Partida Rol por web

Marcus se deja cachear seguro de que depositó todas sus cosas en la sala de escaner,tan solo portaba el encendedor,los tickets y el LHO,tras todas las medidas pertinentes miró a los guardias.-Disculpen agentes,Puedo fumar?Hace un buen rato que no lo hago y disculpen las molestias señores.-Tras darle las gracias a los guardias por su tiempo Marcus se introdujo en el ascensor Pulsó el botón,se recostó contra la pared y esperó pacientemente.

Un guardia de facciones duras y nariz rota no menos de una docena de veces te lleva a un aparte con confidencia. Abre una pequeña puerta donde se ve una escalera de emergencia y un ventilete. 

- Aquí es donde fumamos, compañero.  Dicho y hecho, él mismo saca una varilla y la prende, exhalando el humo azul. Con que el Ordos, eh? Qué te trae por este lugar? Tu no eres de esos tipos estirados, políticos... a tí te van los golpes como a mí, verdad?

Daga observa sus alrededores y, gracias a su atenta vigilancia, no la toma por sorpresa la pequeña figura, envuelta en una túnica gris sin ningún tipo de marca, que se acerca en completo silencio. El resto del grupo se sobresalta ante su intrusión, puesto que se adentra en el grupo sin siquiera pedir permiso y los observa de arriba a abajo.

De debajo de la capucha surge una voz cortada, y una mano esquelética con los dedos manchados de tinta se dirigen al muchacho. Shú. Fuera. El muchacho se aleja con pasos rápidos como si le fuera la vida en no volver la cabeza.

La figura los observa de cerca, uno a uno. Faltan dos. El insolente, y el soldado. Dónde están? pregunta con su voz cascada.

Marcus Sonrie abiertamente haciendo que la cicatriz de su ceja denote un poco mas.-Gustosamente me fumaré uno contigo,eres la primera persona ¨Humilde¨ que veo desde que llegué así que toma.-Marcus le dio una de sus propias varillas de LHO que con tanto recelo guardaba pues eran un regalo de Malek.-Oro Negro de Scintilla.Subcolmena, fuerte, y muy bueno.Para ti.-Marcus se encendió la varilla con tranquilidad y le dió algunas caladas antes de expulsar el humo lentamente.-Si pertenezco al Ordo,y estoy en misión secreta,ya sabes de esas que si hablas has de matar.-Marcus sonrió de manera natural como si hiciera un chiste,mantuvo el cigarro entre los dientes y se levantó la manga de la camiseta hasta el hombro dejando ver el tatuaje de la calavera y el puñal.-Serví en la guardia durante muchos años,natural de Catachán ¨Hermano¨,y tras una misión en el sistema Stigia acabé en servicio para los Ordos.-Marcus apuró un poco el LHO.-No te voy a negar la verdad colega de que me gusta la acción.-Marcus sonrió y sacó el puñado de tickets de su bolsillo.-siempre voy preparado,y me ha gustado hablar contigo,pero tengo poco tiempo colega,tengo que llegar al piso 39.-Marcus disfrutó de las ultima caladas a la varilla,la dejó caer al suelo y la aplastó bajo la bota,acto seguido le tendió la mano enguantada al guardia.-Encantado de conocerte,me llamo Marcus y cuando termine espero que nos podamos ir a tomar unas copas y contarnos mas batallitas,¿me acompañas al ascensor?.-Marcus esperó la respuesta del guardia.

     ¿Quien será este tipo? ¿acaso nuestro enlace con Marr? La forma subrepticia con la que se el "adepto" se acercó al grupo y sus modales secos, no fueron para nada del agrado de la asesina - Buenos días a usted también, buen señor. le contesta con una dura mirada. - Si se presenta adecuadamente quizás podamos ayudarle. Me gusta saber con quien hablo antes de decir algo impropio.

Intento captar si el sujeto que acaba de llegar emana alguna clase de fluencia psiquica. Hum... o tiene grandes capacidades que le permiten bloquear sus emanaciones, o realmente no es un psiquico, pero yo hubiera jurado que este individuo tenia algo que lo hacia diferente al resto... Me mantengo en silencio, observando la escena ya que es Daga quien ha tomado la delantera en las presentaciones.

