha gente que no entendía el motivo por el que siempre me enfundaba con la armadura, pero me gustaba llevarla, era una forma de entrenamiento ... mi cuerpo se enfortecía al llevarla siempre puesta y era una forma de acostumbrarme a su peso y sus movimientos, me puse la daga escondida en la espalda y la espada al lateral derecho de mi armadura, lista para ser desenfundada rápidamente ...

Una vez vestido salí de mi aposento y subo las escaleras para dirigirme hacía los aposentos de Ylianne y los altos cargos de la casa, pero estos me importaban poco, tan solo me importaba Ylianne.

En la puerta como siempre estaban miembros de la Guardia de Honor escoltando la puerta, me dirigí hacía ellos y les dije poniéndome firme delante de ellos ...

-¿Todo bien?

Mi gesto arrugando la nariz y torciendo el labio es significativo, la gente de este lugar no tenía ningún aprecio por las cosas buenas, comida y amantes mediocres, el tiempo es esta casa se va a hacer muy largo…camino despacio por entre las mesas, mordisqueando distraídamente alguna fruta y el pastel…

El vino no está del todo mal, voy señalando algunos alimentos con el dedo a uno de los sirvientes de la cocina, sin mirarle siquiera, y finalmente termino mi recorrido con cierto aire de insatisfacción… A mi habitación… el movimiento al darme la vuelta para indicar la orden abre momentáneamente mi capa en un gesto estudiadamente casual…sonrío al hacerlo...y desando mis pasos de vuelta a mi privado refugio…

Sales al pasillo, no te encuentras muchas personas cuando sales de tus aposentos, tan solo a algun que otro sirviente, aunque puedes escuchar ruidos en las habitaciones, señal de que la Casa se esta poniendo en pie.

El largo pasillo de paredes en marmol negro y suelo de marmol azul oscuro, permanece iluminado con lamparas de aceite cada 10 pasos.

Durante el trayecto te cruzas con una patrulla de soldados de la 8º Garra, desde que Aurl Du´Drak ha colocado media Garra en el Ala Sur, ahora ocupada por entero por su sequito, vuestro comandante ha creido oportuno hacer lo propio, con media Garra la 8º (en el Ala Oeste) y la otra mitad, (en el Ala Este)

En total la patrulla esta compuesta por una decena de soldados ataviados con armaduras medias con un Sternhelm al mando. Este te hace el saludo oportuno a un oficial superior y continuan la marcha.

Subes por unas amplias escaleras que se hacen pesadamente interminables, demasiados escalones debido a la altura que hay que salvar en cada planta. Ya arriba, y tras cruzarte con otra patrulla mas, llegas ante la puerta de los Aposentos de Ilianne. Tan solo dos soldados montan guardia ante su puerta, cuando lo normal serian cinco.

- Bueno dias señor - Te saludo uno de ellos, Alec, un soldado de la 3º Ala, (El Ala bajo tu mando es la 4º) - La Nasha Khan Ilianne de Shyon ha salido hace una hora... - Hace una pausa - Ha ido a practicar con Overste Laynn, en la Ssala de practicas. - Te aclara, aunque esto ultimo no era necesario.

Los sirvientes se limitan a asentir ante tu orden, dos de ellos se encargan de coger lo que has mandado y te siguen hacia tu habitacion, siempre mirando al suelo, saben cual es su lugar.

Al llegar a tus aposentos, ves a los dos lacayos de Sammar Ekbelias esperando fuera de su habitacion. Como este son Hijos de Khan, pero de mucho menor rango. Aun asi van ataviados en onarmentadas armaduras de Mallas y Escamas, con la capa roja y el simbolo de su Deidad grabada en el pecho, una espada hincada en un campo de sangre.

Te hacen un simple saludo, de igual a igual, su posicion por baja que sea en su orden, siguen siendo guerreros ungidos por un Shaunarkar y se creen en el derecho de tratarte asi.

Ya dentro de tus aposentos, tus dos timidas sirvientas han acabado de limpiar la bañera y se apresuran a encender la chiminea apagada, al verte llegar, se ponen mas nerviosas y se apremian por acabar cuanto antes.

Apenas había amanecido y ya se encontraba un poco hastíado por la inactividad...él era un guerrero y le aburrían soberanamente aquellas jornadas de inactividad a las cuales se veía obligado a soportar, por no hablar de "gozar" con la presencia de Aurl, un mequetrefe ignorante que se creía tocado por un aura de divinidad....si no fuera porque su misión necesitaba de la presencia de aquel patán, él le haría saber lo que es servir a un dios.

Pero por el momento no tenía otra opción que la de soportar su presencia, al menos durante ciertos momentos del día, en los cuales se forzaba a mostrarse relativamente sumiso...ya llegaría el día en que las máscaras caerían al suelo y él pudiese mostrar los verdaderos sentimientos que le merecía el hijo de Illkhan...y cuando llegara ese día, no habría compasión.

Sammar se levantó y se dirigió a la puerta, vistiendo la misma armadura que había colocado sobre su cuerpo al despertar...no estaba bien visto por parte de la gente de Shyon que él se mostrara en palacio vestido con una armadura de combate, pero no le importaba lo más mínimo...de hecho le gustaba ver sus gestos de hastío e incluso miedo, pero era más que eso, aquello era terreno enemigo y, antes o despues, podía convertirse en un campo de batalla...quería estar preparado para cuando aquel momento llegase.

Salió de su habitación, con su capa roja como la sangre que tanto se había derramado bajo el filo de su espada, encontrándose con Gabrell y Tarlen ya preparados...a ambos les había ordenado que vistieran también sus vestimentas de combate, y así lo habían ejecutado - Vamos - les indicó mientras pasaba a su lado - no hagamos esperar a al "señor" Du´Drak - remarcando el tono de ironía en el sobrenombre que le había impuesto a Aurl.

Salió al pasillo y miró un instante hacia las puertas que eran los aposentos de Aurl, pero sus pies no se dirigieron hacia allí, sino en sentido contrario, hacia el salón en el cual siempre se realizaba aquella primera comida del día....al menos el desayuno tenía algo digno de valorar, y era la posibilidad de recorrer una vez más con la mirada el precioso cuerpo de Aimé....preciosa y peligrosa al mismo tiempo.

¿Tan solo dos soldados? Deberían ser cinco ... me pregunto justo antes de llegar enfrente de los dos soldados que custodiaban la estancia de Ilianne ...

Sus explicaciones no se hicieron esperar ... Ilianne no estaba y por eso seguramente tan solo había dos soldados ...

Ha ido a practicar con Overste Laynn, en la Sala de practicas.

-Bien soldado ... le respondo secamente ya que no tenía porque preocuparme de si habían dos o cinco soldados, no formaban parte de mi Ala y el capitán del Ala tendría sus motivos para hacerlo ...

-Que acabéis de pasar una guardia tranquila ... digo mirando de reojo al otro soldado justo antes de darme la vuelta y dirigirme lentamente en dirección contraria por la que había venido ...