-Hola caballero, parece que usted tiene claro quienes somos nosotros pero, nosotros no tenemos claro quien es usted, por favor conteste a mi compañera -se nota una buenas formas en las palabras de Jhon
-Supongo que sea nuestro contacto

Dedos manchados de tinta... palabras autoritarias que atemorizan a los debiles... si este no es nuestro hombre, no estara muy lejos de él.
- Tendra que especificar más, pues ambos compañeros son soldados e insolentes. Pero uno de ellos está con la guardia, el otro, no está aquí. Ahora que le hemos respondido ¿tendría la bondad de guiarnos hasta el escritorio de Silas Marr?

El hombre parece levemente sorprendido por las preguntas y las palabras de los acólitos. Levanta la cabeza, aunque nada penetra la sombra bajo su capucha. Oh? Nombre... nombre. Mucho hace que no me preguntan mi nombre. Soy... soy un dedo, que digo dedo, una uña solo de mi amo. Soy aquel enviado para mostrarles el camino. Seguramente he llegado tarde. Tarde, tarde. Torpe, soy muy torpe, y merezco ser castigado.

Hace una seña a Eisen. Debemos buscarlos entonces. Con los guardias? Dónde? Puede alguien buscarlo? Debemos subir de inmediato, sí, de inmediato!

- Por supuesto, dice el guardia, aunque solo da un par de pasos fuera del fumadero y te indica una puerta metálica. Ese es.

Le hago un gesto abierto con la mano tras plegar el diario locar, invitandole a encabezar la marcha. Adelante pues, si hay tanta prisa, no hay tiempo que perder. Estoy seguro que puede enviar a alguien a buscar a nuestro compañero que espera fuera, y que el otro que falta podrá llegar por su cuenta, dadas sus credenciales. Por lo que seria conveniente comenzar a encaminarnos, seguro que este lugar es gigantesco y nos podria costar un rato. ¿No es cierto?. Miro inquisitivamente a nuestro extraño enviado.

Eisen se apartó, abrió la comunicación por el canal y dio el aviso a los demas, ya solo era cuestion de tiempo que todos se reunieran de nuevo.
- No tardaran - se limito a decir el Clerigo con un tono más hostil del acostumbrado. La falta de disciplina de ese siervo, no se había comportado y por siguiente, se había ganado la antipatía de Severus.

Marcus,tranquilamente se dirije hacia el ascensor con aire lento y pausado,guardando el tabaco en un bolsillo y el encendedor en otro,se agacha para ponerse los cordones cuando recibe el aviso de sus compañeros,inclina la cabeza para rascarse esta contra el hombro,activa el comunicador y dice un rápido y apagado Mierda...

Muy bien, en marcha digo con una entrecortada sonrisa, mirando a mi alrededor como las colas aumentan mientras nosotros nos escabullimos por el lateral.

Marcus asoma la cabeza del cuarto donde se encontraba, y sus compañeros dudan entre no reconocerlo o saludarlo. Finalmente, todos se apuran tras los pasos del hombrecillo que los encontrara quien, sin levantar la vista de la capucha, ante la pregunta de Victor simplemente echó a andar con pasos cortos pero veloces.

Luego de un trayecto lleno de vueltas y revueltas por los amplios pasillos, pequeños pasadizos, y enormes salones llenos de pequeña gente trabajando de la Cancillería, tras los pasos del gris asistente, los acólitos llegan a un entrepiso que seguramente ha visto sus mejores tiempos hace ya mucho. En apariencia (o contraste con la febril actividad anterior) parece encontrarse casi abandonado. El hombrecillo los guía hasta una puerta de madera sin nada particular en ella, excepto una pequeña placa metálica que lee "XIII".

Se oye un siseo tras de ellos, y los altamente entrenados soldados se giran ante las puertas de un elevador que se abre. Malek sonríe desde el fondo del habitáculo.

La puerta entonces se abre automáticamente, y el asistente empuja a todos con sus gestos hacia el interior de una habitación oscura y llena de polvo, amueblada en maderas oscuras y repleta, de piso a techo, de libros antiguos, amarillentos rollos y pilas desordenadas de innumerables documentos.

Un pequeño fuego arde en un hogar en la esquina lejana, y sucios orbes luminosos incrustados en las paredes proporcionan un poco más de parpadeante luz. Un segundo asistente, en todo idéntico al primero, capa gris cubriendo sus acciones, aparece sin un sonido de una puerta lateral llevando en sus manos una bandeja plateada con sobres sellados con cera. Ofrece a cada uno de los presentes un sobre, antes de retirarse sin una palabra.

     - Bueno, parece que ya estamos todos. Me alegro de que al final decidieses unirte a nosotros Malek. Dice la asesina con sorna y una sonrisa en los labios. - Veamos si por fin conseguimos darle un sentido a todo esto...

      Veamos si lo que encontramos aquí compensa la espera...

     Tras entrar en la sala en completo silencio, otro de los extraños "adeptos" deposita una carta sellada en manos de cada uno de los acólitos. Daga observa con curiosidad contenida el sobre lacrado, dudando sobre si debe abrirlo. Al final decide esperar algún tipo de aclaración por parte de sus extraños anfitriones.

Se miran entre sí, los sobres en la mano, y al quedar solos deciden directamente abrirlos puesto que cada uno de ellos lleva su nombre inscripto en el frente.

Una comanda firmada por mano familiar le espera a cada uno.

POR LA AUTORIDAD DE LA SAGRADA INQUISICIÓN

Fieles Acólitos,

Son solicitados y requeridos por este medio por la autoridad del Dios-Emperador de la Humanidad, a acatar el llamado de esta comanda, por orden y servicio del más Sagrado Ordos de la Inquisición.

Los ato así por Su requerimiento al servicio del Inquisidor Silas Marr en el mundo de Solomon por tanto tiempo como él requiera, por los particulares de la tarea encomendada. Obedecedlo como si fuera mi misma persona, a riesgo de arriesgar sus vidas y mi propio nombre y reputación.

En ese planeta deberán atender a una subasta de incógnito, relativa a pertenencias del Rogue Trader perdido ya, de nombre Erasmus Haarlock. Durante el curso de esta subasta, su tarea será observar los eventos por cuanto se desenvuelvan, así como la naturaleza e intención de aquellos que se interesen en tales antiguas reliquias y artefactos del pasado de este hombre. Su objetivo será identificar, de entre ellos, a cualquier que haya caido de la luz del Emperador o se encuentre atado al servicio de aquellas facciones y poderes que interesen al Cónclave.

Mayores conocimientos e información sobre Solomon y sus tareas podrán ser obtenidas a través de mi estimado colega, el Inquisidor Marr, a través de quien esta comanda es transmitida a sus manos.

Recuerden que, como ha sido relatada a mi persona, esta es simplemente una misión de vigilancia y tal, pero no duden en comportarse con el mayor vigor y golpear donde vuestro deber al Dios-Emperador determine que no tienen otra opción. 

Es así como en la Luz del Trono Dorado de Terra, con mis plegarias y mi fé de que servirán honorablemente al Sagrado Ordos, que los despido hasta que vuelvan a mi servicio.

Annika, Inquisidor, Conclave Calixis

Y así los acólitos quedaron solos, mirándose las caras, con la carta en la mano...

     Terminando de leer la carta, Daga mira a sus compañeros con cara de incredulidad. Al poco se dirige a ellos en su lengua secreta. - Y... ¿ya está? Somos ahora propiedad del inquisidor Marr para... ¿hacer de vigilantes en una subasta? ¿Esta es la misión? Imagino que habrá algo mas o alguien pueda darnos datos mas concretos, porque sino no entiendo para que nos necesitaban especificamente a nosotros. De no ser que sea porque nadie nos conoce aquí o algo así. No parece muy contenta. - Al menos uno de nosotros disfrutará, ya que esto va de trapicheos... concluye mirando a Malek.